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Dulces tentaciones

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Me llamo Adrián Matos, tengo treinta y cinco años. Trabajo de desde mi propia casa porque soy un genio en el manejo de la bolsa de valores y las finanzas. Estoy casado con una mujer veinte años mayor y tiene una preciosa hija pelirroja de dieciocho años. Ahora a nuestra casa llegaron las ahijadas de su primer esposo. Son dos preciosas rubias de ojos azules, Luz y Natasha son hermanas mellizas.

Últimamente mi matrimonio está fracasando, mi mujer ya no me cumple y ver a esas tres jovencitas con poca ropa, me ponen en aprieto. He notado que mi hijastra se junta más a Natasha y Luz ha estado a un lado. Puse cámaras con audio para descubrir lo que pasaba. Sorpresa, mi hijastra Carol es bisexual y tuvo sexo con Natasha cuando estaban ebrias. Lo cual Luz lo desaprueba, pero ella quiere conmigo.

Lo sé porque la he sorprendido espiarme. Finjo que no me doy cuenta, pero eso me excito.

Era un viernes por la noche, cuando me quede en casa con las tres ardientes chicas. Como estaba lloviendo y hacia frio, quedarse en casa era la mejor opción. Era mi cumpleaños por lo que ellas compraron un pastel de cumpleaños y me cantaron. Después de eso cenamos y comenzamos a tomar el vino que me regalo un amigo por mi cumpleaños.

Como mi mujer vendría el lunes por la cancelación de los vuelos, les encargo a su hija y sobrinas que me festejaran el cumpleaños. Estábamos pasándolo genial, charlábamos de todo hasta que...las chicas comenzaron a presentar a síntomas de embriagues. Por lo que comenzamos hablar de temas más íntimos y las chicas se les ocurrió poner una película porno. Lo que nos calentó a los cuatro, lo que llevo de una cosa a otra. Carol y Natasha comenzaron a besarse y tocarse. Mientras que yo comenzó a tocar a Luz de la forma más deliciosa que nunca pensé hacer. Como llevaba una falta corta, le quité las bragas y comencé a comerle su rico coño, ella gemía del placer que le estaba dando. Mire de reojo y las dos chicas estaban desnudas, en una posición sesenta y nueve comiéndose mutuamente el coño. Eso me éxito aún más, por lo que comencé a penetrar a Luz con dos dedos. Ella gemía, le gustaba lo que le estaba haciendo. Cuando llego al orgasmo, le quite la blusa y el sostén, para comenzar a devorar sus ricas tetitas que tiene. Volví a mirar a las chicas y estas hacían esa posición de tijeras.

—Adrián, follame —me pidió Luz.

Me quite la ropa por completo. Mi polla estaba tan duro por ver tres cuerpos desnudos y sobre todo chuparle el coño y los senos a Luz. La acosté sobre el suelo de la sala, le abrí las piernas y se la metí de una sola. Ella gimió fuerte. Era una suerte que mi mujer y yo tuviéramos una casa a distancia de las demás.

Comencé a metérsela y sacársela. Ella me pedía más y yo la complací. Después de follármela de esa forma, Salí de ella y la senté encima de mi polla y la hice saltar sobre ella. Fue fantástico, ver sus senos moverse de arriba para abajo. Cuando llegamos al orgasmo, me derrame de ella y cayo rendido al suelo. En ese momento las chicas llegaron al orgasmo también. Iba a volver a follar a Luz nuevamente, pero vi a Carol. Me estaba mirando con deseo. Natasha estaba en el suelo respirando hondo.

Mi polla volvió a cobrar vida. Mire a Carol y ella me hizo señas de venir, gatee hasta ella y me puse encima de ella. La bese un rato, mientras le tocaba las tetas que también me fascinaban. Le abrí las piernas y se la metí de una sola vez como Luz. Ella chillo del placer, comencé a follarla placenteramente. Ella gemía duro mientras cerraba los ojos, mire a Luz ella estaba con Natasha estimulándose mientras nos veían follar.

Eso me puso a mil y aumenté las estocadas, hasta que me vine dentro de ella. Ella satisfecha se hizo a un lado cuando me puse de lado.

—Falto yo...

—Un momento —le pedí, mientras cerraba los ojos y respiraba lentamente para recuperarme. De pronto sentí unas manos tocando mi polla. Abrí los ojos y me di cuenta que era Carol y Natasha. Luz comenzó a besar mi torso, cuello y labios. Definitivamente Luz, era mi favorita.

A los poco minutos mi polla se volvió dura y Natasha se sentó encima. Le pedí a Luz que se sentara sobre mi boca para que le lamiera el coño mientras me follo a su hermana. Esto era lo más excitante. Antes lo había hecho, pero no con chicas años menores que yo.

Termine de follarme a Natasha, para luego volverme a follar a Luz. Esta vez fuimos a mi cuarto y la acosté sobre la cama. Mientras me la follaba, Carol y Natasha le chupaban las tetas, es una de las mejores imágenes que conservare en la memoria.

A la mañana siguiente desperté solo con Luz en mi cama. Carol y Natasha se fueron a uno de sus cuartos a seguir con lo suyo. Cuando estuvimos bien, comenzamos arreglar toda la casa y cambiamos las sabanas para evitar que mi mujer se entera de la noche que pase con las chicas.

Dos años después mi mujer falleció de un infarto. Todos quedamos mal por su repentina muerte, yo me sentía un poco mal de a ver engañado a mi esposa con las chicas, pero las hormonas y la soledad, son los peores enemigos. Cuando Luz cumplió veintidós me casé con ella. Mientras que Carol y Natasha hicieron lo mismo. Tienen pensado tener hijos, así que me pidieron que yo sea el donador... eso será otra historia.

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