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La depravada fiesta en la piscina

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Después de percatarme y ver el percal y concurrencia, yo llevaba un tanga negro y se me acercó una sexy transexual voluptuosa y muy salida, así como tetona y empezamos a juguetear y casi al pronto se me puso dura.

— ¡Que es esto!, ¡se te ha puesto dura muy rápido! — exclamó Renata alucinada y riendo.

— No tienes problemas al entrar en ambiente sexual — añadió Renata caliente

La muy puta, sacó mi endurecido rabo del tanga y nos dimos un lujurioso morreo con lengua que me puso todavía más cachondo y salido con más ganas de empezar a tener sexo con esta guarra transexual tan perversa.

 — Se te ha puesto bien dura. ¿Nunca has jodido con transexuales?,¿nunca?,¿de verdad? — inquirió Renata excitada.

La muy zorra Renata, se arrodilló ante mí y comenzó a mamar y engullir mi rabo y yo me deleitaba viendo como disfrutaba la muy guarra paladeando y tragando mi dureza masculina.

Renata mamaba y chupaba perdida y muy viciosamente mis gordos cojones cargados de lefa que estaban perfectamente afeitados y lamía y lengüeteaba mi rabo y volvía a magrear mis enormes cojones para darme placer. La putona Renata, sacaba y metía su golosa bocaza de zorra transexual en celo y me daba placer con sus maravillosas engullidas sexuales de su boca en mi duro rabo de macho en celo. Yo proseguía bufando, resollando y jadeando de placer. 

Yo seguía jodiendo su lasciva boca que me estaba gustando como me lo hacía y me encantaba como la ramera Renata gozaba a tope al tener todo mi duro rabo y yo gemía y jadeaba como un cabrón libidinoso.

Renata mamaba y succionada mi rabo de semental como una loca lasciva y esto me estaba gustando más y más, pues veía como esta fulana lasciva tan caliente disfrutaba de la libidinosa mamada que me estaba pegando esta golfa tan impúdica.

La muy guarra tragaba y engullía con lasciva presteza y gracia toda mi polla y lamía y lengüeteaba mi cipote y se la volvía a meter casi hasta la campanilla y la volvía a sacar pues casi se ahogaba por ser una egoista tragona.

Yo proseguía jodiendo brutalmente su caliente bocaza de zorra depravada y la daba mil empellones con mi carnal martillo pilón y la muy guarra continuaba deleitada engullendo lascivamente mi duro rabo que tanto parecía gustarle lamer.

La putona estaba encantada y corrida de placer divertida lamiendo, mamando y lengüeteando mi cipotón y yo disfrutaba de las lascivas acometidas que esta zorra transexual daba con su glotona boca de zorra transexual en crónico celo a mi duro machismo de semental depravado. 

Renata me llevó de la mano a una habitación del chalet y allí empezamos la fornicación depravada y libidinosa que nos esperaba. Yo metí mi duro rabo que estaba empalmado y eso pareció gustarle más a esta golfa libidinosa de Renata que estaba encantada al ver que mi rabo había hecho "la tienda de campaña" dentro de mi erótico y lujurioso tanga sexy.

Renata se sentó con las patas bien abiertas en un amplio y alto butacón y subió al respaldo y mientras nos dábamos un lascivo y depravado beso con lengua, ella se magreaba su verga. Yo estaba con el rabo empalmado y Renata comenzaba a quitarse su sexy camiseta de tirantes para mostrarme ese par de fenomenales tetazas de zorra rijosa y seductora.

Comencé a mamar y engullir sus tetazas y ella se deleitaba viendo como disfrutaba yo paladeaba y tragaba esos duros pitones que tenía por tetas. La putona estaba bufando, resollando y jadeando de placer sin parar.

Después de comerla sus magníficas tetazas que tan depravadamente cachondo y lascivo me ponían fui a comerla su rabo y la guarrona lascivamente se abrió más de patas para que le comiera y chupara su rabo que comenzaba a ponerse duro.

— ¡me pones muy cachonda cuando me haces eso, maricón!, ¡ah!, ¡ah!, ¡ay así!, ¡ah!, ¡ah!, ¡uff!, ¡ah!, ¡ah!, ¡ah!, ¡ah! — gimió Renata depravadamente mientras le comía pausadamente el rabo.

Renata se desgañitaba, rezongaba, bufaba, se sofocaba y gemía como una guarra perversa y salida de placer al sentir como mi boca succionaba y tragaba su rabo que se iba irguiendo y poniendo cada vez más y más duro.

La zorrona de Renata daba mil ayes placenteros de lujuria al sentir las mil acometidas de mi boca en su rabo y ella agarraba mi cabeza y la empujaba a su rabo para que no parara de mamar su transexual verga, yo tenía una brutal erección que me la había producido esta zorra perversa y libidinosa.

Me saqué un momento su rabo, para que ella volviera a joder mi boca y diera pausados empellones en mi boca y sentir el placer de socavar mi boca con la dureza de su rabo.

De tanta calentura que tenía la muy zorra, agarró mi cuello con fuerza y estuvo su duro rabo durante un minuto en mi boca que casi me ahogó por culpa de su brutal lujuria desenfrenada. 

Yo continuaba mamando y chupando sin parar su rabo y Renata resollaba y jadeaba cual loba en celo con muchas ganas de que no terminara de mamar su verga que cada vez estaba más dura y ya me ahogaba y no me dejaba respirar.

—¡ah!, ¡ah!, ¡ay así!, ¡ah!, ¡ah!, ¡uff!, ¡ah!, ¡ah!, ¡ah!, ¡ah! —rezongaba Renata toda viciosa.

La zorrona Renata se iba relajando debido a la depravada y viciosa mamada que ya duraba y se iba haciendo largo el tiempo y buscaba nuevas sensaciones con mi cuerpo de macho lascivo. 

—¡sí!, ¡así!, ¡así!, ¡sí!, ¡ay que gussstoo!, ¡sí!, ¡ay que gussstoo! —jadeaba viciosamente Renata de puto gustazo que yo le daba al mamar su rabo.

La zorrona Renata se despojó del sexy y procaz tanga y se puso debajo mío ladeándose para mamar a placer mi enhiesta pero dura verga mientras la muy cerda se pajeaba como una mona salida.

Renata me pajeaba viciosamente mis gordos cojones cargados de lefa y lamía y lengüeteaba mi rabo y volvía a magrear mis cojones para darme placer. La putona Renata, sacaba y metía su golosa bocaza de zorra transexual en celo y me daba placer con sus maravillosas engullidas sexuales de su boca en mi rabo. Yo proseguía bufando, resollando y jadeando de placer.

Mamaba y mamaba Renata mis cojones placenteramente y yo me así para no caerme, pues la muy guarra empezó a lamerme el ojete, ya que le daba placer y morbo el hacerme esto y yo recibía con placer su sabía lengua en mi ojete que me daba regusto y deleite carnal. Entretanto hacía esto, Renata se pajeaba como un lujurioso mono en celo y yo me desgañitaba, rezongaba, bufaba y gemía de satisfacción sexual, pues antes nunca ninguna guarra depravada me había dado semejante goce.

— ¡ah!, ¡ah!, ¡ay así!, ¡ah!, ¡ah!, ¡uff!, ¡qué gran lamida me estás pegando, zorra — jadeé lascivamente mientras permanecía bien abierto de patas y recibía con complacencia los mil lametones de Renata en mi ya agitado ojete.

La puerca de Renata frenó de machacar su rabo y agarró mis nalgas para dedicarse más de lleno a lamer con fruición mi acalorado ojete y eso parecía gustarnos a ambos, ella que no paraba de hacerme esa lamida y yo no paraba de resollar, bufar y bramar de lúbrico placer mientras yo lanzaba libidinosos "ayes" placenteros de regusto anal.

Volvió a cogerse el rabo para machacárselo algo y volvió a dejar de hacerlo para dedicarse por entero a lamer mi bullicioso ojete y que al parecer le gustaba y a mí ya me había metido ese desconocido placer y me estaba gustando y me estaba matando de placer lingual y yo proseguía de desgañitándome y bufando de perverso vicio anal.

— ¡ah!, ¡ah!, ¡ay así!, ¡ah!, ¡ah!, ¡zorra, que gustazoo me daaasss! ¡no pares, puta! — bramaba yo todo salidorro entretanto seguía lengüeteando mi ojete salvajemente la zorra viciosa de Renata. 

Retomó otra vez su rabo con su mano derecha y con la mano izquierda me Renata me pajeaba y lamía perdidamente mi ojete y yo resoplaba libertinamente pues me encontraba muerto de placer ante sus mil acometidas linguales en mi ojete.

La muy zorra, mientras me comía y lamía el ojete, observaba la cara de placer y corrido que yo tenía y la insultaba sexualmente y eso le impelía a hacérmelo más tiempo y darme más y más placer con su sabia lengua de zorra transexual en celo. 

 — ¡me pone muy caliente lamer tu puto culo, maricón! — resollaba Renata lujuriosamente.

—¡eres una jodida guarra, me estás matando de gusto, puta! — resoplaba yo libertinamente.

— ¡cabrón, que bueno estás!, ¡qué culo tienes! — berreaba Renata obscenamente.

La ramera libertina de Renata proseguía jodiendo y fornicando con su horadante lengua mi bullente ojete y yo la insultaba sexualmente y se ponía más rijosa y salaz todavía pues disfrutaba la muy puta en hacerme esta comida de ojete.

Volvió a agarrar otra vez con la mano derecha su rabo, pero prosiguió lamiendo mi ojete y yo estaba en un brutal clímax que me estaba gustando esta perversa y depravada lamida de ojete que esta puta zorra de Renata me estaba dando sin parar.

Me quité de esta postura, pero la guarra Renata proseguía pajeándose mientras a mí me mamaba y chupaba mi enhiesta verga de macho semental en lascivo celo. 

La muy zorra mamó tanto y con tantas ganas mi duro rabo que casi me vomita pues dio una arcada por ser una glotona y una avariciosa chupadora de rabos, pero prosiguió dándome placer con su depravada bocaza de zorra libidinosa. 

Tragaba y engullía con tantas ganas y Renata se sentía más zorra y más puta y se embelesaba con la continua mamada que esta zorra transexual me estaba pegando con tanto lascivo ahínco y que a mí me estaba matando de gozo y deleite bucal con su boca de golfa depravada. 

Volvía a engullir y devorar con tanto empeño y vehemencia mi rabo en su bocaza que casi se atragantó otra vez por ser una loca tragona de rabos, yo estaba muerto de placer, pero no deseaba que me vomitara en los cojones por su brutal delirio sexual hacia mi rabo de semental.

Le terminé de quitar la camiseta de tirantes que todavía llevaba puesta y se puso a cuatro patas y yo ahora le lamí lasciva y muy depravadamente el ojete y la muy zorra paraba de desgañitarse y bufar de vicio anal.

—¡ah!, ¡ah!, ¡ay así!, ¡ah!, ¡ah!, ¡uff!, ¡qué jodida lamida me estás pegando, cabrón! — jadeó Renata muy lascivamente.

— ¡ah!, ¡que gusstazoo me daaasss! ¡no pares! ¡me encanta, cabrón! — bramó Renata mientras yo proseguía lamiendo y lengüetando su ojete sin parar.

— ¡cómo me ponesss, maricón!, ¡lame más el culo de esta jodida zorra! — berreaba Renata viciosamente.

—¡me pones muy caliente cuando lames mi puto culo, maricón! — resollaba Renata lujuriosamente.

Yo continuaba lamiendo y lengüeteando cual procaz semental su agitado culo y la muy puta de Renata jadeaba como una loca, al tiempo que se desgañitaba, rezongaba, bufaba y gemía de placer al recibir mis lametones en su acalorado culo de zorra depravada.

— ¡ah!, ¡ah!, ¡ay así!, ¡ah!, ¡ah!, ¡uff!, ¡qué gran lamida me estás pegando, maricón!,¡cómo me gusta!, ¡me estoy enamorando de ti, canalla! — jadeaba Renata lascivamente mientras yo seguía barrenando su ojete con mi lengua que la estaba poniendo más y más salida.

— ¡sí!, ¡sí!, ¡jódeme!, ¡jódeme ya!, ¡jode a esta puta zorra!, ¡jodeme, cabrón! —gemía Renata cual guarra depravada.

— ¡joder, me estás matando de gusto!, ¡eres un cabrón sádico! — gimoteaba Renata salazmente mientras vociferaba corrida de gusto.

Me vencí de seguir comiendo el ojete a esta fulanona caliente y depravada de Renata y me levanté dispuesto a petar y entaponar su ojete con todas mis fuerzas posibles. Agarré con mi mano derecha el lascivo culo de esta zorra provocadora de Renata y comencé a taladrar y punzar con mi enhiesta pero dura verga, el bullente y agitado culo de la ramera Renata que ya me lo estaba pidiendo con urgencia lúbrica desde hacía unos momentos. 

— ¡si, cabrón, me gusta!, ¡jódeme más!, ¡dame tu rabo, maricón!, ¡no la saques! — se desgañitaba Renata de vicio anal entretanto yo permanecía con el pie derecho subido al sofá para petar más y mejor el agitado culo de esta ninfómana transexual de Renata.

— ¡ay!, ¡ay!, ¡ay!, ¡ay!, ¡dame rabo, maricón!, ¡que gusssto me daaas, hijo puta!  — gemía Renata muy libidinosamente mientras yo agujereaba con fuerza el efervescente culo de la ramera Renata que proseguía dando ayes placenteros.

— ¡maricón, me estás matando de gusto!, ¡dame tu rabo, maricón!, ¡sí!, ¡sí!, ¡jódeme!, ¡jódeme más! — gimoteaba Renata viciosamente entre jadeos placenteros mientras yo daba rápidos empellones y la muy cerda se deleitaba viciosamente de satisfacción y gozo.

Mientras sodomizaba y taladraba furibunda y salvajemente el libidinoso culazo de esta puta puerca de Renata, se movía brutalmente para sentir como barrenaba con fuerza y gozar y disfrutar más del fenomenal polvazo anal que a esta zorra transexual en celo la estaba pegando con ahínco y vehemencia sexual.

Cambiamos de postura, ella se abrió de patas para que yo se la clavara mejor y miraba embelesada mi duro rabo como entraba en la oquedad caliente de su ojete.

—¡eres un hijo de puta depravado!, ¡qué bueno estás, maricon!, ¡me encanta que me entapones mi ojete — berreaba Renata mientras se lo clavaba para darla más y más rabo. 

— ¡jódeme!, ¡jódeme más!, ¡dame rabo, cabrón!, ¡cabrón, que bueno estás!, ¡qué bien me jodes!  — resollaba Renata lujuriosamente.

La muy zorra de Renata estaba tan perdidamente salida y viciosamente caliente que volvió a agitar su culazo y me estaba poniendo más cachondo, pues quería clavarse más y más mi polla y eso me excitaba sobremanera y gemíamos y gruñíamos más de puta lujuria y perdida lascivia.

Mientras la taladraba rápidamente el ojete me fui dejando caer para follarla con fuerza, pues eso era lo que ella me estaba pidiendo y quería sentir más y más mi rabo para sentirse más guarra y más puta de lo que ya de por si era. 

— ¿me vas a joder hasta la noche, cabrón?, ¡quiero que me jodas bien profundo, canalla! — bramó Renata lascivamente mientras me besaba con lengua y yo jodía con tesón su ojete de zorra en celo.

— ¡te estoy haciendo gozar como un cabrón, lo veo en tu puta cara de vicioso! — bramaba Renata toda lujuriosa entretanto yo seguía jodiendo frenéticamente su bullente culo inquieto y le daba mil empellones con mi carnal martillo pilón.

— ¡ah!, ¡ah!, ¡ay así!, ¡ah!, ¡ah!, ¡uff!, ¡jodeme!, ¡jodeme más!, ¡no pares, cabrón! — gemía Renata viciosamente. 

Mientras la entaponaba bien y duro le observaba su cara de placer que ella tenía al ser follado y fornicado por mí con vivacidad y vehemencia sexual y gemía como una guarra libidinosa en celo.

— ¡toma zorra!, ¡toma polla, puta!, ¡gózame, guarra! — bramaba yo todo vicioso y más salido.

— ¡ah!, ¡ah!, ¡ay así!, ¡ah!, ¡ah!, ¡uff!, ¡ah!, ¡ah!, ¡ah!, ¡ah!, ¡cabrón, me gusta!, ¡jódeme más!, ¡dame tu rabo, maricón! — rezongaba Renata toda viciosa.

Yo la daba fuertes y rápidos empellones en el ojete con mi duro rabo y la muy cerda se desgañitaba, gemía, resollaba y jadeaba como zorra en celo del desmedido placer que tenía la muy sucia al ser reventada y entaponada por mi verga de semental lascivo.

— ¡jódeme!, ¡jódeme más!, ¡jodeme así, ¡mátame a polvos, cabrón!, ¡clávamela! — chillaba de regusto Renata mientras taladraba con más fuerza su culo y la muy cerda seguía jadeando viciosamente.

Giré un poco su culo para petar más y más su ojete y la muy cerda proseguía desgañitada y gimiendo de placer anal al recibir mil taladrantes golpes con mi rabo que la estaban matando de gusto y se derretía de fervor anal mientras me insultaba sexualmente y me rogaba que no parara. 

— ¡ay!, ¡ay!, ¡ay!, ¡ay!, ¡ay!, ¡me vuelves muy zorra, maricón!, ¡jódeme!, ¡jódeme más! —vociferaba Renata entre jadeos de placer anal.

La muy puta se desgañitaba, bramaba y gritaba del placer que le daba con mi rabo y yo gemía y jadeaba al ver como esta zorra se moría de placer por el jodido gustazo que yo la daba con mi duro rabo de procaz y libidinoso semental en celo.

Se puso a cuatro patas para recibir mil últimos empellones y estaba muerta de gusto mientras recibía mi martilleante rabo en su lujurioso culo y gemía y bramaba del placer por tener mi rabo en sus entrañas.

— ¡jódeme!, ¡jódeme más!, ¡ah!, ¡ah! ¡ah!, ¡ah! ¡ah!, ¡ah! — jadeaba Renata de gozo anal.

Después de darla duro rabo, se terminó pajeando y corriendo, al tiempo que yo le daba los últimos rabazos en su lascivo culo y ella gemía como una guarra que estuviesen matando de placer y terminé por correrme y echarle toda la pastosa lefa en su sexo de zorra transexual en celo. Después de eso, me fui a ver si follaba a otra guarra.

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