Estaba yo en el jacuzzi muy relajado disfrutando de los chorros calientes de agua y saboreando un wisky, cuando se abre la puerta e ingresa mi madre totalmente desnuda. Al ver que yo estaba allí hizo como que se sorprendió:
—ah, estabas aquí, bueno puedo compartir contigo, como te imaginas te he visto desnudo desde siempre, aunque hace tiempo ya que no te veo.
—sí —le dije— pero yo no te había visto nunca desnuda.
—y que te parece, como me ves.
Totalmente confundido por lo que estaba sucediendo le dije:
—mama, nunca pensé que estuvieras tan buena.
—hijo que me haces ruborizar.
A todo esto, yo ya tenía una erección de aquellas, mi madre se percató de ello y sin más se metió dentro conmigo, tomo mi verga con las dos manos y acerco su boca dándome una mamada tremenda que me volvía loco, yo acariciaba su concha metiendo los dedos en ella, acariciaba su culo, no podía creer lo que estaba sucediendo. De pronto dejó de mamar y me dijo:
—ahora hijo acabame dentro todo tu semen.
Se acomodó para que su concha quedara en posición para ser penetrada y sin más la metí toda y fue un meterla y sacarla con fuerza hasta que llegó el momento de acabarle todo dentro de sus entrañas.
Allí quedamos luego un buen rato sin decir palabra, me dice entonces:
—esto no puede salir de nosotros dos, será nuestro secreto, espero que no tardemos en repetirlo.