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El mejor 69

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Me llamo Lola, tengo 18 años, soy blanca, pecas en la cara y en todo el cuerpo, mido 1,60, tengo el cabello rojo, largo hasta la cintura y en esta ocasión les quiero contar acerca de mi mejor 69, el mejor que he tenido en mi vida y lo tuve con un chico mucho mayor que yo, y es también mi mejor amigo, y mucho más que eso, es mi padre, quien me adoptó hace algunos años ya.

Con respecto a él podría describir primero la parte física que más me llama la atención, su verga. Su pene es un monstruo mutante, mide alrededor de 30 cm., sus venas se le hinchan de una manera que me excita muchísimo cuando él se encuentra bellaco, la cabeza de su verga es brillante y provocativa, su color es fuera de lo común, ya que es roja y rosada igual que mi vulva, sus bolas son grandes y parecen una fábrica hirviente de semen cuando se lo mamo, tienen pocos pelos y son de color amarillito, no incomodan más bien ayudan a absorber la saliva en el momento en que se lo estoy mamando.

Todo comenzó unos tres meses atrás en una de esas mañanas en las que mi madre adoptiva se iba al trabajo muy temprano en la madrugada. Ya era costumbre para mi padre levantarse todos los días a esa hora para poder hablar conmigo sobre las cosas que habíamos hecho el día anterior, pero algo fuera de lo común sucedió una de esas madrugadas. Él me pregunto que si había tenido algún sueño caliente y casualmente había tenido un sueño húmedo, muy erótico, con un amigo que vive en Barcelona, entonces me pregunto si tenía mojada la ropa interior y le dije que sí.

Al escuchar esto se puso muy excitado y se metió conmigo debajo de las sabanas, me empezó a ver a los ojos, a respirar más fuerte y me empezó a acariciar la cabeza, me pidió que me acercara más que no me iba a hacer nada que no quisiera, pero mi instinto me decía que si me acercaba más algo iba a suceder.

De repente me preguntó: ¿Puedo probar tu flujo vaginal?, la pregunta me impactó, me dejo atontada y fuera de mí, pero como nos tenemos tanta confianza le dije: mira papá no seas tan puto, cabrón, ¡¡¡bellaco de mierda!!! (riéndome). Él empezó a tocarse ahí abajo en su pene. Ya se lo había visto algunas veces, pues cuando mi madre no está él se desnuda frente de mi para cambiarse la ropa sin problemas. Él empezó a hacerse la paja y yo aproveché para quitarme la tanga que la tenía enterrada entre mis nalgas en la raja del culo y ya me estaba molestando, pero me di cuenta que nuevamente me estaba mojando y en realidad también me estaba excitando.

Para justificar mi excitación levanté y coloqué un cd con reguetón, un ritmo súper erótico que me pone muy caliente y loca. Comencé a bailar moviendo mi culo en forma circular, de arriba a abajo frente a su rostro, y mi excitación crecía cuando sentía su mirada clavada en mi cuerpo particularmente en mi vulva que no tiene ni un pelo y cuando me excito se me pone gorda, hinchada, mojada, brillante y rosada.

Cuando la cantante gemía mi papa también gemía, yo estaba ya que no aguantaba más de lo bellaca que me sentía y le dije: "mira puto vamos a hacerlo de una vez porque si no me voy a reventar". Me puse en cuatro encima de su pecho y comencé a bailar reguetón encima de él. Le saque la verga del pantalón ya que parecía que iba a reventarle la costura. Yo estaba demasiado mojada sentía que el flujo me resbalaba entre los muslos y las nalgas, mi crica estaba completamente inundada de flujo tanto que le caía como hilos espesos de miel sobre su cara.

Comencé a ver esa gran verga apretada y brillante frente a mí y no pude aguantar las ganas de comenzar a tragármela, y comérmela, pero comencé a introducirme lentamente la cabeza. Apretando mis labios comencé a meterlo y sacarlo. Comencé a sentir como él me comía la crica al tiempo que se tragaba casi ahogándose todo mi jugo espeso, comencé a gemir desaforadamente, nunca antes había sentido algo así, ya que nunca antes había sentido un orgasmo. Era como corrientes de escalofríos que recorrían todo mi cuerpo hasta mi cabeza sintiendo al mismo tiempo como corrientazos que me dejaban atontada de placer, mis huesos temblaban de excitación, y a pesar de eso a gracias a eso no lo sé, ya me había metido su verga de 30cm completamente en mi boca llegando su punta hasta mi garganta.

Comencé a mamársela más dura subiendo y bajando llenándosela de saliva, comiéndome completa esa culebra gruesa y dura, estaba como loca lo hacía rapidísimo y me entraba hasta el esófago. Él gritaba de placer y me decía: ¡no pares, sigue, sigue nadie antes lo ha mamado así, sigue Oooohhh!!!, yo seguía mientras le restregaba sus bolas llenas de saliva de forma circular, yo seguía haciéndoselo para que se excitara más y no parara de lamerme mi crica.

Sentía como me chupaba el clítoris y de repente sentí como mi crica era succionada por su caliente boca, había introducido todo el bulto de mi vulva dentro de su boca y empezó a chuparme todo ahí abajo, seguía ahí pegado y yo no aguantaba el mareo que me provocaban un orgasmo tras otro.

De repente el muy puto empezó a follarme por el culo, pero con su larga y resbalosa lengua. Yo sentía una especie de lleno y vacío que producía cada vez que él la metía y la sacaba. Él tenía todo su rostro sudado metido dentro de mis nalgas follándome el hueco del culo con su increíble lengua mientras me agarraba mis tetas que estaban duras de la excitación. Nos comenzamos a dar más y más candela, yo se lo seguía mamando, me lo comía y él me comía hasta que vi como la vena central de su pene se hinchó descomunalmente y sus bolas empezaron a contraerse y el empezó a dar unos grititos ricos y decir cosos que no le entendía, sabía que estaba por venirse.

Empezó a gemir cada vez más duro, más duro hasta que empecé a sentir su mezcla caliente dentro de mi boca, se estaba acabando en mi garganta desbordándome toda mi boca y sin embargo yo no paraba, mezclando mi saliva con su leche. Y seguí ahí pegada mamándole la verga hasta dejársela seca succionándole todo el semen, pasándole mi lengua hasta dejárselo completamente limpio.

Luego de que esta maravillosa experiencia paso, nos metimos en la ducha y nos bañamos juntos. Desde ese entonces mi papá y yo nos hemos compenetrado más y más, seguimos haciendo locuras en las madrugadas y todas siguen siendo excitantes, y lo mejor de todo es que siguen pasando porque son reales.

(8,90)