Nuevos relatos publicados: 13

Aquella noche con mi tía...

  • 6
  • 52.775
  • 8,91 (67 Val.)
  • 2

Hace 4 años tuve relaciones sexuales con mi tía, ha sido la única vez, por el momento…

Esta historia tiene un poco de morbo, porque cuando pasó, fue en casa de mi madre, mientras ella estaba dormida en otra recámara. Todo empezó una tarde que estaba en casa, me llamaron mi tía y mi madre diciéndome que pasara a visitarlas, que estaban tomando y que sí quería ir. Lo pensé un poco, pero finalmente me animé. Cuando llegué ya estaban un poco pasadas de copas, me pareció ciertamente normal y solo me acoplaba a la plática, hasta ahí todo pasaba normal.

Al paso de las horas y al calor de las copas, mi madre ya estaba muy cansada y se terminó yendo a su cuarto a dormir, yo me quedé platicando con mi tía en la sala mientras seguíamos tomando, después de un rato decidí irme a la otra habitación a dormir porque ya era algo tarde, me sentía cansado y no tenía las mejores condiciones para manejar de regreso a casa, le dije a mi tía que iría a dormir y ella me dijo que se quedaría en la sala un rato más antes de irse a su casa.

Hasta ahí las cosas seguían normal, hasta que sentí una presencia en el cuarto, abrí los ojos y era mi tía que estaba parada en la puerta, le pregunté que si todo estaba bien y me dijo que sólo entraba a despedirse, se sentó en la cama mientras yo seguía acostado y empezó a acariciar mi cara, me dijo que me quería mucho y que siempre había sido muy especial para ella (eso me lo dice desde que tengo memoria), sólo que esta vez notaba una mirada diferente en su rostro, en ese momento me empecé a excitar y sentía una erección que traté de disimular, comenzó a acercarse a mi hasta que me terminó besando en los labios. En ese momento lo único que se me ocurrió fue continuar el beso, pero yo ya estaba muy caliente, empecé a acariciar sus piernas, la tomaba de la cintura y acariciaba sus senos, en algún momento me quitó la mano y me dijo que me detuviera, que solo había sido un beso, le dije que no me podía dejar así y la seguí besando, puso un poco de resistencia, pero me besaba con la misma pasión que yo lo hacía, tocaba su vagina por encima del pantalón y sentía su calor, sabía que estaba igual de excitada que yo, poco a poco empecé a desabrochar su pantalón y ella insistía en que no debíamos hacerlo, insistía, pero al mismo tiempo disfrutaba mis caricias.

No me pude contener más y la siguiente escena fue que me levanté de la cama, la volteé de tal manera que quedara de espaldas a mí, le bajé el pantalón con todo y ropa interior hasta debajo de las rodillas y ahí fue, cuando por primera vez, vi su enorme culo a mi entera disposición, lo suficientemente lubricado para penetrarla, comencé a acariciarla y a meter mis dedos, en ese momento ya no existía resistencia alguna, sólo escuchaba sus gemidos, empecé a acercar mi pene, y no sé si era por los nervios, el momento, lo prohibido, pero me sentía muy nervioso, mi pene no entraba a un agujero ni a otro, hasta que recuerdo lo más sublime cuando pasó su mano por debajo, tomó mi pene son su mano y ella misma lo introdujo en su vagina. Tuvimos sexo parados, pero ella totalmente recargada de la cintura para arriba en la cama, recuerdo que por el acto la cama terminó de lado, era un sueño porque veía como rebotaban sus enormes nalgas, incluso le di algunas nalgadas y solo escuchaba como las disfrutaba, cuando sentí que estaba a punto de terminar le pregunté que si podía terminar adentro y me dijo que lo hiciera afuera mejor, seguí sus indicaciones y le llené las nalgas de semen mientras ella se quedó acostada boca abajo en la cama. Busqué con qué limpiarla y lo primero que encontré fue un tapete pequeño en el suelo, lo recogí y le quité cualquier residuo, ella seguía con el pantalón abajo. Me acosté encima de ella y me dijo muy suavemente que lo había disfrutado mucho, pero que habíamos decidido un mal lugar para hacerlo. Le dije que ya no importaba, que ya estaba hecho y que lo había disfrutado de la misma manera.

Después de eso regresamos a la sala, nos quedamos un rato sentados sin hablar del tema y hablando de otras cosas, hasta que me dijo que ahora sí ya se iría a su casa a descansar, la acompañé a la puerta y me despedí con un beso igual de rico que cuando ella se sentó en la cama. Le pregunté que si lo volveríamos a repetir y lo único que me dijo fue que ya lo veríamos con el tiempo.

A partir de ahí pasó mucho tiempo de volver a verla, de repente platicábamos, pero evadía el tema, entendí que quizá solo había sido una única ocasión y que debíamos dejarlo en eso. Sin embargo no ha habido un día en que no quiera repetirlo, ya hemos convivido en otras ocasiones, pero nunca se han dado las mismas circunstancias en que quedemos solos, nada más en una ocasión hace 3 o 4 meses, estábamos de nuevo en casa de mi mamá, ella fue al baño y me quedé otra vez solo con mi tía, la volteé a ver, la mire a los ojos, le vi los labios y me respondió con una sonrisa pícara, rodeé su cintura con mi brazo y metí mi mano por debajo de su pantalón y ropa interior, 4 años después volví a tocar sus nalgas deliciosas, esas que desde una etapa adolescente las saboreaba en cada momento, las mismas nalgas que vi rebotar y las mismas nalgas que le llené de semen.

Cuando escuché que mi mamá estaba por salir del baño quité la mano inmediatamente, se incorporó de nuevo en el sillón como si nada hubiera sucedido y a los 15 minutos me fui.

Es intermitente el verla, pero cada vez que sucede existe cierta tensión sexual, sé dentro de mí que volverá a suceder, no sé cuándo, pero sé que será igual o mejor…

Esta historia es totalmente real, he leído muchos relatos acerca del tema, pero la mayoría me parecen lo más falso del mundo, muchas son historias similares y nada más cambian los nombres y/o circunstancias, pero esto vaya que fue real. Cuando sucedió yo tenía 26 años y mi tía 43.

Ahora mismo estoy muy cerca de tener relaciones con otra tía, sólo que en este caso es algo mucho más trabajado, mucho más hablado y lo único que hace falta es el encuentro, pero me ha compartido fotos y estoy seguro que tendrá igual o más morbo. En este caso, de esta tía, no es directamente de sangre, más bien política, es la ex esposa de mi tío, pero nunca perdimos contacto. Esa será otro relato…

(8,91)