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La transexual del verano

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Llevaba esa mañana un tanga sexy y obsceno y me fui a nadar a la cala y dar un paseo acuático por allí, después de nadar y nadar, me sentí algo cansado y decidí regresar. Allí me encontré a Eliana que era mi vecina de apartamento y con la que siempre me encontraba en el rellano y subía con ella en el ascensor. Decidí hablar con ella y fui a verla a su apartamento.

— Creo que ahora estás un poco bajo de moral — dijo Eliana.

— ¿qué está pasando? — dije yo.

— He tenido una pelea con mi novia. Lo quiere todo de mi — añadí.

— Por eso es porque te he invitado — hablé.

— Tu, ahora estás ... vulnerable — advirtió Eliana.

— Si. ahora debo hacer nuevas amistades — observé.

— Eres algo guay — mencionó Eliana.

— Por eso es por lo que tú estás aquí — observé.

— Tú necesitas nuevas emociones — expuso Eliana. 

— ¿No es eso? — añadió Eliana mientras me acariciaba la pierna morbosamente.

— Si — descubrí.

Nos dimos un lascivo beso con lengua al tiempo que jugábamos con nuestras lenguas para ponernos cachondos y rijosos y nos íbamos acariciando y desnudando lenta y lascivamente y nos toqueteábamos sexualmente e iba aumentando nuestra lujuria gradualmente. Comencé a chuparla las tetas que me estaban poniendo muy salido.

— Si, cabrón, chúpamelas como ahora — gimió Eliana de regusto.

Yo seguía relamiendo, mamando y lengüeteando sus tetas que tanto me gustaban.

— ¿tú no eras una chica? — inquirí.

— ¡Que pasa, tío! — exclamó Eliana.

— ¿porque no me lo dijiste antes? — averigüé.

— Pensé que lo sabias — afirmó Eliana.

— Bien, tal vez sea lo que necesito — afirmé. 

— Si — evidenció Eliana.

Proseguimos comiéndonos a besos y toqueteándonos sexualmente con lujuria y perversa furia mientras Eliana llegaba a cogerme del rabo y yo me acomodaba para que empezara a hacerme una soberbia mamada que me iba a deleitar y relajar.

Eliana seguía relamiendo, mamando y lengüeteando mi rabo y yo estaba bien abierto de patas para que ambos disfrutáramos del lascivo momento.

Yo cogía el pelo de Eliana para que no la molestase mientras me la mamaba lasciva y viciosamente y no perdiese el ritmo.

— Me la chupas realmente bien. Eres toda una zorra profesional — manifesté entre jadeos. 

— La chupas muy bien, puta. Es una delicia ver cómo me la comes, guarra — observé mientras estaba corrido de gusto al ver cómo me la chupaba.

Me desnudé completamente para que la guarrona de mi vecina transexual me chupara a placer el rabo y relamía y lengüeteaba mi rabo y volvía a magrear mis cojones para darme placer. Yo la quité su camiseta rosa para sobarla y toquetearla sus tetazas que me ponían burro y muy cachondo. Yo recogía el pelo de Eliana para que no la molestase mientras me la mamaba lascivamente y disfrutara al tragar mi rabo y succionarlo.

Eliana dejó de agarrar mi rabo para que yo lo cogiera y darle en su puta bocaza de zorra en celo en sus rojos belfos de golfa libidinosa. Ella sacaba su lengua, debido a su cachondez y finalmente se engulló mi rabo con sus encarnados belfos de guarra depravada en celo.

Paró de mamar frenéticamente mi rabo para desnudarse y yo al tiempo le mamé una teta y eso le gustó.

La muy puta de Eliana se desnudó hasta quedarse solo en tanga y eso me puso más salido y cachondo, pues el tanga que la muy guarra llevaba me daba morbo y me gustaba.

Se apoyó en el sofá para ponerse a cuatro patas y comenzara a comerle el ojete a esta puta golfa.

Se lo lamí un par de veces y se bajó un poco para entregarme mejor su culo y lamérselo mejor y a placer y la muy zorra de Eliana gemía, bufaba, rezongaba y jadeaba del gusto que le daba para que yo continuara mamando, chupando y dando lengüetazos a su ojete de guarra transexual depravada.

— ¿me vas a clavar el dedo en todo el ojete, cabrón?  — preguntó lascivamente Eliana.

Seguí mamando, chupando y dando lengüetazos a su ojete y la muy puerca proseguía gimiendo, bufando, rezongando y jadeando de placer que le daba por ser lengüeteada por mí.

— ¡Voy a joder este culo de guarra! — exclamé lujurioso.

— ¡Si, jódeme ya, canalla! — chilló lascivamente Eliana.

Mientras, le lamía y relamía su ojete, le pajeaba su rabo para darla placer y la muy puerca bufaba, rezongaba y resollaba de gustazo a la vez que me insultaba sexualmente y eso me gustaba y me ponía más cachondo y salido. Finalmente, le bajé el tanga y opté libidinosamente por sodomizar y petar su lascivo culo y taladrar su profundo y bullente ojete de guarra en celo.

Eliana me ofreció su depravado culo para que lo jodiera. Apoyó su torso sobre un lateral del sofá y empecé a petar su ojete con ganas.

— Qué bien me jodes, cabrón. Me encanta como me petas el ojete, eres un jodido semental. Jódeme bien, canalla — bramó Eliana gimiendo lujuriosamente.

— ¡Tu culo es bueno para joderlo! — casqué entre bramidos lujuriosos.

— Jódeme, cabrón, jódeme, mas. Vamos — berreó Eliana lascivamente.

— Me gusta esto. Jódeme duro. Vamos, bribón — bramaba Eliana muy salida.

Jodía y sodomizaba sin parar el maravilloso y lujurioso culo de esta zorra transexual de mi vecina y me estaba demostrando lo zorra que era y que tenía un vicio desmedido. Ambos jadeábamos, gemíamos y gruñíamos de placer y vicio al darnos un coito anal de puto morbo.

Yo seguía fornicando y sodomizando el culo de la zorra Rossana mientras ella seguía jadeando y dando berridos y gritos lascivos presos de su caliente lujuria y vicio anal.

—¡Sí!, ¡Jodeme, jodeme, maricón!, ¡dame rabo!, ¡pétame!, ¡destrózame el ojete, cabrón! — jadeaba de placer la puerca de Eliana mientras no paraba de joder brutalmente su lascivo culo de guarra.

— Me gusta cómo me jodes, cabrón — bramaba Eliana viciosamente.

Jodía y sodomizaba sin parar el maravilloso y lujurioso culo de esta zorra transexual de Eliana que recibía mil empellones de mi duro rabo de macho en celo y me hacía sentir como un verdadero actor porno al escucharla gemir y jadear como una puta guarra depravada que me pedía que la diera mil rabazos sin clemencia y sin parar pues la estaba matando de gustazo.

— ¡Jodeme como ahora, canalla!, ¡jódeme! — berreaba Eliana entre gemidos mientras la petaba el ojete sin perdón y la muy puerca jadeaba de placer.

Yo seguía fornicando y sodomizando el culo de la zorra Eliana, mientras la muy puerca ponía los ojos en blanco y daba mil vagidos y jadeaba como una perra viciosa muerta de placer al recibir mil rabazos dentro de su caliente culo de guarra depravada.

— ¡Qué culo!, ¡mejor que con mi novia! — jadeaba salidamente al tiempo que agarraba con fuerza el culo de Eliana y lo destrozaba con fuertes golpes de mi rabo y ella gemía.

Tenía agarrada a esta puta golfa de Eliana de su lascivo culo de guarra y proseguía petando, sodomizando y entaponando su enardecido ojete mientras ambos jadeábamos y dábamos mil lascivos berridos presos de nuestra caliente lujuria.

— ¡Oh, qué bueno!, ¡Que gustazo, cabrón! — gemía la puerca de Eliana mientras permanecía recibiendo mil rabazos.

— ¡Oh, qué bien!, ¡tú jodido rabo es bueno, cabrón!, ¡me estás matando de gustazo! — jadeaba Eliana de puto vicio anal.

Yo taladraba y petaba con avaricia sexual y sin clemencia su agitado culo de puta zorra licenciosa mientras ahogadamente gemía, resollaba y jadeaba del tremendo polvazo que la estaba pegando a esta zorra que me estaba poniendo más y más burro.

— Deja que me siente. Me quiero sentar — articuló Eliana jadeante.

Todavía a cuatro patas la di unos fuertes empellones y la zorrona gemía, pero a renglón seguido se clavó mi rabo en todo su profundo ojete de puta depravada y no paré de hincar mi verga de macho otra vez y proseguir un depravado metisaca que nos deleitaba lujuriosamente y hacía gozar como lascivos y procaces seres obscenos en celo.

Mientras la puerca fulana de Eliana botaba y botaba con mi duro rabo dentro de su bullente ojete, tragaba con su ojete mi dureza masculina que le hacía ahogase y gemir de placer como una perfecta guarra depravada.

La putona Eliana botaba y brincaba con mis gordos cojones y duro rabo dentro de su muy efervescente y agitado ojete y resollaba, bufaba y bramaba de placer mientras lanzaba "ayes" placenteros, al tiempo que se pajeaba como un mono y se le ponía duro su rabo.

— ¡Jodeme, maricón!, ¡Jode mi culo, que luego joderé yo el tuyo!  — vociferaba libidinosamente Eliana mientras botaba con mi rabo dentro de su ojete.

Después de estar más de veinte minutos eternos recibiendo mil pollazos en su agitado ojete de fulana desbocada, Eliana seguía jadeando y ahogándose de placer mientras yo jodía a placer su borboteante culo que me ponía tan cachondo y rijoso.

— ¡oh, es tan bueno! — jadeaba Eliana de placer y gustazo al montarme. 

Eliana botaba y brincaba con mi rabo dentro y se lo clavaba y gemía sin parar como una ramera lasciva a la que estuvieran matando de gusto y gemía ahogadamente y bufaba y resollaba del placer que tenía al tener mi enhiesta pero dura verga de macho en su profundo y caliente ojete de zorra pervertida en celo.  

— ¡oh, es tan bueno!, ¡qué gran follada me estás pegando, maricón! — jadeó Eliana lascivamente.

— ¡oh, es tan bueno!, ¡dame tu rabo, maricón!, ¡mátame de gusto! — ordenó Eliana libidinosamente.

— ¡tú rabo es muy bueno!, ¡Ella no sabe lo que se está perdiendo! — admitió Eliana entre ahogados jadeos y mil gemidos.

— ¿cómo dejo ella escaparte? — preguntó Eliana mientras jadeaba y botaba y brincaba con mis cojones y rabo dentro de su muy efervescente y agitado ojete.

La muy golfa de Eliana seguía botando sobre mi duro rabo y gemía, berreaba, sollozaba, bufaba y jadeaba del gustazo que tenía al ser reventada por mi duro rabo de macho en celo.

— ¡oh, esto es muy bueno!, ¡deja que yo te joda ahora!  — manifestó Eliana mientras botaba con mi rabo dentro de su ojete.

— Vamos. Deja que te joda — añadió Eliana gimiendo mientras tenía mi rabo dentro de su culo.

— No. ¡Todavía no, guarra!, ¡te joderé un poco más, puta!, ¡vamos!  — bramé lascivamente.

— ¡Jódeme, cabrón!, ¡Jodeme!, ¡vamos! — jadeó Elíana libidinosamente con mi rabo taladrando su ojete.

La muy cerda de Eliana botaba y se hincaba mi rabo y moría de gustazo al tener toda mi dura masculinidad trepanando su bullente ojete y me insultaba sexualmente.

— ¡oh, esto es muy bueno, maricón!, ¡que gustazo me das en el ojete! — berreaba Eliana libidinosamente mientras yo aguijoneaba su ojete con lujuria.

— ¡Agarra mi rabo, maricón!, ¡Está tan duro!, ¡No puedo esperar a petarte el ojete, canalla! — sollozó Eliana lascivamente entre mil jadeos.

Yo le agarraba su rabo y ella se ponía más y más cachonda.

— ¡No puedo esperar a petarte el ojete, hijo puta!, ¡Jodeme! — resollaba Eliana enardecida mientras botaba con mi polla dentro de su ojete.

La guarrona gemía y jadeaba y no paraba de clavarse mi rabo y se volvía loca de lujuria al tener mi pollastrón clavando su ojete borboteante.

— Agárralo. Agárralo bien. Ya lo estoy viendo — gemía Eliana mientras terminaba de botar con su hirviente culo sobre mi duro rabo.

La muy zorra, todavía jadeaba y se movía feliz al clavarse y estacarse mi rabo y gemía, bramaba y berreaba de regusto gimiendo cual guarra depravada en celo.

— ¡oh, sí jódeme un poco más, canalla!, ¡clávamela! — jadeaba Eliana mientras daba los últimos embates con mi rabo dentro de su culo.

— ¿vas a ser suave sobre mí? — inquirí a Eliana lascivamente.

— ¡Por supuesto que lo seré! — admitió Eliana jadeando.

La muy guarra, todavía se movía con mi rabo en sus entrañas.

— ¡Vamos, jódeme ya, puta! — mandaba calientemente y jadeando.

Eliana salió de mi rabo y se dispuso cual zorra en celo a petarme bien el ojete como ella deseaba viciosa y perversamente.

— Nunca he hecho esto antes — afirmé vacilante.

— Está bien. Será bueno. Verás — jadeó Eliana deseosa de entaponarme. 

— Cómemela, vamos. Cómemela. como ahora — berreó Eliana jadeando mientras me tragaba su rabo.

Yo chupaba su rabo con no mucha gracia, pero a esta golfa depravada parecía gustarle como lo hacía. 

— ¿me la comes?, ¿quieres más? — preguntó Eliana encantada.

Paré de lamerla el rabo.

— Me quiero correr en tus tetas — confesé lascivamente.

— No, cariño, nos correremos los dos juntos — explicó Eliana lascivamente.

— No, maricón. ahora te voy a encular — mandó Eliana libidinosamente.

— No, puta, me quiero correr — zanjé.

— No, ahora no pienses en eso, cabrón. Deseo perversamente encularte, muñeco — ordenó Eliana imperiosamente.

Seguí mamando, chupando y dando lengüetazos a su rabo y  la muy puta jadeaba, gemía y gruñía de placer. 

— ¡qué bien la chupas, maricón! — enfatizó Eliana jadeando de puto regusto.

Eliana gozaba de puto vicio mientras le comía el rabo pues me lo había metido poco a poco y ella no paraba de desgañitarse y bufar de vicio. Me agarraba de mis la cabeza y me daba lentos empellones y la muy cerda se deleitaba de satisfacción y gozo mientras jadeaba como una zorra en celo con la mamada que yo le hacía.

— Ahora te voy a encular, maricón. Déjame hacértelo — apuntó Eliana jadeando mientras yo le comía su rabo.

— Date la vuelta, cabrón. Deseo petar tu culo, canalla — mandó Eliana lascivamente.

Tenía todavía el rabo de Eliana en mi boca y acaté sus órdenes, pues ya estaba con un calentón de cuidado y Eliana estaba lista para darme placer de cojones. Saqué su rabo de mi boca y me giré para que me petara con placer la muy puta. Me preparé a ser enculado en un lateral del sofá y así mi torso al lateral.

— Vamos, girate. Arquea tu espalda — ordenó Eliana libidinosamente.

Atravesó su dura verga transexual en todo mi ojete y comenzó a taladrar mi culo lentamente para darme un placer nunca antes conocido por mí.

— ¡oh, qué gussstooo! Me gusta esto, vamos, zorra — bramaba excitado y resollando sexualmente, al tiempo que Eliana proseguía petando mi culo sin parar y darme placer como me gustaba.

Estacó su rabo y lo clavó en mi estimulado ojete y comenzó a entaponarme suavemente con dinamismo haciéndome gozar como un verdadero cabrón libidinoso. Mientras rezongaba, jadeaba y ululaba del placer anal que esta lasciva fulana transexual me daba agitadamente.

— Deja que te joda bien como a un puto perro. Eres un perro sarnoso. Un jodido perro — jadeó Eliana calientemente mientras me fornicaba con lujuria y me daba y daba mil empellones en su bullente ojete.

Eliana follaba electrizada dándome rabo y me daba fuertes empellones en el ojete con su duro cipote y yo me desgañitaba, gemía, resollaba y jadeaba cual macho en celo.

— Oh, esto es muy bueno, me está empezando a gusta, jodida zorra. Sabes cómo joderme bien puta golfa — berreaba lascivamente al tiempo que proseguía petando mi culo sin parar y me barrenaba el ojete inmisericordemente y yo gemía cual lujurioso actor porno.

— ¡Observa!, ¿no querías algo nuevo?, aquí lo tienes, maricón. Siente mi rabo, canalla — bramaba Eliana que paraba de joder brutalmente mi culo.

Eliana continuaba jodiendo y fornicando sin parar mi ojete y yo resollaba y jadeaba cual cabrón en celo con muchas ganas de que no terminara de joderme el culo.

— ¡Deja que te joda bien, cabrón!, ¡toma rabo, maricón!, ¡siente me bien, maricón!, ¡gózame! — bramaba Eliana acaloradamente entre jadeos mientras me petaba el ojete.

Eliana me hacía gozar de puto vicio pues me lo había metido poco a poco y yo no paraba de desgañitarme y bufar de vicio anal. Me agarraba de mis nalgas y me daba lentos empellones y la muy cerda me hacía deleitarme de satisfacción y gozo mientras jadeaba como un semental en celo.

— Constata lo bien que te sientes, cabrón. Me fascina tu culo, mariconazo. Me seduce joderlo — gruñía Eliana depravadamente.

Eliana agarraba mis nalgas y me daba continuos empellones y la muy cerda me hacía deleitarme satisfacción y gozo y sentía como barrenaba placenteramente mi ojete mientras yo ponía ojos en blanco de placer al ser jodido con sabiduría por esta zorra transexual tan depravada y perversamente sexual.

— ¡Dame tu puto culo!, ¡dámelo! — jadeó Eliana que me entaponaba bien y duro.

— ¡Jódeme en cuchara! — exigí lascivamente. 

— No, deja que te joda así un poco más, canalla — zanjó Eliana lascivamente.

Eliana proseguía jodiendo y jodiendo frenéticamente mi bullente culo mientras me agarraba con fuerza y me daba mil empellones con su carnal martillo pilón.

Después de darme rabo a base de bien y matarme de gusto estacando su polla en mi culo, cambiamos de postura sin sacar ella su rabo de mi ojete y decidió follarme en cuchara, de lado.

Eliana me volvía a agarrar con más fuerza de los hombros para horadarme y follarme con dureza el ojete para que sintiera su verga y me llevara a un clímax anal total para que sepa lo que es joder de verdad.

— ¿No te gusta joder conmigo, cabrón? — preguntó Eliana lascivamente.

— házmelo más duro, entonces — mandé sofocadamente.

Eliana usaba bien su transexual polla que me taladraba con fuerza el ojete y me daba más placer sin parar de petarme.

— Oh, esto es muy bueno. Follame bien, guarra. Vamos, puta — gemía excitado y muy estimulado.

Eliana continuaba haciéndome gozar como un verdadero cabrón libidinoso al darme rabo sin parar.

— ¿Estás disfrutando, bribón? — jadeó Eliana lascivamente al tiempo que me hacía deleitarme satisfacción y gozo y sentía como barrenaba placenteramente mi ojete.

— ¡Jodeme bien, puta!, ¡vamos! — ordené apasionadamente excitado entretanto Eliana seguía jodiendo y entaponando mi agitado y estimulado culo.

— ¡Jódeme!, ¿No te gusta joderme? — inquirí lascivamente entretanto Eliana me seguía enculando con soberbio ahínco.

— Me gusta. Me atrae joder culos — afirmó Eliana lujuriosamente entretanto se fascinaba haciéndome gozar como un verdadero cabrón libidinoso al darme rabo sin parar.

Eliana asía sus sexys y femeninas manos a mis caderas y me petaba y enculaba con furia sexual.

— Si, jodeme, petame el ojete. ¡Clávamela guarra! — ordenaba salidamente.

— Oh, esto es muy bueno. Ponte a cuatro patas, cabrón. Quiero joderte bien hasta que me corra, canalla — mandó Eliana ya muy salida y lasciva.

Me puse a cuatro patas como esta guarra transexual entretanto me entaponaba bien y duro observaba la cara de placer que yo tenía al ser follado y fornicado y proseguía jodiendo y jodiendo frenéticamente mi bullente culo.

Eliana seguía jodiendo y entaponando mi culo y me agarraba de los hombros para que sintiera más y más como su transexual polla me taladraba con fuerza el ojete y me daba más placer todavía.

— Ahora me voy a correr en ti — exigió Eliana lascivamente.

— Después lo harás tú en mi — añadió Eliana muy lujuriosa. 

— Bien, perfecto, de acuerdo

Eliana se puso frente a mí y yo estaba de rodillas frente a ella. Eliana se pajeaba con frenesí y lujuria y me echó toda su cremosa lefa en mi pecho de macho en celo, pues

— Arrodillate, puta. ¿quieres probar mi lefa de macho? — exigí muy caliente.

Toda mi pringosa y pastosa lefa, cayó en sus tetas de zorra transexual perversa que me habían puesto caliente.

— ¡Oh, es tan bueno! — afirmé lascivamente mientras me pajeaba.

— Por tanto. ¿qué piensas?, ¿te gustó esto? — pregunto Eliana depravadamente.

— Fue grandioso — repliqué.

— ¿fue mejor que con ella? — pidió Eliana.

— Si, mucho mejor — afirmé más relajado.

— Me voy a duchar y luego a trabajar — indicó Eliana.

— Si, vete — hablé.

Ella se fue y yo me marché a mi apartamento y ahí quedo el fortuito encuentro.

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