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El vecinito de Mario (2)

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Joel, como les conté en mi relato anterior, es uno de esos chicos malos a los que uno le encanta dominar. He estado culeando con el seguido, cada vez lo siento más dócil en la cama, él sabe que es una zorrita sucia por dentro que le gusta que lo maltraten en la cama.

Me llamó el domingo.

- Man, tirame la toalla que estoy jodido, no tengo celular y ando en la lama.

Mi respuesta es siempre la misma. ¿Cómo vamos a arreglar eso? ¿Que gano yo con tu problema?

- Man, tu sabes que yo te respondo. Ven a buscarme y acá hablamos.

Nos vamos a un push cercano y yo voy con mi mente sucia pensando cómo se va a ganar ese celular. Llevo un dildo, una soga y bastante KY. Mucho. Dos tarros completos. Ese culito está bien domado y su verga, recta, dura, que reacciona de una vez a mi toque, me arrecha mucho. Ya le he enseñado a culearme, pero lo que más me gusta es meterle la pinga en ese huequito tan rico.

Joel ya conoce la rutina. Esta recién bañado, oloroso, el cabello bien peinado, viene en short y sandalias.

Se acuesta bocarriba en cuero y le pido que levante las piernas, Apenas le hablo se le para el huevo, un mástil de 8 pulgadas y rectecito, una pinga joven que sabe que va a gozar.

- levanta las piernas y ábrete bien ese hueco que quiero vertelo.

-Suave, viejo, dejame relajarme.

Puedo ver sus nalgas delgadas, afiladas, su pecho con sus musculitos marcados y, sobre todo, ese agujerito trigueño sin un solo pelito, con los bordes oscuros y el centro rojito... Le agarro las piernas y se las amarro recogidas, el culo se le ve más abierto que de costumbre y él se queda tranquilito.

Comienzo lamiéndole el borde del culo con suavidad, pasándole solo el borde de la lengua por el contorno de ese culo que me ha dado tanto placer en las últimas semanas. Siento como la pinga le palpita mientras se la pajeo y comienzo a meter un dedo lubricado en su culito. Uff, que rico, caliente, con ese olorcito que me arrecha tanto, a carne joven, llena de ganas.

Le amarro los huevos, lampiños, suavemente. el solo cierra los ojos y yo veo al espejo que está en el techo como tengo este ejemplar ahí abierto.

Saco el dildo, mide como unas nueve pulgadas y está bien grueso. Lo lubrico y comienzo a meterlo suavecito, mientras escucho como Joelito se queja.

- Haz como que vayas a cagar, relajate.

_ Suave, suave, habla bajito para que no me moleste. Él sabe que me gusta que me pida que le dé pinga y que le maltrate el culo, pero eso es lo que viene después.

Saco mi celular y grabo como ese rabo va abriendo el culito y ensanchándolo, lo tengo trepado en una almohada para que se vean sus nalguitas afiladas que toco con lujuria. Veo como se abre y pongo mi celular en la mesita de noche, apuntando hacia el techo donde la imagen reflejada del espejo me deja ver todos los detalles de esta culeada.

- Ay, ay, me estas abriendo man, me tienes el hueco abierto y me duele.

- y entonces, que vas a hacer ahora pedazo de perra?

- Nada, sigue sigue sigue

Y yo sigo. El dildo entra completo, todo, hasta el fondo y cuando lo saco veo como el hueco del culo queda expandido, abierto, listo para mi verga. Y ahí se la zampo toda. Como no puede mover los brazos y las piernas la pinga se me va completa, así como estaba solo con la lubricación del dildo.

- Ah papa, ese hueco tuyo si está caliente, siento que me quemas el huevo, Uff, como se siente de rico, como esta de caliente y quiero que lo sientas bien adentro. Meto, saco, meto saco meto saco.

le doy vuelta y queda bocarriba en una posición demasiado arrechante.

Busco una toalla y lo seco, está sudando.

Cuando ya me siento mareado de darle tanta pinga el me pide que por favor lo suelte. Tiene los brazos y las piernas marcadas por la soga. Yo le he mordido las nalgas y los muslos hasta dejárselos llenos de chupetes. Las nalgas están rojas.

Lo pongo en el borde de la cama y me pajeo en su cara.

-Ahí viene la leche puta, quiero que abras bien la boca para que la saborees.

- Ah, ah, ah, dice sacando la lengüita.

El trallazo de leche le pega en una mejilla, pero luego yo le acomodo la cabeza de mi pinga en toda la boca y lo obligo a tomarse mi leche.

- Coge para tu celular y le doy unos billetitos bien planchados.

Antes de irnos me mojo un dedo en el culo y se lo meto suavecito, solo para sentir ese calorcito una vez más e irme con el olorcito al culo de Joel. Eso es paja segura de nuevo esta noche.

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