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Marcela y su amiguita Teté

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Después de ese día en que Marcela me contara las tendencias de amiguita Teté, ya no la busqué como en 4 días, y solo visitaba a Beto y a Rosy, a doña Susy de vez en cuando, a estas alturas ya me cogía a doña Susy por todas partes, a Beto y Rosy los fornicaba juntos o por separado, pero tenía ganas de ver a Marcela, pues quería saber que habían pensado ella y su amiga, se llegó el día como anillo al dedo, un sábado por la tarde se presentaron Marce y Teté, y me preguntaron que si tenía tiempo de atenderlas…

—¡Por supuesto pasen! —les dije.

Y ya adentro les invité algo de tomar, escogieron un agua mineral, las pasé a sentarse a la sala, y les pedí que me dijeran cual era el motivo de su visita. Teté me dijo, que su amiga Marce le había contado lo de mis consejos y terapias, para no errar en las preferencias, y que ella no se sentía lesbiana, solo que a su amiga la sentía querer tanto que le apetecía tenerla tan cerca como fuera posible y que en ocasiones le daba la tentación de abrazarla y darle unos besos cariñosos, para demostrarle lo mucho que la quería.

Le di la palabra a Marcela, para conocer su punto de vista y hasta donde le había platicado a su amiga de mí y si lo dijo todo o no, y de esa forma no caer en contradicciones… Marce dijo:

—Profe, yo sé que ha resuelto muchos problemas de diferentes tendencias y preferencias, y Teté y yo sentimos algo más que no sabemos cómo descifrar o que nos falta que alguien nos guíe, para no sentir que cometemos un error.

Para comenzar les platiqué algunas anécdotas sobre lesbianismo a través de la historia y como en algunas partes es muy bien visto y que solo en nuestra cultura se critica y difama de forma errónea, pero que si deseaban podríamos poner a prueba algunas preguntas y atrevimientos para ver la reacción de cada una; a esas alturas de explicación ya ambas se sentaron más juntas una de la otra, y se sonreían nerviosas y se tomaban de las manos como para darse valor…

Les pregunté que sintieron cuando se quisieron dar el beso, y me dijeron que cosquillitas en su entrepierna, les pregunté si ya habían intentado tocarse algo de su cuerpo o si había sucedido por accidente, Marce dijo que ella por accidente le había rozado una teta un día que estiró la mano para tomar la libreta de tareas en casa de Teté, y que sintió muy rico pero le dio miedo y continuó con su trabajo, Teté a su vez dijo que recordaba mucho ese incidente porque a partir de entonces cada que recordaba por las noches el suceso, se le escurrían los jugos y terminaba haciéndose una chaquetita pensando en su amiga Marce…

Para entonces ya no estaban nerviosas y aun así les invité una cerveza, me la aceptaron corriendo, y cuando le dieron el primer trago fue casi hasta la mitad de la botella, seguí haciéndoles preguntas, donde salieron a relucir muchos detalles que no sabían una de la otra, como cuando teniendo la intención de tocarse fingían que era accidente, así que se sinceraron y les invité la 2ª cerveza, y comenzaron a bromear con sus fantasías.

Ya con la 2ª cerveza entre pecho y espalda, me atreví a preguntar más a fondo y así lo hice.

—Marce, Teté, ¿que están dispuestas a hacer para saber qué es lo que gusta una de la otra?

Se miraron, se sonrieron y dijo Teté:

—Profe usted dirige, yo no sé.

—pero estas dispuesta a seguir con la terapia hasta sus últimas consecuencias, debes estar cierta que si esto no es del agrado de alguna o de ambas no habrá resentimientos ni se disolverá su amistad, y que solo quedará como una experiencia más en su vida, pues sé de buena fuente que el 90% de las mujeres ha tenido un encuentro lésbico alguna vez en su vida y eso no la inhibe ni la hace lesbiana —concluí.

Marce dijo entonces…

—yo si le entro Profe, que al fin de cuentas ni usted contará a nadie porque es un profesional y si no me gusta, pues no lo volvemos a hacer juntas y se acabó. —Aseveró.

—así es —les dije— por lo tanto, si gustan tomen otra cerveza y si así lo desean vayan de una vez por todas al baño y orinen o prevean lo que crean prudente y las espero en la recamara.

Teté quiso ir primero, y me caía de extraño que siendo la que tenía las tendencias, fuera la más indecisa, por ello llegué a pensar que la que comenzó todo el juego era Marce y no su amiga.

Pero bueno eso era lo de menos cuando llegó Teté, Marce quiso ir al baño, aun con 3 cervezas Teté estaba nerviosilla, Marce tardó en el baño como 20 minutos, mientras ya platicaba con Teté sobre lo que pasaría y le trataba de contar alguna historia que haya leído sobre lesbianismo para que no se sintiera mal.

Cuando vino Marce las senté a las 2 sobre la cama y Teté se miraba más tranquila y Marce se tomaba lo que quedaba de su cerveza, las dejé solas para ir a traerles más que tomar, y luego me retiré al baño con el ya gastado pretexto de ir a orinar, las dejé solas como 10 minutos y cuando regresé las encontré abrazadas y llorando una en el hombro de la otra, pero con la particularidad de que se besaban y se decían unos te quiero en el oído, no las quise interrumpir solo me senté sobre la cama y me tomaba mi cerveza, prendí la tele en el canal de la películas xxx y como casualidad había una de lesbianismo… las veía de reojo y ya se tomaban cariño, Marce volteó a verme y me preguntó:

—¿y ahora que sigue Profe?

Me arrimé y las comencé a conducir poniendo las manos de una sobre la otra y aduciendo que se acariciaran con toda la ternura que su amistad les manifestara, y que todo el cariño que sentían lo dieran una a la otra entre caricias y más besos.

Les ayudé a desvestirse porque estaban muy entretenidas con sus manos debajo de sus ropas, ya se comían mutuamente sus pechos, y se mamaban con mucha entrega, aprovechaba que les ayudaba a quitarse la ropa y les conducía sus manos sobre sus puntos erógenos para que se temperaran al máximo y de paso las cachondeaba y me daba mi taco de todo, esto no las molestaba, al contrario cuando pasaba mis manos para acomodarlas y les sobaba las nalguitas, más las paraban y cuando les sobaba el chochito se remolineaban buscando mi dedo para que entrara más profundo.

Así estuvimos unos 20 minutos hasta que las puse a hacerse un 69 para que se probaran sus cositas, ni tardadas ni perezosas, se comenzaron a hacer un cunnilingus, muy rico, mientras yo las mamaba desde atrás, y les metía un dedo o dos dependiendo del momento, luego una de ella quiso que yo entrara en el juego y quiso Marce que me la mamara Teté, esta no se hizo esperar y me la chupó con todas sus ganas, luego Teté quiso que me cogiera a Marce para ver cómo se movía esta y como se vería ensartada.. Y esto lo dijo con mucho énfasis, y noté que esa era su fantasía, pues al parecer aún era “quinto” Teté.

Cuando vio que me la cogí, se dedeaba muy rico y resoplaba pidiendo que Marce se la mamara y así lo hicimos, acomodé a Marce para que Teté se le subiera, y con su chochito rasurado se le acomodó en su cara y comenzaron a coger y a mamar, luego Teté pidió lo suyo, pero no por la vagina porque según ella, esa solo era de su amiguita, si no que quiso que la sodomizara, nos quedamos sorprendidos, pero no estábamos para hacer preguntas así que le dije a Marce que me trajera el tarro de la crema y procedimos entre los dos a estimularle los esfínteres, hasta que creí que era suficiente, puse a Marce a que se la mamara desde abajo mientras yo la penetraba.

Eso calentó tanto a las dos que no nada más me culié a Teté si no que Marce no se quiso quedar sin esa experiencia y quiso que la "cogiera por el chiquito" según sus palabras.

Cuando las culié solo decían “ay que rico sabe ser chiquitiada, mámame más mi amor mientras me ensartan el culito, ay Profe que rico es mamar panocha, y coger al mismo tiempo, ya mamy, ya papi, denme más, que rico, que sabroso sabe, así, si, por favor, que lindo se siente, que rico mmm.” Terminamos exhaustos, y muy amorosos las unas para conmigo y yo para con las dos.

Me prometieron regresar cada vez que yo quisiera, y les dije que si no podían practicar en sus casas o desconfiaban de los hoteles que cuando quisieran o planearan su relación, con confianza les prestaba mi depa, y que si no querían invitarme a su “fiesta privada” que lo entendería. Y es que, así teniéndolas entretenidas, podía visitar a doña Susy y conocer más de cerca a la otra hermana que me gustaría saber de qué pie cojeaba.

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