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Shiro y Kasai

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- Se le puede instruir, - ¿De quién estarían hablando? ¿Shiro quizás? - los tres hemos percibido de lo que sería capaz.

- ¿Y le instruirás tú? Es demasiada la gente con dotes en el Arte que viene aquí, no tenemos ni tiempo ni gente que enseñe a todos.

- Aun así...

No salió ninguna voz de la gran sala durante unos momentos, Kasai empezaba a pensar que la habían descubierto, pero si estaban hablando de Shiro, Kasai tenía que decírselo, necesitaba entrar en la Academia más que nadie, y ella había visto de lo que era capaz. Pero tenía que asegurarse de que hablasen de él, sino sólo lo preocuparía.

- Le daremos una semana, - la tercera persona que había permanecido en silencio habló. - se unirá de forma excepcional a una clase y no se le dará ninguna instrucción especial. Después de esa semana veremos de lo que es capaz ese Shiro y decidiremos.

Nada más escuchar su nombre Kasai salió disparada, no le importaba escuchar que podrían decir de ella o de otro aspirante, tenía que decírselo cuanto antes.

-... y eso es lo que oí - Kasai le contó a Shiro todo lo que había oído.

- Hmmm. - el semblante de Shiro no parecía preocupado en absoluto mientras pensaba sobre lo que acababa de oír.

- Shiro...

- No te preocupes. - dijo mientras sonreía. - ¿Tengo una semana no? Será suficiente.

- Pero y sí...

- He dicho que no te preocupes, les demostraré de lo que soy capaz.

Ya sólo quedan un par de días y sigue igual... Tengo que hacer algo...

Kasai estaba tumbada en el cuarto de la Academia, contando los días y buscando desesperada alguna solución.

 Hacer que se suelte... Que se deje llevar... Tiene que haber alguna forma...

Vamos... Situaciones en las que el cuerpo actúe antes que la mente, donde no pueda pensar con claridad... Oh... Claro...

Mientras la idea invadía su mente y veía que era la única opción un ligero rubor le apareció en el rostro.

Es la única manera... Lo haré.

Shiro recuperó la consciencia poco a poco, lo habían atacado con algún tipo de Arte mientras estaba desprevenido. Al abrir los ojos se encontró con Kasai enfrente de él.

- ¿Kasai?... Por qué... - intentó moverse, pero unas firmes ataduras se lo impidieron, dejándolo clavado en la silla.

- Lo siento por el ataque, pero era la única manera... - su voz temblaba, nerviosa. -Te aseguro que es por tu bien. Dime una cosa... Hemos viajado mucho desde que nos conocimos y me preguntaba si... te gustaba...

- ¿Qué? Kasai no entiendo nada, desátame y...

- Responde por favor.

- Bueno... Me preocupo mucho por ti y eres muy guapa así que sí... Sí, y ahora Kasai explica...

- Shh - tímidamente empezó a desvestirse. - Espero que te guste...

- Pero qué...

Mientras la camisa caía dejaba paso a un provocativo sujetador con encaje, después de que aquella primera prenda cayese al suelo le siguió la falda, dejando ver el resto del conjunto, formado por unas delicadas braguitas y un liguero que mantenía unas medias en su lugar.

Fue la primera vez que Shiro la contempló de aquella manera, con su cuerpo casi desnudo frente a él sus curvas atraparon sus ojos que las recorrieron hasta llegar su rostro que aún tapado por su roja melena dejaba ver su timidez. Su pose reforzaba lo que transmitía, con una mano agarrada a su otro brazo, que conscientemente o no realzaba sus pechos, y las piernas ligeramente cruzadas. Todo aquello hacía que Shiro, sin saber muy bien por qué, la empezase a mirar con ojos poco inocentes.

Kasai superó su vergüenza y empezó el plan que tenía en mente. Se acercó a Shiro y, halagada a la vez que aliviada, le descubrió siguiendo el movimiento de sus caderas. Quitó su camisa con cuidado de que no alcanzase a tocarla, siguió con los pantalones y la ropa interior dejándolo totalmente desnudo.Shiro miraba cómo embrujado los movimientos de Kasai, esperando que en un descuido se dejase tocar por él. Ella le dio besos por el pecho, rozó con sus uñas sus piernas, le acarició el cuello con labios, dejó que contemplase sus pechos y poco a poco Shiro dio muestras de excitación. Pero sabía que si quería que se descontrolase y que su cuerpo fuese quien actuase tendría que llevarlo al límite.

Kasai pegó su cuerpo al de él y poco a poco fue deslizándose hacia el suelo, dejando que sintiese la suavidad y el calor de su piel. Ah… esos movimientos… sus caderas… el deseo de poder tocarla libremente, abrazarla y agarrarla fue aumentando a medida que ella bajaba.Se encontró con su pene ya erecto, y con una gota en la punta, ella también estaba excitada y notaba como ella misma también dejaba salir gotas parecidas. No pudo resistirse y con la punta de su lengua atrapó aquel líquido y se sorprendió gimiendo a la vez que Shiro. Dejó que fuese su boca quién la dirigiese, abrazando la punta con sus labios, o recorriendo el grueso tronco con su lengua y dejando un rastro de saliva. Sus manos también se unieron, deslizándose y extendiendo los líquidos mezclados de él y ella, apretando y arrancándole gemidos a él.

Malditas ataduras… Poco a poco las caderas de Shiro se movían, haciendo que su pene se mojase más o que llegase más profundo dentro de la boca de Kasai. Si estuviese libre…

Seguro que si pudiese sus manos me agarrarían la cabeza... pensaba Kasai Ahh... sólo imaginarlo me excita.

Ella abrazó sus caderas, impidiéndole que las siguiese moviendo, recorrió con la lengua su tronco nuevamente hasta llegar a la punta, y poco a poco fue dejando que entrase en su boca. Quizás era por el calor de su boca, por la presión que hacían sus labios en cada centímetro que entraba, o quizás por los gemidos que su pene le sacaba cada vez que llegaba más adentro, pero con cada pequeña parte que entraba dentro, Shiro gemía, y cada vez un poco más alto que la anterior.

Más… Más abajo… Su pene ardía y se hacía cada vez más grande dentro de la boca de Kasai a medida que lo pensaba.

Poco a poco consiguió introducirlo completamente dentro de su boca, jugueteó con él hasta que tuvo que sacarlo. La saliva de Kasai y los jugos de él le recorrían la boca y caían por su cuello, notó sus bragas húmedas, aquello la había excitado más de lo que pensaba, y a Shiro también.

Daba la sensación de que estuviese sentado sobre una nube en vez de una silla, su pene no paraba de moverse buscando el calor de ella nuevamente, y sus ojos andaban perdidos sin terminar de decidir sobre que parte de ella fijarse. Kasai se quitó las bragas que arrastraron tras de si un hilo de sus propios líquidos, y se dejó caer sobre la cama de sus espaldas.

- A dónde vas… - Shiro la miró rogando que volviese con él, pero Kasai lo ignoro.

Bajó ligeramente el sujetador dejando expuestos sus pezones y sus manos empezaron a recorrer su propio cuerpo, acariciándose los costados, agarrándose los pechos, humedeciendo sus dedos y estos jugando con sus pezones, que poco a poco crecían haciéndolos más sensibles y obligándola a gemir. Sus manos bajaron hasta su cadera, y sus dedos rozaron los labios de su vagina recorriendo el camino hacia su clítoris, estaba tan excitada y húmeda que no le hacía falta estimularse. Se empapó de sus propios jugos y se posicionó en la entrada, dirigió su mirada a Shiro, y vio cómo la contemplaba con lujuria.

Ojalá fuesen sus dedos... Kasai lo imaginaba mientras le veía, veía cómo respiraba entrecortadamente, cómo su pene se estremecía. Me excita tanto que vea como me masturbo...

Los dedos de ella penetraron en su interior, provocando que ambos gimiesen nuevamente, en su húmedo y cálido interior buscaron los puntos que tanto placer le provocaba, consiguiendo que se arquease y mostrase su vagina aún más a Shiro.

Esto es demasiado… Shiro apenas lo soportaba ya, en su mente ya sólo estaba Kasai, sus curvas, sus labios empapados, aquella gota que le bajaba por su esbelto cuello. Quiero tomar el lugar de sus dedos, que gima por mí, tomarla…

- Mírame... me excita que me mires... - Kasai apenas podía susurrar. - Ojalá fuesen tus dedos los que me penetrasen... tus manos las que me agarrasen mis pechos...

Decir sus pensamientos en voz alta conseguía excitarla aún más, que sus dedos entrasen y saliesen de su vagina más rápidamente, que sus manos apretasen sus pechos con más vigor...

Se quedó un momento quieta, totalmente arqueada y con gemidos escapando de su boca, hasta que volvió a recostarse en la cama, sacó sus húmedos dedos de su interior y se acercó a Shiro. Con los dedos encima de él dejó que sus jugos cayesen sobre sus labios, él miraba sus dedos hipnotizado, y saboreaba las gotas que le caía, saboreó los dedos de ella cuando rozaron sus labios antes de que volviese a la cama.

Aah… Tan dulce… Quiero saborearla directamente…

Kasai apoyó las manos en la cama, dejando su vagina cerca de Shiro, sus dedos volvieron a penetrarla.

- Ahh... No quiero más mis dedos... - los dedos dejaron su interior y apartaron los labios de su vagina, mostrándoselo a Shiro más que nunca. - Te quiero a ti... quiero tu pene dentro de mí... Ah... Que me penetres... Que me tomes...

Cuando Shiro no aguantaba más las ataduras se aflojaron, sin pensárselo dos veces se levantó de la silla, tirándola bruscamente, y agarró a Kasai por la cintura, la acercó a él y la penetró profundamente.

- Aaah, Sí... - Kasai gimió más alto que nunca cuando su pene entró en ella y la lleno.

- Kasai… Kasai… - Shiro repetía su nombre entre jadeos y gemidos mientras la embestía, y con cada embestida Kasai soltaba un dulce gemido.

- Aah… Shiro, tu pene… Tan grande… Me llena… - Sí… Sigue así, penétrame más.

- Tan caliente y húmedo… Se siente bien en tu interior… - Está tan mojada… Ahora es el momento de saborear sus dulces jugos.

- ¡No…! Por qué… Shiro la aparto y la dejo sobre la cama, agarró sus caderas y la alzó, dejando su vagina frente a él.

- Aah, Kasai… deseaba comerte y saborearte. – hundió su cara entre las nalgas de ella, llenándose la boca de los jugos que emanaba de su interior, recogiéndolos con la lengua y saboreándolos, su sabor dulce lo incitaba más a absorberlo todo.

- Aaaaahh… hmmm… Shiiro… - Es tan apasionado… Su nariz está dentro de mí… Su lengua me está volviendo loca… Voy a… - No pares… No pares Shiro… Voy a… a…El cuerpo de ella se tensó, la espalda se arqueó, todo preparando el inminente orgasmo… hasta que Shiro paró.

- ¡Nooo hmmm! – El cuerpo de él aplastó su espalda y su pene penetró en ella hasta el fondo y una descarga la recorrió entera, Muévete… Embísteme… Haz que me corra… Kasai estaba al límite, pero él se limitó a permanecer quieto en su interior.

La vagina de ella se contraía y palpitaba, ansiando el clímax, y cada vez que ocurría él respondía agrandándose brevemente. Este intercambio duró un par de segundos, interminables para Kasai, hasta que Shiro le dio la vuelta dejándolos cara a cara y se retiró, levantándole las piernas y dejando totalmente expuesta su vagina con su pene aún dentro, se alejó dejando tan sólo la punta dentro de ella para, lentamente volver a llenarla plenamente.

En la mente de ella estaba en blanco, sólo sentía el cuerpo de él y el placer que le daba cada vez que penetraba totalmente en ella, el ritmo con el que se movía la había dejado en trance, sus propias manos agarraban y apretaban sus pechos y sus dedos jugaban con sus pezones erectos, sumiéndola aún más en placentero éxtasis.

Eso es, gime para mí, gime por mí, quiero que sólo pienses en mí Kasai…

El cuerpo de Shiro seguía su ritmo establecido sin que él tuviese que pararse a pensarlo, su cuerpo se movía solo y él sólo se centraba en el placer que Kasai le daba. Estaba a punto de terminar, pero aún quería continuar con aquel carnal baile, la penetró rápidamente un par de veces, consiguiendo para su deleite agudos gritos y que ella se tapase la boca en un intento por reprimirlos, y salió de su cálido interior.

Los brazos de él la agarraron y la giró, dejándola frente a su pene.

- Aah… - Sin tener que hacer nada más Kasai lo introdujo en su boca. Está aún más grande que antes… Y caliente… Sabe a mi...

- Aahh… Sí, sigue Kasai…

El pene de Shiro se deslizaba con facilidad por la húmeda boca de Kasai, su lengua lo rodeaba y sus labios le apretaban, sumiéndolo en el más completo placer. No aguanto más… Se siente demasiado bien… Las manos de él agarraron la cabeza de ella, obligándola gentilmente a seguir el compás que él marcaba.

Su pene palpita… está a punto de correrse… no… lo quiero dentro de mí…

Kasai lo miró a los ojos, con una mirada mezcla de placer y de rogo para que parase, y lo que logró fue que Shiro entrase completamente en su boca.

No… no te corras…

- Kasaaii…

No… Un espeso líquido salió de la punta y se deslizó por su lengua. Aaah… Es tan caliente y sabroso… Pero es poco… Quiero más…

Las manos de Shiro la apartó de su pene que dejó un hilo de semen en los labios de ella, y esas mismas manos la tumbaron sobe la cama.

Haré que me desees aún más… Que desees que te vuelva a penetrar y haga que te corras del todo… Haré que lo desees tanto que vengas tú a por mí.

Deslizó sus dedos por los labios de húmeda vagina de ella y se aseguró de humedecerlos bien antes de introducirlos dentro de ella.

- Aahh… Tus dedos…

Mientras se abría paso en su interior atacó a sus pezones, lo lamió y succionó hasta que crecieron completamente. Se permitió contemplarlo brevemente antes de rodearlo con su boca y dejar que su lengua jugase con él y sus dientes lo mordisqueasen.

El interior de Kasai ya se había amoldado a los dedos de Shiro, y estos se movían por su interior con velocidad, con ella tan mojada el entrar y salir producía sonidos que a ambos le excitaban aún más.

- Aaah, sí, ahí… - Justo ahí Shiro… Voy a morir de placer…

Los brazos y piernas de Kasai le rodearon en un abrazo y las uñas dejaban surcos en su piel cada vez que los dedos o la boca de él le producían una descarga por todo el cuerpo.

Aah… Esto me excita más de lo que pensaba… Su interior me succiona, pidiéndome más y más… y esos sonidos de lo mojada que está… Hasta sus uñas hacen que me estremezca

Shiro siguió tocando y estimulando las zonas que más gemidos le producían, cada vez más rápido y con más firmeza, logrando que las uñas de ella se clavasen en su espalda.

- Síí… Shiro… No pares por favor, haz que me corra con tus dedos… - Si vuelve a parar creo que moriré de verdad…

Él siguió y siguió hasta que su interior dejó de succionarle y se expandió junto a su cuerpo que nuevamente se tensó en aquella postura que empezaba a encantarle. Retiró los dedos con una sonrisa en los labios.

- Ah, ah… Empiezo a odiarte… - Kasai se desplomó en la cama, exhausta por el intenso placer, pero aun queriendo más, queriendo correrse completamente.

- Si tanto quieres correrte. – Shiro dio un par de pasos atrás y se dejó caer sobre la silla en la que había estado atado no sabía cuánto tiempo atrás. – Ven y haz que me corra contigo.

- Mira que eres… - Kasai se consiguió levantar y se dirigió a Shiro, dispuesta a terminar con esto.

Se sentó a horcajadas encima de él, y dejó que los labios de su vagina rodeasen la punta de su pene. Se mantuvo así, arrancándole gemidos a él con sus movimientos, dejando que los líquidos que dejaba caer cayesen sobre su pene.

Ahora me toca a mí torturarte… te llenare de mis juegos restregándome contra ti… - Kasai miró sus ojos, buscando la expresión que le indicase que Shiro se moría por penetrarla, pero en su lugar encontró una expresión más picarona. Antes de que Kasai pensase en nada la agarró por la cintura y de un movimiento pego su cuerpo con el suyo, haciendo que la penetrase hasta el fondo.

- ¡¡¡Aaaaaaah!!!. – Ni las manos de Kasai que velozmente taparon su boca consiguieron amortiguar aquel grito. Aaah… creo que podría haberme corrido al penetrarla sólo con ese grito… – Ah, ah… eres… ah…

Alguien me habrá oído… seguro… Maldito Shiro…

No pudo terminar la frase porque sus caderas se movían solas, haciendo que Shiro la penetrase una y otra vez, cada vez más rápido, cada vez subiendo más sin dejar que su pene se escapase, cada vez gimiendo más.

- Shiro, Shiro, aah…

- Aah… Kasai…

Las manos de Shiro la tocaban por todas partes, golpeaban suavemente su clítoris, pellizcaban sus pezones y estrujaban sus pechos. Kasai con las manos de él ocupándose de todo alzó sus brazos, dando la sensación de que bailaba sobre su pene.

Los gemidos de ambos ya casi parecían gritos, pero a ninguno de los dos le importaba ya.

- Shiiro, voy a correeerme, aaah… córrete conmigo Shiro, dentro de mí… hazme tuya…

Kasai se dejó caer sobre él, clavándole las uñas en los hombros mientras hacía por última vez que el pene de Shiro la llenase completamente.

Ambos gritaron el nombre del otro.

Shiró mordió su cuello mientras intentaba penetrar más profundamente en ella.

Kasaí gritó y marcó sus uñas en los hombros de él mientras se pegaba más a su cuerpo.

Shiro la llenó completamente mientras el interior de ella se contraía rítmicamente haciendo que se corriese aún más y provocando que palpitase a su vez.

Aquel éxtasis apenas duró unos segundos, pero lo recordarían para siempre, recordarían cómo sus cuerpos se buscaban mutuamente y cómo sus mentes sólo tenían espacio para el otro.

Los cuerpos de ambos se relajaron, pero ninguno de los dos se movió, manteniéndose lo más juntos posible y él aun penetrándola.

Se miraron y ninguno de los dos supo que decir.Sus labios… quiero besarla, pero… aún no sé ni por qué ha hecho esto, quizás no quiera… Shiro la miraba, intentando averiguar si lo hacía o no.

Quizás no quiera, pero… Tengo que besarlo

Kasai bajó lentamente, acercándose a sus labios y a medida que se aproximaba su corazón latía más rápidamente.

Tengo que besarla

Shiro acortó el último tramo que separaba sus labios y sorprendió a Kasai cuando sus labios se juntaron.

Para ellos el mundo se congelo en ese instante, y sólo siguió su curso cuando sus labios se despegaron y volvieron a mirarse. Y ninguno de los dos pudo remediar el abalanzarse sobre los labios del otro nuevamente, esta vez dejando atrás la timidez inicial de la inseguridad del momento.

Kasai gimió involuntariamente sorprendida y miró a Shiro, notaba como su pene volvía a crecer dentro de ella, llegando a ser más grande y grueso que la última vez.

- Ah… Shiro… - Acaba de correrse dentro de mí… Aún noto su semen dentro y aun así…

- Kasai… Quiero volver a hacerte mía… Quiero que seas mía y sólo mía, siempre…

- Tonto… no tienes que hacerme tuya… - Kasai le besó dulcemente en los labios. – Ya soy tuya.

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