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A mi vecina le gusta mi cañón

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Tengo una hermosa, elegante y sexy vecina bajo el seudónimo de Erica que me gusta mucho tiene 25 años y yo 47, un día me llama para que le chequeara una laptop, mientras yo hacia mi trabajo note que me observabas, yo siempre he usado pantalones jeans bien apretados y por esa razón siempre tengo un bulto bien notable en mi entrepiernas, ella se me quedo mirando esa parte, disimuladamente me paro de frente a ella para que tuviera una vista mejor y de verdad mi miembro empezaba a cabecear dentro de ni bóxer, en ese momento llego el esposo de ella, yo me senté para que el no notara mi situación, después de ver el problema de la laptop me marche.

Me fui a mi casa que solo queda a unos metros de la de ella, me prepare y me fui al trabajo yo soy maestro de escuela y en toda la tarde no pude concentrarme en mi trabajo por suerte era vienes y pensé que talvez para el lunes no pensaría más en ella pero pensando en eso sonó mi celular, era mi esposa llamándome para decirme que tenía que salir para Santiago a ver a su padre que se había puesto mal de salud, en eso se me fue la imagen de mi vecina y salí rápido para donde mi esposa, la despedí y me quede solo en la casa eran las seis de la tarde.

Mientras miraba televisión me acorde de mi hermosa vecina en lo buena que esta esa mami.

Decidí darme un buen baño y me quite toda la ropa en mi cuarto total estaba solo, ya en cuero me quede mirando ni figura en el espejo de mi cuarto mi pene estaba bien rasurado al pensar en mi vecina se me fue parando por segundos hasta quedar rígido como un cañón apuntando hacia el espejo, mi amiguito erecto alcanza un tamaño de 21cm y es grueso muy grueso, me gustaría que Erica lo viera empecé a acariciádmelo se endurecía más y más pero no paso de ahí.

Al día siguiente, me levante un poco tarde sonó el teléfono era mi esposa para decirme que regresaría el domingo en la tarde me di un baño y me fui al negocio que tengo, al medio día comí en casa de una amiga y regresé a mi casa a eso de la 5 PM al pasar por el frente de mi vecina note que no estaba en su casa, ya en mi cuarto encendí la tv y vi un poco de noticia y alguna que otra cosa al rato decido darme una ducha, me encuere y camine hacia el baño después de acariciarme un poco mi hermosa y endurecida macana me entre a la bañera, el agua estaba un poco fría, mi pene seguía como un cañón amenazador, termine de bañarme y me puse un pantalón corto tipo bermudas pero solo eso, no me puse pantaloncillos y prepare algo para cenar un pan tostado y un jugo de toronjas, prendí mi laptop y empecé a chatear con mis amigas el tiempo transcurría lento y sin ruido, la noche estaba fría y con mucha posibilidad de lluvia.

Como a las 10. 30 pm escucho a la vecina que grita:

—¡vecino vecino. venga rápido que hay un pájaro con muchas patas en mi cuarto!

Salí como loco y llegué a su casa y me dijo:

—venga.

Y me llevó a su cuarto, empecé a buscar el famoso pájaro y lo encontré detrás de su gavetero, era un ciempiés de buen tamaño, de color rojizo, ella al verlo se aferró a mi como quien ve una fiera, le dije:

—tranquila, yo lo voy a matar.

Pero más se aferraba a mí. La aparté con suavidad y fui a matar al bicho, era grande. Cuando todo termino le pregunte por su esposo, me contesto que él estaba para Haití llevando unos alimentos para los damnificados del terremoto del año pasado y que regresaría el día siguiente, note como se me quedaba mirando mi bermuda sin imaginarse jamás que yo no tenía nada debajo. Me dispuse a marchar cuando ella se acercó y me dijo:

—tengo miedo de que vuelva otro pájaro.

Yo le conteste que no volverían más.

La miré de reojo y vi. que debajo de su bata llevaba un pantaloncito muy cortito y muy pegado a su lindo cuerpo, sus piernas son perfectas sus nalgas bien formada y hermosas, en mi bermuda ya se veía la reacción de mi amiguito, ella lo noto y se sonrojo, se acercó más y me dijo:

—estas seguro que no volverán esos bichos?

Se acercó tanto que pude sentir su aliento muy cerca de mi rostro, note como su respiración se aceleraba más y más sus senos rozaron mi brazo, eran duros y firmes, eso me encendió y sin pensarlo la abrace y busque sus labios. Como no puso resistencia, seguí besando esa boca dulce y sensual de Erica, mis manos entraron en acción recorriendo todo su cuerpo ella temblaba en mis brazos, pero yo sé que era de placer, poco a poco le quite la bata quedando solo con su pantaloncito corto y en brasier ambos eran rojos, lentamente le quite el brasier quedando en frente de mi esos bien formados senos lindo como dos hermosos y jugosos melones,  los apretaba suave y con firmeza ella se retorcía de placer, con mi lengua busque sus duros pezones empezó a gemir como loca y solo decía:

—chúpamelo papi aaaasiiiiii me muero de ganas, cógeme con tu lengua, hazme venir con tu lengua.

Con mi lengua en su seno fui bajando la mano hasta sus caderas hasta detenerme en su hermoso trasero por encima de su pantaloncito palpe su vulva es grande no cabía en mi mano, lentamente le fui bajando su lindo y humedecido pantaloncito, vaya asombro que me lleve, Erica tiene el toto más lindo que he visto, labios perfectos, clítoris escondido toda una hermosura de toto, sin un pelito, es una maravilla con mis dedos pude notar que estaba toda mojada por sus jugos.

La acosté bocarriba y empecé susurrarle en el oído:

—eres dulce mi reina, me gusta tu cuerpo.

A medida que le decía, ella se retorcía de emoción, besé apasionadamente su boca, mi legua se entrelazaba con la de ella, fui bajando por su cuello, su respiraron se agitaba más, seguí bajando por su vientre deteniendo mí lengua en su hermoso y hondo ombligo. Erica gemía de placer y mayor era su gozo a medida que me acercaba a su sexo, ella abrió sus lindas piernas invitándome a que la hiciera gozar, mi lengua se deslizaba por sus labios vaginales, ella movía las caderas buscando mí lengua, besé todo su toto y con mi lengua bien ensanchada recorrí todo el largo de su raja desde abajo hasta arriba esto la volvía loca y solo decía:

—siiiii papi cómeme mi toton cómeme.

Su cuerpo convulsionaba, era evidente que estaba a punto de alcanzar un orgasmo busque su clítoris y mi lengua lo masajeaba lento y rápido su vulva se tornó color rosa, su vagina era un manantial, de ella salía el más rico manjar, sus gritos eran más fuertes, todo su cuerpo temblaba al unísono de mi lengua que la penetraba más y más hondo, acelero más sus movimientos al tiempo que gritaba:

—métemela toda guay que me estoy viniendo hayyyyy estoy en las nubes.

Así se corrió con mi lengua.

Erica se sienta en el borde de la cama y empieza a bajarme el pantalón, ella al ver mi verga que la encañonaba abrió la boca en señal de asombro y dijo:

—jamás he visto cosa tan grande. que cabeza tiene, el de mi marido no llega a la mitad de este.

Lo agarro firmemente y se lo llevo a la boca, pero no le cabía, lo agarro con ambas manos y empezó lamer a mi cabezón, primero lento como para acostumbrarse y después un poco rápido, cada lamida era un placer tan grande que mi cuerpo temblaba de gozo, poco a poco se metió la cabezota de mi latiente polla. Erica succionaba y chupaba aquella cabeza, parecía un gigantesco caramelo en su sensual boca, lo lubricaba con saliva y poquito a poquito logro metérselo hasta la mitad, empezó con el mete y saca lento como para desencajarse la mandíbula, acelerando así los movimientos, mi pene latía y en cada latido se ensanchaba más, yo empujaba para penetrar más profundo en su boca, pero no era posible la tina hasta la garganta ella la metía y sacaba, yo solo decía:

—uuuuffffff mami que rico lo mama cielo casi me muero de tanto gozo, hay mami sigue, sigue no pares.

Con mi mano derecha le acariciaba los senos y con la otra cariándole su clítoris sin sacarse el garrote de su boca ella gemía como loca, la penetraba con mis dedos hasta hacerla gritar de placer, una vez más, su cuerpo empezaba a temblar y a convulsionar medí cuenta que estaba al borde de un orgasmo, yo también estaba punto de venirme, pero la fui llevando de espalda a la cama quedando ella bocarriba, nos dimos la vuelta y yo quede debajo de ella, le pedí que se sentara en mi cara, quedando su toto en mi boca, la penetre con mi lengua hasta bien lejos su movimientos circulares al unísono de mi lengua me volvían loco de placer mi cañón estaba a punto de disparar, ella se movía al tiempo que me decía:

—papi la quiero dentro, métemela ya.

—si amor, quiero sentirla toda dentro de ti.

Erica se colocó en posición de sentarse encima de mí, con una mano agarro mi macana y coloco la cabezota de mi pollon en la entrada de su vagina y lento, pero muy lento fue bajando hasta la mitad de mi miembro de su vagina, salía ese rico líquido que lubricaba el largo de mi pene, de un tirón se dejó caer y vi como todo mi pene se lo trago su húmeda vagina.

Acto seguido empezó sus movimientos, subir y bajar acelerando cada segundo ella gritaba:

—papi dame duro, parte en dos con tu cosota hazme venir con tu palo siiiiiii rómpeme el toto.

Yo estaba a punto de correrme, pero lo prolongue hasta que ella estuviera a punto de llegar, así que aceleramos nuestros movimientos y solo decíamos:

—mami me vengo.

—papi vacíate dentro sí, sí, sí, sí.

—guay mami guay sácamela toda, toda.

—si papi échamela dentro siiiiiiiiii.

Ambos llegamos simultáneamente, ella tuvo un orgasmo como jamás antes lo había tenido, hermoso e intenso, le saque mi estaca y la leche a chorros de su placentero y hermoso toto.

Nos quedamos abrasados por un rato ella me dijo:

—hace mucho que quería singar contigo, siempre te veías el bulto en tu pantalón y eso me volvía cachonda. 

—yo también te tenía esa gana de cogerte, pero no me a atrevía por respeto a tu esposo. 

Erica se levantó y salió para el baño al ratito yo fui al baño y la encontré bajo la ducha, me le uní y le enjabone la espalda mientras lo hacia mi miembro empezaba a pararse nuevamente se volvía a poner como el cañón que es, el cabezón de mi estaca rozo sus hermosas nalgas, ella se da la vuelta y dice:

—Dios eres insaciable amiguito.

Empecé a acariciarla toda, nuestros cuerpos se fundieron en un fuerte abrazo, mi boca se unió a la de ella, y nuestras lenguas se entrelazaron formando un nudo, con mi mano busque su toto, introduje un dedo en su vagina y ella empezó a moverse, me agache y con mi lengua busque su clítoris, ella gemía mientras por sus piernas se deslizaban sus jugos vaginales y solo decía:

—siiiiiii Justino hazme gozar, méteme tu tranca hasta el tope.

—Sus deseos son órdenes.

Me puse de pie y ella quedo de frente a la pared, me coloqué de tras de ella y le dije:

—coloca las manos a la pared.

Su trasero quedo frente a mí, echó su trasero hacia atrás quedando justo a la altura de mi cañón, le dije:

—abre bien las piernas.

Ella lo hizo, aquello era una vista hermosísima su vagina esta chorreante y provocadora así que coloque la punta redonda de mi macana en la entrada de su vagina, al sentir la cabeza de mi duro cañón gimió y me dijo:

—métela ya que no aguanto más.

Se la metí toda de un tirón, grito como una perra, se lo metí tan fuerte que golpeo la pared con su cabeza, empezó a gritar:

—¡dame con todo papi, rómpeme mi toto!, ¡síngame como nadie lo ha hecho sigue, sigue!

Yo metía y sacaba y en cada envestida ella gritaba como loca:

—¡hazme venir papi dámela métemela hasta el fondo guao que rico la mete papi me vengo papi me vengo dame rápido guao guao si, si, si guaooooo!

Se vino como una perra y me decía:

—hazlo tú ahora papacito quiero que te venga dentro, quiero sentir toda tu fuerza y tu potencia dentro de mí.

Mientras decía eso, mi pene se crecía más dentro de ella, mi excitación aumentaba por segundos, mi mete y saca era más rápido, se la metía con tanta fuerza que sus brazos no soportaban el impacto de mis envestidas, yo solo decía:

—si mamazota estoy disfrutando de tu rico toto si, si, si, si me vengo mami me vengo cielo siii.

Guaooo, es tremendamente rico, mi leche se abría paso en el interior de Erica, fue espectacular mi corrida, lentamente fui sacando mi estaca aun semi erecta, cuando salió toda la leche, salía a chorro del toto de Erica.

—Es tarde, son las dos de la madrugada, debo irme.

Ella me toma de la mano y me lleva al cuarto, al tiempo que dice:

—no entiendo cómo es que tu esposa soporta ese chipote tan grande.

—bueno hasta ahora solo se lo he metido un poco más de la mitad porque no lo aguanta, hasta ahora tu eres la primera que se lo has tragado enterito. Sabes eres mi puta favorita, duerme bien y nos vemos en la mañana.

Me disponía a salir cuando dijo:

—Justino ¿tú usas viagra?

—jamás la he usado —le contesté— tu eres una viagra amor mío.

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