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Patas arriba (XIX)

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El anterior fue un relato largo, como bien era necesario para explicar todo... pero una vez hechas las aclaraciones de rigor, de nuevo haremos honor al título de esta saga poniendo todo patas arriba, pero no temáis, como en las otras ocasiones, estaréis bien enterados de lo que sucede, no así los chicos jejejeje vinieron las musas y este es el resultado:

 

 

Patas Arriba XIX

 

Anderson

Vaya regalito para el día de Reyes... sí, ya sé que no he narrado las navidades, pero jolines, estáis leyendo en junio, así que tampoco importa mucho, creo yo.

En fin, ya todos están llegando: Lola, Isa, Luis, Fran, Javi, Tavo, Dani, Sara, Manu, hasta vinieron Mau y Clara, claro, se trata del sobrino favorito de todos, así que quieren estar aquí para apoyarle. Una vez que nos reunimos los fósiles, llegó la nueva generación: Cami, Ramón, Ylian, Joel, Iván, Ricardo, Ester, Aurora, Lucas, Didier y Joseph con mi sobrina Mariana. Me di cuenta enseguida que los chicos todavía no se hacen una idea de qué harán con Rubén porque no le invitaron, igual que estoy casi seguro que no habrían invitado a Edu porque ninguno de los dos está tan al tanto de la vida de Cami como los demás, pero bueno, es él quien se llevará un palo y él sabe a quién le pide apoyo.

Sara y yo servimos la cena, que prepararon entre Dani y Fran, luego, como es habitual, entre todos recogimos la mesa y nos fuimos al salón, alguien sacó mis bebidas “digestivas” y empezó lo difícil:

- Lola -debía empezar pidiendo permiso, total era ella quien debía decirlo, aunque no haya logrado reunir el valor-, esto que voy a decir realmente te corresponde a ti revelarlo, ¿estás segura que quieres que lo haga yo?

- Sí -me contestó la madre de Cami-, yo no tengo mucha información, en cambio tú has descubierto la verdad y es lo que Cami necesita.

- Un momento -interrumpió mi sobrino Joseph- ¿eso significa que estamos aquí para que reveles tu gran sorpresa secreta que ni yo podía saber?

- Exactamente -corroboró Ramón-, fue un trabajo bastante complicado, pero Anderson logró averiguarlo. Joseph, no te calientes, que yo tampoco sé lo que es, sólo sabía de la sorpresa porque Anderson me pidió ayuda para planear cómo decirlo, pero no me dijo lo que va a decirnos...

- Entiendo que mis papás, mis tíos, Lola, Isa, incluso que Joseph y yo estemos aquí; exactamente igual que comprendo la presencia de los amigos de Cami aquí, pero ¿y estos dos? -Mariana hizo la pregunta que no quería que nadie hiciera, pero ahora debía contestar.

- Sí, no entiendo muy bien qué pintamos nosotros aquí... -quiso saber Didier-, digo, conocemos a Cami, pero no somos tan cercanos, así que... -lo interrumpió el timbre.

Fui a recibir a Alicia, era la única que faltaba, pero me sorprendió cuando vino con tres personas más: los padres de Luis y la madre de Fran.

- No pensarás dejarnos al margen de las cosas de nuestra familia, ¿verdad? -me saludó Marta, la madre de Fran, al tiempo que me daba una colleja.

Hice las presentaciones de rigor y por suerte con eso se les olvidó la pregunta sobre el motivo de la presencia de Lucas y Didier. Pero tenía explicaciones pendientes y decidí no andarme por las ramas, así que opté por indagar lo que Cami y Lola saben antes de soltar la bomba:

- Cami, sé que no me mentirás, ¿qué sabes de tu padre?

- Tío, sé que fue algo ocasional, que mi madre no tiene mucha información de él y que por eso no le gusta que le pregunte cosas.

- Y tú, ¿qué dices, Lola? -quería que Cami viera que su madre no le miente.

- Cami lo ha resumido bastante bien, hace 21 años yo era una niña y creía en un amor romántico y perfecto, no pregunté su nombre y lo nuestro duró lo que duran dos peces de hielo en un whisky in the rocks, como dijo Sabina, fue poco más que unas cuantas noches juntos y nada más, podría identificarlo donde sea, pero no puedo dar con él por su nombre o algún otro dato personal -fue su respuesta sincera.

- Bien, ahora viene lo delicado, estuve investigando por ahí y descubrí un par de cosas interesantes -no diré de dónde obtuve la información porque no es bonito admitir que te metiste en la vida de los demás-, Lucas, ¿me permites tu billetera?

El chico me miró sorprendido, al igual que todos allí, aunque creo que Lola entendió lo que iba a hacer y pasaba grueso, no era nada fácil, aunque fuese 21 años después. Alicia también lo entendió y le hizo un gesto de ánimo a Lucas, quien hizo lo que le pedí y me entregó su billetera. La abrí y rápidamente conseguí lo que buscaba, tomé una foto y le pedí al propio Lucas que la identificase: era su padre, Roberto. Inmediatamente le pedí a Lola que hiciera lo mismo y su respuesta dejó helados a todos en la sala: era el padre de Cami.

- ¿Cómo averiguaste todo esto? -Javi fue el primero en reponerse- y gracias por decirme que no trajese a Cristina, podríamos haber tenido un parto.

- Lo sé y Tavo no es ginecólogo, por eso te advertí bien de no traerla. Bueno, la primera pista la obtuve de algo que pasó hace casi cuatro años, algo que te marcó bastante, Lucas -debí empezar a hablar por el principio.

- ¿Hablas del accidente? -quien hizo esta pregunta fue Didier, me alegró mucho que el franco-irlandés esté al tanto de todo, eso me evita muchas explicaciones.

- Ya lo recuerdo -dijo Isa-, no supe por qué, pero a mamá la afectó mucho esa noticia, aunque en ese momento hube de aceptar su versión de lo trágico del suceso, pero, aunque tuviese 15 no me lo tragué, bien sabía yo que había algo más.

- Buen punto, cuando me mostraste que tu madre había recortado la crónica de la vida de Roberto y desechado todo lo demás supe de qué se trataba, pero mi duda era si se trataba de tu padre, Isa, o el de Cami, aunque eso se clarificó casi de inmediato.

- La muerte de Roberto me hizo decidirme contarle a Isa su origen y fue una violación, el caso está sin resolver casi 19 años después, nunca le vi la cara ni oí su voz ni nada de nada, de su padre sólo podría saber si le hacemos pruebas de ADN a casi toda España -Lola completó la situación.

- Tienes toda la razón -continué-, cuando me contaste eso, la opción era obvia, pero había cabos sueltos que necesitaba resolver y que me llevó tres años cuadrar.

- Supongo que mi amnesia temporal no fue lo mejor -dijo Lucas con una especie de risa que no supe si era por la broma o por nervios.

- Realmente me costó un poco dar con Rut tu vieja amiga, ella se fue a vivir con Pablo a Almería y tus demás compañeros no decían nada, aunque mencionaron mucho a alguien importante para ti...

- A Juan, ya no me duele decirlo en voz alta, desde que este pelirrojo me enamoró eso está superado -me interrumpió Lucas mientras entrelazaba su mano con la de su novio.

- Bien, me hablaron mucho de Juan y di con tu tío Sebastián, él me contó de ti y de su hermano, aunque se reservó toda la información privada, no me contó la relación que tenías con Juan ni cómo fue el accidente ni nada por el estilo, por lo que no pude dar contigo hasta aquella fiesta en casa de Luis y Fran que os invitaron, aunque en ese momento no podía estar seguro y ni Javi ni Alicia abrieron la boca, no podía meterme en la confidencialidad médico-paciente, así que tuve que buscar otra manera...

- Pero tú narraste nuestra historia, debías haber hecho la conexión, ¿no? -me interrumpió Didier.

- A eso me refería, les propuse a Alicia y a Javi narrar vuestra historia, a ellos les gustó la idea porque saben que eso podría ayudar a alguien a enfrentarse a su realidad, por suerte no os opusisteis a ello. Y sí, Didier, fue cuando todas las piezas encajaron en el puzzle, pero no se puede dar una noticia como esta de repente, por suerte a los pocos días conocí a Ramón y supe desde el primer momento que le chiflaba mi sobrino, así que en cuanto Cami dejó el hospital empezamos a planear todo esto.

Una vez que terminé toda la explicación los dos hermanos se abrazaron y Cami le dijo que aunque no entendía mucho, sabía ahora que tenía un hermano que había sufrido mucho y que no lo tuvo allí para apoyarle, pero que a partir de ese momento contara con él. Fue un momento bastante emotivo y me alegró que estuviéramos todos allí, porque así no tendrán que repetirlo todo de nuevo, porque no creo que Lucas se lo cuente a su tío, aunque también sé que de hacerlo Didier le ayudará a encontrar las palabras adecuadas. Lo más curioso es que Cami se refugió en Ylian, se ve que es el más cercano y también me llamó la atención el hecho que Iván de inmediato le tomó una mano y Ramón la otra, mi sobrino tenía todo el apoyo del mundo y eso me hizo feliz. Después de un rato y un par de tragos más que les permitió al menos recuperarse de la primera impresión todos volvieron a su casa... excepto Joseph.

- ¿Qué haces aquí, sobrino? ¿No deberías estar en tu casa?

- Tienes toda la razón, tío, debería estar en casa, pero resulta que no quiero, prefiero ayudarte a recoger todo, la verdad es que me alegra mucho que Cami por fin sepa quién es su padre, eso cerrará las heridas de su pasado, además, el descubrir que tiene un hermano menor también le ayudará, pero quería pedirte algo... -así que esa era la verdadera razón.

- Imagino que te gustaría saber también quiénes son tus padres, y los de tu hermana, ¿no? -fui directo al punto.

- Pues sí, la verdad es que me gustaría saberlo, aunque estén muertos, al menos será una duda menos en mi pasado.

Justo en ese momento terminaba de colocar algunos platos en el lavavajillas y le revolví el pelo a Joseph antes de contestarle:

- Mira, lo he estado investigando, pero no he avanzado mucho, en el orfanato no tienen autorización para dar tal información, eso sólo sucede en casos especiales, lo que no sé es en qué casos y cuál es el vuestro, pero sí puedo decirte que Mariana y tú sois hermanos de padre y madre, eso nadie lo cuestiona, lo que me pregunto es el motivo de tanto misterio, normalmente cuando alguien quiere saber quiénes son sus padres, los orfanatos ponen de su parte, pero ahora me dificultan saber, no creo que sea porque Mariana cumplió 18 hace relativamente poco, hay algo que me huele a chamusquina.

- Pero lo resolverás, ¿verdad? -por un momento me sentí regresar 12 o 15 años al pasado cuando Joseph de pequeño venía corriendo y sus ojos brillaban de alegría cuando le prometía solucionar sus travesuras con sus padres, con la diferencia que ahora miraba al frente y no a un niño más bajo que yo.

- Lo intentaré -dije de corazón mientras le abrazaba con todavía más sentimiento-, no puedo garantizarte más que el hacer mi mayor esfuerzo y lo haré, daré lo mejor de mí para que así sea.

Esta vez fue mi sobrino quien me abrazó y lo hizo con mucha más fuerza de la que recordaba, tal vez porque ya no tiene 12 años o tal vez porque de verdad confía en mí y espera que algo pueda averiguar, como sea, a estas horas no puede irse a casa, así que dormirá en mi piso y ya veremos qué nos depara el amanecer.

 

Iván

Debo reconocer que la bomba que soltó Anderson fue impresionante, pero me sorprendió todavía más el que Cami asimilara tan fácil semejante noticia, si a mí me provocó cierto dolor de cabeza, vale ya conocía a Lucas y a Didier, pero no me esperaba eso. Vamos que Cami es rubio, de ojos verdes y cara de niño lindo, en tanto que Lucas es moreno, de ojos cafés, aunque sí que comparte su cara de niño, pero más como definición, sus rasgos no son tan parecidos, de hecho, Cami se parece mucho más a Isa que a Lucas, pero bueno, Anderson no mentiría en algo así. Debo admitir que en cuanto Ricar me trajo un ibuprofeno y me abrazó me olvidé de todo lo demás, inmediatamente me sentí amado y no me preocupé por nada, pude relajarme y me dormí como un bebé, no sin antes darle un buen beso a mi Ricar, para que no olvide que es mi vida y mi felicidad.

La última vez que desperté así fue para bien, espero que sea así de nuevo: me despertó alguien que aporreaba la puerta de nuestra habitación como si se quemase medio Madrid.

- ¡Eh! ¡Tortolitos! -decía Ylian-, poneros decentes que tenéis visita.

A como pude me levanté y estaba a medio vestirme cuando pude ver que mi chico se tronchaba de risa, ante mi cara él sólo señaló el bóxer que me ponía y descubrí que era suyo, aunque él usa una talla menor a la mía, me quedaba bien y me gustaba cómo apretaba mis nalgas, así que simplemente le di un beso para callarle y terminé de vestirme, luego entre besos él se vistió y poco después bajamos a ver quién sería la visita que nos despertó justo al día siguiente de Reyes tan de madrugada. De nuevo eran mis suegros, aunque esta vez vinieron sin Norman y me intrigó mucho que traían dos maletas.

- Hola, hijos -saludó mi suegra con una sonrisa. Vamos a ver, a menos que sucediera un milagro en navidades, no entiendo el cambio de mi suegra, vale, ya habían aceptado a Ricar tal cual es, nos respetaban como pareja, pero ¿incluirme en la familia? Ricar tenía exactamente la misma cara de circunstancia que yo, por lo visto tampoco se esperaba semejante trato de parte de su madre. Para continuar con las cosas inesperadas quien rompió el hielo fue mi brat, quien se adelantó y saludó a mis suegros como si los viésemos todos los días.

- Hola, papa, mama -Ricar por fin se recuperó y saludó a sus padres con sendos besos.

- Hola, hijo -le dijo su padre, luego se dirigió a mí- y tú, Iván, ¿no nos saludas?

Una sonrisa finalmente afloró en mi rostro y pensé que no debería rizar mucho el rizo y saludar cortésmente, pero ellos me esperaban con los brazos abiertos y no quise hacer otra cosa que aceptar ese cariño que me ofrecían con esas sonrisas.

- Una pregunta -no pude refrenar más mi curiosidad-, ¿esas maletas?

- Ah, las maletas -sorpresa número tres del día: quien respondió fue mi mamochka-, bueno, tus suegros tuvieron una buena idea, Vanya...

- Sí -continuó mi suegro-, sólo queda un fin de semana de las vacaciones por las navidades, y tomando en cuenta que habéis estado un poco ocupados, hemos tomado entre los cuatro una decisión: ¿qué os parece pasar estos días con Norman?

- Pues, por mí, de lujo -dije mientras los ojos de mi Ricar brillaban por la alegría.

- Sigo sin saber lo que tienen esas maletas... -pese a todo, Ricar seguía intrigado por esas maletas.

- A veces te pasas de ingenuo, brat -Ylian reía con una alegría nacida de su corazón-, esas son ¡VUESTRAS maletas! ¿No has entendido que todo está preparado?

- Pero toda nuestra ropa está en nuestra habitación, no falta nada -ahora era yo el perplejo.

- Bueno, no os dimos nada para Reyes y pensamos que no os vendría mal un poco de ropa extra... -empezó mi suegro.

- … y encontraréis entradas para el cine y dinero por si queréis salir a algún sitio, con la condición que llevéis a Norman con vosotros -terminó mi padre.

- Pues me habéis dejado sin palabras, no sé qué decir... -empezó mi Ricar.

- Pues, gracias, ¿qué más podemos decir? -le dije a Ricar mientras tomaba su mano en la mía y me volvía más consciente la idea de que con mi novio las cosas mejoran día a día, incluso cuando pienso que ya todo es perfecto.

- No es nada, hijos -no me acostumbro a ese trato por parte de mi suegra-, igual tenemos una actividad de la iglesia fuera de Madrid y nos dijeron que era mejor conseguirle una niñera a Norman porque son charlas sólo para adultos y al parecer sólo iría nuestro hijo... y no conozco mejor niñera que su hermano mayor y el cuñado que tanto quiere.

- Por lo que veo, se trata que nos vayamos a vuestra casa, ¿eso no os traerá problemas? -el cerebro de mi chico volvía a funcionar a la velocidad de siempre-, digo, a mí también me encanta la idea de estar con Norman todo un fin de semana, pero eso bien podría ser un lío para vosotros, ¿no?

- ¿Estás tonto o qué? -le reprochó Ylian y me hizo dar un bote porque no recordaba siquiera que estuviera allí-, ¿no oíste que tienen una reunión de la iglesia y estarán fuera de Madrid todo el fin de semana? Estoy seguro que todas las personas que podrían ocasionar problemas están fuera ahora mismo y no tienen por qué saber que vosotros seréis las niñeras de Norman... y si eso, yo me pasaré a ver si el chico está bien -Ylian volvió a reír, supongo que para aliviar un poco la mirada asesina de mis suegros que al parecer no les hacía mucha gracia que alguien le hablara en ese tono a su hijo.

- Bueno, estando ya todo resuelto -decidí intervenir antes que se armara aquí algo peor que una revuelta de Chiapas-, creo que sólo nos resta un desayuno rápido y podemos irnos a acompañar a mi cuñado, que estoy más que seguro que sabe cuidarse, aunque si lo dejamos solo se aburrirá más que un cactus.

Por lo visto mi broma fue suficiente para que dejaran a Ylian en paz y nos sentásemos a la mesa, aunque nada más beber un sorbo de sus cafés mis padres murmuraron algo sobre una reunión para valorar una situación a nivel internacional y se fueron. Eso fue darles el pistoletazo de salida a los padres de mi novio que inmediatamente se despidieron también, dejándonos las dos maletas y muchas advertencias sobre cómo cuidar a Norman.

Debo admitir que estar de canguro durante tres días seguidos no era mi mejor plan para cerrar las vacaciones, pero me la pasé pipa con mi novio y mi cuñado y fue un broche de oro, porque además de ir al cine, al zoo y prácticamente donde el niño quiso ir, también Cami e Ylian se dejaron caer y la verdad fueron demasiadas las risas, Cami hace de hermano de una manera excelente, total tiene una hermana, bueno, y un hermano, pero no me esperaba el carisma de Ylian para hacer que mi cuñado pasara un muy buen rato, total, mi brat es hijo único, pero parece como si tuviera unos ochenta hermanos. En fin, creo que nunca me la había pasado tan bien desde que era crío.

 

Ester

Joder con las noticias, que si por fin Cami sabe quién es su padre, que resulta estar muerto, que si tiene un hermano que es un gran chico, que si además tiene un cuñado de ensueño... eso no sería para tanto si no hubiera notado que Aurora está nerviosa, parece como cuando tuvimos la primera bronca seria, ella está hecha un basilisco por todo, con mi familia no tanto, pero conmigo se comunica a base de gruñidos y eso sólo pasa cuando tiene algo que decir y no sabe cómo hacerlo, no creo que sea la gran cosa, pero esto me pone de los nervios, en fin, ella me pidió salir a comer fuera, supongo que quiere hablar sin la familia cerca, ya veremos qué sucede.

Anderson descubrió un sitio donde los kebabs salen baratísimos, por lo que nos dirigimos allí y empezamos a comer, pero Aurora sigue igual de comunicativa que una estatua y cuando habla es tan sencillo entenderla como descifrar una profecía del Oráculo de Delfos, mientras comíamos ella miraba su kebab como si hubiese matado toda su familia y lo atacaba como si su vida dependiera de ello, debo admitir que su mirada me dio miedo porque ella estaba en esa fina línea donde el nerviosismo y la ira se funden, entonces pasó:

- ¿Qué coño te pasa tía? ¿Te crees que soy gilipollas o qué?

- Ester, mi vida -ella estaba tan sorprendida que por un segundo fue la de siempre, pero yo sabía que era momentáneo y estaba harta de eso-, ¿por qué reaccionas así?

- ¿Cómo cojones pretendes que reaccione? Me has estado tratando como si yo fuera un problema en tu vida todo el fin de semana, primero pensé que era la sorpresa por lo de Cami, pero eso fue el jueves y ya estamos a domingo, aquí sucede algo que no quieres decir -la verdad, estaba totalmente fuera de control, su actitud me estaba poniendo de los nervios y ya no podía más.

De sobra sabes que eres la primera, que no miento si juro que daría por ti la vida entera -me contestó ella con un verso de Sabina para ver si me lograba calmar, pero no sucedió.

Y sin embargo cada día, ya ves, te engañaría con cualquiera, te cambiaría por cualquiera -su respuesta habría sido perfecta de no ser por el verso siguiente, como le recordé con amargura, luego sin poder controlarme, empecé a reírme.

Mi risa la desconcertó tanto como a mí misma, no reía con amargura, ni por ironía, ni me burlaba de ella: me reía de la desesperación de no entenderla, de no saber lo que le pasa, de no ser la novia que ella merece. Finalmente, Aurora consiguió calmarme haciéndome beber un par de vasos de agua que detuvieron inmediatamente mi risa y mi llanto... un momento, ¿estaba llorando? Yo ni enterada.

Pese al frío que hacía, Aurora me obligó a volver andando a casa, caminar desde Embajadores a Atocha es un buen paseo, si fuera primavera y no tuviera nada más qué hacer que pensar en lo bello que es el mundo, pero en esta situación con un frío que literalmente cala hasta los huesos y mil preocupaciones en la cabeza, supongo que así sería hundirse en el río Cocito, pero yo tenía algo que me mantuvo con los pies en el suelo y eso era la mano de Aurora en la mía, curiosamente, ella me hizo perder los nervios, sí, pero ella era quien me tranquilizaba y quien me ayudaba a mantener la cordura. Hice mi mayor esfuerzo y para cuando llegamos a casa ya me había tranquilizado bastante, aunque debo reconocer que todavía una parte de mí quería ahorcarla, por lo que me limité a usar el mismo lenguaje que ella: gruñidos y malos modos.

 

Edu

Bueno, ya tengo un plan bastante trazado, según he leído por ahí, cuando hay un problema de personalidades múltiples y uno quiere volver dominante la personalidad dominada y vivir de acuerdo a esa forma de ser, que en mi caso es como realmente soy, lo que tengo que hacer es forzar a esa personalidad a aparecer cuando la otra está dominando para que se enfrenten y poder decidir de una vez por todas una personalidad y vivir con eso. Claro, hay un riesgo y es que la personalidad dominante no se deje dominar, pero no tengo otra opción, es la única forma en que lograré sanar. Siendo sinceros, no me preocupa salir de aquí o no, me interesa estar bien conmigo mismo y no sentirme dividido, vivir sin miedo a lo que podría pasar si me enojo o si Carlos aparece. Mi plan es muy sencillo: le pediré a Jesús, que es la única persona que ha mostrado un cariño y una amistad más allá de la cortesía, le pediré que me enoje, que haga salir a Carlos de su escondite, que haga a esa personalidad manifestarse a tal punto que se olvide por completo de esta otra y es entonces cuando Jesús hará su magia: llamarme por mi nombre, llamarme Edu.

Claro, todo depende de una sola cosa: que Jesús quiera, yo estoy contando con que él me quiere tanto como yo lo quiero y que me ayudará, pero ¿y si a él no le interesa? ¿Y si todo el cariño que me tiene se reduce a que a mí no me importa su paranoia? Vaya plan... tan infalible que depende de alguien más, vamos bien.

 

Joel

Lo que es la vida, todos se fueron a pasarla bien juntos, hasta Cami y Ramón se fueron a ver a Edu, medio mascullaron algo sobre que las chicas estaban de mala leche, al final parece que sí porque Ylian se fue con ellos. Nada más porque yo no puedo ponerle atención a nada ni nadie más que a este tocho de las narices, pero bueno, aprobar esa prueba oral es condición sine qua non para poder ejecutar la travesura que estoy planeando.

Al final, el puñetero examen fue como la Santa Inquisición: varios de mis profesores frente a mí, que por todo respaldo tenía un vaso de agua y todo mi esfuerzo. Evidentemente, aprobé con muy buena nota, lo que significa que tengo hasta principios de marzo para dedicarme a lo que más me importa en la vida: amar a mi Ylian sin que la universidad me quite tiempo.

Lo mejor es que a una de las profesoras de Ylian se le ocurrió tener un hijo y por algún extraño motivo la universidad no consiguió un reemplazo a tiempo, así que una vez hubieron negociado los delegados de las clases que ella daba, mi chico ahora tiene libres los viernes hasta nuevo aviso. Eso fue luz verde para mí, porque implica que al menos este fin de semana será largo y podremos estar solitos aprovechando el frío, que estoy completamente seguro que lo inventaron para estar abrazando a la persona que uno ama y sonreír de pura felicidad. Como es enero y en esta parte del mundo es invierno y el mes más frío del año, en Madrid no es tan frío como el natal San Petersburgo de mi novio, pero estoy seguro que le gustará lo que estoy planeando, evidentemente no tengo fondos ni el permiso del gobierno para entrar a la Federación Rusa, pero no se necesita salir de España para ajustar el clima a lo que quiero, para eso está Santander.

 

Ramón

Puedo afirmar categóricamente que no existe una persona con más suerte en este planeta que yo; pese a todo, mi Cami se ha tomado la noticia bastante bien, lo de soltar una bomba atómica en pleno Chernóbil parece ser que resolvió el problema, aunque noté que mi chico estaba dolido cuando rechazó la invitación de mi suegra para comer el domingo y prefirió que fuéramos a visitar a Edu ya que Ester no estaba de humor ni para soportarse sola. No sabía si sería capaz de ser el soporte que mi chico necesitaba en ese momento, así que le pedí a Ylian que viniera con nosotros, lo que le vino de lujo, porque Iván y Ricardo estaban de canguros y Joel con costos separaba la nariz de los apuntes para respirar. Debo admitir que no hay que ser muy druida para darse cuenta que Joel prepara algo, de no ser así, no estaría haciendo su mejor esfuerzo para pasarse dos meses sin clases, un chaval normal lo que haría es simplemente presentarse a las pruebas como todos los demás y ahora mismo pensaría más en juergas que en estudiar.

Lo más impresionante de mi Cami es que pese a todo eso que él tiene encima hoy no quiso dormir la siesta, sino que me estuvo preguntando cómo me sentía y por qué me veía preocupado y triste. Una vez le dije que él nota lo que a mí me pasa antes que yo mismo y lo mantengo, ni siquiera me había dado cuenta que estaba alicaído y ya él sacaba el rato para preocuparse por mí, este chico ha de ser único, si hubiera otro como él muchos problemas del planeta creo que no existirían. Al final el amor de mi vida se quedó dormido abrazado a mí y mientras acaricio su pelo la respuesta vino tan arrolladora como un tren de Cercanías: lo que me tiene triste es tener a mi padre y no poder hablarle por pura estupidez, por no saber ceder, después de pensarlo un poco, he caído en la cuenta que mi padre tal vez no intentaba proteger su nombre sino nuestras vidas, si mi familia no estaba preparada para un chico gay mucho menos lo estaba el pueblo y justo en este momento repaso en mi mente la noticia de la muerte de Antonio y el juicio: la defensa de mi padre fue que él encontró el cuerpo, recuerdo que hasta el fiscal defendía eso, pero en mi rencor yo sólo pensaba que había sido él, nunca presté atención a las pruebas que lo descartaban como sospechoso, en mi cabeza todos estaban comprados y no quise escuchar nada más. Creo que ya va siendo hora de una reconciliación, al menos con mi padre.

 

Ylian

Bueno, Joel me acaba de poner un SMS diciendo que aprobó fácilmente y que tendrá dos meses de vacaciones, pues genial, que le aproveche, que yo igual tengo que tirar y aguantarme dos meses de clases y un par de semanas de exámenes, mi parte preferida de la universidad.

Es curioso que Vanya y yo salgamos en plan primos solteros, Ricardo estaba en su lío de las clases, mientras Joel está con el papeleo de haber aprobado todo ya y mi primo me dijo que quería hablar con Tavo, pero era un tema que no se atrevía a tocar solo. Supongo que el médico algo se olía porque llegó con Dani, lo que hizo que mi brat suspirara aliviado porque ahora sabía que Tavo estaba tan nervioso como él y que no se reiría, fuese lo que fuese lo que Vanya le quiera preguntar.

- Hola, Iván, Ylian -Dani nos saludó con una sonrisa y Tavo con un abrazo.

- Hola, ¿cómo estáis? -les dediqué mi mejor sonrisa mientras Vanya murmuraba algo ininteligible que, si yo hubiera sido de otro país, habría jurado que era ruso.

- Iván, el protocolo no se hizo para mí, además, soy el ser más curioso del mundo, así que a menos que pretendas provocarme un ataque masivo al corazón, te pido que por favor me digas de una vez lo que te intriga para quitarme esta duda que no me ha dejado tranquilo en toda la mañana -dijo Tavo con una cálida sonrisa que invitaba a hacer lo que decía, no por miedo o por lástima, sino que invitaba a confiar en él.

- Vale, lo diré de una, que yo tampoco sirvo mucho para eso de irse por las ramas.

Eso es totalmente cierto, Vanya siempre es muy directo, pero hoy estaba nervioso, inquieto, yo diría que lo que sea que quiera preguntar es algo delicado, o al menos así lo piensa él, nunca había visto a Vanya sonrojarse o tener un ataque de timidez, la verdad es que ese tono rojo y el mohín que tiene en la cara harían que mi cuñado se lo coma a besos, pero por ahora Dani y yo sonreíamos intrigados y Tavo levantó una ceja en espera de la pregunta que ponía así a mi brat.

- Sé que no tengo derecho a preguntar esto, pero... -Vanya por fin había reunido la entereza para preguntar-, es que cuando hablasteis con Ricar y conmigo hay algo que no me quedó claro...

Tavo puso su mano sobre la mesa y de inmediato Dani entrelazó sus dedos con él, se miraron, asintieron y esta vez fue Dani el que habló:

- Así que se trata de algo personal, pues muy bien, sabes que no tenemos nada que ocultar, te lo dijimos aquella noche en casa de Luis, así como se lo dijimos a Ricardo en casa de Javi, por tanto, pregunta, chico, que ahora hasta yo estoy intrigado.

- Bueno, me dijiste que Tavo tiene VIH... -ahora entiendo, Vanya está tocando fibras sensibles-, pero también dijiste que no tiene, ni tendrá, SIDA, me preguntaba cómo es eso posible.

Mientras Tavo recibía los cafés para disimular algo que bien habría podido ser una carcajada, vi que Dani suspiraba aliviado de saber lo que intrigaba al que fue su alumno favorito hasta hace poco y por mi cara de póker supieron que yo no entendía nada de nada.

- Voy a empezar por el principio -me dijo Tavo con una amplia y sincera sonrisa-, así entenderás de lo que habla tu primo. Efectivamente, casi un año antes de venirme a Madrid descubrí que tenía VIH, en ese momento creí que un chico me había inyectado en un bar, lo cierto es que lo que él me inyectó no sirvió de nada porque yo ya estaba contagiado. Pero tuve que contarle a mi familia y no acostumbro mentir por eso no omití el detalle que me habían inyectado en un bar gay en mi natal Costa Rica, lo que implicó que supieran que no era un “chico normal”, mis padres me tiraron a la calle y me desheredaron, por suerte Anderson me apoyó hasta que obtuve la beca para estudiar aquí y me vine...

- Fue cuando nos conocimos -dijo Dani con nostalgia y sus ojos verdes parecían brillar con las memorias de 16 años atrás-, recuerdo que estaba de campamento cuando él llegó de Costa Rica, fue cuando obligué a Fran a decirle a Luis lo que sentía -dijo con una significativa mirada a Vanya-, esa noche durmió en mi casa y me contó que tenía VIH, poco después y, debo admitir que, de una manera demasiado impulsiva, nos casamos con menos de tres meses de conocernos. Sí, Ylian, dirás que fue loco y tienes toda la razón, estábamos totalmente locos y yo sólo pensaba en que este chico hermoso que me tiene loco no podía irse, así que conseguí una forma de impedir que la ley lo tocase, pero al final de cuentas eso fue bueno...

- Sí, porque apenas estuvo eso resuelto nos fuimos a inscribirme en la Seguridad Social -Tavo retomó el hilo de la narración-, resulta que hay una forma de detener el VIH, pero es tremendamente complicado que funcione, porque implica un trasplante de médula de alguien resistente al VIH y eso es el 1% del planeta, imaginaros las probabilidades de encontrar en ese 1% a alguien compatible conmigo...

- Yo, presente -interrumpió Dani-, hicimos todo el proceso y a mí me fue bien, a fin de cuentas, sólo me extraían lo que mi chico necesitaba para volverse resistente al VIH y eso era una puntada en mi espalda, incómoda, pero nada del otro mundo, el problema serio fue que Tavo resultó alérgico a la anestesia...

- Por eso no suelo ejercer la cirugía, aunque esté plenamente capacitado para ello -nos aclaró Tavo-, no me gusta estar expuesto, no después de varios meses en coma, mi pobre Dani casi se vuelve loco, pero todo salió bien, ahora gracias a él yo soy resistente al VIH y por ende, aunque el virus está dando vueltas en mi cuerpo, no me enferma ni desarrolla SIDA, aunque todavía podría contagiar a otras personas -pese a estar tocando temas tan graves Dani sonreía con los recuerdos de un pasado difícil pero que construyó el presente feliz que tiene ahora y Tavo se reía de las dificultades del pasado-. Supongo que eso aclara tus dudas, ¿no, Iván?

- Puede que las de Iván sí, -me adelanté a Vanya- pero ahora yo tengo una duda, perdonar, pero soy demasiado curioso para esas cosas: dijiste que creías que te habían contagiado con una inyección pero que no fue así, ¿cómo fue?

- Vaya, realmente quería que preguntaras eso -Tavo no perdía su sonrisa, me dio la impresión que quería contarle a alguien todo esto y que realmente le aliviaba poder hacerlo-, resulta que poco antes de eso yo había tenido un accidente en un campamento Scout y necesité una transfusión de sangre que por suerte en el hospital me pusieron rápidamente, lo que no se sabía en ese momento y sólo se supo años después fue que la sangre que me pusieron estaba infectada y como era compatible, me contagié de inmediato. Fue un fallo en el protocolo de seguridad del Banco de Sangre, sólo espero que no le haya costado la vida a nadie -Tavo se puso serio un momento y de repente se empezó a reír, lo que no dejó a Iván hablar-. Respecto al chico que me inyectó, él no podría haberme contagiado, porque él lo que hacía era inyectar solución salina usando la jeringuilla que él usaba para drogarse, lo que hace que sólo alguien con una estructura genética muy similar a la suya pudiera contagiarse, veréis, el virus muta de persona a persona y se calcula que hay al menos dos mil cepas catalogadas y cada persona es vulnerable a un solo tipo de cepa, supongo que ahora hay muchas más porque sólo estoy al tanto de las cepas más comunes y no siempre los gobiernos actualizan la información tan rápido como debieran, supongo que lo consideran más inteligencia que bien común. En resumen, por compartir jeringuillas sólo te puedes contagiar si eres familiar de primer grado y eso con mucha suerte.

- Oye, amor, el profesor aquí soy yo, ¿vale? Ya no les sueltes ladrillos a los chicos -le reprochó Dani mientras le daba un rápido beso.

- Ladrillo o no, resultó tremendamente aleccionador -Vanya habló por los dos-, pero si el virus muta de persona a persona, ¿cómo es que en las relaciones sexuales siempre se contagia?

- Bueno, en una relación sexual el virus entra casi directamente a la sangre y es cuando se produce la mutación, por eso el contagio sólo está garantizado si el virus entra en contacto directo con la sangre de la persona que se infecta, es demasiado poco común, pero se han dado casos de relaciones sexuales sin contagio.

- ¿Por eso a veces no se contagia en el embarazo? -la cosa se pone interesante y este es un tema que me llama mucho la atención-, digo, como hay una membrana que separa la sangre de la madre de la del bebé, podría decirse que no hay contacto directo con la sangre del niño, ¿no?

- Veo que haces los deberes -me dijo Tavo con una sonrisa de satisfacción-, pero sí, eso es correcto, sólo si se hace una fisura en la membrana o si algo sale mal en la cesárea puede asegurarse un contagio, de lo contrario, es lo menos probable del mundo. Y, antes que Iván pregunte, cuando alguien demandó al hospital por la sangre infectada y se descubrieron todas las víctimas, a mi familia se le cayó la venda de los ojos, se dieron cuenta que ser gay no significa morir de SIDA ni que el SIDA es exclusivo de los gays, porque incluso una monja fue contagiada. Por eso pudo darse una reconciliación y nos llevamos tan bien que incluso papá me nombró albacea de su testamento...

Ya luego estuvimos hablando de su familia y de la buena relación que mantienen ahora y nos contó de la muerte de su padre. Me impresiona cómo todo lo que han pasado les ha hecho fuertes e incluso el golpe más fuerte lo han sabido recibir y hacerle frente.

 

Rubén

- Hola, Javi -me acaba de recibir para la consulta-, gracias por sacar tiempo para mí.

- No hace falta que lo agradezcas, chaval, para eso estoy aquí -me dijo con una sonrisa que me inspiró mucha confianza.

- Mira, estoy consciente de todas las estupideces que hice y que merezco el desprecio de los chicos, pero no entiendo por qué me soportan y, sobre todo, por qué me hablan, es algo que no me cabe en la cabeza, ¿es lástima? -lo dejé salir, no entiendo que me traten como persona si soy un monstruo.

- Rubén, por lástima Bilbo no mató a Gollum, lo que los chicos hacen es otra cosa, aunque puedo citar una frase de esa misma conversación: ¿tienes el poder de dar vida? Entonces no te apresures a dar la muerte. Tus nuevos amigos son así de prudentes, saben que el tiempo y la vida se encargarán de resolver lo que ellos no pueden, ellos tuvieron mejor perspectiva de la vida de lo que tuve yo, con todo y mis estudios... -Javi de repente se quedó callado como si pensara en algo doloroso, es algo extraño, no pensé que mi estupidez podría tocarle el alma.

- ¿Pasa algo? Si quieres, puedo volver otro día -ofrecí con prudencia.

- No, no me pasa nada, pero hay algo que nos une a ti y a mí: le debemos la vida a Cami -hice ademán de interrumpirle para aclararle que casi mato a Cami, pero él me silenció con un gesto-. Me explico: hace 15 años, cuando era joven e inocente...

- ¿Disculpa? -primero citó el Señor de los Anillos y ahora cita a Harry Potter, ¿qué sigue, Percy Jackson?

- Bueno, realmente era joven y tonto, pero no fue lo que dijeron los gemelos Weasley -Javi se estaba quedando conmigo, confirmado-, volviendo al tema, poco después que me expulsaran del Seminario por tener amigos... ¿cómo lo dijeron? Ah, sí, “perversos e indeseables”, verás, apenas me estaba acostumbrando a vivir fuera del Seminario, usar ropa de colores y eso, cuando conocí a una chica llamada Marta, me enamoré locamente de ella, pero murió poco después por una sobredosis de drogas y eso hizo añicos mi corazón, añicos tan pequeños que no valoraba a mis amigos y ni siquiera me importaba mi propia vida y me lancé al vacío desde el Puente de Segovia. Sí, ya sé que es prácticamente imposible, pero lo logré, en ese tiempo la valla no era como es ahora, en fin, no me morí esa vez, pero podría haber caído en un círculo vicioso de desesperación de no haber sido por la presencia de un niño que cambió todo, pese a que ya lo conocía, claro...

- ¿Ese niño es Cami?

- Sí, verás, no suelo hablar de esto, pero lo que Cami hizo por mí fue impresionante, la sola mirada de sus ojos verdes llenos de inocencia y de curiosidad por lo que hacía yo acostado en una cama de hospital con una escayola en la pierna y cara de circunstancia me mostró que no todo es llevarse bien, ser feliz, o follar, no, lo importante de la vida es amar y disfrutar cada momento, tal como lo hacía Cami de niño, él se alegraba con cualquier cosa del día, un beso de sus papás, una visita de nosotros, ver a su abuela Marta, jugar con Joseph... de hecho, desde que sus padres le adoptaron él nos llamaba tíos a todos sólo de ver el cariño que nos tenemos nosotros, pese a que nadie se lo pidió ni nada por el estilo. En tu caso, la sola presencia de Cami, al igual que sus amigos, te recuerda que el perdón existe y que es mucho más sincero que un castigo, la venganza siempre se queda con ganas de más, en cambio el perdón deja que las cosas que sigan su curso y no se complica por un pasado que ya no se puede modificar, creo que eso te lo enseñó sobre todo Iván, que pese a todo te recibió con un gran abrazo, eres el amigo de su infancia y eso nada ni nadie lo cambiará.

- Vaya, pues tienes razón si se mira desde ese punto y ahora entiendo por qué Cami es tan importante para ti y por qué te tiene tanto cariño, además, ya me queda claro el motivo de su perdón, al menos él desde su infancia aprendió que el no tener rencor es mucho más sano que buscar castigar, aunque a veces sea necesario hacerlo y sea la forma de expresar el perdón; me queda claro porque aunque me perdonaron, no se atreven a confiar en mí, excepto tu sobrino, Ramón, Joel e Iván, ellos mantienen contacto conmigo y tal, pero los demás realmente se mantienen al margen, creo que prefieren hacerse una idea antes de tomar una decisión final.

- Es muy probable que así sea... y no esperes que cite un pasaje de Percy Jackson, porque todavía estoy tratando de digerir ciertos pasajes de La Casa de Hades, ya sabes, lo que pasó en Croacia con Eros y ciertas revelaciones del dios del viento del oeste sobre todo...

- ¿De veras? -no pensé que leyera novelas pensadas para adolescentes, pero mejor para mí, así tengo alguien con quien hablar de esto sin que me vean como un idiota por pensar que los dioses del Olimpo todavía están por allí.

- Sí, eso fue una bomba para mí también, pero ¡Di inmortales!, ¿quién se iba a esperar eso del dios del viento del oeste? Es cierto que Eros fue cruel con él y he de admitir que la pareja Percy-Annabeth era interesante, pero lo que se presenta ahora me llama mucho más la atención -expresé mi opinión y ya luego nos sumimos en una charla sobre lo sucedido en ese libro y otras obras de la serie que no detallaré para no arruinarle a nadie lo que viene.

 

Aurora

- Bueno, creo que ya estamos todos, ¿no? -pregunté.

- Er... sí, ya está toda la peña -me dijo Ester, que después de su crisis nerviosa de ayer se ve un poco mejor-, lo que no entiendo es para qué los necesitas si vas a decirme por qué has estado de malas estos días.

- Bueno, es algo que tiene que ver contigo y con todos y prefiero decirlo una sola vez, me es más sencillo -le dije con sinceridad.

- Eso lo entiendo, ¿pero y Rubén? -vaya, a esta no se le escapa una.

- Ya lo verás... -no quise decirle más en ese momento, salí de la cocina con la ensalada y me hice la sueca con eso.

Como siempre, primero la comida y luego lo demás, así que cenamos tranquilos y cuando estábamos a los postres mi chica no se pudo contener más y me espetó:

- ¿Vas a hablar ahora? -todos nos miraron sorprendidos e Ylian se atragantó a medio bocado de flan.

- Vale, vale, chicos, tengo algo qué decir -empecé.

- ¿Estás por decir lo que pienso que vas a decir? -me interrogó Rubén, me limité a asentir, pero él siguió hablando-, ¡no es necesario que lo hagas! -encima me reprocha el muy cabrito, ¡ja!, ya veremos.

- Resulta que quiero hacerlo, Rubén, no me gusta tener secretos con las personas que me importan -hizo gesto de hablar, pero supongo que mi mirada asesina no es un buen aliciente-, chicos, como intentaba deciros -me dirigí a todos nuevamente-, quiero contaros algo: yo estaba al tanto de casi todo lo que hizo Rubén -me esperé todo menos la reacción de los chicos que fue un completo silencio esperando mi explicación-, veréis, Rubén tenía más amigos, no sólo a Iván, yo era una de ellos, pero yo logré mantener cierto contacto con él, tal vez por no ser la más cercana y casi todo lo que hizo lo puso en su Tuenti, aunque no puso nombres, pero había que ser gilipollas para no atar cabos sueltos, estaba muy asustada y si no hubiera sido una cobarde, creo que podría haber evitado alguno de los incidentes, la verdad eso me tiene muy mal.

No recuerdo muy bien lo que sucedió después, sólo que los chicos empezaron a decirme que no importaba, que ya había pasado y que lo importante es que todo está claro y que si hubiera intervenido podría haber sido peor, porque entonces habría obligado a Rubén a actuar más violentamente, aunque yo no les prestaba demasiada atención porque mis ojos estaban fijos en la puerta del comedor por donde Ester había salido hecha una furia, sé que lo que le duele es que no confiara en ella, no lo que pasó, sino el no poder sincerarme con ella y llevar las cosas entre las dos, pero también sé que si me acerco en este momento tendremos un crimen pasional y no pretendo eso. Lo que más me sorprendió es que nadie se movió, excepto Rubén, que se movió tan rápido que dudo que casi nadie lo haya podido ver, aunque era obvio por su sitio vacío en la mesa.

 

Ester

- ¿Estás bien? -casi se me cae el cigarrillo de la mano, podría haber esperado que Aurora viniera a provocarme o a Cami, a Iván o a algún otro, pero ¿Rubén?

No le interesó mi sorpresa o que no le contestara, él simplemente se sentó junto a mí en la azotea del edificio, encendió un pitillo para él y se quedó allí, dispuesto a escuchar si quería decir algo, o sólo estar para apoyarme. Eso fue algo que me ayudó mucho, sentir a alguien que no le importó si me enojaba con él, pero estaba allí ofreciéndome su compañía.

- ¿Cómo le haces? -después que un par de minutos que me ayudaron a dominar mi cabreo pude hablar-, ¿cómo confías en alguien que no confía en ti?

- Bueno, he aprendido de vosotros que la confianza, al igual que el cariño y el amor, sólo se reciben si se dan -me devolvió mis propias palabras en casa de Joel-, yo creo que Aurora no te ha dado motivos para que desconfíes de ella, sólo demostró que es una chica normal que tenía miedo al ver a un loco psicótico haciendo de las suyas sin saber cómo detenerlo o si había una forma de hacerlo.

- Tienes toda la razón -me puse de pie-, ella no me dio motivos para desconfiar, pero no puedo estar con alguien que no puede confiar en mí algo tan sencillo como sus miedos...

- Para el carro, tía -Rubén se levantó para estar a la misma altura-, los miedos no son nada sencillos, porque se fundan en lo más íntimo de la persona, hablarle a alguien de sus miedos es darle las llaves de toda tu vida y las herramientas para destruirte, ¿o acaso le has dicho a ella las cosas que realmente te dan miedo? No hablo de las fobias, que eso es lo más sencillo, cualquiera admite que le tiene miedo a las cucarachas o a las alturas, pero no cualquiera admite que tiene miedo de vivir solo sin cariño o que teme no poder hacer nada bueno en su vida, ¿sabes?

Este chico me estaba poniendo la verdad enfrente y apenas nos conocemos, además, me confiaba sus miedos más profundos sin importarle que si deseara podría destruirlo, supongo que el hablar con Javi ha funcionado. Sin embargo, el shock que me provocó eso hizo que no cometiera una estupidez: estuve pensando por una fracción de segundo en terminar a Aurora por no confiar en mí, pero la verdad es que yo tampoco he confiado ciegamente en ella, ¿cómo exigirle a ella que lo haga? Puede que Rubén haya cometido un error, pero yo ya no tengo dudas sobre él, después de esto, lo menos que se merece es un abrazo que lo pilló totalmente por sorpresa y lo dejé allí plantado mientras volvía con los demás, tiene razón, si no confío en ella, no puedo exigirle que confíe en mí, tan sencillo como eso.

 

Edu

Ya lo tengo todo planeado, el domingo que vinieron los chicos, además de disculparme formalmente por lo que les hizo Carlos, les pedí que le dijeran a Ester que no venga este domingo, como Jesús no acepta visitas será el momento ideal, porque todos estarán con sus familias y podremos ir al patio e intentar dominar a Carlos, por supuesto el psiquiatra está al tanto, si no logro lo que pretendo, necesitaré ayuda para no hacerle nada a Jesús ni a mí mismo; ya sólo falta lo principal: comentarlo con Jesús. Para eso aproveché que nadie nos acompaña en la comida y se lo comenté:

- ¿No te parece muy arriesgado? -me dijo Jesús.

- Pero es la única opción, los médicos lo que harán es guiarme a eso mismo, no tiene mucho sentido debilitar a Edu si lo que quiero es debilitar sólo a Carlos, ¿no crees? -le contesté.

- En eso sí que te doy la razón, pero si el doctor está de acuerdo, ¿por qué me pides ayuda a mí?

Esa pregunta de Jesús era totalmente justa y merecía una respuesta sincera, miré alrededor y vi que nadie nos prestaba atención, así que le di un rápido beso, lo suficiente para que entendiera, pero tan breve como pude para que nadie más lo notara. Funcionó, él lo entendió y pude ver cierto brillo en sus ojos que me dijo que él siente lo mismo, esta noche, Carlos o no, dormiré con una sonrisa en la cara.

 

Javi

Mi esposa ya está en tiempo, en cualquier momento nace mi pequeño Raúl y yo tengo que irme a Segovia para resolver el tema de Edu, menos mal que Luis y Fran estarán al tanto mientras yo me hago el viajecito. El psiquiatra me llamó y me dijo que quería hablar conmigo porque está seguro que Edu ya puede irse a su casa sin consecuencias, eso me impresionó, Edu lleva tres meses allí y no es un infierno, pero un trastorno disociativo de personalidad no suele solucionarse tan rápido, pero si es cierto lo que él me dice, Edu sólo necesitará una medicación básica y mi supervisión para ser el niño feliz que merece ser. Por lo que sé, todo está preparado, incluso sus padres estarán allí, sólo hace falta mi visto bueno para que Edu pueda irse.

Llegué y efectivamente, Paco y Teresa están deseando que Edu vuelva a casa, no serán los padres más dedicados del mundo, pero aman a su hijo y eso se nota. Sin embargo, eso es lo de menos, prácticamente en el parking estaba el psiquiatra esperándome y me sorprendió que no me llevase a su oficina, sino a una sala de consulta de pacientes.

- Hola, Javi, es bueno volver a verte -me dijo con una gran sonrisa y estoy casi seguro que de haber podido me habría abrazado.

- Hola, Edu, es genial verte así -ya que él no lo hacía, lo hice yo: le di un buen abrazo-. Pablo, ¿qué es lo que debo saber?

- Edu te lo dirá -fue toda la respuesta que recibí.

El chico mientras tanto me había servido un vaso de agua y se dispuso a hablar. Me contó que estando ingresado empezó a darse cuenta que algo sucedía cuando se enojaba y que era mucho más que perder el control, era como si alguien más tomase su lugar, cuando lo comentó con Pablo, su psiquiatra, él le dijo que estaba cerca, así que se le ocurrió hacer un experimento, ya sabía que la ira desencadenaba todo, por lo que le pidió a un chico con el que tenía amistad que lo provocara para averiguar lo que pasaba y así supo de Carlos, aunque no tenía idea de cómo solucionarlo.

- Fue cuando le dije que el tratamiento más común es crear una situación donde las dos personalidades se enfrenten para que él pudiera decidir con cuál quedarse -aportó Pablo.

- Exacto, fue cuando le pedí a Jesús que me ayudase de nuevo y del enfrentamiento salí vencedor, no creo que Carlos haya sido destruido, pero ya no aparece y además ahora recuerdo todo lo que él hacía, incluida la consulta donde te diste cuenta de él, recuerdo bien lo que intentaba hacer era disimular para que no te dieras cuenta que él existía, quería que creyeras que hablabas conmigo -terminó Edu.

- ¿Esto significa que el chico está preparado? -le pregunté a Pablo.

- Eso es lo que pienso, me parece que Edu está plenamente capacitado para vivir fuera de aquí y por lo que tú me dijiste y lo que me ha comentado Ester, creo que Carlos estará totalmente bajo control.

- Ya veo, sorprendente, totalmente sorprendente, ¿Edu, cómo te sientes? -esto es complicado cuando uno tiene ayuda para hacerlo y el chico se las ingenió para hacerlo por su cuenta y le salió bien, de veras que Edu no tiene un pelo de tonto, ni de cobarde.

- Yo me siento fenomenal, ¿sabes? Ahora que estoy plenamente consciente de Carlos puedo dominarlo y evitar que me controle, hasta me siento libre para sonreír -me dijo mientras brillaba en su rostro una sonrisa que podría competir con la de Ylian o los ojos de foquita bebé de Cami.

- Bueno, Edu, de veras que me sorprende mucho, normalmente este paso que has dado no se logra en tan poco tiempo y mucho menos solo -me alegra ver al chico tan recuperado en tan sólo tres meses, pero hay formalidades qué respetar-, Pablo, ¿hiciste las pruebas?

- Sí, todo está perfectamente, sólo le recetaré un tranquilizante para ayudarle a dominarse y para que no se desanime... Edu se saltó la primera fase, hizo la segunda él solo, pero para la tercera fase te necesita a ti, no se puede hacer una terapia uno solo, ¿sabes?

- Tienes toda la razón, pero él necesita una psicoterapia, yo sólo soy un psicólogo del montón...

- ¡De eso nada! -Pablo fue terminante-, puede que no te hayas especializado en psicoterapia, pero eres un profesional muy capaz y has hecho tratamientos mucho más delicados con resultados asombrosos, además, tienes la ventaja que Edu sabe lo que pasa, quiere colaborar y ya hizo él solo una de las partes más complicadas, lo que implica que colaborará para solucionar todo. En todo caso, estoy seguro que será un reto para ti el ayudar a Edu a mantenerse donde quiere estar, controlar síntomas y prevenir nuevas personalidades...

- Estoy aquí, ¿sabéis? -creo que a Edu no le hizo gracia que habláramos de él en jerga de médica.

- Visto lo visto -dije con una sonrisa mientras firmaba el visto bueno y Edu volvía a mi cargo-, creo que hoy dormirás en tu casa... si te dejan los chicos, claro.

 

Rubén

No creí que tuviera que volver a narrar todo lo que hice, pero al parecer Edu es muy querido por los chicos, debo decir que sólo por su cara despierta mucho cariño, por no hablar de su timidez, que contrasta mucho con su sonrisa radiante, que junto a la de Ylian, el aura de felicidad que despiden Cami y Ramón y la ternura de Iván y Ricardo, todo condimentado con las travesuras de Joel y sin perder la noción de realidad gracias a las andanzas y broncas de las chicas, definitivamente, no se puede pedir nada mejor que tenerlos de amigos.

Pero mis tonterías me enseñaron a ser observador, muy observador, por lo que noté que pese a todo Edu está nostálgico, su alegría no es completa, como si faltase algo... o alguien. Claro, cometí la estupidez de preguntarle a él directamente y entre lo que él acaba de saber y mi pregunta, entonces sucedió:

- ¿Quién coño te crees que eres, so asesino?

- Lo lamento, Carlos -todos me miraron asombrados por el cambio de nombre-, tienes toda la razón, aunque no maté a nadie, ganas no me faltaron. Pero, ¿por qué sales ahora que te pregunté por tu nostalgia?

- ¿Eres imbécil o te haces? -Edu alzaba la voz y se empezaba a poner violento- ¿piensas que voy a confiar en alguien que hizo daño a mis amigos?

- Edu -me levanté para hacerle frente-, realmente pregunté para ayudarte, mira, nuestros amigos confían en mí tanto como confían en ti.

Edu de inmediato empezó a dominarse cuando lo llamé por su nombre, sin embargo, logró dominar totalmente a Carlos en cuanto le abracé y le di un beso en la frente, por lo visto, pierde el control con la ira y logra dominarse con cariño. En cuanto le liberé de mi abrazo Edu cayó en la butaca donde había estado sentado, bebió un par de tragos de su refresco y volvió a ser el de siempre, aunque tenía un ligero tono rojo en su cara morena que supongo que sería por lo que acababa de pasar.

- Joer, troncos, lo siento, no debí dejar que Carlos saliera de su escondite... por cierto, gracias, Rubén y tienes razón, a mí no me hiciste nada y ellos te perdonaron, no tengo objeción para ser amigos... y respecto a lo que preguntaste, sí, hay un motivo por el que no soy completamente feliz de estar aquí y es alguien que se quedó en el hospital, un chico con virtudes y defectos, una linda cara y un hermoso corazón, pero que quiso quedarse allí, supongo que me dejará verlo, aunque no acepta visitas.

Ya después de dominar a Carlos y asegurarse que ya no volvería a salir, Edu nos contó su proeza de enfrentarse a sí mismo y de decidir cómo quiere vivir, no ocultó que todo lo logró por Jesús ni la forma en que lo convenció de ayudarle, menos mal que por lo menos Edu pudo sincerarse con él, además, si Jesús puede irse cuando quiera, estoy seguro que no se negará a recibir a Edu cuando vaya a verle.

 

Jesús

Vaya, no pensé que narraría... pensé que una vez que Edu se fuera yo me volvería un buen recuerdo, pero no pienso dejar que eso pase. Hace una semana que Edu se fue y mi vida volvió a ser la mierda que era: ya nadie come conmigo, nadie se preocupa por cómo estoy, nadie es mi amigo, nadie me ama aquí. Debo reconocer que empecé a desesperarme, no me gusta esto, aquí estoy cómodo, no me siento acosado, no me persiguen, no quieren hacerme daño, pero tampoco es lo que quiero, yo quiero estar con Edu, ese beso que me dio fue tan tierno, tan sincero, hasta un poco tímido, como con temor a hacerme daño, yo quiero una persona así: tierna, sincera y dispuesta a cuidarme. No es justo que ahora que encontré a alguien así lo pierda para siempre, no es justo. No voy a permitirlo, así que hoy hablé con Pablo, el director del hospital, ya que yo estoy aquí por propia voluntad le pedí que me prepare para salir de aquí porque quiero estar con Edu y volver a ver su tierna sonrisa.

 

Ramón

Bueno, mira tú por donde, todo aquí está genial, incluso Rubén demostró saber cómo dominar a Carlos, eso significa que tanto Edu como Rubén se están integrando al grupo y que poco a poco lo que hizo Rubén será perdonado; realmente yo ya lo perdoné, mi Cami está bien y a mí no me hizo nada, así que tampoco me voy a cerrar a darle una nueva oportunidad, aunque veo que a los demás les está tomando un poco más de tiempo, sobre todo a Ylian, lo que no es para menos, a mi amigo le tocaron lo que más ama en el mundo y eso no lo puede perdonar fácil, por mucho que quiera hacerlo.

Hoy invitamos al Rubén a comer, la verdad es que no me molesta hacerlo y sé que no es bonito comer solo sin más compañía que la tele, por lo que lo hablé con Cami, no vivirá aquí oficialmente, pero es mi chico, y decidimos invitarle. Él llegó tan puntual como siempre, pero parecía un poco distraído, cosa que nos confirmó cuando nos contó que pronto va a dejar de estar solo porque después de mucho intentarlo sus padres lograron el traslado a Madrid.

- Pues de lujo, ¿no? -a Cami siempre le alegra de corazón cuando una familia soluciona sus broncas.

- Pues no, Cami, a ver, no me mal entendáis, no es que no me alegre que vengan, es que pensé que podría tenerles buenas noticias, ya sabéis: una novia, buenas notas en la facultad, algo de lo que se sintieran orgullosos, pero lo único que tengo es un perdón que no merezco porque ni siquiera lo pedí -Rubén se veía triste de verdad, como si en serio pensara que debía rendir cuentas ante sus padres.

- Deja de hacer el idiota, anda -le dije para que reaccionara y poder hablarle tranquilamente-, lo de la novia se resolverá solo, las notas en la facultad sí que son totalmente tu culpa, pero si quieres que tus padres estén orgullosos, puedes demostrarles que eres un hombre de verdad que reconoce sus errores asumiendo las consecuencias, que bien pudimos mandarte al talego, aunque no nos saliera de los cojones hacerlo, pero no es porque seamos tontos, extraterrestres o algo así, simplemente somos conscientes que todos cometemos errores y que todos merecen una segunda oportunidad, mira, la poli tiene que investigar de oficio lo que le hiciste a Joel, ya dependerá de ellos y de ti lo que decidan, pero nosotros no somos ni jueces ni jurado para tomar justicia por nuestras manos, además, todo lo que queríamos eran los motivos detrás de todo, así que ya estamos satisfechos. Eso sí, no vuelvas a decir que eres un fracaso o te doy la paliza que te tengo prometida, ¿está claro?

Eso pareció motivarle bastante, también pudo ser el miedo a la paliza, no lo sé, pero se fue contento de ver que nosotros pensamos que tiene cosas buenas y muchos motivos para estar orgulloso. En cuanto el chico se fue a su casa a dormir la siesta, mi Cami se sentó sobre mí y me besó de una manera tierna y dulce, la verdad me estaba derritiendo, aunque no sabía a cuento de qué venía eso, pero tampoco preguntaría, prefiero disfrutar a mi chico.

- Anda, ve a la habitación y ponte cómodo, que pongo el lavavajillas, ¿va? -me dijo con esa mirada seductora que me desarma y no pude más que darle un rápido pico para irme a nuestra habitación y hacer lo que me dijo.

Apenas me estaba empezando a quitar la ropa cuando Cami llegó y lo hizo él, mientras tanto me besaba a mí también y nos acostamos en la cama, últimamente Cami ha tenido esos arranques, si pretende que me sienta amado, lo logra con creces, pero me di cuenta que esta vez lo que intenta es sobornarme:

- Ramón, mi vida, hay algo que quiero hacer, pero no sé cómo... -esos ojitos de foca bebé me vuelven loco y esa boca dulce me inspira locuras.

- Mi amor, dime, bien sabes que con esa carita logras lo que sea de mí -le dije mientras le besaba en la frente y en los labios, mi novio es el amor en persona, definitivamente.

- Pues es que quiero... -y me contó una loca idea que no sé cómo llevaremos a cabo, pero que me derritió el corazón, así que lo intentaré.

 

Cami

Me costó un poco convencer a mis padres de hacer lo que planeé con Ramón en su casa, ellos decían que mejor en casa de mi novio para que fuera neutral, pero lo vamos a hacer no puede suceder en terreno neutral. En todo caso, después de insistir un poco, mi hermano y mi cuñado vendrán a comer a casa de mis papás, lo que me permitirá hacer lo que quiero.

- Lucas, sé que esto ha sido un poco abrupto y que no te lo esperabas, créeme, yo tampoco, por eso no me quedé tranquilo hasta que nos hicimos las pruebas de ADN, sé que Anderson no miente, pero podría equivocarse -tenía que empezar por algún sitio.

- Mira, lo que me costó digerir, hermano -hizo un especial hincapié en la palabra-, fue la idea que papá le hubiera sido infiel a mi mamá, pero ya cuadrando fechas me di cuenta que tú naciste antes incluso que se conocieran, por lo que no hay bronca.

- Bueno, entonces, hermano -me gusta cómo suena la palabra y mis papás sonreían con tanta alegría que sentí que era el momento-, ¿puedo darte un verdadero abrazo?

- Por supuesto -su respuesta habría sido seca de no ser por su sonrisa radiante y sus brazos abiertos que invitaban a dar cariño como pocas veces entre hermanos.

- Hay otro motivo por el que te pedí que vinieras -quise decirle por qué mis papás están aquí.

- ¿De veras? -esta vez fue Didier quien habló- ¿hay algo más que el aceptaros como hermanos de una vez?

- Créeme que sí que lo hay -le contestó mi chico con un guiño de ojo bastante travieso.

- Pues la verdad, nosotros también queremos hablar con vosotros, con Lucas, principalmente -empezó mi papá Fran.

- Queríamos deciros que somos los padres adoptivos de Cami y podemos ofreceros todo el respaldo que necesitéis y lo que queráis, Lucas, no pretendemos ocupar el sitio de tu padre, pero sabemos que a veces necesitarás a alguien que te escuche y eso podemos hacerlo -terminó mi papá Luis.

- Y eso aplica para ti también, Didier -acotó mi papá Fran.

- Pues muchas gracias, siempre es importante saber que alguien se preocupa por ti, aunque espero que no tener muchas broncas con las que daros dolores de cabeza -dijo Lucas con una sonrisa que se parece mucho a la mía cuando quiero inspirar cariño.

 

Ylian

De nuevo Joel me sale con otra sorpresa de las suyas de “súbete al coche y no preguntes” se aprovecha que los viernes no tengo clases y que él está de vacaciones para hacer este tipo de cosas, aunque debo reconocer que me encanta que lo haga. Esta vez el viaje fue mucho más largo y pesado, porque me trajo hasta Santander, debo admitir que es un sitio hermoso, aunque es una paliza de 408 km desde Madrid, ya me imagino cómo debe estar Joel, porque no me dejó conducir, dijo que pretende mimarme y que eso incluye que él conduzca por mí.

Me llevó a un hotel frente a la costa y era perfecto: el clima frío que me recuerda mi tierra natal, el chico que amo, el arrullo del mar, una vista de la playa romántica y bella, la verdad es que Joel fue más allá de lo hermoso esta vez. Salimos de madrugada y llegamos justo para la comida, que fue una maravilla, en este sitio saben elegir los menús; una vez que comimos nos fuimos a dormir la siesta, la verdad estamos hechos polvo y nos vendría de lujo descansar para poder conocer un poco la ciudad durante la tarde y la noche.

Me desperté en San Petersburgo, caminaba de nuevo cerca de la Catedral de San Isaac, la Fortaleza de San Pedro y San Pablo y hasta por la Plaza del Palacio, no recordaba lo maravillosa que es mi ciudad natal bañada de nieve, la vista de las montañas totalmente blancas, la ciudad con nieve en sus tejados y las personas en sus abrigos para temperaturas bajo cero, la verdad es que estos 15 cm de nieve son molestos para muchos, pero a mí me encantan, hacen que el continuo esfuerzo por caminar cómodamente mantengan mi cabeza en su sitio y no pensar tonterías. Sin embargo, llevaba a alguien de la mano y pese a los guantes podía sentir que no estaba acostumbrado a este frío y que hacía su mejor esfuerzo para seguirme, eso no me lo esperaba, no pensé estar en casa con alguien de fuera, así que me giré para verle y resultó ser mi Joel que, pese a su cara roja por el frío y su intento de no convertirse en un bello helado, me sonreía con alegría y estaba asombrado por las maravillas que veía. Entonces reparé en un detalle: estábamos tomados de la mano en una ciudad federal rusa, con una ley vigente que me prohíbe estas muestras de afecto porque es “malo” que los menores de edad se den cuenta que se puede ser gay y feliz; pero nadie nos decía nada, nadie nos señalaba, nadie nos acusó, al contrario, un par de señoras y algunas otras personas nos aplaudían el valor por la calle, Joel no entendía lo que nos decían, pero las personas comentaban que éramos muy valientes por preferir el amor a ser ovejas ciegas dejándonos llevar por el “qué dirán”. Lo más extraño fue que nos encontramos con unos policías que nos pidieron acompañarles, pensé que nos detendrían, pero nos llevaron hasta la entrada de un comercio que tenía la puerta abierta y por tanto la zona estaba lo suficientemente caliente como para abrirse un poco las bufandas y hablar con normalidad y por ende el sitio estaba repleto de personas, pero los policías impusieron su autoridad y nos llevaron al centro de todo, se aseguraron de atraer la atención de los presentes, tanto dentro como fuera del local y nos dijeron que querían la mayor muestra de amor posible con este clima: un beso. Por un momento pensé que nos arrestarían, pero entonces vi que ellos estaban tomados de la mano y entonces me decidí a correr el riesgo y besé a mi chico.

De repente todo se desdibujó y me encontré en Santander en la habitación del hotel, estaba acostado y mi Joel me despertaba con un beso. Fue cuando tomé una decisión y aunque no le dije nada a mi amor, esta noche dejaré de negarle algo que en el fondo los dos queremos, ya no hay motivo para cerrarme a él, no estamos en Piter [nombre coloquial que dan los lugareños a San Petersburgo], estamos en España, donde soy tan libre de amar que si quiero puedo besarlo en cualquier lugar, no debo esconderme, sólo debo amarle y eso haré, esta noche, seré suyo, totalmente suyo, sin más reservas ni condiciones más allá del amor que le tengo.

Continuará...

Las muestras de cariño han sido tan efusivas que me inspiré y terminé escribiendo más de lo que acostumbro y de lo que esperaba. Esta vez, aunque no fui tan descarado como para armar un relato casi que, con frases del Maestro Sabina, sí que hay algunas referencias, como siempre y no sólo a él, sino también a otros grandes músicos y algunos libros, que debo reconocer que no siempre recuerdo citar porque son citas inconscientes. Finalmente, es vuestra oportunidad de hablar, en vuestras opiniones y valoraciones por los canales habituales (esta página, Facebook, correo, y WhatsApp). Como dijo Soda Estéreo: “¡Gracias totales!”

 

P.S.: Ya sé que este capítulo no es necesariamente corto, pero las nueve musas me visitaron y no pude evitar emocionarme al escribir...

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