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Jodido y jodiendo en un hidropedal con una sexy transexual

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Me había puesto esa mañana uno de mis más procaces y libidinosos tangas sexys, pues quería ir a esa calita a relajarme, tomar baños de sol y de mar y si fuera posible, alquilar uno de los siete hidropedales que tienen para alquilar, pues me apetecía hacer piernas y alejarme bastante de la costa. Dicho y hecho, nada más llegar, extendí mi toalla junto a las rocas, dejé mis sandalias, pantalón corto y camisa y me dirigí a darme un somero y ligero baño en el mar, pues mi idea era alquilar el hidropedal en cuestión.

Luego de dar varias brazadas y nadar cuarenta minutos, me dirigí al "señorín" de los hidropedales y tomé uno para un plazo de dos horas. Le ayudé a sacarlo, pues no era fácil, dado que en la orilla había mucho pedregal y eso no favorecía una buena salida del hidropedal en cuestión.

Me dirigí a unas grandes rocas que se distinguían en la lejanía y que había oído que había muchos peces de gran tamaño dando vueltas y que eran buenos para degustar. Me puse mis atractivas gafas de sol, pues la mañana se presentaba fuerte y no quería acabar con migraña. Pedaleaba con rumbo fijo y de vez en cuando bajaba mi mano para refrescarme la cara y echarme algo de agua al torso.

Seguidamente de 25 minutos que iba pedaleando, advertí que había alguien que me hacía señas y ademanes de estar saludando desde el mar. Acudí hasta ella y llegué en un santiamén.

—¡hola! ¿estas cansada? —pregunté.

—claro. Por eso te estoy haciendo señas —dijo ella.

Subí a esta hermosa y aparente mujer tan tetona y sexy al hidropedal y casi comenzamos a charlar.

—creo que no nos hemos presentado. Me llamo Jack —confesé.

—yo me llamo Camila —manifestó ella.

Nos dimos dos castos besos y comenzamos a pedalear. La mañana se presentaba muy tórrida, sofocante y calurosa y casi nada más verla, dada su atractivo sexual, se me hizo una tienda de campaña dentro del concupiscente y obsceno tanga.

—observo que no te cuesta entrar en ambiente y te he gustado —advirtió Camila divertida.

—Sí, sí, estás muy buena Camila y me atraes —expuse yo.

Camila estaba muy buena, era una atractiva y aparente mujer, que llevaba un procaz y obsceno tanga blanco que destacaba por el moreno de los mil baños de sol tomados y tenía la marca del sujetador del bikini que fue lo que me puso salido, calentorro y muy cachondón.

Camila empezó a toquetearse y sobarse salaz, lasciva y lujuriosamente desde las tetas hasta las piernas y poner posturas libidinosas y muy provocativas y hacerme guiños sugerentes y sexualmente insinuantes.

Camila se percató de que ya estaba yo con una brutal erección y la muy guarra empezó a toquetearse su teta izquierda con su mano izquierda, al tiempo que con la derecha magreaba su sexo y me lanzaba tórridas y lascivas mirada de insinuante lujuria.

—creo que tú también me pones bastante cachonda, querido Jack. Hace tiempo que no me tiro a nadie y es el momento de que lo hagamos aquí y ahora —comunicó Camila jadeante de deseo.

Camila me enseño su sexo y descubrí que era una transexual, que lo llevaba muy bien depilado y que tenía la marca del tanga y me puso aún más cachondo y depravado.    

Siguió tocándose las tetas y el pelo con su mano izquierda, mientras que con la derecha se tocaba el rabo que todavía estaba blando. Se abrió de patas, se pajeó un poco y me acerqué lenta y muy lascivamente a su pierna izquierda y le di un rápido beso mientras iba subiendo a lamerla una teta para, a continuación, pajearla y lamerla su teta izquierda. A Camila la obsequié con un rápido pico para retornar a lamer su teta izquierda y pajearla con mi mano derecha y la muy zorrona gemía del placer que le daba con mi mano y mi lengua, al tiempo que ella no paraba de sobar y magrear su teta derecha como una calenturienta buscona. Yo proseguía lengüeteando y mamando su teta izquierda y pajeaba su ya endurecido rabo y engullía su transexual verga y la muy cerda principiaba a gemir cual transexual mesalina depravada.

—¡chuik! ¡chuik! ¡slap! ¡slap!

—¡queee deliiiciiaaa! —jadeaba Camila con lujuria.

Volví a tragar y engullir su polla y la muy cerda gemía, resoplaba y jadeaba con lujuria mientras al tiempo que la muy puerca se desgañitaba, gemía, resollaba y jadeaba cual loba en celo del desmedido placer que tenía la muy golfa mientras lamía y relamía su transexual verga.

—¡chuik! ¡chuik! ¡slap! ¡slap! ¡chuik! ¡chuik! 

La puerca de Camila gemía abierta de patas con muchas ganas de que yo no terminara de tragar y engullir su polla y la agarraba de los cojones y eso la volvía depravada y muy cachonda.

—¡chuik! ¡chuik! ¡slap! ¡slap! ¡chuik! ¡chuik! ¡slap! 

Yo pajeaba viciosamente los cojones cargados de lefa y lamía y lengüeteaba su femenino rabo y volvía a magrear sus cojones para darle placer y escucharla gemir como una perfecta puta transexual libidinosa.

A continuación, Camila se dio la vuelta, se puso a cuatro patas y amorré mi cara a su culo y empecé a lamer su ojete mientras la daba algunos azotitos que la ponían cachonda y salida. La mordía un poco la nalga izquierda y la puerca Camila emitía dulces gemidos y berreos presa de su incontenible lujuria. Yo escupía en su ojete y la guarra Camila emitía gemidos de placer lascivo del obsceno placer que la daba con mi sabia lengua. Paraba de lamer su ojete, para darle un azotito que tan rijosa y salaz la ponía y proseguía rezongando de placer la muy puta.

Proseguí a lamer su muy mojado y Camila gemía abierta en esa lasciva postura con muchas ganas de que no terminara de lamérselo. Le abrí más su ojete y escupí en el para chupar desde atrás un poco su verga y retomaba el azotito que tanto la encantaba.

Al ver que ya tenía mi rabo de macho preparado para petarla, me soltó:

—¡yo quiero eso, yo quiero esooo!

Apunté en la dirección correcta y de un fuerte empellón se la clavé en todo el ojete. Agarré con mis fuertes manos sus nalgas y empecé a joder su muy bullente y tórrido culo de zorra transexual depravada.

—¡me vuelves muy zorra, maricón! —gemía Camila lascivamente.

—tienes un culo tragón magnifico, zorra —bramé de puta lujuria.

Saqué un momento mi empinado y duro rabo para untarle más saliva, para volverla a entaponar a esta depravada fulana transexual de Camila.

— ¡ah!, ¡ah!, ¡ah!, ¡ah!, ¡ah!, ¡ah! —vociferaba Camila jadeante de placer.

Yo proseguía jodiendo y fornicando brutalmente su caliente ojete y la daba mil empellones con mi carnal pepino y la muy sucia continuaba gimiendo, resollando, ululando y bufando de lujurioso goce lascivo. La muy depravada, mientras miraba mi cuerpo se tocaba una teta y volvía a jadear entre cientos de "ayes" de lujuriosa perversión.

—¡ay!, ¡ay!, ¡ay!, ¡ay!, ¡ay! —vociferaba Camila entre jadeos de placer anal.

—¡soy tu puta esclava sexual, jódeme como quieras, maricón! —afirmó Camila lujuriosamente.

Yo la daba fuertes y rápidos empellones en el ojete con mi duro rabo y la muy cerda se desgañitaba, gemía, resollaba y jadeaba como zorra en celo del desmedido placer que tenía la muy sucia al ser reventada y entaponada por mi verga de semental lascivo.

—¡Ay carallo!, ¡ah!, ¡ah!, ¡ah!, ¡ah! ¡Quee guuusstooo! ¡ah!,—jadeaba Camila de gozo anal.

Cambiamos de posición con las patas bien abiertas y en V para petarla y entaponarla mas el ojete y la muy guarra, me pedía más rabo sin parar.

—¡ah!, ¡ah!, ¡ay así!, ¡ah! —jadeaba la puta Camila de caliente depravación.

Proseguía con la obscena jodienda en el culo de la ramera Camila y seguía lanzando mil "ayes" lujuriosos que me ponían más cachondo y salido.

—¡ah!, ¡ah! ¡ah!, ¡ah! ¡ah!, ¡ah!  —gemía Camila obscenamente mientras me miraba con lujuria.

Volvimos, otra vez a cambiar de postura y frené de joder frenéticamente su acalorado y tórrido culo inquieto y nos sentamos para que se clavara toda mi verga de semental de golpe y proseguir sentados la jodienda.

—¡ah!, ¡ah!, ¡ay así!, ¡ah!, ¡ah!, ¡uff!, ¡qué gran follada me estás pegando, maricón —jadeó Camila de pura lascivia.

Después de botar tres veces con mi duro rabo dentro de su culo, la golfa transexual de Camila, deseo con avaricia sexual mi culo. Se sentó en el asiento del hidropedal y bien abierta de patas me puse sobre ella y masajeé su rabo y la metí un dedo para que se pusiera dura su transexual verga. Cuando ya tenía bien dura su verga, me la clavé lentamente para hacer del placer todo mi cuerpo agitado del ardor del tórrido momento sexual y la temperatura ambiente.

Mientras botaba y con el rabo de Camila en mis acaloradas entrañas, me pajeaba con vicio y lujuria para darme más placer y morbo. 
Sacaba su verga de mi agitado y febril ojete y jugaba con los dos rabos que los chocaba y rozaba con obsceno frenesí sexual.

Me volví a clavar su transexual verga y yo botaba y brincaba con sus cojones y rabo dentro de mi muy efervescente y agitado ojete y resollaba, jadeaba y bramaba de gozo anal al tiempo que soltaba varios "ayes" gozosos que ponían más cachonda a esta sucia fulana transexual de Camila.

—¡Ay carallo! ¡que gustazo me estás dando, zorra! ¡jódeme!, ¡jódeme más!, ¡jodeme así, puta!  —bramaba yo de lujuria.

Volví a quitar mi febril culo de su rabo enardecido para volverlo a magrear y tocar y la hacía un poco de daño de la calentura que yo tenía.

—¡Ay carallo!, ¡ah!, ¡ah! ¡ah! ¡ah! ¡ah! ¡ah!, ¡Ay carallo! —jadeaba yo rezongando lujuriosamente.

Volví a apartar mi agitado culo de su rabo para volverlo a sobar y tocar y la hacía un poco de daño del vicio que yo tenía.

Finalmente, ambos nos pajeamos, ella tirada sobre los asientos del hidropedal y yo al lado de ella y de pie.

—¡ah!, ¡ah! ¡ah!, ¡ah! ¡ah!, ¡ah!, ¡Ay carallo! —grité yo obscenamente.

—¡ah!, ¡ah! ¡ah!, ¡ah! —aulló Camila toda lujuriosa al correrse. Expulsé toda mi blanquecina y pastosa crema de macho en las tetazas de Camila y me miró entre lasciva y sonriendo.

Después de esta depravada y muy viciosa jodienda transexual, nos tiramos al mar a darnos un refrescante chapuzón y quitarnos los restos de lefa de nuestros agitados cuerpos de perversos seres en lascivo celo.

Subimos al hidropedal y pedaleamos en dirección a la playa mientras charlábamos sobre el fenomenal polvazo mutuo que nos acabábamos de pegar.

Mientras iba solo en un hidropedal que había alquilado esa mañana en la pequeña cala donde solía ir a tomar el sol en tanga, se subió una sexy y tetona transexual a él y acabamos echando un polvo magnifico que luego nos sirvió para follar otros días en él. La sexy y tetona transexual era brasileña.

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