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Amando a mi amiga Elena

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Elena es mi amiga desde que éramos pequeñas, ella sabe que soy lesbiana desde siempre (como todas mis amigas), ¡nunca!, he intentado nada con ella desde que se lo confesé la primera vez; porque desde el principio me dejó claro que "no tragaría", ni siquiera por probar.

En el barrio nos juntamos un grupo de chicas, somos una pandilla de universitarias muy pijas todas, en el grupo estamos dos chicas gay, Cristina y yo, Cristina es la más joven del grupo, tiene diecinueve años, yo veintidós. Una vez tuvimos una aventura las dos, pero no funcionó, tampoco nos disgustamos por ello.

Elena es muy dulce y muy dicharachera sus grandes ojos claros miran con insolencia y dulzura, ella ha tenido varios novios, ¡a cuál más déspota!, no tiene buena mano para escogerlos. Cada vez que tiene una relación quiere contarme los detalles y yo le digo "que no", que no me gustan los hombres y no quiero saber lo que hace con ellos; ¡pero lo que no le digo!, es que siento celos, tampoco le digo que la quiero, porque sé que se alejaría de mí.

Hacía tres semanas que Elena no salía con el grupo los fines de semana, tenía un nuevo novio; pero una tarde se presentó en mi casa para hablar conmigo, estaba muy seria y parecía triste. Estuvimos toda la tarde en mi cuarto hablando, se desahogó conmigo y me contó que ese chico la había convencido para hacer el amor con él y con un amigo suyo el sábado pasado, ese día ella había bebido más de la cuenta, me dijo que creía que ese chico la quería y cuando se lo propuso dijo "que si" para ver cómo él se arrepentía, ella con el alcohol se lanzó y él no se arrepintió; Elena lo pasó muy mal, no por el sexo, sino por el trato, "su chico", mayor que ella un año, ósea con veinticinco años, se mofó de ella como si fuera una puta y su amigo la penetro sin caricias, como si estuviera en un club de alterne y ella fuera una prostituta.

Yo la animé a valorarse y a beber menos alcohol y a mantener su criterio, lo hice, ¡con ganas y con insistencia!, fui muy locuaz y conseguí que se sintiera mejor.

Elena ha vuelto a salir con el grupo, pero se pega más a mí, se siente segura; ahora no bebe nada de alcohol, y se la ve feliz; cuando estamos juntas se ríe mucho con mis gracias, como nunca, ella cada vez es más dulce conmigo y yo estoy cambiando, ahora la trato con seguridad y me siento muy bien sintiéndome su protectora.

Ayer Elena me dijo de salir las dos juntas ese sábado que deseaba hablar conmigo a solas, yo le dije que lo que ella quisiera. Estuvimos en el parque, que en esta época está lleno de flores, Elena y yo nos sentamos en un banco y ella me hablo.

-Virginia estos últimos días no dejo de mirarte y pensar lo guapa que eres con ese culo tan redondito, y esos pechos tan firmes; siempre he sentido algo por ti, pero no dejé a mi cuerpo responder, y a ti te lo oculté porque no deseaba sentirme distinta y me lo negué a mí misma. Pienso que estoy confusa porque no solo es admiración lo que ahora siento por ti, ayer cuando te vi con esa minifalda tan corta noté como mi sexo se humedecía y mis mejillas se ponían ardiendo, yo nunca sentí así, no sé si es que te quiero por ser tan buena conmigo o es que soy bisexual y no lo quería reconocer; desde luego no soy lesbiana porque los hombres me gustan un montón, y quería pedirte algo; Virginia quiero probar  a "sentir" junto a otra mujer, me gustaría que me hicieras el amor para saber que siento, si no me gusta seguimos amigas, ¡vale tía!  -yo le respondí.

-Elena esto para mí no es un juego, si lo hacemos juntas quiero que no sufras con la decepción y después yo me sienta culpable amor; y aquí la guapa eres tú, ya lo sabes jajaj.

-Virginia incluso si no me gusta te querré por abrir tu cuerpo y tus sentimientos a esta indecisa y siempre te lo agradeceré amor.

-Vale Elena, lo haremos juntas, que ilusión, quiero comerte toda entera, primor.

-Cómo eres Virginia jajaj, lo intentare hacer bien, ¡vale!

-vale amor.

Esta mañana me mandó un whatsapp diciéndome que estaría sola, que sus padres este domingo viajarían a Valencia y no volverían hasta el lunes, cuánta emoción sentí en pensar que la abrazaría desnuda, a ella, a mi amor (no le confesé mi amor, por si no salía bien y yo "quedaba expuesta")

A las cinco de la tarde llamé a su puerta, Elena me abrió al instante y me miró con una sonrisa nerviosa dibujada en su bello rostro, olía a rosas, me besó en las mejillas (como siempre) estaba vestida con una bata de seda roja, con dibujos orientales bordados, parecía una geisha, "mi geisha", su pelo negro resaltaba sobre el rojo de la bata; me acompañó hasta su cuarto y al llegar dejó caer la bata al suelo mostrándome su estilizado cuerpo desnudo, "no llevaba ropa interior", miré con pasión sus piernas altas y su chocho lleno de pelos negros "como el café", y su culo "rotundo", nunca antes se desnudó delante de mí; ella lo evitaba sabiendo mi condición.

 Mi chocho se humedeció al instante, mis pezones se pusieron de punta erizados, los pelos junto a mi chocho se estaban mojando.

La eche sobre la cama con mucha dulzura, sobre unos cojines con dibujos de elfos y nomos, ¡es tan infantil un sus gustos!, ya en la cama acaricié sus pechos firmes, con sus grandes pezones rosados, los cuales mordí sin presionar fuerte, le acaricie sus mejillas mirándola a los ojos, esos ojos tan bellos, sus mejillas estaban sonrojadas y palpitantes; la besé en la boca "mordiendo sus gruesos labios" y saboreando su pintura labial, la bese más a fondo metiendo mi lengua en su cálida boca y tragando su saliva, tragué toda la saliva que pude, ella no se apartó, después con una mano acaricie su vagina, y su "cepillo de pelos negros", muy suavemente, ¡cuánto me excité!; agarré su mano y la lleve hasta mi vagina, y la deje hacer, ella acarició mis labios mayores peinando mis pelos color miel con sus dedos como palpando el grosor de la piel abultada de chocho, después introdujo un dedo en mi chocho y, ¡jugó!, con mis labios menores como si fueran su mascota.

Bajé hasta su sexo y lo chupe con mimo y despacio, ella comenzó a gemir de placer intensamente, sus gritos se escuchaban por todo el piso vacío, le metí la lengua a fondo en su vagina y dibuje círculos con ella, ¡cuánto me gustó el sabor de su tierno chocho!, la mime, la seguí acariciando con mis manos, por su vientre, por sus pechos mientras relamía su chocho, bajé la lengua y lamí su ano un momento, después seguí metiendo mi boca entera en su húmeda, cálida y sabrosa vagina "a fondo", ¡y se corrió!, con un chorro de flujo intenso, que lanzó directo a mi boca, sus líquidos salieron con fuerza; como liberándose del deseo oculto, unnn que placer, no deje que se derramara, y lamiendo lo trague casi todo, entonces me estremecí con su sabor y también me corrí, "intensamente con espasmos" que me dejaron agotada entera.

Elena quedó tendida en la cama con cara de paz y diciéndome que nunca la había querido nadie tanto.

Ahora estoy en mi casa, soñando con ella y con lo que pasó esta tarde, siento que mi mundo ha cambiado y que no todo lo que nos depara el destino tiene que ser malo; estoy pensando sobre todo en sí seguiremos este romance, pero no he querido que lo decidiese hoy, quiero que lo piense con calma; ¡¡soy tan feliz!

Virginia As   junio 2016

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