Nuevos relatos publicados: 6

Usando mis aprendizajes

  • 8
  • 12.972
  • 8,30 (27 Val.)
  • 0

Hace poco me metí a estudiar hipnosis terapéutica, no fui realmente un gran estudiante, pero comenzó a excitarme la idea de poder hipnotizar a la gente, y así fue, primero ayudaba a algunos pacientes con la hipnosis hasta que apareció Fátima una bella mujer de cabellos rubios, secretaria de una empresa multinacional, muy bella. Vestía ese día una mini azul, una blusa blanca, zapatos de tacos altos y unas medias oscuras que empezaron a excitarme al verla. Solo la vi pasar por la puerta para en ese momento mandar al diablo mi ética profesional y todo eso, solo deseaba poseerla y que ese sea mi esclava.

Doctor: Hola pasa y cuéntame que te trae por acá.

Fátima: Hola doctor, estos días he estado muy estresada, ya no sé qué hacer en el trabajo, hay muchas cosas que hacer y casi no hay personal, casi no he podido dormir, me duele la cabeza todos los días, es horrible doctor.

Doctor: Muy bien Fátima recuesta en el diván y solo relájate, deseo que te relajes Ok.

Fátima: Ok, lo intentaré, pero será difícil, no he podido relajarme en varios días.

Saqué de mi saco un reloj de oro netamente brillante, bajé la luz de la habitación, el silencio se adueñó del ambiente.

Doctor: Solo ve y concéntrate en el reloj que va de un lado hacia el otro, el brillo de este te va relajando, solo escuches mi voz.

Fátima: Si, lo escucho doctor.

Doctor: El brillo te va llevando a un sueño muy relajado, sientes como tus piernas se van relajando, con junto con tu mente, te vas relajando.

Fátima: Esto se siente bien.

Doctor: Muy bien poco a poco mi voz se te hace familiar y te va relajando, tu cuerpo se está relajando, ya no puedes apartar tu vista de mi reloj y tu mente de mi voz.

Fátima: Me estoy perdiendo en tu voz.

Doctor: Ok muy bien Fátima ahora comenzaré de diez hasta el uno, cada vez tendrás más sueño Ok 10-9-8-7-6-5, tu mente es más pesada.

Fátima: Mi mente es más pesada.

Doctor: 4-3-2-1 ahora duerme, Fátima ¿tu mente es mía?

Fátima: Mi mente es tuya (respondía con una voz muy perdida).

Doctor: Ok ahora abrirás los ojos, serás mi esclava y harás todo lo que te pida.

Fátima: Si doctor haré lo que me pida.

Doctor: Serás mía cuando yo quiera y me servirás por eres mi esclava, ¿entiendes?

Fátima: Entiendo.

Doctor: desde ahora seré tu amo.

Fátima: si, mi amo.

Tras escuchar estas palabras sentí como un calambre de excitación corría por mi columna, motivando más mi lividez.

Podía hacer lo que realmente deseara con esta belleza de mujer, su mente era mía e ese momento, durante minutos y viéndola tendida en el diván tan desprotegida. No pare ni un minuto de imaginarme distintas cosas que ella podía hacer por mí, primero haría que esta bella mujer sea mi esclava del sexo.

Doctor: levántate ahora esclava.

Fátima: si mi amo.

Doctor: Ponte delante mío y tócate los senos, con pasión. Juega con ellos para mí, pero aun no te saques la ropa. Hazlo.

Fátima: Si mi amo, ¿te gusta, así amo?

Doctor: Si muy bien mi esclava quiero que te muevas muy sensualmente, te levantares la falda y me dejes apreciar tu belleza y que mientras te toques la vagina con placer para que te vayas excitando más mi esclava. ¡Hazlo!

Fátima: Si mi amo.

Esta bella mujer respondía muy bien a mí influencia en su mente, sus movimientos poco a poco me iban excitando aún más, mientras que ella sentía la mayor excitación que pudo haber sentido con anterioridad. Sus movimientos cada vez más sensuales, en una odalisca se había convertido esta bella mujer lentamente, se despojaba de cada parte de su vestimenta, primero con una extremada delicadeza comenzó por desabotonarse la blusa y dejaba caer despacio, dejaba ver sus muy bellos senos, seguí deleitándome con el más bello strip tease que me habían realizado, siguió luego con su falda, hasta quedarse semidesnuda con tan solo puesto su par de medias y sus zapatos de tacos.

Doctor: Muy bien esclava, acércate a mí.

Fátima: Si mi amo.

Doctor: Te ordeno que me pidas que te ame, que te penetre, ¡hazlo esclava!

Fátima: Penétrame, hazme tuya, ámame amo. Amo, penétrame, ¡por favor!

Doctor: Muy bien mi esclava, ahora sientes mis manos en tu cuerpo y vas a llegar a tu primer orgasmo de muchos que tendrás.

Fátima: Si mi amo. hmmmm.... ahhhh... ohhhh.... amooo.... ahhhhhh... hhhh.

Doctor: Muy bien ahora deseo que te recuestes en el diván de nuevo y acerques mi pene a tu boca y me lo chupes como manera de agradecimiento de tu primer orgasmo.

Fátima: Su pene mi amo ¡lo quiero!

Doctor: ¿Deseas chuparlo no?

Fátima: si mi amo, deseo chuparlo y lamerlo.

Doctor: hazlo con delicadez, mientras me miras al rostro en señal de sumisión.

Fátima: Si mi amo.

Doctor: Hazlo así sigue mi esclava.

Ella seguía chapándome el pene con tal devoción, cada vez la succión se sentía con mayor placer, así pasamos cerca de diez minutos, su lengua cada vez se sentía más áspera, su saliva ya había dejado de pasar debido a la más grande excitación que sentía.

Doctor: Ok ahora detén de la chupada y ponte de pie, quiero te montes sobre mi e introduzcas mi pene en tu vagina y comiences a moverte.

Fátima: Como ordene mi amo.

Doctor: Muy bien esclava se siente muy bien, sigue así hasta que te vengas, mientras voy jugando con tus senos.

Fátima: Si mi amo (su voz se escuchaba completamente excitada).

Fátima: Cada vez te siento más dentro de mi amo, me estoy excitando más y más. Siento que me vengo, cada vez estoy más y más excitada, quiero llegar muy lejos, muy lejos.

Doctor: Si esclava llega, en este momento quiero sentir tus movimientos más y más fuertes, como si recibieses shock eléctrico que te hacen llegar al orgasmo.

Fátima: Si mi amo, aun me muevo más rápido.

Doctor: Si hazlo sientes que tu cuerpo estalla de placer con cada movimiento ¿si mi esclava? amas a tu amo, ¿no?

Fátima: Yo lo amo y quiero que él me ame y me haga suya por completo.

Doctor: Ok mi esclava una vez que llegaste por segunda vez tu mente es cada vez más mía, y ahora te controlo por completo, te pido que te detengas.

Fátima: Mi amo ámame, poséeme.

Doctor: Muy bien mi esclava, ven acércate, y te volveré a penetrar, ahora hago que tu mente genere en mi rostro el rostro de la persona que más ames, y desees, pero el seguirá siendo tu amo.

Fátima: Si mi amo.

Doctor: Te daré amor, muy bien deseo besarte con pasión, beso tus labios, y siento la necesidad de amarte. Muy bien te beso siento tus labios llenos de amor mi esclava. Besas con pasión. Mientras mis manos se deslizan por tus senos, que tienen los pezones erectos.

Fátima: Necesito mucho amor y pasión, pero sobre todo pasión.

Doctor: Mi mano excita tu ya húmeda vagina. Estas cada vez más y más excitada, me arañas la espalda de todo el placer que sientes.

Fátima: Sigue mi amo, se siente muy bien.

Doctor: Te cojo una pierna y te arrincono contra la pared, así puedo penetrarte mejor mi esclava. Te penetro con gran placer mientras veo tu rostro lleno de excitación por el hecho de complacer a tu amo.

Fátima: Me estás llevando de nuevo al clímax. Te amo mi amo, sigue mi amo.

Doctor: Mi cuerpo se balancea sobre ti, mientras tus pechos se erectan mas a manera que te lo ordeno para llevarte aún más en placer.

Fátima: Mi amo, ya no aguanto más.

Doctor: Tírate en el diván y ponte en cuatro patas para acabar en ti mi esclava. Regálame una muy buena imagen de tus glúteos y veo que un líquido comienza a chorrear por tus piernas.

Fátima: Sigue mi amo, no te detengas, ya siento venirme.

Doctor: Me siento venir en time siento venir en ti.

Fátima: ahhhhhh.

Así culminó el orgasmo más precioso que había tenido y tendría en muchas ocasiones más, con mi bella esclava.

Doctor: Muy bien ahora recuéstate en el diván.

Fátima: Si amo.

Doctor: Mira de nuevo el reloj, mira el brillo. Ahora te voy a dar unas ordenes mi esclava.

Fátima: Si mi amo.

Doctor: Muy bien ahora que sigues en trance y así desnuda, vas a ir a esa habitación donde te tomaras una ducha, y te pondrás la ropa. Luego saldrás, y despertaras recién en tu casa y sentirás que todo lo pasado fue un gran sueño.

Fátima: Si mi amo.

Doctor: Que viviste, sentirás la necesidad de regresar pronto Ok.

Fátima: Si mi amo.

Así fue el día en que rompí todo vínculo ético, con mi carrera, poniendo en sumisión a toda bella mujer que llegaba a mi consultorio.

(8,30)