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You and I

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Hannah Thous: Castaña de ojos chocolate, alta, delgada, de piel clara con un leve bronceado, bromista, sencilla, autentica, amorosa, estudiosa, con la autoestima un poco baja… Una chica invisible en el instituto.

Paris Was: Rubia de ojos azules, alta, delgada, de piel muy pero muy blanca, bromista pero pesada, arrogante, frívola, incomprendida, rebelde, envuelta en diversos círculos viciosos… Una porrista y la chica más popular del Instituto.

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Paris Was 

Con la luz del sol invadiendo toda mi habitación y el quinto llamado de la alarma, decidí levantarme y darle inicio a mi día, los deseos de salir de mi cama la verdad es que eran inexistentes, pero ¿Cómo voy a preferir quedarme en casa? Si voy a estar totalmente sola… es algo deprimente, prefiero ir a verle la cara a todos aquellos odiosos profesores. Tome la toalla del closet y entre a realizar mi rutina, demore lo esencial y Salí, use lo primero que encontré: un pantalón negro ceñido al cuerpo con una musculosa blanca con algún estampado, botas negras y mi adorada chaqueta negra de cuero que estaba puesta en el espaldar de la silla de la computadora, sujete mi cabello en una cola de caballo alta, coloque un poco de perfume y junte las cosas necesarias en una cartera, por ultimo tome las llames del auto y baje las escaleras. Note como mi padre ya no estaba, ya había ido a dejar a mi hermano al instituto camino a su trabajo, no vi señales de mi mama *amen*  fui directo a la cocina y me serví un vaso de jugo de naranja, me recosté en el mesón mientras lo bebía, observé el cielo a través de la ventana de la cocina y noté que realmente hacía un lindo día afuera, pero no di mayor reflexión ante el paisaje y abandoné el lugar antes de toparme con mi mamá y ganarme una innecesaria discusión, solté el vaso en la mesa del comedor y abrí la puerta, a lo lejos escuche un: "Paris NO llegues tarde" el cual ignoré y sin dar más largas me dispuse a encender el auto, mientras subía, noté que a los neumáticos les hacia falta algo de aire, pero el tiempo estaba en mi contra, tendría que hacerme cargo de eso luego de clases, por el camino encendí la radio y sonaban algunas de mis canciones favoritas, canté un poco hasta que me aproximé a la entrada del instituto, un nuevo año empieza y yo como de costumbre, llego a clases una semana después de que todo el mundo lo hace, sin idea de dónde quedaban mis clases le envié un mensaje de texto a la única responsable de mi grupo, de todos ella era la única que asistía la primera semana.

— ¿Dónde estas? «Enviado»

—Llegando a mí casillero para dejar algunas cosas, ¿Dónde estás tú?, la clase empieza en dos minutos. «Recibido»

—MIERDA!!! Bajando del auto, te veo en el salón. «Enviado»

—Por cierto, ¿Cuál es el salón? «Enviado»

—LOL, A16-401, procura no llegar tarde, que es la clase de Mrs. Dona!!! «Recibido»

"¡Mierda perfecto!" —pensé, mi próxima clase es al otro extremo del instituto, no llegaba ni corriendo en dos minutos, pero que más da. Entré por la puerta principal del instituto en donde ya no había muchos estudiantes pues todos estaban entrando a sus respectivos salones de clases, visualicé muchas caras conocidas, muchas personas que dieron sonrisas y saludos en general, yo que no era precisamente la reina de la amabilidad, solo respondí los saludos de quienes consideré importantes, continúe mi camino hacia el módulo donde estaba mi salón, no sonaba aún el timbre así que tomé el aviso de Clara como una exageración me detuve a observar por uno de los balcones del pasillo a la gente de los primeros años, que como corderitos iban de prisa corriendo a sus clases para no llegar con retardo, reí un poco mientras hacia memoria de mis primeros años aquí, cuando inicié la secundaria lo hice teniendo un promedio excelente, me iba de maravilla y era parte de todas las clases nerds del colegio, amaba la música y estaba en todos los cursos que se relacionaban con eso, formaba parte del grupo de repostería, de ciencias, realmente toda una cerebrito, verlos a ellos corriendo para entrar a tiempo me llevó a esa reflexión y me perdí un poco en mis pensamientos, fue como un flashback de mi vida, recordé cuando conocí a Otto y por él al resto de mi grupo actual de amigos, y él, siendo parte del equipo de futbol, me hizo unirme al grupo de animadoras, desde ahí fue cambiando mi estilo de vida, ninguna animadora toma clases de repostería o asiste al club de ciencias, eso era en contra del estatus social, así que fui poco a poco sustituyendo desde mis cursos extras, hasta a mis amigos y sin darme cuenta muchas cosas más. En mi recorrido visual por el campus alcancé a ver a Lucas con su grupo de amigos nerds, contuve la risa al verlos ir corriendo igual que el resto de la manada para entrar a clases, sin profundizar más en esa imagen el sonido del timbre me sacó brutalmente de mis adentros, caminé de prisa sin parecer demasiado preocupada por llegar, cosa que no era tan cierta tratándose del profesor que me tocaba.

—Señorita Was, ¿nos hace el honor de entrar a la clase y cerrar la puerta, o prefiere irse a dar una vuelta por todo el jardín? —Preguntó en el tono más irónico e irritante que consiguió el profesor Dona.

La atención de todo el curso se poso sobre mí, esperando una respuesta contundente para aquel imponente profesor que durante los últimos años se había dedicado a retarme en cada curso que tomaba con él.

Les haré el honor, para que no pierda la costumbre de verme —dije dibujando una sonrisa de mala gana y haciendo una pequeña reverencia al profesor en forma de burla.

Se escucharon algunas carcajadas disimuladas provenientes de los chicos del salón, lo que hizo enfadar al profesor, quien solo indicó el asiento vacío de atrás y prosiguió con la clase. Yo caminé pacientemente por el pasillo entre los asientos y noté la mirada de Clara quien negaba con la cabeza en respuesta a mi actitud de hace unos instantes, le di una sonrisa y ella la respondió con otra de vuelta y un pequeño suspiro, me senté en donde el profesor indicó para evitarme más problemas y por el resto de la hora me perdí en mis pensamientos ignorando lo que ocurría a mi alrededor. Sonó el timbre y lo único que logró despertarme de mis reflexiones internas fue un grito que dio Clara desde la puerta del aula de clases que ya estaba considerablemente vacía.

—¡¡¡HEY  WAS!!! ¿Te vas a quedar allí sentada o vienes a desayunar? —Exclamó mientras su novio la tomaba de la mano.

—No, claro que no, ya voy, los veo en el pasillo —respondí mientras tomaba mis cosas del asiento y me preparaba para salir.

Mientras me movía entre los asientos y miraba mi teléfono el profesor me hizo un comentario:

—Srita. Was, ¿podemos conversar un momento?

"¡PERFECTO!" pensé irónicamente mientras me volteaba para mirar al profesor.

— ¡Vaya! ahora no puedo me están esperando profesor, pero… el próximo miércoles, sin ningún tipo de problemas podemos tener tooodaaas —alargue la palabra para sonar sarcástica— las conversaciones que quiera antes de la clase —contesté mintiendo descaradamente en su cara— entonces… nos vemos —dije continuando mi camino a la salida.

—Espere señorita Was, sabemos que la señorita Harris no va a morir sí la espera dos minutos más, tomemos en cuenta que el joven Thomas le está haciendo compañía afuera, sume a eso que la próxima clase es el jueves y no el miércoles, ambos sabemos que con suerte va a llegar, no creo que lo haga a tiempo, ni mucho menos que llegué más temprano para tener esta conversación y si mi argumento no basta, entonces tome esto como una orden, siéntese un momento que tengo un par de cosas que decirle —terminó el irreverentemente e insistente profesor.

De mala gana y murmurando un poco me senté en los primeros asientos dejando caer mi bolso al piso, apoyando mi cuerpo en el espaldar de la silla y colando mis manos cruzadas en mi pecho en señal de que no me importaba aquella conversación que se aproximaba.

—Vamos Paris, muestre un poco de respeto o por lo menos fínjalo! —Exclamó el hombre

— ¿Podemos ir al grano? —contesté molesta

—Bueno, yo sólo quería decirle señorita Was que mi única responsabilidad con este curso es hacer que mis conocimientos lleguen hasta ustedes, que amen profundamente la cátedra, que la disfruten tanto como lo hago yo, la apreciación musical es más que solo analizar melodías de Beethoven, es realmente apreciar la música en niveles más profundos, usted tomó muchos de mis cursos durante sus primeros años, este el último año que le daré clases antes de que pase a la universidad, solo le pido que respete este salón, que respete mi trabajo y no venga aquí solo por completar sus créditos, si no puede hacer lo que le pido, retire la materia, no me haga perder el tiempo en usted, porque yo le veo potencial para la música, se que lo tiene, pero usted está ocupada lanzando eso por la borda y yo personalmente no quiero ver como usted destruye su futuro y pierde el tiempo en mis clases pensando en quien sabe que cosas.

El profesor logró capturar mi atención durante todo su monólogo, quizá por lo que decía acerca del potencial que me veía, quizá porque todo lo que salió de su boca era totalmente cierto, hubo algo en cada una de sus palabras que hizo ruido en mi mente y me llegó directamente a la conciencia. Supuse que mi cara estaba revelando todas estas emociones que había explotado en mí aquel llamado de atención por lo que fingí rápidamente indiferencia y conteste:

— ¿Ya puedo irme? —pregunte tronando mis dedos.

—Piense bien lo que le dije señorita Was, que tenga buen día. —completo el profesor mientras se retiraba.

Caminé hacia la salida algo perturbada y molesta, el profesor no solo logró removerme los pensamientos sino que en cierto modo me retó a dejar el curso, contando que desde que entré me estaba exponiendo delante de la clase, "¿Qué se cree ese idiota?" pensé mientras caminaba deprisa pero sin rumbo aparente por los pasillos y sin fijar mi mirada en nada me di un tropezón con una chica de segundo año.

—¡¡TODOS ESTAN IDIOTAS HOY!!,¿ ACASO NO VES POR DÓNDE CAMINAS? —grite a la chica con la que me había tropezado.

—Lo si-si-siento! es que voy mirando mi teléf… —interrumpí su argumento.

—¡¡¡PUES MIRA TU MALDITO TELEFONO LEJOS DE MI!!! —Grité mientras lanzaba una potente mirada de odio— quítate de mi vista —agregué.

Seguí mi camino, esta vez más atenta para no toparme con otro idiota más, a lo lejos alcancé a mirar a Lucy que iba con Caro camino al comedor, les hice señales de que me esperan para ir juntas.

—HEY! Was, ¿vienes de mal genio? —preguntó Lucy

—Los idiotas están desatados este año, ¿quién deja entrar a tantos imbéciles a esta escuela?—comenté mientras las saludas con un beso y un abrazo.

—Ya sabes hay demasiados niños nuevos y tontos aquí, tranquila el próximo año, ya no tendrás que estar rodeada de los de secundaria, te vendrás a nuestro lado del instituto —dijo Caro riendo.

—Si, perfecto un año más soportando esta mierda, acabo de toparme con una idiota de segundo que casi me saca el hombro de un tropezón, no entiendo que mierda tienen la cabeza estos niñosles comenté furiosa.

—Hablas como si eres muy grande —dijo Lucy.

—Y tú como si eres Universitaria! —respondí riendo.

Caminamos hacia al comedor para ir a tomar el desayuno, de entrada se veían los grupos claramente marcados, había mesas por todos lados llenas de grupos grandes y pequeños de gente, podías apreciar todo tipo de personas en esas mesas, separadas claramente por los “status” en mi caso mi mesa estaba prácticamente en el centro de todas las demás, el comedor era inmenso pero cerrado, estaba la cafetería, con largas filas para comprar comida, varios puestos más que vendían otro tipo de comidas menos “saludables”, el ruido era común pues ese era el único lugar de todo el campus donde preparatoria y universidad estaban ligados, de resto cada sector tenia sus áreas especificas en el instituto, áreas que se determinaban dependiendo de quien eras tú y quienes eran tus amigos, visualicé a Valen sentada en las piernas de Alex ellos iban un año más en la escuela que yo, de un lado Thomas y Clara tomando el desayuno de forma muy romántica como de costumbre, con ellos tomaba mis clases, tenemos la misma edad, con las chicas nos acercamos y Lucy rompió el momento de las parejas preguntando por el resto del grupo, no tuvimos ninguna respuesta precisa, solo nos sentamos y comenzamos a ponernos al día, más tarde entró Otto a mis espaldas envolviendo sus brazos en mi cintura y dándome un beso en el cuello:

—Buen día princesa de hielo —dijo haciéndose el gracioso— esta mañana no fuiste a saludarme al gimnasio, ¿acaso acabas de llegar? —completó

—Tenia clases…—hice una pausa— Y una vida —completé--- Espero que trajeras mi cargador, estoy ahorrando batería como idiota desde ayer —comenté soltando sus manos de mi cintura.

—Deja el mal genio Paris, el año apenas empieza y tú no puedes estar feliz ni en tu primer día —respondió tomando el asiento vacío de mi lado.

—¡Vaya! que toxicas son las relaciones heterosexuales —argumentó Lucy

—Claro, como tu mujercita es la reina de la civilidad en la escuela —dijo Caro riendo sarcásticamente.

Todos reímos y eso alivió las tensiones en la mesa, pronto volví a recordar el asunto de mi teléfono y el cargador y volví a encarar a Otto:

—Entonces Otto, ¿tienes o no mis cosas? —pregunté en mi tono dominante.

—¡VAYA! en serio, ¿no me vas a dejar desayunar en paz? —Respondió— ¡¡¡voy por tus mierdas a mi casillero!!! —salió empujando la silla

—Vaya carácter el de tu noviecito —había murmurado Clara.

—Es insoportable mi futuro ex-novio —exclamé sin pensar.

Todos me observaron sin hacer ningún comentario y salí del lugar para buscar a Otto y obtener mis cosas de vuelta y una posible disculpa de su parte. Camino a la salida del comedor observé que Lucas se aproximaba con una chica, que asumiré es nueva porque nunca antes la había visto, no suelo darle demasiada atención a los chicos de los primeros años, pero sé bien que si esta chica hubiese estado aquí antes yo la hubiese recordado, me sorprendió lo radiante que lucia, iba comentando algo con él, haciendo demasiado gestos y muecas mientras narraba, al mismo tiempo reía como si fuese la persona más feliz de todo el lugar, me perdí por varios segundos en el color tan profundo de sus ojos cafés que aunque son el color más común en todo el planeta, en ella lucían de una manera tan única e impactante que lograba capturar mi completa atención, llevaba oscuro cabello castaño, lo que la daba el equilibrio perfecto entre “dulce” y “tonta” a la vez, pero el instante de apreciación fue interrumpido por la mirada de Lucas que se impuso al momento, sacándome de mi observación y caminando más a prisa, pasamos por nuestros lados sin voltearnos a mirar, simplemente cada uno siguió su camino aparentando no habernos visto pasar.

 

Hannah Thous

-¿Conoces a esa chica? -pregunté curiosa- nos miro de forma extraña, es decir, te miró, yo nunca la había visto, así que supongo que no fue conmigo -completé mientras continuábamos nuestro camino a las mesas.

-¿Quién la de la chaqueta negra? -Preguntó Lucas.

-Si, ella -dije sin agregar más información.

-Hmmmmm, si algo así, es la reina del instituto, por suerte, en unos años se va a universidad y ya no voy a tener que cruzármela en los pasillos del módulo. -respondió Lucas dejando más dudas en mi cabeza.

-¿Es tu ex novia o algo por el estilo? -lancé la pregunta como mísil sin pensar en que la respuesta seria tan tajante.

-¿¡QUE DICES!?, ¿Novios? ¡JA! jamás saldría con ella es antinatural, tampoco saldría con alguien con esos aires de grandeza -dijo alebrestado- Ella es solo la estrella de la escuela, ya sabes ella junto con ese grupo, señaló una mesa central- se creen los dueños del circo, pero solo son unos payasos más… especialmente el idiota de su novio -dijo para finalizar con un poco de enojo en su cara.

-En serio te incómoda el tema, mejor olvidemos eso -dije observando el lugar.

-lo siento, es decir, ya no hablemos más de Paris -completó mientras buscaba algo con la mirada-  Allí está Dayana con Samuel -señalo la mesa- vamos.

Caminamos hasta la mesa sin hacer mayores comentarios, nos sentamos y colocamos las bandejas del desayuno saludando a la pareja, por un instante noté que en diferencia con la semana anterior hoy la escuela estaba más llena, había más chicos que no parecían “nuevos” pues caminaban muy confiados por todo el lugar, sin embargo para mi lo eran, no ubicaba sus caras, me perdí observando todo y posé mi atención en la mesa central donde estaban los chicos que Lucas menciono antes.

-¡HEY! venezolana, ¡¡Miami llamando a Venezuela!! -dijo Sandra moviendo sus manos en mi cara para sacarme del trance. -¿Estas ahí? -agregó.

-Si.. L-lo siento.. Es que… -Sandra me interrumpió.

-Es sólo que ya notaste a los reyes de la escuela y no puedes superar tanta belleza real en el comedor -comentó en modo de broma la chica

-No. Es decir, no los había visto aquí la semana anterior -hablé

Mientras tenía esta breve conversación con los chicos en la mesa, entraron al lugar dos de los niños más lindos que había visto, sin causar sorpresa caminaron en dirección a la mesa del centro saludando a los demás chicos sentados en ella

-¿Hey Han disfrutando la vista? -preguntó Maria la hermana de Sandra- Esos dos galanes son Clark el rubio simpático y Bleck el lindo de la gorra, van en último año, ellos juntos al resto de esa linda mesa, son demasiado buenos y perfectos para estar con alguien “normal” como nosotras, puedes ver pero no tocar -agregó riendo- además Clark sale ocasionalmente con Caro la chica de cabello oscuro y nadie se atreve a tocar lo que es de ella -completó- y claro Bleck sale con todas las mujeres de Miami.

-Si prefieren tomar una foto para que les dure más tiempo… -dijo Lucas

-Por lo menos respeten un poco -completó Samuel.

-Está mañana tropecé con Paris en el pasillo -comentó Dayana-

Ahí estaba de nuevo la chica misteriosa "Paris" volvió a ser nombrada, Lucas se hizo el sordo ante el comentario y fue Samuel que continúo la conversación:

-¿Se portó amable? -cuestiono.

-Estoy viva aún -dijo riendo- pensé que me iba a matar iba de un genio mortal, no sabia si correr o quedarme inmóvil, pero sólo pegó sus gritos normales y me apartó del camino. -narró Dayana

-Esta mañana llego del mismo genio al salón, el profesor Dona le hizo un llamado de atención frente a la clase, quizás por eso pagó el mal día contigo. -dijo Sandra- no entiendo como Clara sigue estando con ese grupo, ella es la única que no tiene ese carácter de ogro, es de las primera de la clase, es extraño ese grupo es tan anormal -dijo para cerrar.

-Supera a Clara, desde que sale con Thomas se volvió “popular”, ya no regresará a ser tu amiga, tu no eres popular. -Dijo Maria

-¡Oh! debe ser que eres la reina del baile escolar -dijo Sandra

  Reímos un poco con los comentarios entre las hermanas, y continuamos la hora libre poniéndonos al día del fin de semana, yo como era la nueva del grupo recibía muchas preguntas, les contaba acerca de la vida en Venezuela, acerca de mis padres, de mi hermana y cosas por el estilo, ellos estaban siendo muy amables desde que llegué, corrí con suerte de caer en un grupo tan amistoso, pues por lo que contaban no todos eran así en la escuela, se acercaba la hora de la próxima clase Lucas propuso salir antes de que sonara el timbre y todos se acumularan en la entrada, nos comenzamos a poner de pie y botar el resto de las bandejas y pregunté si alguno tenia “Geografía” en este periodo, yo veía clases con casi todos en diferentes materias pero nunca con todos al mismo tiempo, excepto Sandra que era un año mayor que nosotros, para mi desgracia ninguno compartía este bloque de clases conmigo, salimos del lugar, pero antes alcancé a dar una mirada a la mesa de aquellos chicos que por alguna razón inexplicable había robado toda mi atención esta mañana, noté que Paris ya había regresado al lugar y  junto a un chico rubio con el que hablaba en la mesa con una cara que sugería que no estaban teniendo una conversación muy alegre, traté de no ser muy obvia al mirar no quería que los chicos de mi grupo se dieran cuenta y tampoco quería llamar la atención de los “populares”, salimos sin mas y me dispuse a entrar a mi aula donde ya había alguna parte de los chicos con los que compartía la materia, me senté un poco alejada de todos en la esquina pues la clase prometía ser aburrida ya que no la vería con ninguno de mis nuevos amigos, me sorprendí con lo hermoso que se veía el día desde la ventana gigante del salón, me perdí apreciando los jardines del lugar, todo estaba rodeado de arboles y asientos de madera en algunos casos con pequeñas mesas, había una diversidad impresionante de flores y todo el lugar te hechizaba, podrías mirarlo por horas sin problemas, incluso sin ser amante de la naturaleza notabas lo embriagante que se volvía este paisaje para cualquiera. Mi deleite visual fue interrumpido por el sonido de la puerta al cerrarse, la profesora de la cátedra había llegado, acomodé mi cuerpo en dirección al frente y traté de enfocar mi mente en GEOGRAFÍA. No pasaron más de 10 minutos y la puerta volvió a abrirse de par en par, era Paris que sin ningún tipo de respeto entró al salón tomándose incluso tiempo de decirle adiós a varios de sus amigos que la estaban acompañando al lugar, uno de ellos gritó: “Diviértete en el kínder" y ella solo le mostró el dedo del centro y tiro de nuevo la puerta cerrándola, el resto del salón junto a la profesora permaneció en silencio durante la escena, no sé que estarían pensando mis compañeros pero yo imaginaba que el desenlace no iba a ser bueno, para mi sorpresa la profesora no dijo nada, al contrario siguió adelante como si aquello nunca pasó, dio inicio a un interrogatorio sobre algunas capitales del mundo para medir nuestro conocimiento básico, preguntaba al azar unas 5 capitales por alumno, Paris quien se había sentado a tres asientos de distancia, solo contemplaba el teléfono, yo estaba muy confundida pues no tenia idea de que ella estuviese en el mismo año que yo, lucia un poco mayor y bueno… no parecía tener sentido. De pronto la profesora nombró a la misteriosa e imponente chica, la hizo ponerse de pie y le preguntó varias capitales, ella respondió todo sorprendentemente bien, además fue la única que lo hizo deprisa sin tomarse tiempo para pensar, antes de dar respuesta a la quinta capital la profesora interrumpió:

-¡Vaya! señorita Paris, veo que tomar curso por segunda vez le trajo mejores resultados -argumentó en un tono evidentemente de burla hacía ella- por los menos intente estar a tiempo el resto del año y créame que nos ahorrares la molestia de seguir viéndonos y podrá aprobar de una vez, claro recuerde que junto con su inasistencia del lunes pasado, tiene el retraso de hoy, que lo tomaremos como una falta -allí estaba la profesora cobrándose la escena de Paris- no siga faltando recuerde que con 5 faltas le queda el curso… -hizo una pausaotra vez -completó.

-Bogotá -dijo Paris creando cierto desconcierto en todos nosotros.

-¿Disculpe? -Preguntó intrigada la profesora.

-La disculpo -dijo sarcásticamente la chica- Bogotá -repitió- es la capital de Colombia, esa la respuesta que dejo en el aire antes de arrancar con su sermón. -completo Paris en tono imponente.

-Claro, Bogotá -dijo algo confundida la profesora caminando de regresó a su escritorio.

Esta chica era increíble, hacia lo que se le venia en gana, estaba impactada con lo que había pasado en la clase de hoy, la clase continuó sin ninguna novedad fuera de lo ocurrido con esta chica, que luego de sus intervenciones memorables, se mantuvo en silencio mirando su teléfono y en ocasiones por la ventana, dudo que haya notado que estaba compartiendo aula conmigo, pues nunca me miró ni por equivocación, paso el resto de la hora sin que yo olvidara lo ocurrido con ella, por fin sonó el timbre que ya era bastante justo y necesario que eso ocurriera, tomé mis cosas y mientras todos salían noté que ella seguía muy perdida en su mundo, creo que ni siquiera se dio cuenta de que ya el salón se estaba quedado solo, pensé en decirle algo para sacarla del trance pero me invadió el miedo, aproveché mi condición de ser invisible para ella y salí rápidamente, pero mi torpeza es una cualidad innegable y en mi camino a la salida me tropecé con un asiento y terminé en el piso y con mis cosas rodando por todo el lugar, escuché una carcajada algo odiosa proveniente de la parte de atrás del aula, levanté la mirada y solamente escuché:

-Estos nuevos son increíblemente idiotas -comentó tomando sus cosas y pasando por mi lado para salir del lugar.

-Gracias por nada -comenté en forma de murmuro.

Creí que estaba sola cuando sentí una mirada encima de mí, tomé el resto de mis cosas y me puse de pie para mirar alrededor y allí estaba Paris en la puerta de la entrada:

-¿Dijiste algo? -pregunto en el tono mas desafiante que he escuchado.

La miré mientras me disponía a salir del lugar poniéndome mi bolso, pero parece que una mirada no basta si Paris hace una pregunta había que responder.

-¿No me escuchaste? -pregunto interponiendo mi paso por la puerta- te hice una pregunta ¡novata! -agregó.

En ese momento me encontré frente a ella, por un instante comprendí perfectamente de lo que hablaba Dayana cuando decía que no sabia si correr o quedarse allí, yo por unos segundos me perdí en su mirada aunque me estaba desafiando, tenia que admitir lo hermoso que se veían sus ojos, me impactaba el color azul galaxia que brotaba con pequeños rasgos grises dando ese acabo impresionantemente sexy a su mirada, tenia que dejar de mirarla pero era un vicio. Tomé fuerza y retrocedí:

-Pensé que te había quedado claro que no -respiré por mi acto de valentía- p-er-permiso -dije un poco traba perdiendo nuevamente credibilidad ante ella.

-Hmmmm déjame aclararte como se manejan las cosas aquí, tú no eres NADIE -hizo un considerable énfasis en ese “nadie” que me hizo sentir mas pequeña de lo que ya soy- Si vuelves a hablarme cuando no te lo pido vas.. -interrumpí.

-¿Voy a qué? -mi boca estaba soltando palabras sin mi permiso, una parte de mi cerebro sabia que estaba firmando el acta defunción con ese comentario, por otra parte veía algo mas en la mirada de Paris que sugería que ese rencor que transmitía era solo una coraza.

-Cuídate novata, me agarraste de mejor humor de lo que imaginas, no te equivoques -me lanzó la amenaza y me tomó del brazo empujándome hacia atrás para salir primero ella.

“¡VAYA! que hermoso encuentro”- pensé, mis próximos días en este lugar van a ser interesantes, salí algo inquieta de ahí, yo estaba fuera de misma, es decir la tal Paris me lanzó un ultimátum y yo solo pensaba en el trasfondo de la situación, estaba paranoica con el tema de su mirada y la coraza, otra parte de mi estaba impactada con la proximidad de los hechos, en menos de 4 horas que tenia Paris en este lugar ya había revolucionado mi vida, me había mantenido al borde la intriga desde la primera mirada en la cafetería, aun con todo lo que había visto y escuchado de ella no tenia idea de quien era en realidad Paris, de hecho ni siquiera sabia su apellido, no sabia nada de ella y no podía eliminarla de mi mente, supongo que debo haber batido un record, en un solo día logré que me notara y me odiara. De cualquier manera intenté seguir con mi vida de manera normal, caminé hasta el patio para conseguirme con mis amigos, a lo lejos vi a Sandra estudiando con algunas personas de su año, preferí mantenerme a raya, me senté en uno de los bancos de la plaza del campus, cerca estaban reunidas unas cuantas de aquellas chicas de la mesa “popular”, desde donde yo estaba podía escuchar perfectamente lo que decían, pude hacer caso omiso a sus comentarios, pero una parte de mi sentía un interés incontrolable por saber mas de todas estas personas, había algo en ellos, mas allá de su popularidad que me hacia sentir necesidad de saberlo todo respecto a quienes eran ellos, que hacían y porque eran la realeza de este lugar.

-Carla quiere hacer una pequeña reunión hoy en su casa, podemos irnos después de clases, compramos algunas bebidas, y estamos allí hasta la noche -comentó la rubia a todas las chicas reunidas.

-Pero apenas es lunes, ¿cómo vamos a ir a beber alcohol un lunes a casa de Carla? -Preguntó la morena del grupo-

-¡Deja de ser agua fiestas chica! no pareces novia de Thomas -había hablado Caro.

-Ustedes están tranquilas porque están en el ultimo año poco importa lo que hagan ahora ya la escuela termino para ustedes -respondió de nuevo la chica.

-¡Como sea! -la rubia interrumpió el debate- ya todos están de acuerdo, falta saber si Paris irá -agrego al final.

Por fin un nombre que identificaba en toda la conversación, en pocos segundo se acerco una chica de poca estatura que lucia muy alegre y llamativa…

-TINA! -gritaron todas con entusiasmo.

-¡Hey! ¿Listo lo de la noche? -preguntó la pequeña.

-Yema está haciendo un berrinche porque… ¡Es lunes! -sonrió con indiferencia- ¿alguien prohibió las fiestas los lunes? -preguntó la rubia.

-Ya deja el aburrimiento Clara, mañana será martes y vamos a beber igual, relájate un poco -agregó Valen.

Continuaron su conversación y varias veces nombraron a Paris pero nunca dijeron información especifica, yo solo estaba ahí mirando mi teléfono y escuchando una conversación que no comprendía del todo, nombraban a muchas personas, incluso una tal “Vero” que no iría a la reunión si Paris lo hacia, lo consideré comprensible, con la odiosa que resulta esa niña era posible que tuviera más de un enemigo o gente evitándola, no pasó mucho y ellas se pusieron de pie para irse, la chica rubia dejo caer una lata vacía de una bebida en el suelo cerca de donde yo me encontraba sentada, ella lo notó, evidentemente, pero no sentido deseos de recogerla.

-¡SE TE CAYO UNA LATA, PERO YO LA TIRO A LA BASURA! -allí estaba yo, nuevamente yo, abriendo mi boca dejándola hablar como si tuviera vida propia.

La rubia volteó, con solo una mirada sentí que estaba muriendo en ese instante -¡Qué bueno que la gente de limpieza esta por todo el campus!- agregó luego de su mirada matadora- espero que limpies todo el lugar antes de seguir hablando -completó mientras sus amigas reían y chocaban sus manos.

Tire la lata a la basura y salí de inmediato del lugar es decir, en menos de 20 minutos dos chicas de ese grupo querían matarme, Paris y ésta rubia que aunque no sé su nombre, se perfectamente que ni ella va a olvidar mi cara, ni yo podré olvidar esa mirada de odio. Me encontré en el camino al resto de mi civilizado grupo de amigos: normales, no asesinos, tranquilos; respire al verlos, les comenté un poco lo sucedido aprovechando la ausencia de Lucas, sabia que a él le molestaba el tema de los populares y yo no quería hacerle pasar un mal momento, más tarde seguimos a nuestras clases matemáticas que si veíamos juntos, pasamos un mejor rato allí porque estábamos reunidos, yo despejé mi mente de todos los raros sucesos del día, aunque seguía teniendo algo muy presente “Paris”.

(10,00)