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¿Me tiro a mi cuñada divorciada?

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Mi mujer tiene una hermana que está divorciada, es su hermana mayor y "está buenísima", pero siempre ha sido una estúpida conmigo, también le gusta lucir sus curvas delante de mí, como diciéndome subliminalmente: ¡Yo estoy más buena que mi hermana!, ¡Y te jodes cabrón! Mi cuñada es una presumida y una presuntuosa, que lleva años "alabando" lo maravilloso que es su marido, ¡el gran hombre!, y menospreciándome a mí por ser un currante. Yo siempre me he cuidado más que su marido, no fumo, tampoco bebo, y casi siempre estoy "potente”; ¡a mi mujer le echo cada polvo que la dejo transpuesta!, mi pene es grande y gordo, a mi mujer le gusta chupármelo hasta que me corro y tragarse mi leche, tras varios días sin correrme ella "detecta" que hay cantidad y "pide tragar", entonces me corro en su boca y ¡parece que se come un yogur entero!

Desde que hace un año se divorció mi cuñada, mi mujer y ella se visitan a diario, unas veces en nuestra casa y otras en la de ella, ellas dos se lo cuentan todo desde que eran niñas, ¡pero todo!, y cada vez que me follo a mi mujer se lo cuenta a su hermana, "con pelos y señales", mi mujer me dice que necesitan contarse su vida sexual para sentirse plenas; antes del divorcio hablaban sólo por teléfono, ahora  "en directo" se explayan, yo noto como mi cuñada me mira "el paquete" después de que hayan hablado las dos.

Mi mujer y yo follamos ayer, y al acabar me corrí en su boca, con un gran chorro que se tragó "enterito", luego nos visitó mi cuñada y estuvieron hablando bajito y riendo solas en el salón, yo las escuchaba a lo lejos desde mi estudio.

Antes de irse nos invitó a ir su casa, para hacer una barbacoa y bañarnos en su piscina al día siguiente (a su piscina no nos invitaba desde hace años, cuando aún se pavoneaba por allí "el gran hombre" con el cubalibre en la mano y medio ebrio "el cabrón ").

Estando en casa de mi cuñada  las vi cotilleando bajito a las dos, mientras yo asaba carne en la barbacoa; comimos los tres bajo la sombrilla "muy a gusto", con la comida ellas tomaron vino de verano y yo limón con hielo, a mi mujer se le subió el vino a la cabeza y se echó una siesta en el sofá, mientras mi cuñada y yo nos pusimos a hablar junto a la piscina, ella tomó un cubalibre y yo un café, ¡jamás había estado tan simpática conmigo!, incluso hacía muecas para hacerme reír (el cubalibre pensé).

Noté que la parte inferior del bikini de mi cuñada se había humedeció por delante "sin haberse bañado aun", me miraba con pupilas dilatadas y se rascó el coño sobre el bañador, "estaba empapada" y "caliente"; yo (por mimetismo) también me rasque los huevos y ella miro "mi paquete" con deseo, su bañador ya chorreaba flujo; cuando ella noto que vi "el charco" se tiró a la piscina sonrojada.

Mi cuñada fue dejando de lado a sus amigas en los últimos años, por culpa de su posesivo marido que la quería sólo para él, me cuenta mi mujer que su hermana lleva desde que se divorció si echar un polvo, que aún no ha superado el engaño de su esposo con la secretaría con la que se fugó; también está desconectada de las amigas y le cuesta lanzarse a desconocidos.

Hemos nadado los dos un buen rato, ella ha estado "tonteando y restregándose" como el que no quiere "la cosa", después de dos horas de baño mi mujer ha salido y nos ha dicho:

-Me acaban de llamar del trabajo, es algo urgente; hermana por favor lleva a mi marido con el coche a casa esta noche, que yo me llevo el de él, besos cariño.

-No te preocupes hermana a la noche lo tendrás allí "enterito" cielo.

He salido a despedirme de mi mujer, le he tirado un beso desde la puerta mientras se alejaba con "mi coche", al volver a la piscina he encontrado a mi cuñada en toples junto al agua (nunca la había visto en toples), que gusto verle las tetas, ¡¡uff!!, que melones más bien puestos!, me vio mirándola y dijo:

-Cuñado ¿a ti te importa que dore mis pechos al sol?

-A mí me da igual, estás en tu casa

Siguió con "las tetonas" al aire y se tomó otro cubalibre, se fue animando y me dijo después:

-Cuñado, ¿te parecen bonitos mis pechos?

-La verdad es que tienes unas tetas preciosas, ¡harás unas buenas cubanas!

-¡Que ordinario eres!, ¡sé todo lo que le haces a mi hermana!, eres un guarro.

-No sabía que supieras tanto, ni que fueras contándolo, y guarro no, que tu hermana siempre quiera más.

-No debería haberte dicho que "sé" lo que haces a solas con mi hermana, perdona, ¡no se lo digas a ella, por favor, porque no confiara en mí!

-Descuida será secreto.

-Siempre quiero que me cuente ella lo que hacéis, ¡desde que vivo sola me excita mucho "saber los detalles"!, ¿es verdad que se traga tu semen?

-Sí, si se lo traga y "con sed", pero me da vergüenza hablarlo contigo.

-Te entiendo, disculpa, ¡pero que excitante es lo que hacéis!, ¿Podemos tener otro secreto?

-Dime, ¡a ver que es!, que hoy te has soltado el pelo cuñada.

-Pues mira (dijo a la vez tiraba de su bikini hacia un lado, dejando ver su coño negro como el carbón), ¿te gusta?, ¡no te lo enseño para nada malo!, es para otra cosa.

-Cuñada, ¡claro que me gusta verte el coño!, pero follarte no sería una buena idea, ¡tú lo sabes verdad!

-¡Claro!, como te he dicho es "otra cosa", no es una insinuación, te he enseñado mi coño para que veas que no lo tengo arreglado, que lo tengo, "salvaje de pelos", ¡quiero ser sincera contigo!, antes del divorcio me arreglaba el "felpudo del chocho" mi marido, ¡todas las semanas!, solo me dejaba "una rayita de pelos", ¡ahora se lo hará a la guarra esa!; yo no me lo toco hace un año, ¡bueno me recorto algún mechón largo, de vez en cuando!, solo recortes superficiales, me da tristeza pensar en recortármelo yo misma y no sentir unas manos masculinas "rasurándome" el coño, como siempre las he sentido "en mi", y eso te quería pedir, ¡que me arregles el chocho de vez en cuando!, pero sin que se entere mi hermana, ¿qué me dices?,¿te atreves?

 Siempre había soñado con follarme a mi cuñada, la deseaba hacía tiempo, y esta era la ocasión de cogerle el coño, ¡por lo menos!, "además" pasarle la cuchilla por el felpudo me excitaba mucho, era como si fuera mi mascota.

-Me parece bien, me atrae la idea, no diré nada a tu hermana, ¡palabra!, pero esto no os lo podéis contar, porque yo la quiero, ¿de acuerdo?

-De acuerdo cuñado, ¿me puedes "asear" el coño ahora que no está mi hermana? -dijo al tiempo que remataba el combinado de ron.

-Esto no será cosa del alcohol, ¡verdad cuñada!, y que mañana vengas llorando.

-Te aseguro que ya lo había planeado ayer, el alcohol sólo me ha dado el valor.

-Vale cuñada

Entramos al despacho de madera de nogal de su ex "ya en desuso", muy acogedor, ella se quitó la braga del bikini quedando completamente desnuda, posó su precioso culo sobre la mesa y abrió las piernas como una flor, con una pierna apoyada sobre el sillón de terciopelo y la otra extendida sobre la mesa. ¡Los pelos de su coño resplandecían con las luces halógenas del despacho!

-Se cuidadoso por favor

-Relájate cuñada, ¡te haré un buen trabajo!, comenzaré recortándote, después terminaré afeitándote "el conejo".

Entré en el aseo y cogí unas tijeras, un peine y un cepillo, y comencé, con una mano agarré un manojo de pelos y tire de ellos, alzando un labio externo del coño, acerque las tijeras y de un Tajo corte un manojo de pelos negros y rizados y lo tiré al suelo, repetí la operación varias veces, a cada tijeretazo un labio se alzaba y otro se aplacaba, de tal modo que su chocho parecía una marioneta manejada por mí; la tumbe en la mesa y abrí del todo sus piernas, recortándole los pelos más cortos con cuidado, tapando su raja con una mano y recortando con la otra, apoyado así sentí la calor y la humedad de su vagina en mi mano y presione un poco para palpar su bella raja.

Cuando ya todo su "prado" era corto como el césped le dije:

-Cuñada lávate el coño en el bidé, para quitar los pelos sueltos y enjabónate bien, que te lo voy a rasurar en el mismo bidé.

-Si cuñado, me ha gustado mucho tu mano de peluquero.

-Lo sé.

En el aseo ella se sentó en el bidé con las piernas abiertas y el grifo dando en su vagina desde atrás; agarré un labio mayor con una mano y tense su piel, en una zafa mojé una brocha con jabón de afeitar y enjabone su coño; después pase la hoja de la cuchilla desde su culo hasta el pubis y arrase los pelos "a ras de piel", introduje un dedo en su vagina para desplazar su bollo hacia afuera y apurar hasta donde comienzan los labios menores, ella al notar mi dedo dentro suspiro profundo. Fui "desfoliando" todos sus pelos menos un pequeño triángulo en el centro de su pubis, de un centímetro de ancho y dos por encima de su raja (era como un mini bigote puesto de lado).

Abrí el grifo del todo y con una mano llena de jabón lave su coño "apretándolo" en cada enjuague mientras ella gemía de placer, había afeitado a fondo todo, incluso los pelillos junto a su ano, viéndola no podía dejar de comparar el antes y el después, ahora sus labios sobresalían apetitosos.

No sucedió nada más esta tarde, pero la tensión sexual se palpaba en el silencio cuando me acompaño a casa, se despidió dándome las gracias con ojos de gacela.

Mi mujer está haciendo la cena y yo escribiendo lo que paso ayer con mi cuñada, y en su coño, que aún no me he follado.

¡¡Os dejo que la cena está lista y me llama mi mujer y no quiero que me vea escribir!! Pero...

¡¡Decirme los que leéis esto!!

¿Me follo a mi cuñada?, ¡es que no sé qué hacer!, ¡¡mandarme consejos por correo!! Gracias.

 

-FIN-

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