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Patas arriba (XII)

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Espero que me perdonéis el uso y abuso de lenguas extranjeras, pero lo consideré oportuno para darle un giro de interés a la historia, en todo caso, siempre encontraréis las traducciones de rigor y los cambios de personajes y el uso brusco del tiempo es porque los acontecimientos narrados son así y es la mejor forma de transmitirlo. Quedáis avisados. Bueno, la función debe continuar, dicen por ahí...

 

Patas Arriba XII

 

Joel

Bueno, ya todos me conocen, así que no diré nada sobre mí, continuaré con mi parte de la historia... cuando Ylian y Cami salieron botando leches para su Madrid pude ver una cosa: el dibujo de Ylian del Titanic estaba en mi mesa, entonces hablé con mi abuelo y me dio una idea genial, pero tengo que hablar con mis papás antes de poder hacer cualquier otra cosa...

 

Ramón

Paraules d'amor senzilles i tendres.

No en sabíem més, teníem quinze anys.

No havíem tingut massa temps per aprendre'n,

tot just despertàvem del son dels infants.

En teníem prou amb tres frases fetes

que havíem après d'antics comediants.

D'històries d'amor, somnis de poetes,

no en sabíem més, teníem quinze anys

Dice la canción de Serrat, pero sería más exacta para mí si dijera “teníem setze anys”, vale, vale, ya lo traduzco:

 “Palabras de amor sencillas y tiernas

No sabían más, pues tenían quince años.

No tuvieron tiempo de aprenderlas

apenas despertaban del sueño de la infancia.

Les bastaban tres frases hechas

que habían aprendido de viejos comediantes.

De historias de amor, sueños de poetas,

no sabían más tenían quince años

Yo la corregiría a “tenían dieciséis años” y sería la historia del amor que nos tuvimos Antonio y yo antes que mi padre lo matara, pero así es la vida cuando tu padre es un catalán ultra conservador incapaz de pensar en algo más que en sí mismo y la impresión que da a los demás. Mi mayor problema era que sabía todo de Antonio porque como dicen por ahí: pueblo chico, infierno grande.

En fin, hoy me obligaron a irme de esa casa de locos, que igual no soportaría mucho más, me pusieron en un bus rumbo a Madrid y me dieron dinero para un tren a Barcelona, desde allí, si quería volver al pueblo debía buscarme la vida, pero no me importó, no volveré a Catalunya, no me interesa volver a un sitio que para mí no es más que un infierno, lo lamento.

Así que como no hay nada secreto en ese lugar donde estuve confinado, supe un poco antes cuándo me sacarían de aquí y consideré que era el momento de hablar con Ricardo y pedirle ayuda, así que me arriesgué y llamé al número que me dio y me atendió un chico muy amable, era Iván, me dijo que no le diríamos nada a Ricardo, que le gustaría darle esa sorpresa, imagino que le contó sobre mí, o es un gran chico, no lo sé, tendré que conocerle primero.

 

Ricardo

No sé qué le pasa a mi Vanya, hoy se puso ropa elegante y me obligó a mí a hacer otro tanto, me dijo que teníamos un compromiso de suma importancia, vale hoy es sábado y el martes cumpliré 18, pero estamos ya de vacaciones y podemos festejar el mismo día, además, tanto Ylian como mamochka me han estado preguntando mis gustos en diversas cosas, eso significa que traman algo, porque normalmente eso son cosas que las saben más por Vanya que por mí, a menos que también sea sorpresa para mi novio, claro.

Bueno, Vanya me hizo tomar el metro porque todavía no le han entregado su carnet de conducir ni la L, así que seguimos a pie, Vanya me llevó a un sitio y me hizo comprar una caja de chocolates con un lazo azul y luego me guio a la misma estación de autobuses donde me recibió hace un par de semanas y me dijo:

- Guapo, tu sorpresa llegará de un momento a otro...

- ¿De qué hablas, Vanya?

- Ya lo verás...

Y justo entonces llegó un bus desde Finisterre y, ¡oh sorpresa!, de él se bajó mi viejo amigo Ramón.

¡Hola, Ramón! Com va el viatge, amic meu? -saludó Vanya en catalán (traducción: “¡Hola, Ramón! ¿Cómo estuvo el viaje, amigo mío?”), vale, se entiende fácil, pero no pensé que mi noviecito guapo lo hablara.

- ¿Desde cuando hablas catalán? -le preguntó Ramón entre risas-, lo hiciste perfecto, pero me sorprendiste...

- Un mago nunca revela sus secretos -respondió Vanya misteriosamente-, Ricardo, creo que es hora de entregar tu regalo, o se derretirá...

Buen punto, me apresuré a darle los chocolates a Ramón, quien me abrazó y me dio dos besos mientras decía “moltes graciès” que supuse que era una frase de agradecimiento. Estábamos en eso cuando llegó Cami a todo correr mientras se sostenía el costado por el dolor del flato:

- Hola chicos, tú debes ser Ramón, ¿no? -saludó a mi amigo y continuó hablando- perdonad el retraso, cosas de último minuto, nada importante... en fin, ¿Ramón, dónde te quedarás?

 

Cami

Me bastó verlo y lo flipé, este Ramón es físicamente lo que me gusta: un chico de ojos azules enmarcados en unas hermosas gafas, pelo negro, tendrá unos 24 años, no creo que después del tiempo que Ricardo me dijo que llevaba allí tenga una musculatura exagerada, pero no se ve mal, además, Finisterre es Finisterre y se nota que su piel en algún momento fue blanca, pero ahora tiene un delicioso color dorado cortesía del sol, cualquiera envidiaría un bronceado así.

 

Ramón

¿Quién es este adonis que vino con los chicos? Un chico de 20 años, creo, rubio como el sol con esos ojazos verdes, su cara de ángel podría verla durante horas sin cansarme... lo que diría de él, lo tengo que decir en catalán: ets mes bo que la xocolata blanca; como diríais vosotros en castellano: está como para parar un tren...

 

Cami

Le ayudé a llevar su equipaje y no me dirigí al metro, tal como esperaban Ricardo y Ramón, sino que, conforme a lo que había hablado con Iván, los llevé al coche de mi papá Luis y allí estaba Ylian esperando... pero no estaba solo, como cuando lo dejé allí, sino que Joel había aparecido de la nada y estaba hablando con mi amigo, que pese a no haber perdido su típica postura elegante y distante, se veía un poco incómodo por la situación, no sé por qué, para mí es más que evidente que esos dos se gustan, si sucede lo que creo que sucede, no veo motivos para que esté así, en fin, cuando lleguemos allí lo averiguaremos.

 

Ylian

El capullo de Cami me dejó solo en el coche mientras él iba a por los chicos y el amigo de Ricardo, aunque luego tendré que agradecerle... estaba yo todo aburrido esperando, ya Cami tenía mucho rato de haberse ido, como medio minuto o así, cuando me tocaron la ventanilla, pensé que sería algún personaje de estos que vende cosas de coche en coche para ganarse la vida, pero en su lugar vi ese hermoso rostro enmarcado por el pelo negro de Joel. Lo poco que tenía de medio sueño se evaporó en el acto y en menos de nada estaba yo fuera del coche y tratando de verme atractivo pese a que Cami me sacó de casa a medio despertarme.

Joel venía con algo en sus manos, era un paquete grande, pero no quiso mostrármelo, me dijo que cuando llegase el momento lo vería. Sólo me dijo que lo que había en ese paquete me llamaría tanto la atención como guapo me veía él a mí. No supe cómo reaccionar, no sabía si ponerme rojo, si mirar a otro sitio, si no creerle o si aparentar que me decía algo que no me hacía justicia. Por suerte en ese momento aparecieron los chicos y pude disimular un poco, aunque he de ser sincero y admitir que Cami se dio cuenta, bueno, él siempre se da cuenta... aunque pude ver que no era el único interesado en alguien: Cami miraba al Ramón y el Ramón lo miraba, pero nunca coincidían sus miradas, así que decidí salirme con la mía:

- Tíos, creo que éramos pocos y parió la abuela, mirad, no sé dónde vais, pero quedemos en el chino del barrio para comer, que casi es hora, Joel y yo iremos en metro, que así cabéis en el coche -le guiñé un ojo a Vanya, esperando que entendiera por qué lo hacía y antes que los demás pudieran protestar me despedí y me fui de allí con Joel.

 

Ricardo

Bueno, ¿qué le ha picado a mi cuñado el ruso? No soy tan despistado como parece, creo que el Joel le mola y creo que también quería dejar solo a Cami con Ramón...

- Oye Ricardo -me dijo Ramón al oído- ¿estos dos, son mellizos?

Aunque él me hizo la pregunta de manera que nadie más le oyese, no pude evitar partirme de risa, la verdad es que tienen un aire, pero jamás se me habría ocurrido que fueran mellizos, tal vez porque les conocí con tiempo suficiente para no confundirlos, además, no es lo mismo mi cuñado que su mejor amigo, vamos, que para mí no es para tanto. Pero cuando me pude controlar noté que Vanya y Cami me miraban sorprendidos mientras Ramón parecía un poco avergonzado, así que tuve que explicarme:

- No pasa nada, chicos, sólo que Ramón creyó que Ylian y Cami erais mellizos... -entonces nos tronchamos de risa los cuatro, Ramón con bastante alivio porque lo tratábamos como uno más del grupo.

- Bueno, mellizos no somos, pero no puedo asegurar que no seamos familia... -Vanya y yo le miramos sorprendidos, Cami nunca hablaba de su origen, nosotros sabemos por sus papás que mantiene contacto con su madre biológica y su hermana, pero según me contaron Luis y Fran el único día que hablamos del tema, no sabían quién era el papá de Cami, así que nos sorprendió ese comentario, al ver nuestra cara, Cami sonrió con esa sonrisa sincera que ha tenido siempre y se explicó-: aunque no sé quién es mi padre biológico y a mi madre no le gusta hablar del tema, me ha dado pistas, alguna vez me ha dicho que las lenguas deberían dárseme bien, que lo tengo en la sangre, por otras cosas que me ha dicho y alguna que mi hermana me ha contado que la ha oído decir, he podido deducir que mi padre o no es español o por un milagro se le dan bien los idiomas, por eso digo que bien podríamos ser familia los tres y no saberlo, incluso podría ser familia de Joel que es inglés y no saberlo, pero lo mismo da, en este momento no me interesa ninguna chica -Cami hizo un evidente gesto de que le interesa Ramón, pero lo hizo de forma que él no lo viese-, que es el único caso en que podría llegar a preocuparme la genética, creo... aunque me gusta la idea de ser el mellizo de Ylian, al menos para reírnos de la gente por la calle... venga, Ramón, sube al coche.

Cami cortó el tema rápidamente, obviamente para evitar preguntas al respecto y mientras subíamos las cosas de Ramón al coche, Vanya y yo llegamos a un acuerdo silencioso: dejar a esos dos solos, que alguna cosa tendrían que decirse...

- Cami, -empezó Vanya-, cuando hablamos por teléfono te dije que Ramón tiene dónde quedarse, así que vete con él y ya luego nos vemos en el chino, que aquí Ricardo quiere que demos un paseo antes de comer, ¿no tenéis bronca, verdad?

- Vamos, chicos que me gustaría un aperitivo a mi manera, ¿verdad que no tenéis problema?

- Por mí no -contestó Ramón-, ¿y tú, Cami?

- Si sabes llegar a tu casa, no tengo problema -respondió el rubiales.

- Por cierto, Ramón, -me pudo la curiosidad-, ¿dónde vivirás?

- Ya me extrañaba que no lo preguntaras, pues bien, resulta que antes de enviarme a esa casa de Finisterre un tío mío que me quería mucho me regaló un piso y algún dinero, en ese momento era mucho, aunque a como están las cosas actualmente sólo me dará para sentar bases, pero tengo con qué empezar, hala, iros por ahí, tortolitos, que sé llegar a mi casa.

Me sorprendió que alguien en la familia de Ramón pudiera ser medianamente sociable, pero me alegra que tenga cómo empezar una nueva vida. Al final de cuentas, Vanya y yo nos despedimos y nos fuimos andando al chino, que ya casi era hora y además los demás irían en coche, así que tenían ventaja sobre nosotros.

Aunque Vanya me hizo entrar al parking de un Mercadona y me encerró contra una esquina y me dijo “querías un aperitivo, pues lo tendrás” y dejó su posición amenazante, pasó la mano por mi cintura, acarició mi mejilla y nos fundimos en un beso de esos que me encanta darle, un beso de esos que siempre han significado amor para los dos, esos besos en los que hablan nuestros corazones y no necesitamos palabras. No sé cuánto tiempo pasó, ni me importa, es mi chico, el hombre al que amo y no me preocupa si nos vio toda España, me interesa darle mi corazón a mi Vanya.

Pero justo cuando nos separamos los vi: mis padres salían del Mercadona, al parecer, y para nuestra dicha, su coche estaba al otro lado de ese parking, esperé que no me vieran, pero de repente mi hermanito, que tiene ocho años, se acercó a mí y me abrazó como nunca en la vida, me hizo agacharme para quedar a su altura y que me pudiera decir al oído “Ricar, te amo, eres mi hermano, pase lo que pase”. No pude evitarlo, miré sus ojos azules como el cielo y lo abracé, lo aferré fuerte a mí como nunca lo había hecho, y le dije al oído “Norman, no importa lo que digan papa y mama, puedes contar conmigo, soy tu hermano y te amo”. Luego noté que mis padres nos miraban y pensé que nos separarían o al menos tendrían mala cara, pero no, simplemente estaban allí, mirándonos como siempre había hecho cuando mi hermano me daba cariño, y cuando notaron mi vista fija en ellos nos hicieron una seña de saludo, llamaron a mi hermano y se fueron.

 

Ylian

Joel había venido en su coche, así que me llevó a él y nos fuimos a mi casa, a estas horas no había nadie y lo llevé directo a mi habitación, si él planea decirme lo que quiero que me diga, mejor que sea en un ambiente de intimidad y sin testigos, para que no se corte.

- Bueno, Ylian, creo que es hora de mostrarte el contenido de este paquete -me tendió el paquete, que era bastante pesado, bien podría ser un libro, pero algo me decía que no, probablemente la textura, en fin, que lo abrí y tal como sospechaba, era un cuadro, pero cuando lo vi me quedé de una pieza: era mi cuadro del Titanic y en la base del marco estaban dos de las fotos del bisabuelo de Joel.

- Esto es... ¡precioso! Es el mejor regalo que me han hecho en la vida, Joel, ¿cómo obtuviste mi dibujo? -ante mi cara de asombro, Joel sonreía y lo interpreté como que todo iba según su plan.

- Eso es sencillo, Ylian, lo dejaste olvidado en mi casa el otro día y lo demás fue fácil, verás, hablé con mi abuelo y con mis padres y ellos decidieron que eres un gran admirador del suceso del Titanic, así que estos son los originales de dos de las fotos que tomó el padre de mi abuelo: la primera vez que vio el trasatlántico en el puerto y la mejor foto desde babor que él pudo tomar.

No podía creerlo, ¡eran los originales! Este chico guapo me estaba haciendo no sólo el mejor obsequio que alguien podría hacerme, sino que además vale una fortuna sólo por las fotos. No tenía pensado que esto sucediese así, pero las cosas no siempre suceden tal como las esperamos, con semejante regalo ese chico que mostraba un buen cuerpo y una personalidad bonita me terminó de flechar, así que por una vez en mi vida decidí dejar de hacerme rogar y tomar la iniciativa, este chico no se irá tan fácil, al menos un beso le daré. Y mientras pensaba eso mi cuerpo actuó solo y cuando me di cuenta lo tenía abrazado y nuestras bocas se buscaban, me dejé llevar, rara vez hago esto, pero quien no arriesga no gana, dicen por ahí.

 

Cami

Estos gilipollas, vale, que el chico es lindo y que me mola bastante, pero tampoco es para que me dejaran a solas con él, bueno, qué más da, al menos pasaremos un rato juntos y ya veremos si hacemos buenas migas.

Entonces me di cuenta que nadie le había preguntado a Ramón su dirección, los demás vivimos bastante cerca y sería una pena que el tío viva lejos. Le pregunté y al menos vivirá en el mismo barrio, así que ahora a navegar entre las calles y por fin llegamos a su nuevo piso. Debo decir que el tío que le regaló el piso pensó en todo: está completamente amueblado, no le falta más que este chico guapo dentro.

Lo ayudé a subir las cosas e intenté algo que nunca había intentado antes y hice como si me costase respirar de la agitación:

- Cami, ¿estás bien? ¿quieres un vaso con agua?

- No te preocupes... es sólo que me falta el aire... estaré bien...

- Bueno, eso lo podemos solucionar... -me dijo con una cara pícara.

 

Ramón

Por supuesto que era más que evidente que Cami lo que buscaba un pretexto para besarme, supiera él que lo único que necesita para que lo bese es unir nuestras bocas, en fin, que lo recosté contra la pared y sentí sus manos en mi cintura, aferrándome a él mientras que mis manos iban una a su pecho y la otra a su cintura mientras cerraba mis ojos y unía nuestras bocas y me entregaba como hacía años no lo hacía, es cierto que apenas es el primer beso, que puede que todo se quede allí, pero desde Antonio no había besado a nadie y ni siquiera con él había experimentado tantas emociones en mi cuerpo, no sé si serían los sentimientos que los dos expresábamos o su mano en mi espalda o la caricia que hizo en mi cuello.

Estábamos en ese beso maravilloso cuando sonó su móvil y tuvimos que separarnos, era Ricardo, que, si todo iba bien, porque ya era pasada la hora en que habíamos quedado. Así que nada, abrimos las ventanas para que se ventilara el piso y nos fuimos al famoso chino, el problema fue cuando llegamos al portal. Salimos a la calle y entonces sucedió: iba pasando un solo coche por la calle, tenía los cristales tintados y de la nada vi que Cami caía al suelo sujetándose la tripa. Logré separar sus manos y pude ver que brotaba sangre, aunque no sabía de dónde venía.

Continuará...

Hasta aquí este capítulo, que no la historia, espero vuestras sugerencias y valoraciones, esta historia tiene mucho por dónde tirar y si me dais una buena idea, aquí estará incluida jejeje

Y como dicen los italianos: mangate bene, cagate forte e non habeate paura da morte.

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