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Doce pasos para seducir a mi hijo

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Hola soy Mariela tengo 34 años y un sólo hijo de 18, se llama Fernando. Les voy a contar el cómo y porque caí en esta tentación.

Vivíamos en un apartamento de grandes dimensiones que nos dejó mi pareja después de separarnos, él era un empresario reconocido y mayor que yo, nunca llegamos a casarnos, yo era muy joven y quedé embarazada, él estaba casado y sigue casado. Vivimos por un tiempo a las escondidas hasta que me cansé y decidí separarme, él al principio no quería, pero llegamos a un acuerdo, nos mantendría económicamente a mí y nuestro hijo.

Pasaron los años y teníamos una vida normal, bueno, yo pendiente de los movimientos de mi hijo, tal vez un poco sobreprotectora, pero nada fuera de lo común.

Pasaba mucho tiempo sola en casa, desde los 25 años me hice fanática del ejercicio físico, me mantenía en forma y esto era muy visible. Una de las habitaciones de nuestro apartamento lo tenía acondicionado para tal fin, empezaba con los ejercicios a la mañana cuando Fernando se iba al colegio y terminaba a eso del mediodía. Era un desahogo que me hacía olvidar de mi soledad.

Mi cuerpo era espectacular, por lo menos eso me decían mis amigas, tal vez tenían razón. Yo media 1,70, tenía una cola muy linda y las tetas no muy grandes pero firmes.

No tenía intenciones de encontrar un hombre, no era que no lo necesitaba, creo que encontraba satisfacción en las diversas formas en que me masturbaba. Era otra de mis rutinas, empezaba al mismo tiempo que la gimnasia.

Después de un tiempo veía cambios en mi hijo, por la forma en que me miraba, pero no le daba mucha importancia o tal vez yo lo empezaba a ver como un hombre. De a poco mis maratones masturbatorios lo comenzaban a incluir, al principio hacia un esfuerzo por alejar esos pensamientos de mi cabeza, pero mi imaginación era más fuerte. Cuando lo saludaba a la mañana para despedirlo para ir al colegio, lo abrazaba como siempre, pero no me daba cuenta que efecto podría tener el apoyar mis tetas en forma inocente, sin considerar que sentiría él. Yo lo despedía con una playera larga que usaba para dormir, no llevaba sujetador, siempre llevaba puesta una tanga normal. No me daba cuenta que mis pezones tenían la dureza suficiente para hacerse notar en mis abrazos.

Un día y como todos los días comenzaba con la rutina del saludo y el abrazo, al sepáralo lo noto muy acalorado, apartaba la vista de mi mirada casi con vergüenza. En ese momento sentí que estaba provocando cierta excitación en mi hijo.

Desde ese momento no podía dejar de pensar en mi hijo cuando me masturbaba, no quiero aburrirlos con mi imaginación, pero era muy creativa y en todos los niveles, me agotaba más que la rutina con los aparatos de gimnasia.

Todos los días para hacer gimnasia me vestía con un conjunto deportivo, aunque estaba sola en la casa, pero era una costumbre. Al principio primero hacia mi rutina y después me duchaba, y ese era el momento en que me masturbaba, algo normal para cualquier mujer. Luego empecé a masturbarme cuando estaba en la bicicleta fija, creo que el asiento comenzaba con el trabajo y yo lo terminaba antes de entrar a ducharme.

La imaginación me estaba haciendo cambiar la realidad respecto a mi hijo, pero cuando sentí que podría estar excitando a mi hijo con el roce de mis pezones llevó todo a otro nivel.

Nunca pensé en una relación incestuosa con mi hijo pero me estaba comiendo la cabeza, no lo podía evitar. Ya no pensaba en cuestiones morales, si estaba bien o mal, ya no pensaba, la paja se adueñó de mí como un espíritu masturbatorio. Quería llevar a la realidad mi imaginación, convertirla en algo concreto. Cada vez apretaba más fuerte a mi hijo cuando lo despedía y como estábamos llegando a épocas de vacaciones escolares, el clima fue alivianando las ropas y los roses eran más efectivos. Lo despedía y notaba sus cachetes rojos de excitación. A mí me encantaba.

Un día tomé coraje y después de pensar varios días y de justificarme decidí elaborar un plan para seducirlo de tal forma que me deseara como mujer. No pensaba en las consecuencias, ya no podía pensar más.

Primer paso.

Tendría que preparar todo para sus vacaciones en la escuela que se avecinaban. Comencé con mi indumentaria, esta sería más provocadora, él por casa siempre me veía con remeras holgadas y pantalones. De igual forma yo cuando hacia gimnasia llevaba un chándal flojo, de algodón y remera, no llamaban la atención.

Decidí comprar ropa como señuelo para comenzar a interesar a mi hijo e involucrarlo de a poco. Le comenté una preocupación mía, inventada, pero quería empezar a despertar su lujuria. Un día después de la escuela lo llamé y le dije.

-Fer, me puedes ayudar en algo.

-sí que quieres

-quiero comprar ropa deportiva y no sé qué comprar

-pero yo no sé nada de eso

-vamos Fer, sólo quiero tu opinión de hombre.

-¿no te pueden ayudar tus amigas?

-pero no son hombres, no saben

-para que quieres saber cómo te ven los hombres

-bueno, hijo también soy una mujer ¿tan fea soy?

-no, no, es que ….

-dale, vamos ayúdame

-pero que quieres.

-gracias, hijo. Sólo que veas mi ropa actual y me aconsejes que comprar.

-bueno

-ya vengo.

En ese momento fui a cambiarme y ponerme la ropa con la que hago gimnasia todos los días y vuelvo a mostrarme.

-esta ropa te gusta.

-si está bien. 

-Pero mira como me queda.

En ese momento empezaba a girar sobre un pie y mostrarle mi cuerpo, todo tapado, pero me daba vuelta y para mostrar lo flojo que me quedaba me lo subía y tiraba para arriba metiendo toda la tela entre los cachetes de mi culo, mientras él me miraba a unos treinta centímetros de distancia.

-ves cómo queda todo flojo, me hace un culo gigante.

-pero ma, si tienes el culo grande.

-jaja, eres un atrevido.

En ese momento veo su cara y comienza a ponerse colorada, yo empiezo a adivinar su interés.

-no, no, quise….

-jajajaja, está bien, está bien hijo es tu opinión no te pongas mal

- tienes un culo normal

-ha bueno, ahora me dices que mi culo es un asco. Jajaja.

-no, no ,…eeeeste

-no pasa nada, por eso quiero tu opinión eres sincero.

-bueno como te puedo ayudar.

-bueno, el lunes, comienzas tus vacaciones entonces vas a estar en casa más tiempo, así que si quieres me acompañas a comprar algo de ropa y me ayudas a elegir.

Segundo paso

Luego de un fin de semana a pura paja, llegó el lunes. Ha eso de las 10 de la mañana me levanto y me doy una ducha, después voy al cuarto de Fernando y lo despierto.

-vamos levántate que me tienes que acompañar.

-bueno, ahora voy.

Después de un rato se levanta y se cambia para acompañarme. Yo ya tenía todo planeado íbamos a pasar por una galería donde hay varias tiendas de ropa deportiva.

Llegamos y elegimos una tienda muy pequeña, pero con ropa casi exclusiva para mujeres.

-vamos a entrar acá

-no. Yo me quedo afuera

-no me dijiste que me ayudarías así que entra.

-bueno.

Ya adentro la vendedora me muestra tres equipos para que me los pruebe y tomo el primero y voy al cambiador. Les pido los talles más chicos, me coloco el primero y lo llamo.

-Fer, mira como me queda este.

El me mira y los ojos comienzan a acariciarme. Era un equipo muy apretado, sabía que me calzaría bien adentro del culo, era blanco, me doy vuelta y le pregunto.

-¿Cómo me queda?

-bien

-bueno, pero explica quiero tu opinión.

-te queda apretado, pero es lindo.

-que es lindo el equipo o mi culo.

-jajaja, los dos

-bueno, gracias quiero la verdad ¿pero estoy gorda?

-no, no, es que se marca toda la cola y ….

-está bien Fer, los llevo los tres y me los pruebo en casa

Yo ya sabía que lo tenía atrapado. Volvimos a casa y mi cabeza no dejaba de pensar en cómo seguiría y por lo visto por su silencio en el viaje, también.

Tercer paso

Llegamos a casa y le dije que me iba probar los demás conjuntos a lo que asintió con su cabeza. Entre a mi habitación para cambiarme, pero no puede resistirme a una paja. Luego me puse el conjunto y lo llamo.

-¡Fer! Ven a aquí 

- ahora voy

Entra a la habitación y le muestro el otro conjunto que era de lycra que me quedaba mucho más apretado, me doy vuelta y le muestro el culo.

-como me queda

-mejor que el otro, te va molestar menos

-claro este es mejor para la bici

-si

-bueno mañana me pongo este para hacer gimnasia, me podrías acompañar, tener que hacer gimnasia sola me aburre.

-bueno, ¿pero me tengo que levantar temprano?

-dale, yo te despierto.

Yo conocía que con este conjunto transpiraría mucho más que con el de algodón, pero ya lo tenía todo planeado, era parte del plan.

Cuarto paso

Yo voy a la habitación donde están los aparatos y empiezo con la bicicleta fija, hago unos 30 km, esperando a que me acompañe Fernando. Estaba empapada en todos los sentidos, de transpiración y flujos vaginales por mi excitación. Entonces entra mi hijo.

-llegaste.

-sí, ma ya empezaste sin mí

-si hijo, sino me dices que estoy gorda

-yo nunca dije eso

-jajaja.

Después de un rato que está levantando pesas le pregunto

-bueno, Fer como me queda el conjunto.

-bien, pero estas toda mojada.

-¿Dónde? ¿Dónde?

-atrás.

En eso me levanto de la silla de la bicicleta y hago como si no supiera y que no alcanzo a verme el culo mientras giro.

-tienes todo mojado.

-¿sí?

En eso como de forma inocente me llevo mi mano a la parte baja de mi espalda, meto mi mano dentro de mí pantalón y deslizo mi dedo índice entre mis nalgas, consiente de todo lo que pasó en esa zona, lo arrastro de arriba abajo tocando mi ano de forma tal de dejar evidencia. Luego me llevo el dedo a la nariz para sentir el olor.

-Parece que si estoy mojada.

Al ver eso mi hijo grita.

-que sucia.

-jaja, sucia, mira lo que hago

En eso tomo mi mano y apunto mi dedo sobre su cara, él hace un amague de escape, pero no lo logra, así que le unto su cara con mi dedo. Él se levanta y lo empiezo a correr entre risas y entra a su habitación. Acción que me excitó y más al oler el dedo al que no pensaba tan oloroso.

Luego entro a ducharme y continúo con mi rutina masturbatoria.

Quinto paso

Después de unas horas nos encontramos en la cocina para comer algo. Él llega como si no hubiese ocurrido nada, pero estaba segura que algún efecto había tenido en él.

-¿hola cómo está el corredor?

- hola sucia, jajaja

-¿Por qué?

-me pasas la mano con transpiración por la cara.

-era porque pensaba que estabas mintiendo, pero estaba muy transpirada. ¿Pero no creo que a todas les pase lo mismo?

-puede ser la ropa interior que usas que te hace transpirar mucho.

-puede ser, pero si uso lo de siempre.

Le digo haciéndome la tonta como si el problema no fuera la lycra de los pantalones tan ajustados.

-como sabes que no hay ropa especial para eso.

-puede ser voy a averiguar y compro lo que tengo que comprar.

En eso voy a una tienda a comprar unas tangas que sólo tenían en la cola un hilo. Eran lo más diminuto que vi en mi vida. Llego a casa y lo llamo a mi hijo con el fin de continuar con mi plan. Tengo en mis manos las que había comprado.

-Hola hijo mira fui una tienda especializada en deportes (mentira) y compré ropa interior nueva que me dijeron que era para hacer deportes.

-pero son muy chicas.

-no, son especiales, el objetivo es no acumular humedad, me dijeron.

-puede ser.

-bueno mañana a la mañana me los pongo para hacer gimnasia y vemos.

Sexto paso

A la mañana temprano me levanto y empiezo con la bicicleta para tratar de obtener los mismos resultados que el día anterior, después de una hora decido despertarlo.

-vamos hijo acompañarme

Yo seguí con la bicicleta y entra mi hijo

-Hola como estás hijo, espero que me sirvan estos interiores que me vendieron.

Yo sabía que no iban a funcionar, ya estaba empapada, pero tenía que hacer como si no lo supiera.

-jajajaja, parece que te mintieron.

-¿Por qué?

-estás toda mojada

-pero, a ver

Me levanto y me toco el pantalón y está todo mojado.

-pero yo no lo quiero oler. (Dice mi hijo entre risas)

-mentiroso, yo no soy olorosa

Mentira yo sabía que el dedo lo enterré bien en el ano el día anterior y con la lubricación que tenía arrastré algún regalo.

-si como que no, jajaja.

-mira siente, siente, jajaja

En eso me doy vuelta y le muestro el culo como desafiándolo.

-bueno, a ver si es verdad

En eso se arrodilla y acerca su cara a mi culo, pero a unos 20 cm de distancia.

-dale, dale, más cerca a ver si es verdad o sos un mentiroso

Me acerco como a 5 cm de su cara y me inclino un poco.

-bueno no se siente, pero debe ser porque tus calzones absorben el olor, pero no la transpiración.

En ese momento pensé en aprovechar la situación y redoblé la apuesta.

-yo soy limpia, no tengo olor o quieres oler.

-bueno, pero como voy a saber si es verdad.

Me desafío a bajarme el pantalón, aunque no lo dijo, lo dejaba entender y entregarle el culo para una apuesta.

-bueno, dale, huele.

Me di vuelta nuevamente, pero bajo mi lycra ajustado hasta las rodillas y le enfrento el culo a su cara.

En eso veo que se arrima lentamente y comienza a olerme. Yo me agacho lentamente sabiendo que sólo un delgado hilo tapa mi ano. El silencio dominaba la situación. Sabía que lo estaba excitando. Para salir de esa situación decido tirarle un pedo largo en la cara y empiezo a reírme. Él se levanta y sale corriendo haciéndose el ofendido.

-¡sucia! ¡sucia!

-jajajaa

Yo en ese momento corro al baño y me hago una paja de una hora.

Séptimo paso.

Nos encontramos nuevamente en la cena como si nada y comenzamos a hablar del tema como gente madura, seguramente los dos queríamos que siguiera el juego, no solamente yo.

-como estas Fer

-ves que te dije que te vendieron cualquier cosa

-y yo que no tenía olor feo.

-yo no te dije que tenías olor feo, dije que tenías olor

-haaaa no quieres dar el brazo a torcer.

-bueno, pero esto de la transpiración lo tengo que solucionar, no puedo ir a un gimnasio y terminar toda mojada.

-pero pueden ser los pelos, como me pasa a mi debajo de los brazos.

-¿Qué pelos hijos?

-los que tienes ahí atrás

-¿pelos? ¿Dónde?

-ahí, en el medio del culo.

-¿Cómo en el medio del culo?

-sí, cuando te agachaste vi que tenías muchos pelos, alrededor

 -¿alrededor? ¿Alrededor de qué?

-del ……agujero

-¿del ano?

-si

-¿tanto viste?

-bueno, un poquito, pero muchos pelitos

-jajaja yo me depilo es imposible. Estás mintiendo.

-no, no es mentira, yo no miento.

-a bueno y como te puedo creer

-le puedo sacar una foto, para que veas que es verdad.

-ha eres todo un detective. Después decidimos si mientes

-bueno, cuando

-primero cenamos y después vemos

En la cena mi cabeza volaba y él debes en cuando me hablaba, pero entrecortado, como excitado. Terminamos de comer y lavo los platos, veo que él se levanta como para ir a su habitación entonces le digo.

-no te vas a escapar mentiroso. O ya perdiste la apuesta.

-no, pensaba que sabías que era verdad lo de los pelos, jaja

-no ven acá y prende el móvil.

Entonces me doy vuelta y levanto el vestido que llevaba puesto le muestro el culo y me agacho sin bajarme le tanga, que yo sabía que no era la que tenía un hilo, era una normal por lo que sería difícil ver el ano. Y me agacho más.

-y saca la foto.

-pero no se ve nada.

-vamos no seas mentiroso.

Entonces él saca una foto y me muestra.

-ves lo que te digo.

En la foto en primer plano se veía mi raya expuesta pero no se veían pelos solo un culo gigante. Le digo.

-ves que no tengo pelos

-si tienes, pero no se ven

-¿Dónde están? Perdiste

-no, no perdí están más cerca del agujero, o tienes miedo de perder y que yo diga la verdad.

-yo no voy a perder

En eso me doy vuelta me bajo la tanga, abro bien el culo y espero a que me saque una foto.

-ya está. Mira

Me levanto y me doy vuelta para mirar la foto y lo veo colorado, pero hago como que no me doy cuenta y le digo

-bueno, tenías razón tengo pelos. Pero es culpa mía que no me los puedo depilar, eso puede ser la causa de la transpiración.

Inventaba una causa absurda, pero creo que los dos sabíamos que estábamos jugando a excitarnos y no queríamos parar. Después le digo.

-si quieres mañana lo solucionamos y probamos. Si piensas que mi suciedad te da asco lo dejamos.

- jajaja, no, ma, no eres sucia, si te puedo ayudar lo puedo hacer

-gracias hijito

Octavo paso

Al otro día me levanto temprano a la mañana pensando en seguir con el plan de seducción, cuando escucho ruidos en la cocina, me pareció extraño que mi hijo se haya levantado, pero fui a ver, entro y lo encuentro preparando el desayuno, algo increíble, ni lo había pensado. Pero pensé en seguirle la corriente con total normalidad y como si no supiera que no había podido dormir en toda la noche, al igual que yo pensando en mi ano.

-hola Fer como estás, levantado temprano.

-bien, no tenía sueño y quise sorprenderte antes de empezar con la gimnasia.

-ha bueno pero ya no te acuerdas en qué quedamos anoche de que me ibas a ayudar con los pelos, vamos no seas malo

-ha, si tienes razón, cuando quieres empezar con eso

Me hablaba haciéndose el tonto desmemoriado.

-Mira, primero terminamos con el desayuno y sabes que después tengo que ir al baño como todas las mañanas antes del gym. Mientras te explico cómo tenemos que hacer con el depilado.

-Bueno

-siempre en estos casos lo principal es la limpieza de la zona, sabes que es una zona muy sensible en las mujeres o bien si no lo sabes te enteras ahora. Cuando estoy preparada te aviso y te voy explicando cómo tenemos que hacerlo, no es difícil. Bueno ahora tengo que ir al baño.

Cuando entro al baño me siento y empiezo a hacer caca, termino y empiezo con la limpieza, pero apenas paso papel, preparo la zona para mi hijo. Quiero una excusa para que me limpie.

-Bueno Fer estoy preparada vamos a mi habitación y empezamos, yo llevo las cosas

-bueno ahora voy

Llego a lo veo sentado en la esquina de mi cama. Llevo una fuente con agua tibia, jabón líquido, una máquina de afeitar y también una brocha de barbero.

-bueno como ya me viste el culo no vas a tener problema en mirarlo de nuevo.

En eso me levanto la remera que usaba para dormir y la ato en cintura. Preparo una almohada sobre la cama y le explico cómo tenemos que preceder.

-yo me voy a acostar sobre la cama para dejarte el ano a la vista. Pero primero tenemos que comprobar que está todo muy limpio antes de pasar la brocha de afeitar, para eso pásame un papel y comprueba que está limpio. Tienes que tener las manos muy limpias, sino ve y lávate.

-ya voy y me lavo

-bueno yo mientras me pongo en posición.

Me saco la tanga que llevaba puesta y me recuesto sobre la almohada, sobre el culo pegaba un haz de luz desde la ventana, era consciente que no encontraría limpieza, y eso era lo que yo quería.

Noveno Paso

Pasan unos minutos que yo supuse que fueron tales porque sabía que aprovechó para hacerse una paja, algo normal por la circunstancia. Entra a la habitación y lo veo cerca de la puerta y mira mi posición, pero sin ver mi culo, mi agujero apuntaba la ventana. Lo miro y le digo.

-toma esa toalla y el rollo de papel y da la vuelta.

Con la voz entrecortada me dice

-ahora voy

Ya en la posición sólo imagino su cara, pero hablando con naturalidad le digo.

-ves bien

-si

-bueno, toma el papel y pásalo por el ano, seguro que está limpio.

No escucho nada, pero a los pocos segundos siento que pasa el papel muy suavemente sobre mi ano.

-hazlo como si fuera tu culo no tengas miedo y mira si sale limpio el papel.

En eso siento que entra en confianza y empieza como con un raspado, se detiene y me dice.

- ya lo pasé, pero sale sucio de………. caca.

- uy hijo, intenta de nuevo para ver si sale más limpio.

Siento un poco más de presión sobre mi ano y se detiene.

-no, sigue sucio. Que hacemos

-bueno hay que limpiarlo, no podemos usar una máquina de afeitar en una zona sucia, se puede infectar. Has espuma y pásame con la mano no quiero que ensucies la brocha. Después pasa el papel.

Siento que se pone jabón en las manos y las frota tratando de hacer espuma. Y me dice.

-ya tengo jabón ¿Qué hago te lo paso con una esponja?

-vamos hijo, yo te limpié el culo miles de veces y ahora te da asco, vamos usa las manos

-no es que, hee…, yo

Lo desafío

-vamos, o no quieres hacerlo

-sí, si ahora te limpio.

En eso siento un frio en el medio de mi culo y el suave rose de sus dedos por todo el culo pero sin llegar a tocar el ano, como si tuviera miedo de tocarme. Entonces le digo como retándolo.

-vamos hijo, el ano está sucio, no tengas miedo

En eso parece que le di el coraje suficiente para que empiece a tocarme el ano casi con descaro, pasa jabón una y otra vez.

-bueno ahora pasa el papel y prueba si está limpio

Yo sabía que cuando fui al baño no me limpie bien, así que si cuando pasaba el papel para limpiar yo hacía un poquito de fuerza sabiendo algo saldría y lo mancharía y eso fue lo que pasó.

-¿y cómo está? ¿Limpio?

-No mira

En eso me muestra el papel que estaba mojado por el jabón y tenía una larga línea marrón. Todo estaba resultando con lo planeado.

Decimo paso

Trate de mostrar total normalidad ante la cara de preocupación que mostraba mi hijo, creo que él también estaba fingiendo, pero quería mostrarme que era inocente y seguir con el juego.

-jajaja no te preocupes vas a tener que limpiar un poco más profundo, ya me tocaste ahora vas a tener que meter el dedo y limpiar hasta que salga limpio.

-Pe… pe….. pero no te va a doler

-jajaja no hijo sé que lo tengo muy apretado, pero no me va a doler

-no, pero si no se ve apretado, creo que puede entrar fácil el dedo.

-¿fácil? Si soy una jovencita, jajajaja, no lo tengo tan agrandado. Bueno empieza.

Yo sabía que el agujero de mi culo nunca podría estar cerrado, era el elegido todas las mañanas de un consolador que me alegraba el día. Eran maratones de horas que hacía con mi ano, principalmente cuando Fernando no estaba en casa.

En eso siento como el dedo de mi hijo empieza a rozar el agujero haciendo presión y de golpe se esconde en mi interior. En eso momento y ya hacia un rato que estaba excitadísima.

-Dale hijo limpia bien y muéstrame si sale limpio.

De repente saca el dedo y me muestra.

-mira está todo sucio todavía

Veo el dedo y está todo de color marrón claro.

En eso lo acerca a mi cara y me lo refriega en mis mejillas, como para que me enoje y le dije

-sucio ahora me tienes que limpiar la cara.

-jajaja sucio yo, jajaja

-bueno ahora que empezaste vas a terminar el trabajo aunque no te guste, jajaja

-¿Qué quieres que haga?

-mira toma esa toalla, envuelve el dedo y le pones jabón, después a limpiar bien adentro

En eso toma la toalla y sigue mis instrucciones, metía y sacaba el dedo envuelto, varias veces hasta ir aclarando su color, luego de unos minutos me muestra los resultados.

-mira, ya lo tienes limpio.

Undécimo paso

Por lo visto ya había hecho muy bien su trabajo, me dejó a mil, la almohada sobre la que estaba recostada se encontraba toda mojada y no por el jabón que chorreaba, sino por las corridas que tuve y disimulaba.

-bueno, buen trabajo, ahora a depilarme

-como no, te paso jabón y empiezo

Nuevamente empezó a pasarme jabón, pero ya sin ningún miedo.

-¿te paso la máquina y saco todos los pelos?

-bueno, dale, pero ten cuidado

Empezó a depilarme muy despacio seguramente quería que el momento no terminará nunca, a mí también me gustaba que lo haga despacio me excitaba verme así expuesta ante los ojos de mi hijo. Cuando termino me dijo.

-Listo ya está quedó nuevito.

-jajaja y limpio

- sí, hermoso

-Bueno me visto y vamos a probar si funciona la depilación.

Me levanto, mientras mi hijo sale de la habitación a lavarse o a desahogarse, me seco y me empiezo a vestir para el gimnasio, me vuelvo a poner la tanga de hilo y el chándal de lycra.

Doceavo paso

Después de media hora nos encontramos en el gimnasio, empiezo como siempre con la bicicleta. Después del rato y como era lógico estoy toda sudada de nuevo. Lo miro desde la bicicleta y le digo.

-¿y está dando resultado?

Me levanto y le muestro el culo.

-no, ma, estas toda mojada de nuevo

-pero entonces no eran los pelos.

-pero por ahí ya no hay olor

-a ver prueba

En eso me doy vuelta y me bajo el pantalón de nylon y le digo

-siente a ver si tiene olor, dale

En eso se arrodilla y pone la cara muy cerca de mi culo yo me inclino más y corro el hilo para un costado.

-no, no, siento nada, ¿puedo probar?

-¿Cómo que quieres probar?

-Si quiero sentir que está bien limpio

-bueno como quieras, pero no te arrepientas

En eso mete su cara entre los cachetes y empieza a chupar el ano de forma descontrolada, no podía parar, yo estaba volando, sabía que él ya era mío que sería mi esclavo, que lo había embrujado con mi culo. Luego tomamos como rutina la revisión diaria y su limpieza con su lengua.

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