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La esposa del profesor Ricardo

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El profesor Ricardo era una persona bastante tranquila y siempre preocupado por el bienestar de los alumnos, un profesor muy dedicado a la enseñanza, aunque si era algo estricto, pero siempre bien acogido por los alumnos, a excepciones claro, como siempre. 

Su materia era muy complicada, álgebra y trigonometría, aunque no importa eso. Una etapa difícil, problemas por doquier, algo normal como cuando se juntas las cosas, pero te esfuerzas, el profesor vio eso en mí y necesitaba una calificación casi imposible, pero se ofreció a darme clases, al principio me saco de onda porque me dijo que sería en su casa, pero después me dijo que sería su mujer la que me enseñaría pues en las tardes él tiene otro trabajo en otra escuela así que bueno en vista de eso acepte pues lo necesitaba. 

Al llegar a su casa, difícilmente de llegar, por cierto, me abre la puerta una señora no con la misma edad que el profesor sino quizá unos 10 años más joven estoy hablando de una señora alrededor de los 40, conservada, no una súper modelo, pero si una mujer cuidada y de buen ver. Lucía una falda de vestir y una blusa fajada con unos botones desabrochados apenas dejando ver el principio de sus senos y su falda acoplada a esas caderas pronunciadas, esto lo note después de entrar pues en el momento solo note su rostro con apenas algunas marcas de la edad. 

Me ofreció algo de tomar y entonces note lo que anteriormente dijimos.

Otra cosa que me incendio fue que puede ver los ligueros marcados levemente en tus piernas debajo de la falda algo muy sexi y conservador.

Me pregunto cuáles eran mis problemas y empezamos a verlos, algo aburrido por cierto, pero después ella empezó hacer bromas sobre las clases y los alumnos que fallan mucho, para ese entonces ya habían temprano en gran parte mis problemas y me podía concentrar mejor, ella me pregunto cómo era que iba mal si parecía lo contrario y empezamos a charlar y de un tema pasábamos a otro, hablamos mucho, le pregunte por el profesor y me dijo que ya llevaban algo de tiempo distanciados, la deudas, los horarios distanciados y la edad que cobra factura con el tiempo, me cambio el tema pero note como afecto, termino el tiempo, le pague y me fui. 

Al otro día regrese nos saludamos cálidamente y empezamos la clase que ya había repasado lo cual fue rápido, seguimos hablando y me invito a comer, esta vez traía un pantalón de vestir que dejaba ver sus caderas y sus piernas bien torneadas o eso parecía, su blusa que atendía a sus senos no exagerados me miraba fijamente como se mira algo extraño que te atrae y de igual forma yo a ella. 

Al terminar la comida pensaba irme sin más, pero en el momento en que me sirvió agua para el ultimo vaso se derramo el agua y mojo mis pantalones me levante de inmediato y nos disculpamos secamos el suelo, pero yo seguía todo mojado. Me dijo que me quitara los pantalones para secarlos me pegue y ella insistió así que fui al baño, me paso una toalla y me dijo que le pasara mi bóxer, me pegue rotundamente y me dijo que si me daba pena podría solo colgados en el baño así que eso hice y me puse la toalla la cadera me quite la playera que se había mojado un poco y me quede con camiseta. 

Salí todo apenado y me dijo que no me preocupada que nada que no hubiera visto antes, me hizo preguntas sobre el tema y corregimos algunas que falle o que no entendí bien. Se levantó y trajo los dos vasos de agua que íbamos a beber yo me levante, pero no me di cuenta que se abrió la toalla ella miro hacia abajo yo me tape lo más rápido que pude y dejo el vaso en la mesita de al lado solo riéndose me apene bastante y me quede callado. 

—No te preocupes, pero ¿por qué lo tienes parado? —dijo ella.

Y yo solo dije que no lo tenía parado, se empezó a reír mirando en la toalla.

—no seas mentiroso —lo dijo molesta.

Yo nervioso dije que era cierto, se levantó y yo me quede en shock, me abrió la toalla y vio mi polla que en ese momento ya empezaba a pararse y ella lo notaba lo miraba como crecía y se levantaba apuntando a ella, me miraba la polla después la cara y se mordía los labios así unos 10 segundos.

—A Ricardo le mide 12cm, no puedo creerlo —hablaba entre cortada con excitación.

Me tomo de la mano y me llevo a una recamara, creo que era la de ellos.

—yo no puedo creerlo.

Se fue y me asuste pensando que no se, solo estaba asustado, trajo una regla de la mesa y me la midió, 19cm.

Abrió sus ojos, muy rico y empiezo a tocarla decía en voz baja “no puede ser”, yo gemía de placer al sentir sus manos subir y bajar me estremecía y con su otra mano arrodillándose tomo mi polla y sobraba la cabeza. La miro fijamente y se la llevo a la boca solo la cabeza, gemí y ella apretaba mi cabezón con los labios y lo chupaba su lengua le daba vueltas y yo me movía queriendo que se la metiera más y de pronto solo con una mano y se metió el resto jugando con su lengua aún. Se detuvo.

—Nunca había chupado un pene, jamás me gustó, pero al verte, nunca había tenido un pene así, Ricardo es mi tercera pareja y nunca se me antojó chupar una verga, pero este trozo se ve muy…

Y empezó a chuparlo de nuevo, yo me retorcida y la apretaba con mis piernas, ella apretaba mi pene con su mano y después solo poniendo su mano en mis muslos y mordiendo mi pene de lado, ver su cara con mi polla en la cara me excito bastante, después intento meterla más, pero no pudo y no me había percatado de que se estaba tocando porque en ese momento empezó a masturbarse más rápido y ahora gemía, mientras me la chupaba y no puede resistir más y le dije:

—quiero meterla, no aguanto más —y la mire fijamente y con mi polla en la boca dijo que no. 

Se levantó y empezó a desvestirse lento y yo tocaba mi pene masturbándome viéndola, ella dijo “no te vayas a venir”, me detuve un poco, ella se quitó la blusa y bajo su pantalón, dejando ver un calzón apretado transparente, muy rico, que apretaba sus nalgas levemente caídas, pero de forma deliciosas, se volteó y liberó sus senos del sostén tan deliciosos que empecé a jalarla más rápido. 

Ella se acercó y sus senos se inclinaron hacia mí, tomo mi mano, la detuvo y la llevo a sus senos y ella se arrodillo masturbándome, yo tocaba sus tetas frotándolas tan rico, me levante y ella me empujo, me siento a seguir jugando con sus pezones, la intentaba comer toda, pero se atoraba la cabeza en su garganta, me masturbaba el resto de polla que no podía comer, le dije que me venía gimiendo y jalándomela y chupando mi cabeza recibió mi leche abundante que casi en sus senos desde su boca, hace mucho que no me venía y ella exprimía mi pene y en eso se escuchó la puerta abrirse y cerrar e hizo un gesto como si algo se le hubiera olvidado y dijo:

—¡Ricardo!! ¡viene los miércoles siempre a comer!

Se limpió la boca, se vistió rápido y yo con la entupida toalla, me dijo:

—quédate aquí no hagas ruido…

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