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Mi vecino, mi travesura

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Soy una mujer de 32 años, soltera. Hace unos meses tuve mi último encuentro sexual y estaba en abstinencia. En el edificio donde vivo habita un hombre de unos 1.75, una buena contextura física, algo extraño en su forma de ser.

Hace unos días entablamos conversación al encontrarnos en el ascensor cuando llegaba a casa después de un largo y estresante día de trabajo, me saludó muy amable, preguntó qué tal estuvo mi día, a lo que respondí que fatal que estaba cansada y algo estresada. El me lanzaba su mirada a mi cuerpo y muy amablemente me ofreció un masaje. Yo lo tomé como una broma, pero, le dije que lo pensaría....

Al día siguiente, las cosas en la oficina seguían igual de estresantes, así que recordé las palabras de mi vecino donde me ofrecía un masaje... El estrés de la oficina, la abstinencia todo empezó a dar vueltas en mi mente, hasta que decidí ir donde mi vecino a ver si aún estaba vigente la oferta del masaje...

Al tocar su puerta salió muy amable, como siempre, me saludó con su habitual mirada con la que recorre mi cuerpo, le respondí a su saludo de una manera muy casual, me preguntó por mi día, a lo que respondí que seguía cansada jajaja, la intención era que me ofreciera el anhelado masaje, quería sentir esas grandes manos recorriendo mi cuerpo y de solo pensarlo ahí parada en su puerta, mi vagina estaba chorreante, anhelante de sentir placer... Y sí... se produjo lo que tanto quería escuchar, me preguntó ¿Y cuándo te vas a decidir por el masaje? Mi cuerpo fue recorrido por un corrientazo desde la cabeza hasta los pies. Le respondí con picardía "Estoy tan cansada que acepto su ofrecimiento ya mismo". Él se quedó atónito, me hizo entrar a su apartamento.

¡Por Dios! que locura estaba haciendo, pero estaba ávida de sentir placer. Sin mediar una palabra más, mi vecino se abalanzó sobre mí y me besó apasionadamente, sus manos rodeaban mi cintura fuertemente y fue subiendo hasta llegar a mis senos, sentí morir cuando empezó a levantarme la blusa con desesperación, yo besándolo con desesperación, despojándolo de su ropa y poco a poco llegamos al sofá donde me recostó y empezó a chupar mis senos, mi abdomen y fue bajando hasta llegar a mi chorreante vagina, ya no podía más, necesitaba sentir, sentir más y más hasta que fue bajando con sus manos y me introdujo sus dedos en mi vagina, casi exploto de placer, por fin sentía las manos de un hombre explorando mi interior, fue bajando con su boca, lamiendo y mordisqueando mi cuerpo hasta llegar al punto de mi clítoris, levantó su mirada pícara y sin mediar palabra empezó a lamer mi clítoris mientras con sus dedos exploraba mi interior, yo solo podía gemir de placer, le pedía más y más que correrme en su boca y no tardó mucho en suceder, yo solo arqueaba mi espalda llevada por los grandes espasmos que estaba sintiendo en mi interior.

El al ver que me había corrido se levantó y pude ver su cuerpo en totalidad, quería sentir ese aparato en mi boca, un pene de unos 18 cms palpitante, me acerqué a chuparlo pero me detuvo, volvió a tirarme al sofá y se alejó un poco a una gaveta y de allí sacó un preservativo, con una rapidez asombrosa se lo colocó, y empezó a rozar mi vagina con la punta de su miembro, solo pude exclamar un metémelo con fuerza! y así fue, de una sola embestida clavo su gran pene en mí y empezó a bombear en mi interior, su mirada era de puro placer, gemía y resoplaba, yo era un mar de sensaciones, mi vagina se contaría con cada embestida, sentía que cada vez estaba más chorreante, él se detuvo y me puso en cuatro, y con sus dedos masajeaba mi culito, Dios! me asusté de solo pensar tener ese pene en mi culito ya que nunca lo había hecho por ahí, y de un solo empujón volvió a meterlo en mi vagina y sus dedos exploraban mi ano, mis gritos eran de puro placer, sentía su pene muy adentro, no sé cuántas veces me corrí, mis piernas no parecían mías, ya no aguantaba más, el placer era demasiado. El empezó a gemir un poco más fuerte y sus embestidas eran más rápidas hasta que por fin dijo me vengoooo y exploto, pude sentir sus contracciones dentro de mí, fue maravilloso, sacó su pene de mi vagina e introdujo sus dedos nuevamente en mi haciéndome explotar de nuevo en un mar de placer, haciéndome gritar exhausta y quedando tendidos sobre el sofá reponiendo energías.

Luego de esto nos miramos con picardía y me dijo..."Vecina cuando esté cansada o estresada no es, sino que me diga y yo con gusto le ayudo con ese tema" Jajajaja. 

Ya quiero volver a otra sesión con mi vecino y su pene de 18 centímetros.

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