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Despedida de lo más hermoso

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Hola pequeñ@s, sé que los he dejado mucho tiempo, pero ahora sí me tuve que meter a trabajar de verdad, próximamente será el bautizo de mi nene y su papá y yo queremos hacer una bonita fiesta así que se necesita dinero, bueno les comento, lamentablemente la esposa de don Carlos falleció, acudimos a su velorio y así, don Carlos se veía muy triste, trate de tener contacto con él, pero solo después de un tiempo, me contestó y me pidió nos viéramos en su casa, platicamos y me confesó sentirse muy triste, así que había tomado la decisión de vender todo e irse a vivir a Estados Unidos con una de sus hermanas, pero no sin antes quería despedirse de mí y agradecerme el apoyo que le había brindado. 

Al llegar a la casa se notaba un ambiente tranquilo, la casa estaba ya medio vacía, pues gran mayoría de los muebles ya los había vendido, se olía un aroma a canela, y las escaleras para subir al cuarto tenía varias velas encendidas. 

-Vamos a arriba, ¿gustas? -me preguntó. 

Pues sin más que pensar me levanté y asentí con la cabeza, me tomó de la mano y comenzamos a subir las escaleras, llegando al último escalón empezaba un camino de rosas, que se dirigían hacia un cuarto, mi corazón empezó a latir rápido y mi respiración se empezaba a escuchar, me tomo de la cintura y me volteó hacia él. 

-Te mereces esto y más, pero tampoco me quería despedir como cualquier patán, si tu gustas podemos entrar a ese cuarto y culminar de la manera más hermosa todo esto.

Lo abracé del cuello, me estiré hacia él y lo comencé a besar, era imposible decirle que no, sabiendo lo que me esperaba y aparte lo delicado que fue al preparar todo, el camino de rosas, las velas por todos lados. 

Entramos al cuarto y solo era la luz de las velas y los pétalos de rosas esparcidos por todos lados. Me acosté en la cama y él se posó encima de mí, me empezó a besar y a tocar delicadamente, sus manos enormes tocaban mis pechos, mi cuello, su lengua lamia mis orejas, mi cuello, mis mejillas, me tocaba el vientre y las nalgas, me las apretaba, yo solo lo tomaba de la espalda y lo pegaba a mí, rosaba mi panocha con su pene que ya se sentía duro, así me agarró y me volteó, hizo que parara mi culito y empezó a besarme la espalda y el cuello, mientras me pegaba y movía su miembro en mis nalgas, una mano se posaba mi seno y la otra me tocaba por encima de la ropa mi panocha, se sentía riquísimo. 

Yo ya estaba súper mojada y excitada. 

-Ya Carlos, hazme tuya, métemela papito -le pedí. 

Me volvió a voltear, me empezó desabrochar el pantalón y me lo empezó a bajar, me quito los zapatos, las calcetas, me dejo sin nada de abajo, me levanto y me quito la blusa y el brasier, me empezó a chupar mis pechos, se los metía todos a la boca, me mordía los pezones, lo empecé a desnudar y el solo se quitó el pantalón, ya extrañaba ver ese hermoso garrote, ahí estaba, como lo recordaba, enorme, venudo, cabezón, sabroso, no resistí más y se lo empecé a mamar, lo que me cabía, me excitaba bastante tenerlo en mi boca, esa sensación de que no me cupiera, le empecé a mamar esos ricos huevos, en eso me tumbó a la cama, se recostó a mi lado y me coloco en 69, me empezó a comer toda la  panocha, me chupaba el clítoris y me tragaba todos mi jugos así como mis labios, de lo rico que sentía no podía mamársela, solo lo masturbaba y le sobaba los huevos.

Yo estaba que gozaba de placer, no podía más, eran muchos orgasmos, como pude trate de mamársela, pero no me dejaba lo rico que estaba sintiendo, solo apreté su cabeza entre mis piernas y empecé a arañar sus piernas, ahí estaba, me iba a correr, era delicioso, como él solo lo podía hacer, como sólo el momento y el lugar lo permitían. 

Tratando de recuperarme le empecé a mamar el pito, se lo llenaba de saliva para poder masturbarlo y mamarlo al mismo tiempo, solo me dejo por un momento, cuando de nuevo me reincorporo y me acostó al mismo tiempo que se acomodaba encima de mí, sentí como posaba su cabezota en la entrada de mi panocha, y lo empezó a meter despacio. Yo solo agarré aire y aguante, sentía como me iba partiendo en dos, era riquísimo, no podía más y empecé a gemir como puta, sentía como me llenaba toda, lo batía dentro de mí.

-Más papito, más, así, así, dame más rico mi vida, dime que soy tu puta mi amor dímelo -le decía entre gimiendo y gritando.

-Así mi putita, así, gózalo perrita, comete toda mi verga pinche puta. 

Mientras me la ensartaban me tocaba los pechos, me los chupaba, me apretaba las nalgas y me estimulaba mi ano con los jugos de mi panocha que ya llegaban hasta ahí, sin avisar se agarró de mis hombros y me empezó a dar duro, no podía ni gritar de lo rico y el dolor que sentía, pero era un dolor sabroso, que a la ves quieres que se pare pero a la vez no, yo solo me agarraba fuerte de la cobijas, muda y con la boca abierta, él seguía dándole duro y rápido; se detuvo y comenzó nuevamente a darme lento, tome aire y empecé a soltar gemidos, solo se escuchaba como mi poncha estaba súper mojada, saco su enorme pene y me puso de espaldas. 

Me empezó a besar la espalda, hasta llegar a mi colita, me mordía las nalgas y me las abría, me empezaba a besar mi ano y a chupármelo, dejo abiertas mis nalgas y sentí como empezaba a meterme su pene en mi panocha, ya adentro me hizo que lo parara y metió un cojín debajo de mi vientre, me empezaba a dar despacio, mientras me lamía el cuello y de nuevo empezaba a embestirme salvajemente, yo solo gritaba de placer, le encantaba que gritara porque no paraba, me encantaba la fuerza y el aguante que tenía, yo paraba amas mi culo y ponía resistencia para que me deshiciera, si era la última vez que me partiera como él quisiera, sus huevos se sentían en los nalgas como chocaban, y eso me prendía aún más, mi panocha estaba que chorreaba jugos y más jugos, pasó su mano para mí clítoris y empezó a masturbarme, así se mantuvo por un rato hasta que ya no pude. 

-Me vengo papi, me vengo, ahí quédate así no pares. 

Y me empezaba a dar más rápido y duro, de lo rico que se sentía trataba de contener mi venida, hasta que no pude más y me chorreé toda, no pude y me hice pipi, mis piernas no las sentía, me temblaban, mi vista se nubló por aún rato y sentía que mi corazón se quería salir de mi pecho, recuperándome empecé a gritar y a gemir aún más, él seguía dándome, su verga se resbalaba dentro de mí ahora con más facilidad. 

Se salió de golpe, se paró he hizo que me volteara, en cuanto note se estaba corriendo en mi cara, me estaba llenado de su leche, me lo metió a la boca y me trague parte de su lechita.

El solo se quedó ahí parado con su verga dentro de mi boca y gimiendo de placer. 

Se recostó a mi lado un poco agitado, yo me limpiaba con mis dedos la leche que me dejo en mi cara y me los tragaba, el solo me sonreía. 

-Estuviste espectacular, como siempre preciosa -me dijo, apenas si podía hablar. 

-Tu mi amor, me encanta como me coges, te voy a extrañar mucho. 

Se me quedó viendo y me abrazo, nos quedamos así abrazados sin decirnos nada, mi cuerpo se estaba recuperando mientras le acariciaba su verga y sus huevos. 

Me levanté y me puse entre sus piernas, y le empecé a chupar su verga flácida y sus huevos. Yo solo sentía como se iba recuperando ese hermoso palo. 

No lo pensé dos veces, me incorporé y me monté sobre él, sentía como semiparado entraba en mí, ya adentro y con unos ligeros movimientos se iba poniendo tiesa su verga dentro de mí. Ahora me tocaba a mí, ahora yo me lo iba a coger. 

El solo me agarraba de mis senos, de mi cadera, yo me movía en círculos, de lado, al ritmo que yo quería, no parábamos de gemir, me coloqué como queriendo hacer sentadillas y me empecé a dar mis sentones, sentía los golpes de su verga hasta mi estómago, no paraba, se sentía riquísimo, yo gritaba de placer. 

Quise darle una mejor vista así que me detuve y me puse de espaldas, así sin sacar su verga, al parecer le encanto ya que soltó varios gritos de asombro, me nalgueaba y me las apretaba, yo me daba mis sentones más rápido y me daba la oportunidad de sobarle los huevos mientras en ensartaba en ese palote. 

Mi panocha chorreaba y chorreaba. 

En eso me tomo de las caderas me dejo estática y el empezó a darme rápido, era riquísimo, sin salirse ya me estaba acomodando de a perrito, saque todo mi culo, me agarro de las caderas y me empezaba a dar rápido, se sentía tan sabroso aquello. 

-Así putita, así, trágate toda mi leche hija de tu pura madre….

Sentía como mi panocha se llenaba de su leche, no nos movimos, solo sentía como su verga brincaba dentro de mi panocha para vaciarse toda. 

Se salió y me tomó de la cadera, me abrazo y así nos quedamos por un rato. 

Nuevamente me lo volvió a meter así de a cucharita mientras me masturbaba, hasta que de nuevo me vine. 

Descansamos por otro rato, mientras me platicaba lo bien que le hizo conocerme, lo que tenía planeado hacer con su hermana, y que cualquier cosa que le avisara, me dejaría su teléfono y dirección, así como también me avisaría cuando viniera de visita para ver si nos podíamos encontrar. 

Yo asentí a todo, no dije a nada que no, me volteé y lo empecé a besar a acariciar, el hacía lo mismo.

-Bueno preciosa, es hora de arreglarnos e irnos, yo parto hoy en la noche, me gustó mucho que accedieras a venir este día y pasarla de la manera más hermosa, cuídate mucho y nuevamente te repito, cualquier cosa avísame. 

Solo lo tome entre mis brazos y lo pegue fuerte a mí, como señal de que no quería que se fuera, no tenía por qué llorar si lo que viví con él fue hermoso y el me enseño lo que es gozar en esta vida, muy agradecido estaba con él. 

-Te quiero mucho -le dije- cuídate y espero que nunca te olvides de mí. Y todo con un hermoso beso se selló. 

Nos metimos a bañar juntos, mientras nos vestíamos le comenté que me había encantado el hermoso detalle de las velas y rosas. 

Como siempre se dispuso a llevarme a mi casa solo que esta vez le dije que me dejara unas cuadras atrás, ya que según yo fui a trabajar. 

-Ya, por último, ten, lo abres en tu casa -me dijo estirándole un sobre blanco.

-Ok. -dije- 

Me despedí de la forma más normal de él, me bajé del coche y solo vi cómo se alejaba del lugar, me fui caminando despacio hacia mi casa, pues después de la Santa cogida que me habían dado apenas si podía. 

La curiosidad me gano y abrí el sobre, una pequeña nota y una tarjeta de débito. 

"No lo tomes a mal, es un regalo de mi parte, por qué te mereces eso y más, aunque ya no puedo ofrecerte más por mi edad, quizás esto que dejó te sirva para algún plan a futuro, úsalo bien. Y recuerda que te quiero mucho" 

Que estúpido fue, si me hubiese pedido que me fuera con él me hubiera ido, hubiera dejado a mi pareja y a mí familia atrás, hubiera hecho una bonita familia con él y mi nene, a mí no me importaba su edad, pero pues ya ni modo. Solo me queda el hermoso recuerdo de lo poco que vivimos.

Aún sigo en mi trabajo en un supermercado de eso famosos que se llaman Walmart, hay mucha gente, todos los hombres que trabajan ahí son unos cabrones y se han acostado ya con medio mundo aparte de que la mayoría están medio feos, así que ninguno me llama la atención. 

Así que calmo mis ganas solo con mi esposo, mi primo se fue a hacer su servicio social a Colima, así que después de aquella ves pues ya nada. 

Ya habrá otra historia que contar, a ver a quien conozco más adelante jeje. 

 

Bonito día a todos, y muchas gracias por leerme, me sirve mucho poder platicarles mis aventuras.

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