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Fionna y la fiesta de la Independencia

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Era el 24 de agosto, la noche previa al día de la independencia en Uruguay, noche fría pero no húmeda, como no se puede beber y conducir optamos por ir a uno de los bailes que quedaban cerca de casa, previa pasada por un bar a tomar una cerveza con unas muzzarellas. Es el día que más gente sale a bailar en el país, más que nochebuena o año viejo.

Fionna se había preparado despampanante para nuestra primera salida en sociedad, ya que no llevábamos ni un mes juntos. Como buena rubia de piel blanca y ojos azules le favorecen los colores oscuros y se había elegido uno que tenía un tajo alto y un lindo escote tanto en la espalda como en el pecho. Arriba de eso un tapado abrigado.

Llegamos al bar que está a un par de cuadras y estaba casi lleno, optamos por una mesa cerca de los baños, allí nos encontramos con algunos amigos de mi edad y luego fuimos al baile. No tengo que agregar mucho que, al ser pareja nueva, en un pueblo no muy grande con gente que creció junta, robamos las miradas y los comentarios, es que sus senos estaban bien apetitosos a la vista y muy deseable para cualquiera que la mirase. Bailamos, tomamos, nos divertimos, nos besamos, y obviamente le metí mano y nos refregamos bastante durante toda la noche. 

Al regresar a casa, la estufa todavía estaba encendida, por lo que le agregué unos leños y nos tiramos a besarnos y a quitarnos la ropa cerca del fuego. Con tanto tajo me llevé la sorpresa que abajo del vestido solo tenía sus medias con portaligas y estaba toda depilada, por tanto, antes de sacarle el vestido opté por empezar con unos juegos en su conchita, primero con los dedos y luego con mi lengua. Cuando ya se había corrido por primera vez solo atiné a bajarme los pantalones y quedar sin nada de la cintura para abajo, para dejarla montarme con la ropa puesta. Igual no precise mucho esfuerzo para dejar sus hermosos pechos talla 105 a la vista y poder deleitar mi lengua con ellos. No sé cuánto se demoró en correrse, lo que sí sé es que luego de eso, la tomé en mis brazos la puse en 4 y la volví a penetrar con tantas ganas que parecía que nunca la hubiese tenido para mí, pero cuando yo le dije que me iba a correr, ella me pidió que parase que me tenía una sorpresa y se salió, se dio vuelta se terminó de sacar el vestido se arrodilló y empezó a chuparme hasta sacar el semen y derramarlo sobre su cuerpo. 

A todo esto, tuvimos que ir a bañarnos juntos y ahí, enjabonada, viene y empezamos nuevamente a besarnos y tocarnos. Nos secamos como pudimos y fuimos nuevamente frente a la estufa, solo que esta vez fuimos contra la pared donde la levanté en volandas y empezó a saltar sobre mí. Luego salió y se apoyó con los brazos y las piernas separadas y yo comencé a tocarla por los senos y besarle el cuello, bajando por su espalda y llegando a su cola, donde me detuve en su ano para empezar a besarla. Me paró en seco y me rogó que por ahí no hiciéramos nada, que era virgen y tenía miedo que le doliera. Yo le aseguré que se quedara tranquila y seguí bajando por una pierna y subiendo por la otra para empezar a penetrarla después. Luego rodamos para quedar sobre la alfombra, junto al fuego, y terminar haciéndolo yo sobre ella, cara a cara y besándonos apasionadamente hasta que le llené de semen su conchita. Terminamos con unos besos y durmiendo arrollados, tapados por una manta frente a la estufa.

Eso fue solo el amanecer....

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