Diario de un Prisionero VII: el final…
Mis queridos lectores y autores amigos, esta saga ha llegado a su final, espero que os guste, aunque tengo mis dudas, porque el final es todo un reto para mí, pero no diré más, aquí os lo dejo:
A San José, 30 de octubre
Amor de mi vida, mi guapo Andrés,
Estos días han transcurrido con normalidad, que ha sido lo menos normal últimamente, pero bueno, me alegro mucho de poder volver a salir sin miedo a lo que hay alrededor y sobre todo, me alegro de estar contigo casi todo el día, porque aunque ahora vas a clases, como me pongo a estudiar ni cuenta me doy del tiempo que pasa, pero bueno, lo que más me gusta es que entras al estudio, me abrazas por detrás, me das un beso en el cuello y me dices “ya es hora de comer, mi amor” y te vas, dándome tiempo de recoger todo y llegar al comedor justo cuando la nana va a gritar “a comeeeeeeer”, comemos todos juntos, dormimos una siestica o vemos un poco la TV, luego vamos a cita con Alicia o hacemos ejercicio, ya en la noche salimos con Martin y Quique o lo que se presente y a dormir y soñar con mi angelito personal, que me abraza todas las noches…
Aunque hoy decidiste ir al entrenamiento, así que decidí ir contigo y de camino me contaste que en la universidad tus compañeros te gastaron una broma: aprovecharon que no llegó el profesor y se pusieron de inocentes a jugar al ahorcado, pero decidieron hacerlo con frases y cuando te tocó adivinar te pusieron la frase “te amo, Pablo” y te pregunté que cómo sabían mi nombre, pero me dijiste que me lo decías después del entrenamiento, porque justo llegábamos y ya estaban los chicos llamándote. No me quedó de otra que aguantarme las ganas, aunque me desquité viéndote, pero me llevé una gran sorpresa cuando alguien se sentó junto a mí; no le presté mucha atención porque justo te estabas luciendo para mí, pero un rato después el recién llegado rompió el silencio “¿no me saludas, Pablo?” me preguntó y al volverme pude ver que era Martin, por supuesto que lo saludé, con el abrazo que ya era normal entre nosotros y nos dedicamos a comparar a Quique y a ti con el siguiente resultado, cada uno piensa que el otro es lindo, pero el propio es mejor… es lo que tiene tener el mejor novio del mundo.
Ya de vuelta, fuimos a cenar a un Subway y me contaste el cómo supieron mi nombre, me dio tanta risa, es que no me lo imagino, tú escribiendo mi nombre y encerrándolo en un corazón en las esquinas de las hojas de tu cuaderno… es tierno, pero nunca me lo imaginé en ti, no sé, no pega contigo… sin embargo, dejémonos de tonterías que yo también hago corazoncitos en mis apuntes… te amo, mi Andrés.
Tuyo hasta la médula,
Pablo
A San José, 15 de noviembre
Mi amor, mi Andrés,
Hoy fue un día normal, aunque te extrañé mucho durante la mañana, pero bueno, tenías que ir a clases y yo tenía que estudiar… en fin, que cuando volviste yo te estaba esperando en el despacho, me moría por besarte, es uno de esos días en que necesito besarte y decirte que te amo de forma especial, no sólo con palabras, sino con todo mi ser, porque te amo y soy completamente tuyo, mi amor, mi Andrés.
Después de comer, dormimos la siesta, abrazaditos, pero hoy no quería hacer ejercicio, al menos no del que se hace en el gym, así que aproveché que me desperté antes que tú y me las apañé para liberar tu pene sin que te despertaras y me lo metí a la boca, te despertaste con una gran sonrisa del placer que te daba, pronto estuvimos desnudos y me dediqué a recorrer tu cuerpo con mi lengua, me encanta tu sabor y poder besar todo tu cuerpo, después volví a besarte y de nuevo te hice una felación, más que todo para lubricar tu verga de nuevo; tú me acostaste en la cama y me abriste las piernas, de improviso sentí tu lengua en mi culito y no pude ahogar un gemido, no duró mucho rato cuando sentí que tu pene ingresaba en mí, tus manos recorrían mi espalda, nos fundíamos en uno y podía sentir tu amor, mientras yo intentaba expresarte cuánto te amo. Tu acabaste dentro de mí, pero no me dejaste acabar, sino que, en cuanto, nos repusimos, me ofreciste tu culito y me di un banquete, sabes lo que me gusta comértelo, tu culito me sabe a gloria y en ese beso negro te di todo el amor que pude expresar, luego te penetré, suavemente, pero sin detenerme, al final también acabé dentro de ti, nos duchamos y estudiamos el resto de la tarde… esta noche decidimos invitar a la nana y Sergio a cenar, y fuimos al restaurante italiano que me había llevado Alberto y hartamos todo lo que quisimos, la nana estaba contentísima de no tener que cocinar ni lavar platos, la verdad es que le gustó la sorpresa de cumpleaños jejeje
Volvimos a casa y dormimos como niños, te amo tanto que no logro dormir si no te abrazo, mi vida.
Feliz de ser tuyo,
Pablo.
A San José, 20 de noviembre
Mi protector Andrés,
Hoy sucedió algo que hizo que Quique volviera a su vigilancia… nos llegó una carta de Antonio, te la escribo de memoria, porque papá la quemó antes de que la vieras:
“Mi estimado Pablito, sé que moviste todo para que yo me pase el resto de la vida aquí encerrado, pero te tengo buenas noticias: tengo amigos fuera que te darán un pequeño recordatorio mío, espero que te guste y cuando logre salir de aquí vas a saber lo que es bueno. No te preocupes, te avisaré cuando vaya a salir, para que el inútil ese que tienes por novio no te folle más y pueda disfrutar tu estrecho y delicioso culito. Antonio”
No tenemos ni idea de lo que quiere decir exactamente, ni qué tipo de recordatorio puede ser, pero igual recurrimos a Quique, que ahora es teniente y comanda la estación de policía que está cerca de casa, y él llamó al jefe nacional de policía y nos dijeron que tomarán medidas, pero que conviene que nadie salga solo de casa, aunque intentemos mantener la rutina, en fin que tomemos nuestras propias precauciones, pero que disimulemos y eso haremos… a partir de ahora, todos tenemos guardaespaldas y la casa será vigilada por la policía las 24 horas del día, pero tú seguirás yendo a clases y yo iré a las citas con Alicia y la nana a comprar las cosas de la casa, no habrán mayores cambios, pero además, siempre tendremos escolta policial cuando viajemos en auto y, como extra, una escolta privada.
Por lo demás, he hecho un descubrimiento interesante: aunque intentas disimular, se nota que estás tramando algo para mi cumpleaños y que Sergio te está ayudando, me pregunto qué será, en fin, mejor no investigo más, porque quiero que me sorprendas…
Ansioso y enamorado,
Pablo
De la sección de sucesos de un periódico nacional, del día 28 de noviembre
MUERE ACRIBILLADA FAMILIA EN SAN JOSÉ
Ayer, en una casa que estaba bajo la protección de la policía se registró una de las matanzas más crueles de los últimos años, tal parece que el Cártel de la Costa colombiano pretendía lavar dinero en una famosa empresa y como el gerente se negara a recibir sobornos para “blanquear” el dinero, los representantes del cártel se cobraron su venganza. Los enviados entraron a la casa burlando la protección policial de forma todavía desconocida, en plena madrugada del amanecer del día de ayer, 27 de noviembre, y fueron habitación por habitación asesinando a toda la familia y el ama de llaves y nana del hijo de esta familia, al igual que al novio de este último. Los padres fueron encontrados en su habitación y es evidente que los habían obligado a arrodillarse y abrazarse. La doméstica fue encontrada muerta en la cocina afanada en los quehaceres de la casa. Los jóvenes fueron encontrados en el cuarto que compartían, el hijo de la familia, Pablo, escribía en su escritorio y allí murió, su novio, Andrés, fue encontrado a medio camino entre el cuerpo de su novio y la puerta, en lo que, al parecer, sería un intento de proteger a su amado de los atacantes. Según informa la policía, lo acontecido fue descubierto por el hijo de Ana, la doméstica, cuando volvía de casa de un amigo, también se informó que lo que el joven Pablo escribía en su diario y sólo había escrito “Mi amado Andrés, soy prisionero, prisionero de tu amor”.
FIN
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Espero que os haya gustado, es la primera vez que escribo un final trágico y no tengo ni idea de cómo me quedó, así que por favor comentad y valorad, que así me hago una idea y si gusta, puede que me anime a hacer otro…
Gracias por leerle y ser tan fieles,
Anderson