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Un día en la playa

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Vamos en el coche sin rumbo. El destino es lo de menos, solo necesito tu compañía y un lugar solitario.

Hablamos vanidades, sabiendo lo que realmente pasa por la cabeza del otro y la necesidad de realizarlo.

Al final nos decidimos por un camino que conduce a una playa solitaria entre acantilados.

Por dentro me deshago en ganas, viendo en final del trayecto y el inicio de un encuentro tan ansiado.

Es de noche, esta oscuro y solitario.

Aprovecho esta circunstancia y tu concentración en la conducción para sorprenderte.

Llevo una mano bajo tu pantalón.

Me miras queriendo reprenderme, pero la sorpresa y el gusto que sientes son mayores que todo lo demás.

Desabrocho el cinturón.me inclino hacia tu lado y me llevo tu polla a la boca.

¿Por qué esperar más?

Tu atención ahora se vuelca más en cogerme del pelo y marcar el ritmo con que mi boca sube y baja que en la propia conducción.

Deseas que el camino no tenga final, pero yo tengo otros planes para ti.

Dejo momentáneamente el placer del húmedo calor de mi boca.

Intentas guardarla bajo los pantalones de nuevo, pero con una mano te lo impido, me excita mucho el contemplarla.

Desabrocho mi pantalón y lo bajo hasta las rodillas.

Llevo un par de dedos a tu boca.

Te obligo a lamerlos.

Cuando están lo suficientemente húmedos los introduzco en mi coño, me sobresalto sutilmente.

Atisbo el final del camino. Las piernas me tiemblan de la emoción.

Nos vestimos y bajamos del coche. Cogemos una toalla y nos dirigimos a la playa.

Coloco la toalla en el primer lugar blando que encuentro. Te desnudo con toda la rapidez de la que soy capaz.

Te dejo tumbado en la toalla, yo me coloco de pie enfrente de ti.

Me desnudo poco a poco, alargando el momento y obligándote a intuir las curvas de mi cuerpo.

Te levantas. Con un dedo sigues la línea de mi espalada hasta llegar a mi culo. Me aprietas contra ti.

Me tumbas suavemente. El batir de las olas marca el ritmo con que me embistes. Ardo en deseos de que lo hagas con más rapidez y más hondo.

Arqueo la espalda ayudándote para que te muevas con más rapidez.

Entrelazo tu cintura con mis piernas obligándote a llegar lo más a dentro posible.

Aprovechándome de esta postura consigo darte la vuelta y ser yo la que este encima dominando.

El viento roza mi espalda haciendo que sienta frío. Los pezones se me ponen más duros y te follo sin descanso para entrar en calor.

Me gusta. El viento me desconcentra de mi objetivo. Por momentos paro de follarte.

Me abofeteas para que me porte bien y te satisfaga.

Obedezco.

Me sacas de encima de ti para ponerme a cuatro patas.

Quieres tenerme sumisa por completo.

Metes la polla de golpe. Soy tu sumisa ya.

El golpeteo de tus huevos en mi clítoris cada vez que la metes me excita enormemente.

Me apoyo sobre una mano para poder pellizcarme los pezones.

Verme tan excitada hace que tú te excites más.

Inevitablemente los dos nos corremos de gozo.

Al momento oímos voces cerca.

Es gente que viene a pescar.

Dejamos todo tirado y corremos hacia el agua.

Esta fría, vuelvo a tener los pezones muy duros y estar muy mojada.

Aprovecho tu desconcierto y la preocupación que tienes por quien ha llegado para masturbarme debajo del agua.

No puedes verme y soy libre de hacerlo.

Prontamente los jadeos y los movimientos cada vez más frenéticos me delatan.

Sabes lo que estoy haciendo. Me dejas seguir. El oírme masturbarme te excita.

Tú también te empiezas a masturbar, lo noto.

Me acerco a ti para pararte. Quiero ser yo quien lo haga.

Te acerco a la orilla, intuyes lo que quiero.

Me arrodillo para poder chupártela de nuevo. No esperaba esto, pero hay que aprovechar ya que te dejas.

Cuando al fin la noto bien dura en mi boca te llevo de nuevo hacia dentro del agua.

Doy un salto, me agarro a tu cintura con los pies. Con las manos te rodeo el cuello.

Muevo las caderas acompasándome a tus movimientos.

Me encanta esta postura y a ti también. Puedes meterme la polla hasta la base y eso me vuelve loca.

Me muevo cada vez con más desmesuradas ganas.

Quiero correrme de nuevo.

Una de esas veces que me la metes hasta el fondo, lo hago.

A pesar de que el agua nos cubre notas el calor de mi coño húmedo. Sabes que me he corrido y quieres hacerlo tú.

Me bajas y te pones enfrente de mí.

Masturbas la punta de tu polla, me obligas a mirar y cuando me doy cuenta tengo la cara bañada con un líquido blanco y caliente.

Quiero probar como sabe, asique acerco la lengua a la punta y chupo.

Me agrada el sabor… quiero más.

(9,20)