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Se lo he chupado a la mujer de mi lector

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Hace unos días viví una experiencia muy bonita y muy intensa, después de publicar mi último relato recibí bastantes correos electrónicos de lectores y de lectoras diciéndome cuánto les había gustado mi relato; la mayoría muy amables.

Algunas mujeres me contaron "con detalles" como se excitaron con mis experiencias en el relato, y eso me puso húmeda, saber que mis palabras habían calentado bastantes chochos, ¡me volvió loca de contenta jajaj!

También me excito lo que me dijeron algunos hombres, que se empalmaron leyéndome, jajaj que bien, eso también me excito, aunque soy lesbiana saber que "levanté pasiones" me encantó.

Nunca me cierro a sentir y a experimentar sensaciones.

De entre todas las personas que me mandaron un correo, hubo un chico especial, me trató con mucho cariño desde el principio; ese era "mi lector".

Le llamaré (Ulises) en el relato, no es su nombre verdadero, pero he prometido guardar su anonimato.

Ulises me escribió un correo detallándome cuánto le había gustado mi último relato; me dijo que se excitó mucho con su lectura.

También lo leyó su mujer y le encanto (dice que leen erotismo juntos); que se puso muy excitada, y con "el coño empapado" cuando lo leyó; porque sintió "como si los arreglos de chochos" que hago en el relato, se los estuviera haciendo a ella, y que al final se corrió.

Yo le respondí dándole las gracias por sus palabras y diciéndole que también me excite al leer su correo; que saber que mis palabras, corrieron a su mujer me puso a cien.

En el siguiente correo Ulises me dijo que su esposa deseaba que yo la viera desnuda en unas fotos que se hizo para mí, me contó que ella se siente un poco bisexual, pero nunca ha estado con ninguna mujer.

Contesté que sería un placer verla desnuda, que me daba mucho morbo que me mandaran un chocho por correo, le dije que yo me excitaría y me tocaría viéndola.

Llegaron las fotos, bueno "que belleza de mujer" (unos treinta y cinco años y muy bella), "una mujerona", ¡de bandera!

Posaba en las fotografías en diversas posturas y poses, ¡era fantástica!, su cuerpo precioso su culo "un sueño", su chocho un manjar sabroso y "grande"; me fui excitando al mismo tiempo que las miraba, "con ojos de búho", y mi chocho se humedeció bastante; a la vez que mi boca se hizo agua.

Contesté que me había maravillado verla desnuda.

Le prometí que esas fotos solo las vería yo, y al mes las borraría, por respeto (también porque sólo me "tocó" unas cuantas veces viendo algún bombón).

Pasaron cinco días intercambiando correos, y hablando de relatos, de erotismo y de gustos. Él me contó muchas experiencias con su esposa, que me fascinaron, eran muy liberales cuando hacían el amor, yo también le desvelé algunos secretos a Ulises; me abrí a él jajaja.

El otro día, al abrir el correo encontré el siguiente mensaje de Ulises:

—Virginia, simpática; quería hablarte de algo que hemos pensado y hablado mi mujer y yo estos días.

Lo primero decirte que después de que vieras su coño y sus tetas en las fotos, y me dijeras que te gustaron y que te "tocaste", ella leyó ese correo y se excito mucho.

Ese día hicimos el amor, y mi mujer me devoró como nunca, se atraganto con mi polla dos veces por tragársela entera, y al follar tuvo varios orgasmos.

Y hemos pensado que nos gustaría conocerte, para tomar algo y charlar, tu conversación nos excita y nos atrae conocerte en persona, y saber cómo eres, ya que no has querido mostrarnos tu rostro.

Tú ya nos conoces por las fotos y quizás si hay buen ambiente entre los tres y tú le gustas a mi esposa y ella a ti, "en persona", podíamos hacer "un trío", como sé que eres lesbiana yo podía ser solo "un mirón".

Nunca hemos hecho un trio con nadie, ni hombre ni mujer, ni nos hemos engañado, "que sepamos", pero desearíamos intentar probar contigo.

Virginia, solo es un encuentro amistoso lo que te propongo, lo demás ya se verá, ¿Qué contestas?, ¿te atrae la idea?

P.D. como vivimos en localidades cercanas tú dices donde quieras que nos veamos; pero nos gustaría que el encuentro fuera en nuestra casa.

Yo tarde "dos días" en contestar a Ulises, en esos dos días me reenvió el correo "tres veces". Después de masturbarme dos veces pensando en esa idea le contesté así:

—Ulises cielo, he decidido que sí, que quiero conoceros y "quien sabe"; dime la dirección y el sábado, si os parece bien estaré allí sobre las once de la mañana.

Me respondió al instante con la dirección completa, incluso me mandó un dibujo detallado (a modo de plano), y al final del correo me dijo:

—Virginia el sábado a las once te estaremos esperando ansiosos, ahora tengo el corazón a cien por hora, deseo mucho verte y mi mujer también; besos de los dos, de venus y de Ulises (Venus no es el nombre de su mujer, pero dejo oculto el verdadero).

El sábado a primera hora me desperté ilusionada, me duché, me puse mi lencería más mona y una minifalda a cuadros, haciendo juego con mi blusa de flores estampadas (sé que con veinte años más que cumplidos no me pega la minifalda a cuadros, pero me encanta, "soy muy pija").

Me perfumé como "un putón" jajaja y salí a la calle. Cogí un taxi que me llevó a la estación de autobuses, allí me subí a un autobús hasta la localidad de "mi lector", a escasos cincuenta kilómetros de mi casa.

Encontré enseguida el domicilio, es un bloque de pisos muy moderno y muy céntrico, subí en el ascensor hasta su piso, cuando salí del cubículo del ascensor me quedé quieta en la puerta de su piso. No estaba segura de llamar, tuve algo de miedo a lo desconocido, ¡yo nunca había hecho un trio tampoco!

No hizo falta que llamara a la puerta, vi un ojo moverse detrás de la mirilla; "como una cotilla desconocida, que me inspeccionaba" jaja, al momento se abrió la puerta y salió Ulises, se me acercó muy amable y me dio dos besos, olía a limpio y a jabón de afeitar.

Junto a él estaba Venus, su mujer; "una mujerona", que barbaridad de tía, su culo es grande sus pechos también, tiene una cintura elegante, sus movimientos son de un felino, más alta que yo, y con unos muslos "de mearse el chocho abajo, de gusto".

Con el tamaño de esa mujer, seguro que su coño era dos veces más grande que el mío (que lo tengo carnoso, pero de tamaño, "moderado", como yo; que soy pequeñita)

Ella me besó en las mejillas de forma muy sensual, acercando el beso a la comisura de mis labios, olía a perfume caro, entonces me miró con deseo y me dijo:

—Qué bonita vienes, para tener veinte años vistes muy juvenil.

—Bueno, casi veintiuno ya, los cumplo en dos meses, y me gusta vestir así.     

Entré junto a ellos hasta un salón muy espacioso; estaba decorado en un estilo oriental muy bonito. Nos sentamos en unos sofás muy cómodos, entonces Venus me dijo:

—Virginia qué quieres tomar de aperitivo, ¿cerveza, refresco?, u otra cosa.

—Refresco de limón si tiene usted señora.

—No me digas señora no soy tan mayor, ¿verdad?

—¡Por supuesto que no!, tienes una figura estupenda.

—Gracias jovencita.

Yo tomé refresco y ellos cerveza, estuvieron muy simpáticos, y se cruzaron miradas cómplices entre sí; mientras hablábamos de todo y de nada; de la vida.

Después salieron los dos de la habitación, y volvieron a los pocos minutos, entonces Ulises me dijo:

—Virginia eres preciosa con esa piel clarita y ese culo tan firme y sobre todo por tu simpatía que te hace especial. Hemos decidido proponerle hacer un trio, mi mujer quiere cumplir su fantasía, de hacer el amor con otra mujer, pero solo se atreve si también participo yo. Yo lo deseo también así, si tú también lo deseas y aceptas que yo participe, pues ya está. ¿Qué dices Virginia?, ¿te hemos caído tan bien como para eso?, ¿me dejarías participar?

Entonces pensé "para mí" antes de contestar, ¡este tío me ha traído aquí para follarme delante de su mujer!, y eso no es "mirar", le pondré "el freno" con mis condiciones también, pero no le diré que no, ¡como dejo yo de chuparle el chocho a este monumento de mujer! Entonces le respondí:

—Ulises habéis sido muy amables conmigo, pero aceptaré hacer el trio si "tu" sólo me tocas sin penetración. Nunca me ha penetrado un hombre y no voy a "tragar"; dijiste solo mirar, concederé solo que me toques, ahora vosotros decidís.

Me quedé esperando algo tensa, ellos sólo se miraron, y admitieron entre sí, moviendo la cabeza, después dijo Ulises:

—Virginia primor, me has cortado el rollo, ¡pero más vale eso que nada!; ¿podré usar la lengua?

—¡Vale tío!, ¡te lo admito como animal de compañía! -jajaj reí con ganas, ellos también.

Pusieron de comer una paella valenciana que estaba para chuparse los dedos, y de postre helado. Ellos tomaron en la sobremesa una copita de ron, yo otro helado jaja soy una golosa, ¡y los tres para el dormitorio!

Antes de entrar en el dormitorio me duché y me perfumé con una colonia de Venus que olía a rosas, después dejé mis braguitas en un cesto y me vestí otra vez con mi falda y mi blusa (no quería hacer una entrada triunfal, desnuda como una puta barata).

Al entrar también ellos estaban vestidos, Venus me dijo que todo esto era nuevo para ellos.

Me eché en la cama mientras ellos seguían de pie; haciéndome yo la dueña de la situación.

Alcé una pierna y lance uno de mis zapatos contra la pared del fondo, Ulises dio un suspiro al ver mi precioso chochito "recientemente rasurado entero", para el verano, con mis labios internos asomando por la excitación, entonces le dije a Venus:

 —Ven mujer, que no soy una fiera.

Se sentó al filo de la cama junto a mí; entonces metí una mano bajo su blusa y, ¡le agarré una teta!, y palpé que era grande y firme, no llevaba sostén; ella dio un suspiro y metió también una mano bajo mi falda a cuadros y acarició mi chocho que estaba empapado y "con la lengua afuera" jaja.

Sus dedos cálidos y grandes "de mujerona" rozaban con sus uñas constantemente mi coño, ¡muy suave!, metiendo a la vez un solo dedo "en mi culo" y arañando el ojete, "sudábamos las dos".

Se acercó a mi boca, y la mordió, atrapando mis labios con sus dientes, como si yo fuera un manjar, y mirándome a los ojos con una mirada de animal.

Ulises se situó tumbado junto a mi espalda, quedando yo en la misma posición, pero mirando a la derecha, de donde estaba su mujer sentada.

El me quitó la blusa, desabrochando los botones despacio; después también me quitó la falda, por los pies; y desnudándose pegó su cuerpo al mío, a lo largo. Sus manos apretaron mis pechos con "hambre".

Me dolía sentir sus dedos comprimiendo mis tetas, también noté su pene duro "pegado a mis nalgas" sin "ahondar"; me zafé de él y ayudé a desnudarse a su mujer, luego ella se echó en la cama.

La cogí por los tobillos y le abrí las piernas, metiendo la cabeza entre ellas y buscando su coño, "medio kilo pesaría aquel gran bollo", tenía pelos en el pubis, color castaño, muy parejos, pero los labios mayores estaban rasurados.

¡Metí mi boca buscando su ostra!, y la encontré, su ostra rica eran sus labios menores "hinchados y grandes" yo los absorbí los dos a la vez, atrapándolos junto a mi lengua, la cual jugó con ellos.

Noté al mismo tiempo la lengua de Ulises por mi trasero, ¡muy suave!, lamió los dos cachetes, después resbaló por dentro de la raja de mi culo.

Esa lengua fue impetuosa, "Ulises se empleó a fondo", su lengua penetró mi ojete, y me estremecí, ¡apreté los dientes sobre el coño de su mujer!, al sentir yo cómo la lengua de él, ¡se introducía entera en el interior de mi virgen ano!, el cual para sorpresa mía estaba dilatado y abierto, liso para recibir aquella lengua en su interior ufff.

Alcé las manos y agarré las tetas de Venus, ¡las dos a la vez!, y las apreté; ¡notando como se salían sus gordos pezones entre mis dedos!

¡Parecíamos una procesionaria, de orugas en fila los tres!, uno detrás de otro, con su mujer a la cabeza.

Ella golpeaba sus pies contra mi espalda, mientras yo, ¡devoraba su gran coño!, con mi pequeña boquita de lesbiana pija.

Ulises "inflo" los labios menores de mi chocho a sorbetones, dejándolos rojos y dilatados; después acercó su pene a mis cachetes y lo resbaló por ellos, acercó su boca a mi oído y me dijo entre jadeos:

—Virginia por favor, ¡déjame metértela!

—¡No!, sólo roza la entrada.

Él suspiró y comenzó a dar brochazos con su polla a todo lo largo de mi carnoso bollo, ¡rozándome los labios internos con su pene!, un pene que de tan duro como estaba yo lo sentía como mi linterna de "consolaciones", ¡Aagggg!, suspiré.

Venus se levantó y se puso de "vagón de cola", de ese tren de la pasión; ¡agarrando en su boca la breva gorda que eran los huevos de Ulises!, el cual dio un suspiro en mi cogote.

Al poco, nos movimos por la cama los tres, "calientes", "desenfrenados" y crecidos por la novedad de hacer un trio.

Algo cambio dentro de mí, en ese juego, porque al ver el pene tieso como un martillo de Ulises desee chuparlo.

Venus jugaba con los testículos de Ulises en su boca como si fueran bolas de un rico helado, yo acerqué mi boca y atrapé el glande gordo de Ulises y me embriagué con ese sabor, ¡lo mordí!, entonces Ulises dijo:

—¡Virginia!, qué placer, joder; ¡ya no lo esperaba!, trágatela entera por piedad que me estas volviendo loco.

Seguí jugando con la bola reventona en que se había convertido su glande, mientras veía como Venus absorbía y tragaba sus huevos; como si se los quisiera cercenar; al mismo tiempo que me miraba a los ojos "de cerca".

Sentí deseos de tragarme aquel martillo de poder, que ya no me resultaba desagradable, ¡quería devorar esa polla!, con las venas tan marcadas como el tronco de un olivo.

Comencé a tragarme su polla, mi lengua la palpaba por debajo, mientras su glande se apretaba contra mi paladar; ¡empujé mi boca hacia adelante!, ¡hincando aquel miembro duro y retorcido contra mi campanilla!, no me atraganté y "como una puta" empuje más aún, ¡clavándola en mi garganta!, como un vagón de tren acoplándose a su locomotora.

Algo pasó en él, porque, aunque su pene estaba muy duro, ¡sentí como se agrando dentro de mi garganta!

Entonces se corrió, y noté bajar por mi esófago un torrente de semen, "era una cascada de aguas termales"; que desembocó en "la poza" de mi estómago.

Que placer sentí al tragar por primera vez la leche de un hombre, ¡y de ese modo!

Ulises sacó su polla despacio, rozándome la garganta y después la boca; ya afuera, junto a mis labios, miré como unas gotas brotaban por su punta.

Saqué mi lengua y como si fuera un helado de frambuesa y nata, le di un lametón y trague "los restos de su corrida".

Nos miramos y vi en sus ojos "una mirada el poder", yo me sentí como su mascota y me gustó.

Ulises se estiró en la cama "derrumbado de placer".

Venus estuvo mirándonos durante "la función de ordeño", ahora su rostro era puro deseo, abrí las piernas y ella lamió mi chocho muy despacio, "como una gata lamería un plato de leche", su lengua carnosa penetró en mi vagina, y se movió "como un ratón dentro de un queso"; después mordió mi chochito con su gran boca y "sentí" como si me devorara una loba hambrienta.

Sacó la lengua y la pasó desde mi chocho a mi ano, dándome lametones muy fuertes y seguidos; ¡Yo sentí el calor de su gran lengua!, y todos los músculos de mi cuerpo se tensaron y me corrí intensamente en su boca; sintiendo una liberación de placer inmensa. Miré abajo y vi toda su cara llena de chorreones de mi ser, ¡me sentí pletórica con mi obra de arte en su rostro!

Ella me dijo entonces:

—Zorrita, ¿qué has hecho conmigo?, me muero de placer; ¡por favor zorrita!, chúpame otra vez el coño y ¡termíname!

Eso es lo que yo más deseaba aquella tarde, ¡hacer explotar aquel precioso coño en mi boca!, y beber su ser.

Me hociqué entre sus piernas como una perra y comencé a morder y a chupar con ansia.

Chupaba y absorbía sus abundantes líquidos vaginales tragándomelos con sed, "sed de su gran coño".

No cesé, y relamí cada pliegue de aquel precioso chocho, a la vez que con mi mano derecha acariciaba su monte de "Venus", un cepillo de pelos negros abultado y parejo, como un gatito negro. Con la punta de mi lengua jugué con su clítoris; haciendo círculos alrededor, esa "pepita" salada creció, y su dueña comenzó a dar gritos de placer ¡a viva voz!

Abrí más mi boca para lamer más a fondo; y teniéndola totalmente abierta sentí como dos grandes chorros de líquido salieron de su chocho, y se estrellaron dentro de mi boca, "como un sifón de soda vaginal", que placer sentí al saborear lo que ella desechó.

Después de ducharme me vestí, me despedí y les di las gracias por aquella experiencia, pero no quise quedar para otro día, mi cuerpo me pide "libertad".

FIN

Virginia As junio 2016

(9,53)