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Josy Prostituta. La cogen el padre, cuñado y los hermanos. Cap. 9

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El peruano le descorchó el culo

Ya está decidida, este es el camino, haciendo los primeros palotes en el cuaderno de la prostituta, aprende pronto y bien. Sus primeros clientes “de privado” antes de “hacer la calle” fueron los amigos del jefe de su marido.

Los clientes le van diciendo cómo y de qué modo moverse, pajear, mamar, el modo para tal o cual postura y forma de tragarse la leche, pero le hace un poco de asco al sexo anal, le esquiva sus cachas al bulto del macho, no sabe el porqué, pero si se traga sus leches con facilidad, que le hagan el culo pronto será una de sus debilidades, claro que no tanto cuando venga un gran pijudo.

Llegó el momento de aprender en el ejercicio intensivo. La ocasión de hacerlo vino de la mano de su prima, que también está dando sus primeros pasos como prostituta, le propuso compartir a un señor peruano que le había invitado para hacer el trío, por eso debían asistir la dos con el señor en cuestión.

Este señor peruano, de paso, tenía ganas de joder en grande, si venían dos cuanto mejor, de ese modo se fueron a un hotel para pasar unas horas de sexo con el tipo. 

A poco de comenzar los clásicos juegos de sexo y mamadas, quedó más que claro que el tipo estaba súper caliente con los culazos de Josy de la prima Angela, sobre esa zona dirige toda su atención, mucho más cuando de los juegos y la charla surge que ambas son vírgenes, mentirilla (ella no, pero casi) -¡VIRGEN! Fue lo más que pudo decir el tipo dentro de su asombro.

—Con semejante culazos y nunca tuvieron una verga dentro. Mi Dios, estos dos preciosos tesoros todo para mí, ¡No me lo puedo creer!

—Pues que sí, que somos virgen del culo, las dos lo somos, bueno… me parece que por poco tiempo más…

—No tengan ninguna duda que no volverán cerraditas como se vinieron, estos culos no se van sin sentirme dentro. – se toma esa pija tan grande y con esa cabezota que asusta…

—Supongo que saldremos estrenadas, casi a dúo, pero solo que nos asusta un poco, bueno… mucho, la tienes bien grande, así… tan larga, tan gorda y cabezuda que impone miedo. No imagino como vas a poder poner todo eso dentro del culo, me parece tan estrecho que no sé cómo.

—“No problema” No es el primer culo que desvirgo, tengo experiencia y sé cómo hacerlo. Esta verga ha hecho que varias pendejas fueran mujeres completas, abrí muchos culos por primera vez y agrandé otros que no habían sido visitados por algo así (la vuelve a sacudir). Pero tranquilas ninguna mujer murió por que se la jodan por el culo, es algo que necesitan probar, y por gracia divina me toca a mí en suerte hincarles por el culo ¡y dos en el mis día! ¡Por Dios!...

Es tiempo de poner manos a la obra, Josy recuerda con pelos y señales ese momento, algo así como la primera vez que la verga abre tu virginidad, el recuerdo del primer hombre. Ese peruano, afortunado él, me descorchó el culo.

Josy es la primera en probar como es sentir esa vergota, colocada a cuatro patas, la prima Angela mirando sin perderse un detalle, apreciando lo que le pasará poco después. El peruano sabía perfectamente como reventarle el culo, tenía experiencia en hacer culos, tan pronto se lo vio, “tan cerradito, nuevecito y sin estrenar” ¡Wowwww! ¡Qué maravilla!

—Bueno, sí que está bueno este regalito. Este culito tan apretadito, tan cerradito necesita abrirse. Si no soy yo será otro quien te va a descorchar el culo, así que mamacita soy el primero y te lo voy a disfrutar.

El señor sabe que la tiene grande y cabezona, tampoco es cosa de producir un desgarro, cosa bastante factible y arruinar este momento, cuando tiene a otra muchacha en iguales condiciones esperando su turno para que también se los descorche. Le unta el aro anal con vaselina y con el dedo encremado entra dentro del recto y lo hace girar para favorecer el ingreso del pene, Josy aún siente ese temor reverencial porque sabe de oídas como se lo han dejado a alguna amiga suya, entonces mete el dedo en el pote del lubricante y le “embarra” la punta del choto.

La gruesa cabezota del choto, brillan los primeros atisbos del pre seminal. En la memoria carnal de Josy aún siente latir el esfínter cuando entró forzado, bien forzado, la estrechez del hoyo, le costó meterla toda, tuvo paciencia y empuje para entrarle todo ese pedazote de carne cabezona.

 —Sentí todo, esa carne gorda dentro de mi tripa, mucho más cuando vino el “saca y mete” por el culo.

El hombre tuvo una consideración que no volvió a sentir de otros hombres cuando le hacían el culo, el peruano sí que tomó sus precauciones por ser la primera vez hacerle bien el culito, además no quería por nada del mundo espantar a la prima que aguardando su turno para ser sodomiza en su estreno también. Como fuera, el hombre se había tomado su tiempo para entrarle, que fuera acostumbrándose al tamaño de su miembro. – “una se va acostumbrando a tener esos trabucos en el culo…” 

El peruano siguió empujando, metisaca con más intensidad, sentía el rigor de la penetración, aún con cierta delicadeza, es tan grande que abre todo en su tránsito. Me hizo gritar, sentía como si me partiera en dos, tanta carne, dura y caliente entrándome por el orto, pero ya es tarde, no hay vuelta atrás, el hombre caliente al máximo se manda con todo en el fondo de mi culo, me hacía gritar y putearlo, pero al mismo tiempo comienzo sentir rica la sensación ser abierta por semejante vergota.

Placer y dolor al mismo tiempo, agradable y tanto que hasta las gracias le di por romperme el culo.

—Juro que sentí que me partía en dos el peruano.

Aprendió a decir que sí a los clientes que pedían sexo en su culo, cuando se lo piden no debe negarse es el primer artículo del código no escrito de la prostituta, una forma de hacerse popular y conseguir más clientes. Cuando están bien dotados, muy excitados y se le nota que vienen con ganas atrasadas es para estar preparadas, saber a qué atenerse. Cuando el tipo viene en esas condiciones, lo importante es como sobrellevar el momento, recuerda un viejo dicho en la profesión: si la violación es inevitable, dejarse, relajarse y gozarlo.

— “cuando nos toca una vergota cabezona, gruesa y larga, ufff ya sabemos a qué atenernos, también

sabemos que por un par de días que se siente el “trabuco” en el culo, hasta en ocasiones me sucedió que te puedes sentar más que de ladito.  De poco vale que una lleve vaselina, a muchos hombres le place oírnos gritar y pues hay que complacerlos, para eso pagan por mi culo.

Se entera su familia -  ¡familia muy normal!!

La historia no es tan lineal, sino que en el devenir de Josy se van ramificando historias colaterales con el ejercicio de prostituta.

En ocasión de las fiestas de fin de año, la familia de Josy se llega para compartir el finde e inicio del 2010; estaban creídos que solo trabaja Rafa, su marido, y no sólo eso, sino que también descubren que la Josy también, más aún que está “en venta” para los clientes.

Primero fue la respuesta – sí, estoy para la venta. Luego le dijo que también ayudaba en el bar, de tal modo que se abrió el camino del asombro a la curiosidad, precisamente fueron el tío y el primo, quienes le pidieron que vistiera como lo hace en el bar, se niega, pero insisten, se cruza miradas con Rafa y éste le dice que les haga el gusto, vestirse igual que lo hace en el bar.

Se retira a la recámara y se viste con una tanga color naranja eléctrico y con un sostén que solo le cubre los pezones, zapatos de tacón alto, tipo aguja y regresa a la sala.  Regresó y se topó con las miradas calientes sobre su cuerpo casi desnudo, sintió una vergüenza que no le cabía en sí. Era capaz de venirse a casa desnuda, pues así lo disponía el señor que pagó por el servicio y bajar dos casas antes y entrar “encuerada” en la casa casi sin sentir el pudor de que la pudieran ver, pero ahora es distinto, las miradas son de familiares y sobre todo puede sentir la lujuria que las enciende.

Exhibirse así “vestida” mostrando sus carnes por detrás y por delante las tetotas y la raja cubierta solo por un corazón pequeño que apenas podía esconderla le producía esa sensación de hacer como el avestruz, meterse la cabeza bajo la tierra para no sentir esos ojos cargados de lujuria escrutando cada parte de su desnudez, y para colmo familiares. La madre fue la primera en romper el silencio que había producido la rotunda casi desnudez de Josy.

 —Se te ve, bien hija, dijo mamá - Bastante buena, dijo el papá.

Luego se sumaron los elogios de los demás y los varones la invitaron a bailar el ritmo de la música que estaban escuchando. 

Primero es el padre en sacarla a bailar, se le pegó más de lo que se corresponde por el vínculo, Josy siente como el padre se coloca en rol de hombre y se aprieta contra la mujer, descolocada, puede sentir que el padre no está abrazando a su hija sino con una hembra que desea, esa excitación del hombre borró el rol de padre, tan solo es un hombre caliente abrazado a una mujer. Difícil de asimilar aún en su mente tan liberal, pero aún quedan otras sorpresas.

Siguieron tío, hermanos y primos en querer disfrutar del contacto bailable de Josy, poder tener esas carnitas, que habían visto por años y ahora acaban de descubrirla de otro modo, casi desnuda y todo se convirtió en un momento de magia calenturienta que los ponía al borde de la resistencia como hombres.

Pasó el momento, la tregua llegó cuando quedaron en que volverían a verse todos en el bar. Ahí comenzó el aquelarre, el desmadre y todo se fue a la mierda…

El padre fue el primero en coger con Josy, según sus dichos le encantó: “le gusté muchísimo, le gusté bastante y me lo demostró cuando me la metió varias veces, después fueron mis hermanos, mi cuñado y mis primos” Todos ellos pasaron por su cuerpo, penetraron sus carnes y gozaron sus orgasmos. Quizás esa forma que adquirió de separar el cuerpo del espíritu le permite disfrutar de los placeres de la carne, sentir el sexo como tal, dejarlo fuera de toda connotación y vínculo afectivo o filial.  La carne es solo eso, carne, usar el sexo para el disfrute sin buscarle otro sentido filosófico.

El cuñado sobre todo estaba como enloquecido desde que la vio en la casa, cuando la tomó en sus brazos para bailar quedó prendado de esa ricura, solo pensaba en penetrarla. “Mi cuñado estaba encantado de comerme, tiene una verga muy larga y cabezona, y me la metió por el culo…” Josy no paraba de elogiar los atributos sexuales de su cuñado, decía que portaba un importante miembro, largo y cabezón, le encantaba sentirla quejarse cuando le daba por el culo, encantado con sentirse dentro y cómo se le abría cuando se mandaba dentro. 

Uno de los primos está entre los “bien dotados” dijo que bien cabezona y larga, saben del arma mortal que portan entre sus piernas y eso los hace ser bien brutos a la hora de coger, gustan de hacerse sentir en su hombría, causar dolor eleva su autoestima y los hace más machotes, ella pagaba con sus gemidos las consecuencias de la penetración salvaje y sin saliva hasta el fondo de un solo golpe.

Los hermanos, dijo que le aportaron esa cuota de suavidad dentro del desmadre, que estaban contentos con tener una prostituta en la familia, es obvio que la calentura no respeta ni pelo ni marca, ahora tampoco el vínculo, la calentura obnubila el sentido de la prudencia y allana el camino hacía el deseo más crudo, será como reza el viejo dicho “que tira más un pelo de concha que una yunta de bueyes” ella la tiene depilada pero tira más que un tractor. Los hermanos le recordaron que estarían contentos en visitarla en su casa, también en el bar y seguir culeando con ella.

El padre volvió por la casa a visitarla, la puso a cuatro patas y le dio pija, se echó dos ricos polvazos y se hizo mamar la verga y chupar los huevotes.  No faltaron los besos apasionados, de lengua, recordándole lo deliciosa y buena que estaba, ese cuerpo merecía sus mejores polvos, además de felicitarla por el trabajo que tenía y que era una lástima no aprovecharlo para el goce. Josy le recordó que sentía algo de vergüenza por tener que acceder a lo que él quería, trata de convencerla diciendo que no lo tomara de ese modo sino, que lo viera desde otra perspectiva, que en el bar sería un cliente más y como cualquier otro que podía acceder a usar el servicio de una de las prostitutas del local, tú solo eres una más.

Después de los dichos la colocó “patitas a hombro” bien agarrada de las nalgotas, se afirmó para echarse encima para cogerla a todo dar, luego la volteó para colocarla en postura de perrita y darle nuevamente duro, fuertemente agarrado tiraba de sus caderas para afirmarse bien en la intensa cogida mientras le repetía:

—Que buena estás, chica, bien culona como me gustan las hembras, me gustan estos cachetes.  Bien cachetona.

Siguió empujando desde atrás, dándole duro tirando de sus caderas para entrarle más, poniendo todo el rigor e intensidad en el bombeo, no dejaba de nalguear hasta dejarle los dedos impresos en la piel enrojecida. Desenchufó el miembro y fue a exprimir la tetotas y prodigar unos chupetones muy calientes, que también le dejaron el recuerdo de sus atenciones, volvió por atrás para seguir dándole con renovados bríos, sin pausa hasta venirse dentro de la hija.

—Sentí su rica leche dentro. Es delicioso hacerlo con la familia.

Esta última frase era toda una definición o una forma de asimilar una situación a una realidad diferente.

La situación vivida con el padre fue algo que no dejó de hacerlo, el hombre había perdido la brújula que marcaba el vínculo filial, solo se guía por el exacerbado sentido de la lujuria que la visión cuasi desnuda de Josy le alteró el sentido de la prudencia y soltó los frenos morales, solo tenía ojos para ver a una hembra, objeto de su deseo, poco importó que fuera malsano, solo podía verlos con los ojos inyectados por el deseo.  En ocasiones que Josy iba a visitar a su madre y está el padre, éste se aprovecha de verla en ropa de prosti, vestidito bien cortito y escotado más de lo prudente, se aprovecha para meter manitos y seguido comienza a acariciarle la conchita, perdiendo algún dedito dentro de la almeja, también para sacar la teta y mamársela. Conoce lo que quiere, sus gustos y lo complace hasta satisfacer los deseos cargados de malsana y perversa lujuria. Otra variante del mismo juego es cuando ella y su madre están conversando y llega el señor, saludando la abraza por detrás y le mete mano por debajo del cortísimo vestido, acaricia las nalgas.  Lo extraño se hace rutina habitual, la mamá solo sonríe al ver las manos insaciables del marido recorriendo las partes de la hija, sabe que su marido está dispuesto a montarla, deja que se la lleve al dormitorio familiar para darle duro, clavarle su verga, esta vez es más algo más tierno y le acaba con una rica enlechada.

Invitada de honor

En otra ocasión era la “invitada de honor” que le daban ocho hombres que quieren divertirse, no va sola sino con una amiga para aguantar el vendaval de polvos que los señores les van a verter dentro de sus carnes calientes. Saben que son carne para el desmadre y la orgía, no les quedará verga sin mamar ni agujero sin recibir sus leches. Una fiesta que les costará varios moretones y las consecuencias de las culeadas bien duro. Les habían anticipado, el que invitó, que están con muchas ganas de domarlas hasta dejarlas bien mansitas. Hasta hubo casamiento de prostis.  Una de las chichas del bar se casaba y ahí mismo se hizo la fiesta, fue un sábado, vestidas “en ropas de trabajo”, entiéndase casi desnuditas, algunos clientes habituales e invitados de otros bares conocidos del novio y de la novia. Está visto que la profesión tiene muchas aristas y sorpresas.

Aquí terminamos, es el penúltimo capítulo de la historia de Josy, prostituta.

Solo me resta solicitar si alguna lectora se dedica a este servicio de disfrute para nosotros los varones, que me interesaría conocer más de la temática de este servicio y comparar con las notas que tengo de mi amiga Josy, porfa estaré esperándote en [email protected], vale también para la mujer que tiene esa fantasía.

 

Lobo Feroz

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