Nuevos relatos publicados: 18

Caricias...

  • 7
  • 21.620
  • 8,91 (45 Val.)
  • 2

Hola, yo otra vez.

Esto pasó hace como una semana. No entraré en detalles, pero yo voy a casa de un amigo mío 6 de los 7 días de la semana. Compartimos muchas cosas, y aunque él es mayor, nos llevamos muy bien. Vemos películas, oímos música, conversamos, y cuando no nos vemos en su casa, nos encontramos en algún centro comercial.

Hay algo que a él le gusta mucho en mi forma de ser y es que desde que nos conocimos, cuando vamos por la calle, yo lo cojo de gancho. Parecemos dos enamorados, su esposa no tiene problemas con ello y al que quiera pensar mal, ¡de malas!!! Que mire y envidie.

Otra cosa que compartimos son las caricias, a mí en lo personal me encantan las caricias por todo el cuerpo, pero con él siempre han sido los brazos, la espalda, el cabello… aunque el que me acaricien el cabello me da sueño jajaja. Cuando vemos pelis, en su estudio, yo me acurruco en sus brazos y no importa lo que sucede en el mundo exterior.

Yo como no guardo secretos con él, le conté lo de los tíos de mi amiga (a quien él conoce también jajaja). Y si bien se sorprendió, no dijo nada. Pero algo cambió en él… y de ese cambio se desprende mi narración de hoy.

Hace como tres meses me dijo:

-¿Tienes algún problema con que te sobe (así le digo yo a las caricias) por debajo de la ropa?

-Ninguno, me encantaría. –Le respondí, y es verdad, antes se había demorado mucho.

Y le dije, que yo quería hacerle caricias también a él, aunque no dije en dónde. Yo quería saber si él era capaz de pasar los límites. Porque algo debo confesarles, me atrae mucho y sobre todo me gusta su experiencia. Además, en un par de ocasiones pude sentir su miembro grueso en algún abrazo o yo rozándolo “sin querer” mientras veíamos películas. Y he sentido también el roce de su mano sobre mis senos también sin querer.

Lo que sucedió hace unos días, fue lo que yo estaba esperando y soñando.

Mientras veíamos Juego de Tronos desde el primer episodio de la primera temporada, él acarició mi espalda y yo me estremecí. Se sorprendió y le dio risa… “te pusiste roja” me dijo… y yo bajé mis ojos. No con pena, sino mirando si acaso los pezones se me notaban duros a través del brassier. Y todo estaba bien… por ahora.

Él entonces, se incorporó, pausó el episodio y fue a traer jugo. Estábamos en un sillón y veíamos en su portátil. Yo aproveché e hice dos cosas… puse el computador portátil entre mis piernas y desabroché mi pantalón, aunque él no lo sabía. Cuando regresó, se puso a mi espalda, y yo me recosté sobre su pecho con mis piernas abiertas y él me rodeó con sus brazos increíbles.

De a poco me fue rodeando con sus brazos, los cruzó delante de mis senos y sus manos llegaban hasta mis piernas… las acariciaba suavemente, desde más arriba de las rodillas y hasta mi cintura. Me encantó cuando sus manos acariciaron mis piernas por la cadera, sé que él estaba sintiendo mis curvas y entonces me acomodé mejor para que ellas pudiesen llegar más profundo. Pero él, lejos de ir hacia mi cola, las volvió a cruzar por el frente, me rozó los senos claro que lo hizo más lentamente… estaba todo dicho.

Sin decir más palabras yo acomodé mi rostro bajo su barbilla dejando mis labios cerca de su garganta y separé un poco más mis piernas, al mismo tiempo quité el portátil de entre mis piernas, aunque las dejé separadas esperando sus caricias.

Sus manos primero pasaron por mi barriga, debajo de mi ropa y al encontrarse con mis pantalones desabrochados se hundieron por el centro lentamente, encontrando primero mi tanguita y casi de inmediato los labios de mi vagina… Fue el momento supremo, el esperado… la película seguía sonando, pero sus manos estaban completamente en mi entrepierna y él estaba con los dedos abriendo mi vagina y recorriéndola de arriba abajo. Yo emitía pequeños gemidos con cada caricia… me ardían los pezones y quería que me chupara… entonces tomé una de sus manos y la llevé por debajo de mi camiseta, por debajo del brassier y él se estremeció al sentir mis pezones… se apartó de debajo de mi espalda y me dejó recostada sobre el sillón, al tiempo que levantaba mi ropa y comenzaba a chupar y mordisquear mis senos…

-Me encantas… me fascinas… Dijo entrecortadamente.

Yo me apresuré a bajar mi pantalón hasta las rodillas y él comenzó a recorrer con su lengua mi raja… me estaba humedeciendo demasiado, claro, yo ya casi apenas podía contener el primer orgasmo… en cuanto hubo introducido su lengua nuevamente me vine con todo… mi cuerpo se arqueó elevando mi pelvis hacia el cielo y él con sus manos clavadas en mi cola la atrajo hacia su boca para saborear mis fluidos…

Estaba extasiada con ese orgasmo que tanto había esperado desde hace unos meses… cuando de repente vi su pene frente a mi rostro… Lo imaginaba así de grueso, venoso, duro… inmenso… caliente… abrí mi boca y me lo tragué de un solo bocado… él agarró mis cabellos y me hundió su verga hasta mi garganta…

Comenzó a bombear hasta el fondo, una vez, dos veces… tres… perdí la cuenta en mi mar de sensaciones… se me salían las lágrimas porque su cabezota llegaba a mi garganta… pero yo estaba feliz.

Quería más y más… hasta que de repente se estremeció y quiso sacarla, pero esta vez yo fui quien tomó sus caderas y me metí su verga dentro de mi boca mientras él comenzaba a descargar todo su semen caliente en mí.

El saborcito ácido primero pasó y luego me encantó… me lo tragué gustosa… lo anhelaba… era espeso, sabroso… normalmente no me trago el semen, solo con los tíos de mi amiga aquella vez, pero en esta ocasión quise hacerlo… quise que no se olvide de mi… quise que quiera más…

Retiré de mi boca su verga, limpié con mi lengua su cabeza exprimiendo las últimas gotas de semen, la pasé por mis labios… acaricié sus bolas y la volví a guardar en su pantalón. Al mismo tiempo me subí el pantalón junto con la tanga y acomodé mi ropa.

Le dí un abrazo enorme, cercano, pegada a su cuerpo mientras él me rodeaba la nalga con sus manos… y lo besé…

Me volví a sentar dándole la espalda y él se sentó detrás de mí para continuar viendo la serie… obviamente tuvimos que volver a ver desde el comienzo el episodio (el dos de la primera temporada de Juego de Tronos, jajajaja).

Habían pasado menos de quince minutos desde la primera caricia…

No lo planeamos, aunque lo esperábamos; no hubo excusas ni palabras, solo en silencio.

Al irme de su casa, mientras esperaba mi taxi, me dijo al oído… “¿Vamos a repetirlo?”. Y le dije, amor… este apenas fue el comienzo, quiero todo de ti.

Sonrió, me abrazó y en eso llegó el taxi. Camino a casa, aún saboreaba su semen en mi lengua, que había quedado áspera por ese fluido caliente y espeso…

Como les dije, eso fue hace como una semana… un poco menos… así como no hubo plan previo, el siguiente sí fue planeado, excusado… y delicioso… pero esa será otra historia.

(8,91)