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La Fábrica 5

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Suena el despertador y veo a mi cuñada con una bandeja y sobre ella una taza de café y unas galletas.

- buenos días dormilón, te traigo el desayuno a la cama

- buen día cuñadita, que madrugón te pegaste, vos no desayunas?

- si claro, ya voy por mi leche calentita

Y ahí se metió bajo las sábanas y comenzó a meterse la verga en su boquita golosa. Era imposible tomar el café con una gata lamiendo tan bien mi entrepierna. Dejé lo que me trajo y me dediqué a disfrutar hasta que sentí como me venía todo el caudal lácteo y se lo mandé directo al paladar. Me mataba verla tragando como si de verdad estuviera desayunando.

Después de esto me vestí y quedamos que por la noche volvía y seguíamos negociando si me iba o me quedaba con su hermana.

Pasé todo el día como en una nube, y no podía bajar mi erección cada vez que pensaba en " la peque ".

Por la noche cuando llego a la casa de Diana me encuentro con mi cuñada vestida súper sexy, una camiseta pegada al cuerpo y unos jeans que parecían pintados realzando tanto sus tetas como la cola. Completaba el conjunto con unas sandalias donde apreciabas unos pies muy cuidados. Me dijo que le gustaría ir a cenar conmigo, por lo que fuimos a mi apto donde me vestí acorde a la situación, jeans, camisa y zapatos.

Fuimos a un restaurante que aún hoy es muy concurrido, " El Lobizón", donde pedimos un par de gramajos y una jarra de sangría.

Comimos, charlamos, lo pasamos muy bien, le pregunté si no le importaba que alguien la viera conmigo y llegara a oídos de su novio, ¡a lo que respondió que si ocurría y se enojaba tenía lista de espera de chicos para salir con ella!! La tenía clarísima...

Más tarde salimos rumbo a la rambla donde empezamos a tratarnos más íntimamente, besos, caricias, mimos, la calentura estaba muy presente. Yo sabía que esto era un juego y cuál era la finalidad por lo que tenía que aprovecharme del momento, y la parte trasera de la camioneta nuevamente me sirvió para avivar más el fuego hasta tenerla clavada vaginalmente e invitándome a continuar en su apto, pero esta ven en la cama de su hermana que era más cómoda por ser de 2 plazas. 

Volamos a su casa, entramos a lo loco para dar rienda suelta a una pasión infernal. Si no fuera que oí su charla con Diana, me hubiera creído que todo era real, pero tenía claro que era un putón que jugaba con su cuerpo y hacía lo que quería con los hombres. 

No la respeté nada, le saqué la ropa en el comedor, la subí a la mesa y la masturbé, le hice un dedo ferozmente, masacré su clítoris y metí dos dedos dentro de su vulva mientras con la otra mano le pellizcaba los pezones. Así estuvimos hasta que mojó la mesa y mi mano, la que llevé a mi boca y lamí porque siempre me gustó el sabor a hembra. Ella era una fiera descontrolada, quería chuparme la pija, pero no la dejé, la levanté en brazos y me la llevé a la cocina para apoyarla sobre la mesada y le aconsejé que se agarrara de algo y yo fui directo a comerme esa concha depilada. La mina no entendía nada, a estas alturas debería estar retozando en una cama ensartada por alguno de sus agujeros y en cambio estaba recibiendo una mamada luego de haberse acabado con los dedos. Su cara era un poema, su maquillaje seguía intacto, era preciosa y muy puta. No logró aguantar más y volvió a acabarse, esta vez en mi boca. Me alejé un poco para mirarla y no podía creer que tenía a mi cuñada frente a mí, desnuda, roja por la excitación y sonriendo me decía

- nos falta el baño...

Me pegué a su cuerpo y me la llevé para la ducha, me quité el bóxer que aún lo llevaba puesto, abrí el agua y bajo la lluvia nos besamos, y metimos mano hasta que le pasé jabón por su orificio anal y sin más le metí la pija por el culo. Le empecé a dar con fuerza, ella aplastaba sus tetas contra los azulejos y jadeaba diciendo que le encantaba como la trataba. 

Yo seguía a lo mío, me senté en el suelo e hice que ella se diera vuelta y se clavara mi herramienta por la concha mientras le comía las tetas que tanto me gustaban. Estuvo moviéndose muy rápido hasta que me avisa que en esa posición se acababa seguro así que embestí más fuerte si es que eso se podía hasta que se me prende al cuello y me mira ida dejando que su cuerpo reaccione lanzando un nuevo orgasmo. 

Terminamos de bañarnos y la llevé a la cama de su hermana. La dejé acostada, le alcancé una cerveza y la tomamos sin hablar y mirándonos hasta que me agarra la pija y la acaricia, la lleva a su boca y hace su juego. Yo me dejé hacer y disfrutaba con tremenda mina hasta que noté como me venía y le propuse cogerla un poco más, esta vez a lo perrito. Se puso en posición y se la metí al fondo y me moví rápido y lento siempre cambiando el ritmo para volverla más loca, mientras mi dedo pulgar entraba en su culito y se quedaba alojado en ese lugar caliente. Le di y le di hasta sentir como me venía y le puse la pija sobre las tetas para acabar dejándoselas blancas. Mi cuñada se reía con gesto de triunfo y se mete la verga en la boca tragando lo que podía quedar y dejándomela muy limpita. Nos sentamos uno al lado del otro y seguimos tomando nuestras cervezas mientras veíamos como mi leche caía por su cuerpo rumbo a las sábanas. Quiso ir al baño, pero no la dejé, fui por una camiseta de su hermana y la limpié mientras nos reíamos y hacíamos bromas.

Nos dormimos juntos y por la mañana no tuve desayuno así que me fui a trabajar sin hacer ruido y llevándome mi ropa que la tenía pronta de hacía 2 días en un bolso.

Al mediodía mi cuñadita me visita en la fábrica para preguntame por qué me había llevado el bolso, si no pensaría irme luego de lo vivido y tuve que decirle que la había oído hablando con mi ex y como todo era un juego para ella, sabía que no le iba a afectar en nada.

Me miró, se rio y dijo

- hoy no es momento... pero en unos años si volvemos a encontrarnos, tal vez...

- fuiste el mejor juego en el que participé en mi vida, el tiempo dirá...

- cuidate cuñado

-vení, dame un beso

Nos saludamos y se fue. Por la tarde su hermana llamó, pidió hablar con mi socio y renunció a su puesto.

Y la vida no quiso que nos volviéramos a encontrar...

Continuará...

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