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El hombre de la casa

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Este relato cuenta una historia propia y real. Usare nombres de ficción, para no dar ningún detalle de las personas reales que en él participan.

Para empezar, les cuento como está conformada mi familia, cuyos integrantes son los protagonistas. Yo, el hombre en cuestión, tengo 33 años actualmente. Tengo dos hermanas menores, de 31 y 29 años. Y nuestra madre que actualmente tiene 54 años.

Desde pequeño siempre fui muy atrevido y sinvergüenza con las mujeres. Ya que en casa me daban la confianza para decir y hacer cualquier cosa con mis hembras... como las podría llamar. Con mis hermanas comencé desde chico a jugar a cosas sexuales, con la inocencia de un niño, pero al ser un poco mayor era el que imponía las reglas, y ellas hacían los que les decía o les pedía. Mi madre, se había divorciado luego de tener a la menor de mis hermanas, y desde el día que se fue no volvimos a saber nada de nuestro padre. Ella, siempre nos descubría jugando con poca ropa o tocándonos y se reía, tomándolo como un juego y de manera graciosa.

Teníamos un buen pasar económico, ya que mi padre era dueño de una gran empresa y tenía gran capital, que tuvo que repartir con mi madre el día que se divorciaron. En cuanto a ella, mi madre, siempre la veía con poca ropa y hasta desnuda, ya que de chico acostumbraba a bañarme con ella. También muchas noches me pasaba a su cama y dormíamos juntos, pero a mí no me provocaba nada, ya que era una costumbre de chico.

Pero lo bueno comenzó cuando comencé a desarrollarme y a interesarme por las mujeres. En cuanto al desarrollo comencé desde temprana edad, comencé a tener bello en el pubis y mi pene empezó a tener un buen tamaño, mayor al de mis amigos. Esto provocó que empiece a ver cosas sexuales y a informarme, lo que me llevo a empezar a ver mujeres desnudas, pornografía y por supuesto a las masturbaciones.

Mi madre, siempre noto el buen tamaño de mi miembro, y en la ducha me lo decía mientras me lo tocaba y explicaba cosas sexuales. De lo que me iba a empezar a pasar y a sentir al ver a las mujeres. La primera vez que me excite estando con ella fue durante una ducha. Ella era morena, y muy exuberante, hacia ejercicio así que no llegaba a ser gorda, y se mantenía en buen estado, unos pechos bien grandes, talla de 120, algo caídos debido al tamaño, pero muy espectaculares; lo mismo que su culo, grande y duro por el ejercicio. 

En un momento del baño, mi pene se puso duro, tal vez pensando en algún video porno que había visto y comparándolo con mi madre que estaba desnuda frente a mí con sus pechos tocándome la espalda. Al darse cuenta me pregunto si ya me había masturbado alguna vez, yo sin ningún problema le dije que no sabía lo que era eso, entonces se acercó y comenzó a sobármela y a explicarme que cuando se me paraba el pito, fue la palabra que uso, para que se baje debía descargarlo, y para eso tenía que frotarlo así... como ella lo estaba haciendo, de arriba hacia abajo y suavemente para no lastimarme. Así siguió con sus caricias apoyándome los pechos en la espalda y desde atrás me pajeo de forma tan suave y dulce que no tarde en largar chorros y chorros de leche acumulada por años. Cundo termino me lo limpio y riéndose y muy dulcemente me dijo, voy a seguir enseñándote todo lo que puedes hacer con tu pito, debes empezar a aprovecharlo ya que parece el de un hombre a pesar de tu edad. No le cuentes a nadie y te seguiré enseñando. Y guiñándome un ojo comenzó a secarme dando por finalizado el baño y mi primera paja, que encima de todo fue hecha por mi madre. 

Luego seguiré contando las experiencias que sucedieron y llevaron a convertirme en el macho de la casa.

Si les interesa, comenten así no tardo en seguirles contando.

(9,11)