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La amiga de mi hija en nuestro chalet de la sierra

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Ha sido un verano muy caluroso, nosotros tenemos un chalet en un pueblo de la sierra de Madrid, que tiene unas temperaturas algo más frescas que en la capital. Normalmente pasamos allí todo el verano, por lo que yo tengo montado mi estudio, soy arquitecto, en el semisótano del chalet.

Mi hija la pequeña, me comento que, si podía venir su amiga Carol a pasar unos días con nosotros, yo le dije que no había ningún problema.

Carol es una jovencita de 20 años, un par de años más joven que mi hija, morenita, de ojos verdes, una figura de muñeca, medirá como 1,60 y pesará como algo menos de 50 kg., con unos pechos de tamaño regular, calculo que podrá usar una 90 de talla, y con un culito respingón muy gracioso y atractivo. La verdad es que nunca me había fijado en ella con este detalle, pero hacia casi un año que yo no la veía, y cuando la vi este verano había dado un cambio significativo, ese cambio como de niña a mujer, digamos.

Llego por la tarde con mi hija, la saludamos con un beso y todo eso. La verdad es que al verla recorrí todo su cuerpo con mi mirada, venía con un pantaloncito muy corto y ajustado, y una camiseta blanca de tirantes pegadita a su cuerpo y escotada, se la notaba perfectamente que llevaba sujetador.

En la cena, yo estaba justo frente a ella, la verdad es que no podía dejar de mirarla el escote de su camiseta que dejaba ver discretamente una parte de sus tetas, además de mirar la cara preciosa de niña/mujer que tenía. En una de esas miradas a sus tetas y después a su cara, ella se dio cuenta y me miro con una disimulada sonrisa. Yo cambie la mirada disimulando.

La cena continuo normal, y cuando todos nos levantamos a recoger la mesa, llevando las cosas a la cocina, al entrar yo, ella estaba agachada tirando unos restos a la basura, yo al pasar la rocé con cierta intención el culito, y ella al notarlo volvió su cara y me miro sonriendo.

Yo no quise darle a aquello mayor importancia, pero la verdad sentí una leve excitación, que hizo que mi mente imaginara en unos minutos ciertas cosas, que podéis imaginar

Al rato todos se fueron a la cama, pero yo me quede en mi estudio a terminar un trabajo. La habitación de las visitas estaba también en el semisótano, junto a mi estudio de trabajo.

Cuando llevaba como media hora trabajando, sentí que alguien abría la puerta del estudio, pensé que era mi mujer, aunque no era normal, ella cuando cae en la cama ya no se despierta en toda la noche, pero me encontré a Carol que me dijo “no puedo dormir con el calor que hace, ¿te importa que vea un poco la tele en tu estudio? si no te molesta, claro”.

La dije ”no, no me molesta siéntate en el sofá, yo sigo trabajando”. Carol estaba con un pijamita de verano, de pantalón muy cortito y como una camiseta de tirantes muy ligera, pero ahora se la notaba claramente que no tenía puesto sujetador. Mis ojos la recorrieron de arriba abajo, y después la mire a la cara, ella se dio cuenta, como en la cena, y me sonrió con dulzura, diciéndome: “Me miras mucho, que pasa, ¿he cambiado mucho desde que no me veías?”, al oírla no sabía que decir, hasta me atragante al tragar la saliva, y la dije: “La verdad Carol, es que si has cambiado desde que no te veía, podíamos decir que has pasado de niña a mujer”.

La verdad es que yo estaba empezando a excitarme bastante, creo que mi pene empezó a crecer algo, yo estaba vestido con una camiseta de verano y un bañador tipo pantalón, ella me miro al bañador y dijo sonriendo “que te ocurre, te gusta mi nuevo cuerpo de mujer?”, entonces ya no pude más, me levante de mi silla y me fui hacia el sofá, me senté junto a ella, la mire a esa carita de muñeca dulce que tenía, ella no aparto su mirada de mí, siguió sonriendo, y le dije “si, me gusta tu nuevo cuerpo de mujer” pegando mis labios a los suyos para besarla, ella me aparto, diciendo “pero… espera… que pretendes….”, entonces yo creí que me había pasado y que la había “cagado”, menuda se podía armar si se lo contaba a mi hija, no sabía que decir… pero entonces sin pensarlo volví a besarla y además puse mi mano en una de sus tetas por encima de su pijama, sintiendo como su pezón estaba ya algo durito. No sabía lo que iba a pasar, pero me sorprendí cuando ella se abrazó a mi cuello y empezó a meter su lengua en mi boca, dejándose acariciar las tetas por mi mano, dejo de besarme y me dijo “sabes, tenía muchas ganas de besar a un hombre maduro como tú, y quien mejor que el padre de mi amiga… jajajaja”, me acercó otra vez sus labios a los míos y nos envolvimos en un beso apasionado, nuestras lenguas se rebuscaban dentro de nuestras bocas, nos mordíamos los labios, mi mano no dejaba de acariciar su teta, la quite de encima de su pijama, y la metí por debajo, empezando a pellizcar su pezón, y notando como se ponía ya bastante durito. Era maravilloso como besaba, sentí como un extraño escalofrío recorría mi cuerpo, casi no sabía lo que estaba pasando, pero mi polla empezó a crecer más.

Separe mi boca de la suya, y empecé a besar su cuello, a lamerla por detrás de las orejas, a mordisquearla el cuello y los hombros, sin dejar de acariciar sus tetas, apretarlas y pellizcar sus pezones, note como empezó a suspirar, su piel se empezó a erizar, y de repente note su mano como acariciaba mi paquete por encima del bañador.

La verdad no sabía qué hacer, era la amiga de mi hija, en el fondo era una cría, pero… yo ya estaba encendido y ella… creo que también lo estaba. Entonces deje de besar su cuello, le quite la camiseta del pijama, baje mi boca hasta sus tetas y empecé a besarlas y a mordisquear sus pezones, ella suspirando levemente inclino su cabeza hacia atrás dejándose hacer y sin dejar de acariciar mi paquete por encima del bañador. Notaba como se estaba calentando cada vez más, y yo también claro. Ella cogió mi camiseta como pudo y empezó a quitármela, yo la ayude y me quede solo con el bañador, ella empezó a acariciar mi pecho con su mano, mientras yo seguía metiendo los pezones de sus pequeñas tetas en mi boca notándolos cada vez más duros.

Ella se tumbó más, reclino su cabeza hacia atrás sobre el brazo del sofá, y me miro con una sonrisa pícara. Mi mano acaricio su muslo por el interior, subió despacio y se metió por debajo del pantaloncito del pijama, notando que no llevaba braguitas, mis dedos tocaron su rajita, notando la humedad que tenía, ella suspiro profundamente, y yo empecé a quitarla el pantalón del pijama, no puso impedimento al contrario me ayudo a hacerlo.

Me agache sobre ella, abrí sus piernas y empecé a besar el interior de sus muslos, sus suspiros eran más intensos, mis labios subieron por sus muslos despacio, la punta de mi lengua empezó a jugar por sus ingles, el oír sus suspiros me excitaba más, y mis labios mordisquearon su pubis totalmente depilado, ella se arqueo empujando su pubis contra mi boca, mi lengua bajo un poco rozando por primera vez su clítoris, lo que hizo que Carol lanzara un gemido de placer.

Mi lengua bajo lamiendo toda su rajita hasta llegar muy cerca del agujero de su culito, subía y bajaba la lengua, apretando un poco al pasar por el centro, penetrándola ligeramente con la punta de mi lengua, lo que hacía que ella se arqueara para apretarse más contra mi lengua, emitiendo pequeños gemidos.

Después de un rato comiéndome ese jugoso y joven coñito, me levanté, me senté en el sofá y la levanté de su postura tumbada, ella se acercó a mí, me empezó a quitar mi bañador, y mi polla ya bastante dura salto como un resorte, aunque no la tengo muy grande. Carol se agacho sobre ella, empezó a besarla despacio mientras su mano la recorría de arriba abajo, acariciándome también los huevos, yo reclinado sobre el sofá, me deje hacer, sentí como mi polla se introducía despacio en su boca, notaba la calidez de su lengua recorrer mi capullo, la verdad estaba en la gloria, su mano además seguía acariciando mis huevos, y no pude evitar un largo suspiro de placer, al oírlo ella saco mi polla de su boca y me dijo “te gusta, eh, no esperabas esto, verdad …” y siguió chupándomela durante un rato, hasta que yo casi estaba a punto de correrme, entonces la saque de su boca nos levantamos la tumbe en el suelo sobre una alfombra de verano que tenía en el estudio, me tumbe a su lado con mi cabeza junto a sus pies, ella lo entendió rápido, se subió sobre mí, y empezamos a hacer un maravilloso 69, me empezó a lamer los huevos, yo la cogí de sus caderas y acerque su coñito hacia mi boca, mi lengua se metió en su rajita, moviéndola dentro, estaba ya muy mojada, ella al sentirse follada por mi lengua introdujo mi polla entera en su boca, sintiendo como mi capullo rozaba su garganta.

Yo ya estaba a punto de correrme, pero no quería hacerlo aún, me apetecía follarla, y creo que a ella también. Entonces le dije “para…. si sigues me corro y quiero follar ese coñito caliente”.

Nos levantamos la lleve contra la pared, la abrace y la subí sobre mí, ella rodeo mi cintura con sus piernas, se abrazó a mi cuello con ansia, empezó a besarme con pasión, mientras sus tetas clavaban sus pezones duros contra mi pecho.

La situación era excitante, la forma de abrazarme y besarme indicaba el grado de calentamiento y deseo que Carol tenia, la punta de mi capullo estaba justo debajo de su coñito, yo se lo restregaba por su rajita, pero sin metérselo.

Después de un rato en esta situación, Carol dejo de besarme, me mordisqueo el cuello, se arrimó a mi oído y me susurro “hazme tuya, poséeme, follame…. Follame yaaaa”, al oír aquello me excite aún más, mis brazos dejaron caer un poco su cuerpo y mi polla se clavó entera de un golpe en su coñito, Carol lanzo un gemido de placer y empezó a moverse arriba y abajo cabalgando sobre mi polla, ayudada por mis brazos. Su excitación crecía, se notaba por la forma de moverse y la forma de besarme, claro mi excitación también estaba al máximo, no podía creer que aquello estuviera pasando.

Después de un rato abrazados, besándonos y saltando sobre mi polla, follándose cada vez más fuerte, sentí como apretaba más su boca contra mía, me abrazo más fuerte, se separó de mi boca lanzando varios gemidos seguidos y diciendo “me corrooooo…. Ahhhhh”, aquello hizo que mi polla, que estaba deseando explotar empezara a soltar 4 chorros de leche caliente dentro de su coñito, notando como alguna parte del semen se escurría de su coñito chorreando por mis huevos. La baje al suelo la tumbe sobre el sofá, yo me pajee un poco mi polla y la eche 2 chorros más de leche sobre sus tetas, ella suspirando empezó a esparcirlo con su mano, por sus tetas y sus pezones, y con la otra mano cogió mi polla llevándosela a su boca para lamer hasta la última gota de mi leche.

Me tumbe en el sofá junto a ella, abrazándola con ternura, ella me dijo “quiero que ser tuya más veces…”, mirándome con su cara de dulzura. Nos quedamos medio dormidos, y al cabo casi de 1 hora, nos levantamos, ella se fue a su cama y yo recogí el trabajo, sin terminar, y me subí a la habitación a dormir con mi mujer.

Casi no puedo explicarme como pudo pasar esto, pero sucedió. Durante la semana que estuvo con nosotros, lo volvimos a hacer otras 3 veces más. Después no la he vuelto a ver, aunque sigue siendo una de las mejores amigas de mi hija.

Si vuelve el próximo verano al chalet y pasa algo, ya os lo contaré.

Podéis enviarme vuestros comentarios.

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