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La fábrica 7

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Estábamos sentados tomando un café y los “novios “seguían como enojados y la verdad que no entendía nada hasta que la rubia me dice por lo bajo, que Gabriel le recriminó a Nora que si él no hubiese estado era claro que venían a coger con nosotros.

Ahí me cayó la ficha y le di vueltas al asunto y trataba de conversar algo con el susodicho, pero nada, la cosa no iba por buen camino hasta que me surgió mi voz de mando y empecé a hablar cual si fuera una asamblea:

―Por lo visto tenemos un problema que solucionar si es que no queremos pasar un fin de semana de mierda así que espero que todos me escuchen lo que tengo que decir, resulta que Mauro y yo todos los años venimos para acá en Turismo con la intención de desconectar y eso lo hacemos tomando mucho y buscando mujeres para coger. Este año no iba a ser diferente por lo que un día pasó por la fábrica a ultimar detalles. Nora, tu novia, dirigiéndome a Gabriel, me propuso si podía traerlas a ella y su amiga ya que se había peleado contigo y que una vez llegados, las dejáramos que ellas se las arreglaban acampando por ahí. Yo no vi nada malo en eso y le dije que sí, que vinieran nomás, mientras no nos jodieran nuestra idea de joda que traíamos. La noche anterior a salir me avisa que ustedes estaban juntos de nuevo y si igual podría traerlos. Y acá están, lo que no entiendo es por qué armaron su carpa con nosotros, la idea era que se fueran a lo suyo. Así que como la rubia no entraba con ustedes y me pidió dormir en mi carpa yo le aclaré por si había dudas de a lo que veníamos, que mejor durmiera en la camioneta ya que las mujeres que entrarían a la carpa serían las que nos cogeríamos. Y para nuestra sorpresa Irina no tuvo problema alguno en quedarse, los detalles no vienen al caso. Amigo Gabriel, la idea no era cogernos a estas chicas, pero si tu novia se mete en la carpa grande que te quede claro que va a gozar mucho. Espero que todo quede aclarado y si piensan seguir con cara de orto, pueden irse por ahí y dejarnos solos que lo pasamos bárbaro.

Nadie dijo nada contrario, Nora me miraba con cara rara, no entendí si le gustó o no lo que dije de ella si por casualidad la encontraba en la carpa grande. Irina propuso votación y ganó que se quedarían y habría buena onda. Nos organizamos para lo básico, juntar leña estarían a cargo de Irina y Gabriel, así separábamos un poco a la pareja a ver si dejaban de discutir, cocinar, Nora y yo, y juntar agua, Mauro.

Cuando se fueron por la leña y el agua, Nora me agradeció por la claridad y por no aumentar la duda que le generó a su novio todo el asunto desde un principio. Nos pusimos a pelar papas y sacar de una conservadora el asado que llevábamos para preparar el almuerzo. Me comentó su sorpresa al ver la reacción de su amiga en la madrugada y que por lo que se oía lo habíamos pasado muy bien. En tono de broma le dije que si se aburría podía darse una vuelta por la carpa en algún momento y me miró mordiendo su labio inferior, claro gesto de que le gustaba la idea; en eso llegan con el primer viaje de leña y empecé a armar todo para prender el fuego y poner la parrilla. Se fueron nuevamente por más y me acerqué a Nora y le dije que me dejara hacer algo, le corrí un poco el bañador dejando una teta al aire y le di un pellizco en un pezón, luego volví a tapar todo. Listo había encendido la mecha, ahora había que esperar a donde podía llegar ese fuego.

La tarde la pasamos en las piscinas termales y quedamos que de noche iríamos a bailar. Estando en el agua caliente, veíamos todo el carnaje que había y la cosa prometía. Nos acompañaba a todos lados una hielera con latas de cerveza para estar siempre a tono. Mauro me señala una morocha que buenas tetas que estaba rodeada por cuatro o cinco tipos que trataban de que les diera bola, pero se veía que la mina no quería saber nada así que agarré una lata de cerveza helada y me desplacé por la piscina hasta llegar a unos metros de ella y con cara de conocerla desde toda la vida le grité,

―¡Creí que te habías cansado de esperarme y te habías ido, no te encontraba por ningún lado!

Ella entendió la jugada y me respondió con una sonrisa

―Yo creí que te habías ido con otra, demoraste mucho.

Ni que decir como quedaron los tipos, se fueron nadando disparados y yo me acerqué a la morocha tendiéndole la lata. Una vez juntos me preguntó si era para ella y le dije, ¿ves a alguien más en este lugar?, nos reímos y aceptó el regalo. Su nombre era Silvia, estaba con amigas por unos días y había que lidiar con algunos pesados… En eso se acerca una de sus amigas, Mónica, y nos ponemos a hablar y ahí le grito a Mauro que trajera otra lata, y así armamos un pequeño grupito de cuatro charlando y conociéndonos un poquito. En una veo a dos de los chicos que la acosaban y me acerqué a Silvia y le dije que teníamos que convencerlos que estábamos juntos y ella ni corta ni perezosa me pasó los brazos por mi cuello y me besó, nos separamos un poco, y le digo, faltó algo, y ahí nos volvimos a besar, pero esta vez con pelea de lenguas. Ya no quedaban dudas de con quien estaba la morocha, y ya nadie se fijaba en lo que hacíamos.

Quedamos para encontrarnos de noche en el baile, y nos dieron sus números de celulares por las dudas que hubiera mucha gente. ¡Cuando nos despedimos me dijeron que esperaban que las salváramos de las garras de los borrachines en la disco! Jajaja… (y, ¿quién las salvaría de nuestras garras?)

Se hizo la noche y fuimos todos a bailar, ya habíamos tomado bastante haciendo la previa en el camping así que al llegar ya estábamos con todo para ganar. Estuvimos bailando entre nosotros, no siempre se cuenta con la compañía de dos modelos sexys como Nora e Irina. Ya todo estaba bien y lo pasábamos bomba entre nosotros intercambiando bailes y pareja hasta que alguien me toca el hombro y al darme vuelta me preguntan si debo ser rescatado, a lo que le digo que sí, que no tenga dudas y nos abrazamos y besamos. La presento a mi grupo y los dejamos un poco así seguíamos los dos bailando entre la gente. Al rato veo a Mauro con Mónica que estaban dándose respiración boca a boca intensamente y como no me gusta ser menos, me llevé a Silvia fuera del tumulto y nos dimos el lote, besos, manos, todo lo que hiciera subir la temperatura corporal.

Seguíamos metiendo alcohol y ya no dábamos más cuando les dijimos si se venían a nuestra carpa y más bien que aceptaron, buscamos a mis amigos y no había nadie así que arrancamos para el campamento. Cuando llegamos vemos que Gabriel estaba sentado solo, tomando un whisky y nos dice que las chicas decidieron dormir juntas y viendo como veníamos quedamos que se fuera a la camioneta a pajearse mientras nos escuchaba lo que haríamos en nuestra carpa del amor.

Tener una morocha tan linda y con tantas ganas de coger me enloquecía, como podía ser que estuviera sola con ese cuerpo, nos acostamos los cuatro en el pobre colchón y se ve que era bueno porque aguantó la fiesta, le comí las tetas hasta cansarme, y ella gemía, le encantaba, buscaba mi boca con la suya para atrapar mi lengua y generar una pasión que nos calentaba más y más. Forré la verga con un condón y se la metí lentamente por la concha mientras seguíamos besándonos, parecía que realmente nos conociéramos de hacía mucho tiempo, me estaba gustando esta mina. Me cargaba sobre sus tetas y ella aguantaba bien, le pasé la lengua por el cuello, los hombros, ella respondía de igual manera, hasta que la cambió de posición, me coloco boca arriba y la veo como me agarra la pija y se la mete en su caliente y húmeda vagina mientras yo desde mi posición le acaricio el clítoris cada vez que ella sube y al bajar cierra los ojos disfrutando el momento y la manera de clavarse todo. En un momento me avisa que se acaba y le pido que pase su raja por mi boca que quiero probarla y así lo hace y mientras le paso la lengua recorriendo su sexo ella sigue lanzando líquidos que me caen directo a la garganta. Cuando no tiene más para dar, la pongo en cuatro y se la meto desde atrás, al verla en esa posición casi me acabo, estaba buenísima y ver como apoyaba las tetas sobre el colchón me paró más la pija que creí que rompía el condón. Me movía adelante y atrás y ella me acompañaba, parecía que no dábamos más pero igual seguíamos, yo no quería terminar, pero en cualquier momento lo haría. Le pedí para hacerle la cola, pero me dijo que hoy no, que le gustaría que fuera en otras condiciones así que seguimos de esa manera hasta que no aguantó más y se dejó caer sobre el colchón, yo le cerré las piernas y me apoyé a los costados y de esa manera le metía todo lo más que podía viendo como desaparecía mi verga dentro suyo. Hasta que perdí el control, y empecé a sentir que la leche se me venía con fuerza. Le dije que me gustaría terminar en su boca y que ella se tragara todo a lo que se dio vuelta y atrapó mi erección entre sus labios y ya no pude más, dejé que saliera todo y alucinaba viendo como tragaba y se reía mientras lo hacía. Fue descomunal, se notaba que andaba todo el día caliente. En eso me di cuenta que a nuestro lado había otros haciendo lo mismo, increíble, también habían terminado, y ahora todos nos quedamos sentados tomando una cervecita, ellas para bajar lo consumido y nosotros para recuperar un poco, jajaja.

Me despertaba un no sé qué esta mina, no era como siempre que después del polvo ya quería que se fuera, podía ser porque estaba muy buena pero fue raro. Cuando ya estábamos recuperados, nos vestimos y las acompañamos a su campamento y en el camino nos contaron que tenían novio pero que nunca salían juntos y eso las tenía bastante cansadas por lo que se sumaron a sus amigas como si estuvieran sin compromiso y así lo estaban viviendo.

Las dejamos al lado de su carpa y nos despedimos como enamorados, aunque estaba claro que no lo éramos. Se metieron dentro y nos fuimos, pero a Mauro que andaba despierto se le ocurre que volviéramos en silencio y escucháramos que hablaban. ¡Dale! Y eso hicimos, parecíamos delincuentes entre las sombras hasta que llegamos junto a la carpa y oímos

―En serio, me gustó mucho lo que hicimos, no me arrepiento y fue muy dulce en todo momento, me trató como si fuera su novia, bien puta, pero su novia, no dejó de acariciarme y besarme mientras pudo.

―Me pasó lo mismo, pero capaz que es una estrategia para conseguir un segundo polvo

―Claro, porque tu novio te trata así capaz

―La verdad que no, mi novio no existe si me pongo a hacer comparaciones

―Viste, son locos diferentes, ya sé que vinieron a cogerse todo lo que encuentren, pero son diferentes

―Puede ser, quien nos ve, dejando a nuestros respectivos por dos locos que conocimos cuando nos tirábamos una cana al aire

―Jajaa, canas tendrás vos, zorra

―Anda, bien que aullabas cuando te comía

―Y sí, pero en algo estuvimos como nos decían las madres, dejen algo para otra oportunidad, jajajaja

―El culo dejamos, jajajaja, puta

―Sí, ¡no sabes las ganas que tenía de decirle que me la metiera hasta partirme en dos!!

―Y ahora?

―Tienen nuestros números, espero que llamen, yo oficialmente ya dejé a mi novio, mañana mismo lo llamo y le digo que se vaya a cagar

―Eso no, cuando lleguemos podemos terminar bien, sino van a pensar que alguien te está cogiendo, y eso no es cierto, ¿verdad?

―Jajaja, mirá que sos, habló la virgen, en estas condiciones no… jajaja,

―Bueno, no te rías, también tenía ganas, pero no sé, no quise ser tan regalada, ya era suficiente lo que estábamos haciendo, ¿no te parece?

―Más bien, bueno amiga virgen, vamos a dormir, bien contentas eso sí y ojalá que no se borren, aunque, sabiendo que tenemos novios, capaz que nos toca a nosotras buscarlos y aclarar un poco las cosas.

Salimos de ahí como habíamos llegado y volvimos al campamento, nos fuimos a dormir, la carpa era un asco, después de dormir acomodaríamos el caos.

Gracias a la idea de Mauro llegamos a la conclusión de que no siempre vemos la realidad.

 

Continuará…

(9,28)