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La Fábrica 11

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Hola de nuevo.

Pasados unos días luego del regreso y ya envueltos nuevamente en el andamiaje del trabajo, y por lo visto con novia nueva ya que Silvia dejó a su novio y quiso seguir viéndome a lo que no puse ningún, pero. Después de un par de semanas de tranquilidad, una noche me llama mi socio para decirme que su mujer lo estaba abandonando, según parece porque se iba con otro tipo. Ahí me contó que él no es tan bueno en la cama, que vive muy estresado y que seguramente algún compañero de su mujer supo aprovecharse de la situación. Le dije que se calmara y que se tomara unos días en el laburo para ver como encaraba esta etapa que si te agarra mal parado puede ser muy jodida. 

A la semana aparece todo sonriente y me dice que no lo voy a creer pero que un día que había estado fuera y no quiso entrar, se le acercó la vecina de enfrente, María, bajita, con tetas acordes a su cuerpo, linda cara, ojos verdes claros, pelo ondulado, linda de cuerpo, pero con soberano culo, que ella siempre hacía resaltar con minifaldas o jeans pintados al mismo. Se pusieron a charlar y terminaron saliendo a comer y luego ella se quedó a dormir en casa de él. 

Mientras me contaba esto yo lo veía súper animado así que me alegré, y pensé que esto sería bueno para olvidar lo que le ocurrió con su ex. Así las cosas, siguieron su rumbo, y resulta que Nora también se pelea con el novio, parece que las cosas no fueron lo mismo luego de nuestros días en Paysandú. Y ahí comienza lo bueno para mí...

María claramente era una trepadora, vio la chance de levantarse a uno de los dueños de un negocio y no la dejó pasar, ya que de lejos te dabas cuenta que era tremendo putón. Por otro lado, Nora andaba muy pendiente de mi socio y eso a María no le caía nada bien ya que pensaba que eso la podía dejar fuera de competencia, así que una tarde me llama para hablar a solas y me plantea 

- Peter, yo sé que sos un mujeriego sin remedio así que te propongo algo.

- María, que concepto malo tenés de mí, jajaja, ¿qué pasa?

- mirá, me preocupa que Nora ande tan apegada a tu socio, me entendés?

- claro, pero siempre se llevaron muy bien, no te persigas.

- bueno, según la veo me parece que se lo quiere levantar.

- vos tenés miedo de perder la gallinita de los huevos de oro, ¿verdad?

- no sé a qué te referís.

- dale, crees que no me doy cuenta por donde viene tu juego? si te digo puta, las estaría insultando a ellas, decime que querés y no des más vueltas.

- bien, quiero que me la saques de encima y a cambio puedo hacer que te cojas a todas las que quieras de acá adentro.

- sí? ¿tenés ese poder?

- crees que no?

- jaja, interesante propuesta, lo voy a pensar.

En eso ella se va y quedamos con mi socio charlando y le digo lo que pienso, que la mina esta está tratando de agarrarlo para aprovecharse de su estado y vivir de él. Decir que se enojó es poco, me dijo de todo, que yo solo veo a las minas solo para una cosa hasta que no quiero a nadie y no me gusta verlo feliz. Y lo peor de todo, o no, es que se lo contó a su nueva enamorada, por lo que está al día siguiente me buscó para decirme lo mal que había quedado su enamorado al hablar conmigo. Ahí la miré y le dije que aceptaba la propuesta, después de todo si él quería ser cornudo yo no era quien para hacerlo cambiar de parecer...

- bueno María, acepto tu propuesta entonces, y la primera que quiero en mi cama es a vos

- qué? yo no iba en la negociación.

- cómo no? dijiste a las que quiera de acá adentro, y vos estás acá adentro.

- no seas miserable, dejame fuera.

- negativo, es más, si aceptás mañana mismo te liberás de la competencia, pensalo.

Y cuando me iba me frenó y me dijo:

- dale, ver para creer.

- espero que cumplas con tu parte.

Y me fui.

Al rato vuelvo y le digo a mi socio que quiero que hablemos de trabajo, también llamo a Nora y le pido a María que se quede, cuantos más seamos mejor para pulir la idea que se me ocurrió. Propongo generar nueva clientela y para eso utilizar una camioneta durante cuatro horas por las mañanas llevando a Nora debidamente entrenada para visitar nuevos puntos de venta para que quieran trabajar con nosotros. María sonreía, y agrego, la cosa sería así, de 8 a 12 hacemos clientes, de 12 a 16 nos quedamos en la fábrica y nos retiramos a esa hora. Mi socio de 8 a 12 estaría en la fábrica, de 12 a 16 estaría libre, y como María vive enfrente le vendría bien para estar juntos, y luego vuelve a las 16 para quedarse hasta las 20 que es la hora de cierre. No hay que decir la cara de felicidad de su nueva compañera, además que Nora veía todo como una clara posibilidad de ascenso y mi socio se alegró porque mi propuesta le pareció excelente incluso por como tuve en cuenta los horarios para que ellos pudieran estar juntos durante el día. Lo pondríamos en práctica al otro día para ir viendo sobre la marcha detalles a pulir.

Cuando me retiraba, Nora me agradeció por pensar en ella y me dijo que le gustaría hacerme una visita cuando yo estuviera libre, y María me contó que al otro día a eso de las 17 horas debía ir al médico, que yo tratara de no tener compromiso, así arreglábamos unos detalles…Ja, detalles…

Arranca un nuevo día con nueva tarea, ¡todo por unas conchas para la colección!! Y todo fue bien, y quedamos muy satisfechos como para seguir con la idea. Cuando estoy saliendo oigo a mi socio hablar con María por su ida al médico y que se fuera en taxi que se lo pedía él. Por lo visto iba a tener que ir hasta su sociedad médica a esperarla para no levantar sospechas. Al rato llega y me avisa al celular para que le diga donde estoy estacionado, se sube a la camioneta y arrancamos para mi casa. En el camino me confirma lo que yo pienso de ella ya que no hay por qué mentirse en la situación que nos encontrábamos. En casa fue todo locura, desvestirla daba pena ya que llevaba una camisa con dos botones desabrochados mostrando su sujetador blanco y una minifalda muy corta y muy justa, pero con medias para que su noviecito no se pusiera tan celoso, en sus pies unas botas de taco muy alto lo que la hacía ver como una verdadera puta, pero de alto vuelo. Acompañaba todo con un maquillaje como para una fiesta, la fiesta que íbamos a tener en instantes nada más.

La desnudé dejando toda su ropa sobre un escritorio y la mía tirada en el suelo, la besaba y acariciaba y ella mostraba que le gustaba lo que iba ocurriendo. La puse sobre la cama boca arriba con las piernas bien abiertas para comenzar con mi ritual de una buena comida de concha. Ella gozaba con mi lengua, se movía y gemía fuerte, se agarraba a las sábanas y resoplaba, y yo me sentía en mi salsa, me encantaba comer conchas, aún me sigue gustando mucho, y más al ver el efecto que eso produce en tu amante. Lamí y lamí hasta empezar a sentir que todo se mojaba y salía de su cuerpo y ella apretaba mi cabeza con manos y piernas mientras me avisaba que si seguía iba a tener que tomarme lo que se venía. Y yo seguí, y la mordisqueé un poquito el clítoris lo que la hizo doblarse en un grito de placer mientras expulsaba sus líquidos en mi boca que los recibía con mucho gusto. Metí más la lengua y seguí chupando toda la zona hasta que no salió más líquido lechoso. Abrí una lata de cerveza y tomé un poco para luego besarla metiendo ahora mi lengua hasta el fondo de su boca que la recibía voraz. Nos pusimos en 69 y nos chupamos los dos por un rato hasta que mi verga latía para reventar y me pidió que así de gorda se la metiera en la cola ya que la de su novio si bien era más larga también era más fina y no la sentía tanto como a ella le gustaba. Sin más que decir, la puse en cuatro y previa lubricación de su esfínter le fui mandando la pija así de gorda y dura como estaba hasta que mis huevos chocaron con sus nalgas que ella misma abría con sus manos. Su cara expresaba placer, mucho placer, y yo me sentía en las nubes, así que empecé a entrar y salir en forma constante y a buen ritmo gozando los dos de una buena cogida anal. Luego de un rato le pedí cambiar y acostándose boca arriba le metí todo en la concha que ya estaba muy mojada nuevamente, y le di muy fuerte hasta que volvía a terminar entre risas y comentarios del cornudito.

Así estuvimos bastante rato cambiando de posiciones hasta que no podía aguantar más y pregunté donde le gustaría mi primera acabada a lo que sonriendo me dijo que la quería tragar toda. Uf, no fue nada fácil controlarme para salir de esa concha caliente y absorbente para llegar a su boca que recibió todo lo que me salía de la pija, y nada se desperdiciaba, todo fue para dentro suyo, tragó y tragó hasta mostrarme lo limpita que le había quedado la boquita. No me resistí y la besé con mucha pasión y ella hervía más aún.  Tomamos la cerveza que quedaba en la lata, se dio una ducha y volvió a maquillarse y vestirse quedando ante mi nuevamente esa diosa a la que con gusto volvería a cogerme si tuviéramos más tiempo. Encendimos los celulares y mi socio la había llamado varias veces así que le envió un mensaje avisando que estaba rumbo a la casa y llegaría en breve, y mi celu tenía llamadas de Silvia y de Nora, la primera para ver que hacíamos luego y la segunda no me dejó dicho el motivo.

Casi entiendo a mi socio ya que me costó dejarla ir, la verdad que era súper seductora y tenía muy linda charla, pero era la mujer de otro y no daba para armar más quilombo así que llamamos un taxi y mientras esperábamos no dejamos de besarnos y pensar en cómo y cuándo sería el próximo encuentro.

Una vez solo, me senté a pensar en los líos que me veía envuelto por cuestiones de polleras, ¡y en los que me vería más adelante!! 

Continuará…

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