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Por la ventana de mi comadre

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Mis relatos anteriores fueron ya hace muchos meses, por eso les cuento la situación previa brevemente.  

Tengo una amiga Sandra (nombre verdadero) que tiene dos hijos y un esposo que trabaja lejos. Soy el padrino del menor de sus hijos. Es una mujer de 40 años con un culo que da ganas de comerlo, de la que siempre supe que estaba mal atendida, por razones obvias, el esposo viene cada 15 días.

Se podrán imaginar que tengo unas ganas impresionantes de comerla toda, pero dado que soy muy cercano de la familia que conozco hace muchos años, como que siempre ganó la razón sobre el deseo animal de metérsela a fondo.

Ella trabaja en la casa en la confección de prendas de vestir.  

Una mañana me despierto con la decisión tomada, ¡me la voy a coger! Busque un pantalón que me quedaba grande para llevarlo como excusa.

Recorro en moto los 4 kilómetros que nos separan, creo que antes de llegar ya estaba con el palo duro.  Dejo la ruta y entro por el camino que conduce a su casa, es un pequeño barrio casi rural, unas 8 manzanas nada más.  

Ella tiene un Chevrolet negro que siempre está visible desde la calle si está en casa, se me aceleró el corazón al verlo, reconozco que estaba nervioso.   

Con el deseo y los nervios en mi mente no vi, hasta que paré la moto, otro auto estacionado que nunca había visto. Una clienta pensé. Al mirar la casa veo que los postigones de las ventanas del frente están cerrados.

Qué curioso pensé, si está el auto debe estar acá, nunca cierra los postigos....

Ya estaba ahí y no quería volver con el palo duro para mi casa.  

Debe estar bañándose, mejor voy por el garaje y veo si está la luz del baño prendida.  

Con la luz apagada y a punto de desistir, escucho como un murmullo viniendo de la parte de atrás de la casa.

Como un espía me acerco despacito y veo solo el jardín, pienso en la ventana del dormitorio. Por suerte o desgracia están los postigos abiertos de par en par, me acerco despacio y vuelvo a escuchar voces.  

Hay un árbol junto a la ventana que me permite acercarme mas y ver hacia dentro sin ser visto.

¡La puta! al ver hacia la cama matrimonial, veo a mi comadre Sandra en cuatro patas, ensartada desde atrás por otro que no es el esposo y por supuesto no soy yo... llegué tarde, demasiado.

Se la estaban dando con todo, se la sacaba toda y se la volvía a meter, el tipo no estaba muy dotado, a lo sumo unos 15 cm, pero parece que a la puta le gustaba por la manera que suspiraba y pedía más.

La pude ver bien y me di cuenta de que está más buena de lo que pensaba, el culo de diosa, no son grandes las tetas, pero lo suficiente para que el tipo las usara de agarre para volverla a clavar.

Saqué mi celular para filmar eso, por morbo y pensando que podría ser de alguna utilidad.

Cuando me puse a filmar estaba a lo perrito en el borde de la cama y el amante le pasaba lubricante en círculos y le metía dedos en el culo.

Amante:  el cornudo te la metió por el culo alguna vez?

Sandra: no nunca, no sé porque, pero por favor se tierno.

Amante: ahora sos mi puta y sabrás lo que es que tu macho te marque, porque que te desvirgue el culo es la marca de tu dueño.

Y dicho esto le puso la cabeza en la entrada, le agarro las caderas con firmeza y comenzó a introducirla, despacio, pero sin pausa.

Sandra se quejaba mordiendo la sábana, él se la metió toda y se la sacó toda afuera para volver a meterla, pero esta vez de golpe.

El grito de Sandra fue de dolor, pero no hizo ademan de sacar el culo, al contrario, lo empujo más hacia el amante.

Por mi parte ya había mojado el calzoncillo, y antes de que me descubrieran me fui, con sabor a derrota...

Continuará...

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