Nuevos relatos publicados: 7

Diario de un prisionero I: el primer contacto

  • 12
  • 15.315
  • 9,42 (38 Val.)
  • 2

¡Hola!!!!! Relato nuevo jajajaja tan nuevo que podéis iros olvidando del final feliz y del romanticismo de Ahora o nunca… lo lamento, pero quiero retarme a escribir algo que no sea romance sin dificultad…

**********


Diario de un prisionero I: el primer contacto

[La canción de este relato: “Me muero por conocerte” de Alex Ubago]

 

A San José, 31 de marzo

Querido Andrés:

La semana pasada fue mi cumpleaños y mi tío Daniel me regaló este diario, me dijo que la universidad era el mejor tiempo de la vida y que probablemente quisiera escribirlo para recordarlo después tal como lo viví y no modificado por el paso del tiempo. Me aconsejó que cada mañana escribiera lo que me había sucedido el día anterior, pero no tuve nada que escribir hasta ayer, 31 de marzo, el día más feliz de lo que llevo de vida, por eso me animé a empezar este diario…

Hoy ha sido un día increíble, te he visto, eres el hombre más guapo del mundo, con tu pelo castaño, tus ojos verdes, un cuerpo que se adivina fibrado bajo esa ligera ropa que usabas para correr, de altura normal (1.70)… te veías tan guapo… y yo aquí, encerrado con mi nana, esperando que el chofer sacara el coche para llevarme a la universidad, no pude llamarte ni nada, la nana me dijo que te llamabas Andrés y corrías en el mismo equipo que su hijo, que sólo sabía que eras bueno y que tienes 21 años, pero que nunca te había visto correr por el barrio. Yo sonreí interiormente, eres guapísimo, tienes un año más que yo y, por lo que decía mi nana, estabas solterito… eso me daba una oportunidad, remota, pero allí estaba…

Entonces me di cuenta que necesitaba mejorar mi cuerpo, me sobran unos cuantos kilos, pero iré al gimnasio para ponerme guapo para ti, seré el hombre de tu vida, tengo la ventaja de la altura (mido 1.80), sin embargo, quiero estar guapo para ti, vale, me he enamorado, puede que nunca sepas que yo existo, pero no podía ser de otra manera…

Pero justo entonces llegó el chofer y tuve que bajar de mi nube e irme con él, no quería, pero la nana me puso la mano en el hombro y me dijo “vamos, joven Pablo, que llegarás tarde a clases”. Le mascullé algo y subí a regañadientes al coche, quería quedarme allí por siempre, mirándote, viendo cada músculo de tu cuerpo tensarse y relajarse conforme hacías tu rutina de carrera, pero no, en ese momento debía irme, debía estar en mi clase…

Las clases, normalmente largas, aunque entretenidas, hoy fueron un verdadero suplicio, me moría por llegar a casa y preguntarle a Sergio, el hijo de mi nana, quería saberlo todo sobre ti.

Por fin llegué a casa, pero Sergio no había llegado del entrenamiento, ni modo, tuve que esperarle, apareció después de la cena porque había salido a cenar con sus amigos del equipo de atletismo, tú entre ellos…

Me contó todo lo que sabía de ti, estuvimos en el despacho de mi padre, vaciando sus botellas de whisky y hablando de ti, ya en la madrugada, nos caíamos del sueño y nos fuimos a dormir. Sergio se comportó como el verdadero amigo que era. Mis padres son grandes ejecutivos de una gran empresa y casi siempre se van antes de que me despierte y vuelven cuando ya me he acostado, por lo que mi contacto familiar es con Ana, la nana, y Sergio, su hijo; son como una segunda madre y el hermano que mis padres no quisieron darme.

En fin, que me acosté y, de repente, Sergio vino a despertarme, me dijo que habías venido, que querías verme, miré a mi alrededor hasta que encontré el reloj despertador de mi mesilla de noche: 04:30 a.m. era la hora que indicaba. No sabía qué hacías en casa tan temprano, pero estabas aquí y era todo lo que me importaba, me desperecé y le pedí a Sergio que te hiciera subir.

Subiste a mi habitación y Sergio se desapareció, dejándonos solos, y tú fuiste muy directo, te abalanzaste sobre mí y mientras me estrechabas entre tus brazos me dijiste que me amabas, luego me besaste, mi primer beso, no podía creerlo, mi primer beso, te lo llevaste, pero no fue robado, te lo di con todo mi corazón, fue una sensación maravillosa, sentía la electricidad recorrer todo mi cuerpo, electricidad surgida de ese beso, un beso de amor. Pronto estábamos desnudos y pude admirar tu bello cuerpo esculpido en mármol, ese cuerpo que casi detuvo mi corazón y que ciertamente me cortó la respiración. Yo estaba un poco apenado por mi físico, sin embargo, pareció no importarte, empezaste a besarme y a decirme al oído cuánto me amabas, un momento mágico, te amaba y tú a mí, podría haber estado así todo el día, pero pronto noté nuestros penes duros reclamando atención, tú también los notaste y pronto estaba tu boca bajando por mi cuello y buscando mis tetillas, allí te entretuviste un rato y luego seguiste bajando por mi abdomen, hasta que llegaste a mi virgen polla que estaba a un roce de hacerme llegar al clímax…

Tú también te diste cuenta de ello y volviste a mi boca, dejando mi pene momentáneamente desatendido hasta que se me puso casi flácido, pero supiste volver en el momento oportuno, justo cuando mi polla empezaba a dormirse, tu boca volvió presurosa a ella y empezaste a comerte mi glande, sabías como ponerme a mil, conocías mi cuerpo mejor que yo y sabías como disfrutarlo mientras me hacías tocar el cielo con las manos. Pero esta vez no te detuviste, con tan solo comerte mi capuchón me hiciste acabar, acabé en tu boca y no pusiste reparo alguno en bebértelo todo, luego me besaste, dándome a probar los restos de semen en tu boca, tu esencia y la mía unidas, no creí que hubiera mayor placer. De nuevo me equivocaba, me pediste que me acostara boca arriba y que abriera las piernas. Pronto tu curiosa boca se abrió paso hacia mi expuesto culito, depositaste tanta saliva cómo pudiste en mi agujero, mientras me lo comías un dedo quiso unirse a la fiesta y trató de dilatar mi ano, cuando hubo cumplido su misión, otro dedo se unió al festín y terminó de prepararme el hoyito para lo que venía.

Me dijiste que también era tu primera vez y que querías que fuera especial para los dos, así que lo haríamos sin condón, total siendo vírgenes no había ningún peligro. Estuve de acuerdo en eso, pero te pedí que, si ibas a hacer algo que lo hicieras de una vez, me mataba la espera. Fuiste obediente y tu pene intentó abrirse paso por mi esfínter y, aunque me dolió un poco, pronto estabas dentro de mí, podía sentir cómo llegabas a lo más profundo de mis entrañas y suspiré y gemí de placer, de alegría, de amor, no podía creer que fuéramos uno.

Justo me avisaste que ibas a acabar cuando sonó el despertador y tuve que abrir los ojos. Abrí los ojos y me llevé una terrible sorpresa: estaba acostado en mi cama, sí, pero en pijama y solo: todo había sido un sueño. Mi primer sueño húmedo, al menos el primero que recordaba, además pude notar que me había corrido antes y que la tenía dura de nuevo. Semejante sueño se merecía una paja de campeonato y eso hice, antes de cualquier cosa, me acurruqué en mi posición favorita y empecé a acariciar mi herramienta, mi movimiento de sube y baja no adquirió mucha velocidad cuando eyaculé porque mi imaginación recreaba mi sueño con mayor detalle aún de lo que yo recordaba y tú me tenías a mil, tanto que ahora mismo tengo una erección de campeonato de sólo recordarlo.

Espero poder algún día conocerte realmente y que podamos recrear esta escena y escribir otras.

Tuyo,

Pablo.

−−−−−−−−−−

A San José, 1º de abril

Mi amado Andrés,

Hoy te he visto de nuevo, esta vez al volver de la universidad, estabas otra vez en el parque de la Sabana, cercano a mi casa, corriendo una carrera amistosa con varios chicos. Le pedí al chofer que me dejara allí, que iba a esperar a Sergio. Que Sergio estuviese allí fue la excusa perfecta, podía quedarme viéndote todo el rato y no tendría que darle explicaciones a la nana, al contrario, me lo agradecería.

Lo único malo de no salir del armario es que no puedes confiar en nadie ni tienes un apoyo para tus luchas… eso me pasa a mí, verás, aunque parezca que no le importe mucho a mis padres, sé que sería una buena bronca si les digo que no estoy seguro pero creo que me gusta un chico, además la nana no me dejaría estar más con Sergio para evitar que me incomode con sus historias de ligues y conquistas, Sergio tal vez no me rechazaría, pero hemos sido amigos desde siempre y me da miedo que me rechace…

Así que usé el viejo truco de las gafas de sol, te las ponías y podías ver a quién quisieras sin tener que molestarte por disimular, aunque de todas maneras no debía ser descarado o te darías cuenta. No sé si agradecer o maldecir, pero parece que sí te diste cuenta, porque al final de la carrera te acercaste a mí junto con Sergio y, una vez que Sergio nos hubo presentado, me preguntaste si me había llamado la atención algo de la carrera. Fuiste tan obvio que creo que hasta Sergio se dio cuenta, aunque de momento no dijo nada… al final logré convenceros a ti y a Sergio y almorzaríamos en casa, llamé a la nana y ella encantada, hacía años que ningún amigo mío iba a almorzar a casa. Cuando nos íbamos pude ver que un chico nos miraba como con rencor o celos, me parece que me habías dicho que se llamaba Quique, pero no sabía qué le pasaba, así que supuse que no era con nosotros, ibas a comer a mi casa y lo demás no me importaba en absoluto.

Pronto llegamos a casa y la nana nos preparó la mesa, ese día había hecho sancocho (ella es colombiana), tu comida favorita, y disfrutamos de lo lindo, la nana quiso que Sergio nos dejara solos, pero ni tú ni yo accedimos, Sergio era nuestro tema en común, yo no podría hablar contigo sin que él me guiara por los temas a elegir y sospecho que te pasaba lo mismo… pero al final lo disfrutamos, nos divertimos mucho y el tiempo pasó volando, tanto que la nana preguntó si podía servir la cena. En ese momento decidimos que era mejor que llamaras a tu casa para avisar, cuando colgaste me dijiste que tus padres habían dicho que te podías quedar a cenar, pero luego debías volver inmediatamente porque tenían visitas, así que cenamos alegremente y luego recogiste tus cosas para irte a casa. Cuando nos despedíamos en el garaje (te obligué a aceptar que el chofer te llevara, ¿recuerdas?), me sorprendiste, en lugar de estrecharme la mano me diste un abrazo y me dijiste que teníamos que repetirlo, que habías pasado un día maravilloso y me llamaste “amigo”, me derretí por dentro, ¡te diste cuenta que existo! ¡te caí bien! ¡querías ser mi amigo!

Después que te fuiste, Sergio y yo hablamos un rato y me di cuenta que sí que se había enterado de tu indirecta, que no tenía nada de indirecta, y me dijo que ese mismo día le habías contado al equipo que eras gay. No pude evitarlo, se lo conté todo, que yo también lo era, que te amo con locura e incluso mi sueño de la noche anterior. Sergio me guiñó un ojo mientras me decía que contara con él, que él sería nuestra Celestina y se encargaría de que estuviéramos juntos, un día maravilloso.

Todo daba vueltas en mi cabeza, me habías dicho que querías volver a compartir tiempo conmigo, me habías preguntado en el parque si me gustabas (de forma un tanto velada, pero evidente), eras gay. No podía haber mejor coincidencia, ahora aquella remota oportunidad se hacía muy cercana y tangible, un verdadero milagro, no lo podía creer. Entonces mi mano y mi imaginación se aliaron y mi mente recreó el sueño de la noche anterior mientras mi mano se metía en mi pijama y me hacía retorcerme en la cama del placer que sentía. Pronto acabé, me excitas demasiado, sobretodo tomando en cuenta que tengo todas las hormonas desde la pubertad dando vueltas en mi cuerpo, eres el primer chico que me gusta y me pones a mil con solo mirarme.

Después de limpiarme la corrida vino una imagen a mi mente, el Quique mirándonos, ahora tenía más sentido su mirada, pero igual me pareció que era ser demasiado paranoicos, total el chico simplemente podía estar resentido contigo por no querer contarle tu secreto antes que a los demás…

Descartada esa idea me volví a acostar y me dormí en el acto, estaba exhausto y ni siquiera recuerdo si soñé algo.

Tuyo,

Pablo.

To be continued…

**********

¡Gracias por haberos tomado la molestia de leerme!!!! Ya sé que este capítulo es corto, son sólo dos días, pero ya iréis viendo lo demás, por ahora sólo presento a los dos personajes más importantes: Pablo y Andrés. Por favor, comentad y valorad, ¡que vuestra opinión siempre me ha ayudado a crecer!!!!

(9,42)