Un día estábamos mi bella prima y yo en mi habitación, comenzamos a jugar luchitas, hasta que yo toqué una de sus chichis por accidente y ella solo sonrió y toco la mía y le dije;
—ay que pena.
—no te avergüences, las dos tenemos tetitas y vamos a jugar a cerrar los ojos y tocarnos.
—vale.
Entonces ella tomó mi mano y la puso en sus ricas tetas y dijo:
—lame mi pezón.
Y yo empecé a hacerlo, sentía como estaba durito, ella puso su mano en mi panocha y abrió mis labios, se humedeció los dedos y empezó a tocar mi clítoris. En ese momento sentía algo tan rico y sentía como se humedecía más y más.
Me recostó y me dejó desnuda e hicimos un 69, ambas chupábamos nuestras panochas, fue delicioso sentir sus jugos, después estábamos muy excitadas que empezamos a tijerear.
Fue realmente excitante sentir su rica panochita en la mía.