Nuevos relatos publicados: 9

Alma Invisible

  • 4
  • 2.736
  • 9,50 (4 Val.)
  • 0

Alma Invisible


Notas invisibles, gemidos extraños, y alientos dulces en las sombras de la luna llena; deseos hablados en un idioma de mudos, noche de leyendas para escribir mi fantasía con letras sangrientas, y en la introducción –tu amor, el guion donde pueda recorrer la anatomía de tu alma; y ahí en tu fragilidad, robar lo más sensible tu esencia.

Mi llanto suena a eco en la penumbra de un campo sin hierba, y ahí grito llorando, inconsciente al resplandor de tu energía que me ha enmudecido para embriagarme en la eternidad de tu encanto. 

2  

En mis pasos perdidos, callejones sin muros, brechas a la salida de un laberinto alumbrado; me detengo, y sigo esperando que llegues, respiro en mi memoria tu esencia de diosa; me pregunto si estas aquí, si ya has llegado, si existes en las cortinas del viento, y doy un paso al frente respetando hasta la más rara de tus tradiciones; quiero poder vivir bajo la sombra de tu presencia, cantar con las aves mientras amanece el fuego del alba en tu manto.   

3

La fragancia de la loba esta aquí en mi alcoba; que importa si la travesía de mi viaje ha sido un despliegue vano, pedir que te marches es una locura, sé que huiste, pero aun no te has marchado, y la dama de blanco te seguirá guiando. Viajaras por el universo visitando lugares extraños, yo seguiré el eco de tus pasos con un mapa de Vasco de Gama en la mano; y con las yemas de mis dedos, intentare dibujar poesías con las estrellas perdidas, y serán miles las centellas en tu cuerpo, y mis sueños serán tus pesadillas cuando respires la brisa del mar salado.

Las acciones son parientes de la sangre fría; se están quemando los montes, no hay más espacio para tantas fantasías; las melancolías se pasean de pasillo a pasillo, de un lugar a otro se pasean las almas en pena, y el baúl de las apuestas ya se está saturando... maldición, ya no es un secreto el pasillo al desván del mago viejo, parece que fueran de papel los muros de su escondite. Los cuervos están repitiendo mis gritos, son nueve las primaveras, y no se escucha las locomotoras, la tormenta hoy ha llegado pronto, el silbato del duende muere con la distancia, y como si mi alma perdiera diez añosmi cuerpo muere en este arrebate de sufrimiento.  

Hoy pensare que son tres décadas, espejismos sin cimientos, ya no hay faros en las colinas, no quiero respirar tanta ceniza; sigo muriendo, sé que me reprocharas tanta cobardía, la ternura humilde de tus manos nace en una colección de rocas volcánicas, y quiero pensar que me estarás ayudando, y dirás "tristemente mueres entre las espinas de una rosa marchita." Mi alma corre brevemente, y tu aliento es oxígeno puro, y mi alma se desangra apresuradamente, estoy muriendo contigo en este paraíso. El piso en el próximo cielo es de porcelana, y nuestros mocasines de pana, viajar sin poder pensar en lo que sucederá mañana, pero aún no ha llegado la calma. 

Como detener bruscamente tu vuelo sujetar tu cintura, asustar tu corazón con el tatuaje de mi palma; sacrilegio, el silencio en las paredes sofoca, y como poder atrapar seis moscas en el aire, quisiera pensar que son siete las mariposas en el jardín de las esposas viudas; se han quedado mudas las estatuas, la música de la zampoña como grito de guerra en un joven guerrero... ya no existen fantasmas, los demonios me arropan con su escalofrío, y pedir que abras la puerta seria mucho, en este calabozo hay más de siete veredas, y en donde estará la salida.

L.A.

 

No lo sabía, sentía que decías, pensaba que hablabas, me lo temía, te decía, no querías, has sido el acertijo, en donde está el crucigrama, para qué sirve el lema de tu sinfonía...

(9,50)