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Daniela la amiga de mi novia

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Daniela es una de las amigas de Jennifer, mi novia, ella tenía esposo con el cual siempre estaba discutiendo y su relación era complicada. A ellas las conocí en la universidad, los tres estudiábamos medicina y estábamos en el mismo grupo de amigos.

Daniela es una mujer alta, de ojos muy llamativos, pelo largo y crespo, (huele muy rico) de cuerpo deseable, grandes senos y cola bonita. Aquella mañana Jennifer no fue a clase y me ubique seguido de Daniela nada fuera de lo normal, en eso del trascurso del tiempo entrados en el aburrimiento del tema de la clase, Daniela se me recostó en el hombro, yo hasta ese momento no había pensado nada fuera de lo normal, pero el olor de su pelo y sobre todo ver sus dos grandes tetas tan cercas me calentaron, sentía el corazón que se me iba a salir, imaginaba besar y tocar sus senos de mil formas.

En un movimiento tenía mi mano con sus manos bajo la mesa del puesto, ella no me soltaba yo empecé a frotar mi mano con la de ella y entre esos movimientos me dijo:

—que bien se sienten tus manos así de inquietas.

Para mí eso fue la señal más grande de que lo que yo estaba haciendo, le hacía pensar algo más, entonces frotaba con más delicadeza y al tiempo apretaba con fuerza sus manos y antebrazo, yo tenía una erección y mi imaginación volando, pasaron unos instantes y ella empezó a cerrar y cruzar las piernas como si algo entre ella le estuviera gustando, se volteó y me miro diciendo:

—¿Qué haces? me tienes mal.

Sorprendido y muy excitado por la situación y el lugar, le conteste:

—tu eres la que me tiene mal!

La clase finalizaba y nos soltamos las manos, muy calientes y con ganas de algo más, me dijo:

—vámonos a tu casa, tú vives cerca de acá.

Yo aún más sorprendido dije sin pensar:

—si vámonos ya!  

Ella salió de la universidad cogió un taxi sola porque no queríamos que nadie nos viera salir juntos tan temprano. Yo llegue al instante que ella había llegado a mi apartamento. Apenas abrí la puerta se me lanzo y me dio un beso que parecía comerme, yo no hablaba ni media palabra, mis ganas y las de ellas de tener sexo eran increíbles, se quitó la ropa, y le note los pantys mojaditos y me dijo:

—mira como me tienes.

Le di un beso sobre ese panty húmedo y mire hacia arriba y allí estaban  esas dos grandes tetas tan excitantes y bonitas, empecé a besarlas y chuparlas con fuerza, Daniela cada más perdida en placer, me coge el pene y empieza a chupármelo y a masturbarme con sus tetas, todo era tan rico y pervertido, se dio la vuelta y me pidió que se la metiera, yo sin dudarlo lo hice, apretaba esas nalgas con fuerza y le daba leves palmadas mientras metía mi pene una y otra vez en ese cuquita mojada y hambrienta, unas veces muy rápido y otras veces lento, me vine una vez dentro de ella, decía que le diera más y yo le cumplía, sus gemidos me volvían loco que al poco tiempo me vine por segunda vez en sus tetas, nuestras caras de satisfacción valían la pena lo infieles que estábamos siendo, termino limpiando mi pene con su boca y teniendo sus labios sobre mi glande me dijo:

—espero esto se vuelva a repetir. Me has hecho vivir y sentir cosas que hace mucho tiempo no vivía amigo mío.

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