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La Señora Sandra IV

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Por culpa de los exámenes finales no pude seguir visitando a la señora Sandra, la escuela absorbió todo mi tiempo y no pude hacer nada más que estudiar y anhelar a volver a cogerme a la señora Sandra.

Nuestros únicos encuentros se daban cuando dejaba en la entrada de la escuela a su hija Laura, para mí era todo un martirio verla sin poder hacer nada, así pasaron los días solo estudiando y echando una miradita a la casa de la señora Sandra para ver si tendría oportunidad, pero las cortinas cerradas era la señal de un rotundo no.

En una ocasión de camino a la tienda me la encuentro en compañía de su hija menor Jazmín, las salude a ambas y ellas respondieron mis saludos, la señora Sandra me dio un pequeño beso en la mejilla y se marchó.

Ese simple beso me calentó tanto, que llegando a mi casa lo primero que hice fue pajearme pensando en ella y en todas las cosas que habíamos hecho antes, tome la tanga que me había regalado enredando mi pende en ella y continúe pajeándome hasta eyacular, eso me calmo un poco, pero aún seguía muy caliente.

Como parte de un proyecto final, teníamos que hacer una exposición en equipos de 3 integrantes, como un plan para ver a la señora Sandra, hice equipo con su hija Laura y un compañero llamado Emiliano (Luego contare como llegue a cogerme a la Mama de Emiliano).

Después de clases no reunimos en casa de Laura para hacer el trabajo, al llegar y entrar lo primero que buscaron mis ojos fue a la señora Sandra, ella estaba en la cocina lavando los platos, llevaba puesto un pantalón de mezclilla azul y una blusa color gris, nos saludó y Laura le explico la exposición y nos dirigimos a su habitación donde nos dividimos los temas y empezamos a trabajar.

A los 30 minutos de estar trabajando, les digo que voy por un vaso de agua a la cocina, al llegar encuentro a la señora Sandra limpiando el comedor, me acerco a ella despacio y nervioso, la abrace por detrás pegándome inmediatamente contra sus enormes nalgas y acomodando mis manos en sus tetas, apretándolas con ansias.

-No mi niño, aquí nos puede ver mi hija –dijo ella al sentir mis brazos. –tenemos que tener cuidado mi niño.

Al saber que tenía razón, me contuve haciendo el intento de separarme de ella, la veo que camina al fondo de la cocina y en voz baja me dice:

-Vengase para acá mi niño.

La mire caminar delante de mí, sus tremendas nalgas, se movían a un lado y otro en un bamboleo sensual, tremendo, que hacían un gran efecto en mí, mi verga comenzó a levantarse inmediatamente. Llegamos al fondo de la cocina.

-ahora si mi niño aquí nadie nos ve.

Sin más, me abalance sobre ella, abrazándola de frente, sintiendo sus enormes tetas en mi pecho y mis manos directamente a sus enormes nalgas, las apretaba y las sobaba sin parar.

-Ay mi niño, anda muy ansioso.

Yo sin decir ninguna palabra, solo besaba su cuello sus tetas.

-No hagas mucho ruido mi niño, nos van a oír.

Acerque mi boca a la suya dándole un beso torpe por mi desesperación, ella respondió a mi beso, abriendo su boca y dejando que mi lengua entrara por un segundo en su boca. Mis seguían manoseando sus nalgas intensamente, mientras ella me abraza tiernamente acariciando mi cabello.

-Tienes muchas ganas verdad mi niño? –pregunto ella.

-Si señora, tenía muchas ganas se sentirla junto a mí.

Trate de quitarle la blusa y dejar salir sus senos, mis manos subían y bajaban alternando entre sus nalgas y senos apretando y estrujándolas.

-Espera mi niño, nos van a oír, haces mucho ruido, mejor lo dejamos para después.

Yo seguí manoseándola las nalgas sin detenerme omitiendo su petición. De repente se aparta de mí diciéndome.

-Mi niño, quieto ya, si viene para acá en un descuido nos van a ver –dijo al momento de acomodarse la ropa –Mejor regresa con ellos.

Esta vez su tono fue más serio, así que la obedecí, acomodé mi verga en el pantalón para disimular mi erección y regresar a la habitación. Antes de irme me recuerda que si saco buenas calificaciones me dará un regalo muy especial.

Regreso a la habitación como si nada hubiera pasado, seguimos trabajando hasta terminar la exposición, y nos fuimos cada quien a su casa. Iniciaron los exámenes finales justo esa semana y los pase todos sin problemas, como ya era mi último año se empezó a organizar la fiesta de graduación.

Yo quería darle las buenas noticias de mis calificaciones a la señora Sandra, pero no la vea, en mi curiosidad por su ausencia, le pregunte a Laura por su madre, ella me respondió que su abuela se había puesto un poco enferma, estaba internada en el hospital y que su madre estaba con ella cuidándola.

Así siguieron las cosas por más de 3 semanas sin verla, hasta que una mañana me la encuentro al salir de casa.

-Buenos días Señora Sandra.

-Buenos días mi niño.

Le pregunte sobre la salud de su madre y de cómo seguía, me contesto que se había puesto muy grave, que creyó que moriría, pero que ahora ya se encuentra muy bien y ya había regresado a su casa. Le di las buenas noticias de mis calificaciones a lo que ella me felicito.

-Muy bien mi niño felicidades –dijo al darme un abrazo y un beso en la mejilla – En verdad que te has esforzado, veras que te voy a recompensar muy bien.

Al sentir ese abrazo mis hormonas se vuelven a encenderse nuevamente, le doy un beso rápido al cual ella responde, durando unos cuantos segundos y de nuevo se separa de mí.

-Sé que haz esperado mucho tiempo mi niño, pero te prometo que valdrá la pena.

Nos despedimos y cada quien se fue por su rumbo. Llego el sábado y la fiesta de graduación era ese día, la ceremonia empezaba a las 18:00 h, mi familia y yo llegamos temprano al salón tomamos nuestro lugar en las mesas, yo me levanté y me fui con mis amigos.

Justo en ese momento en que estamos conversando, llega la señora Sandra acompañada por su hija Laura. Ella traía un vestido de encaje corto color negro que, hacia juego con unos tacones altos del mismo color, el vestido estaba un poco ajustado por lo que resaltaba aún más sus enormes nalgas, un gran escote en forma de V y un collar dorado coronando sus maravillosos senos.

Me quedé boca abierto al verla pasar, y no fui el único, la señora Sandra robo todas las miradas en ese lugar, mis amigos no dejaban de comentar cosas sobre lo buena que esta la mama de Laura y las ganas que tenían de cogérsela, y es que en verdad se veía espectacular con ese vestido. Nuestras miradas se encuentran brevemente lanzándome una sonrisa de complicidad.

La ceremonia concluyo sin novedad y al terminar empezó la fiesta, pusieron música y mis amigos se levantaron a bailar, otros no paraban de tomarse fotos. Yo la verdad como no se bailar decidí sentarme un rato, la señora Sandra se acerca a conversar con mi madre.

Estaba muy divertido el ambiente y mis padres decidieron levantar a bailar, la señora Sandra pregunto que, si yo bailaba, le conteste que no, que parecía que tenía 2 pies izquierdos, ella solo río, me tomo de la mano y me saco a bailar.

Nos dirigimos a la pista de baile, coloque mi mano en su cintura sobre ese tremendo par de nalgas que me moría por manosear, y al ser más alto que ella, no dejaba de ver sus enormes senos que bailoteaban a cada paso, en ese momento era la envidia de todos los hombres.

-Te gusta mi collar? –dijo ella preguntando de sorpresa.

Su voz me saco del trance que provocaron sus tetas, apenas alcance a responder.

-Perdoné señora es que no la oí. 

-Jajaja, dije que, si te gusta mi collar, pero por tu cara parase que sí.

-Es que se ve muy guapa hoy señora.

-Gracias mi niño, me vestí hoy especialmente para ti.

Baje ambas manos a su cintura apretándola contra mí, mientras ella me abrazo por el cuello, parecíamos una pareja de enamorados, por un momento se nos olvidó donde estábamos hasta que termino la canción, al darnos cuentas nos separamos de inmediato para no levantar sospechas, me dio las gracias por el baile y se despidió con un beso en la mejilla donde me susurro que la alcanzara en el baño en 15 minutos.

Me regrese a mi asiento a esperar que trascurriera el tiempo, fueron los 15 minutos más largos de mi vida, paso el tiempo y entre la música y el ruido logre escabullirme a los baños sin que nadie se diera cuenta.

Había 2 baños en el salón, unos cerca de la pista de baila al que iban todos y unos más retirados casi al final de un pasillo, donde casi no había nadie, me acerque a los baños que estaban al final del pasillo y me encuentro con la señora Sandra.

-Ven mi niño, espérame aquí mientras reviso que el baño este vacío.

Entro al baño y de inmediato me hizo señas para que entrara.

-Entra mi niño no hay nadie. 

Al entrar nos encerramos en uno de los cubículos del baño donde de inmediato la empecé a besar con desesperación por todo su cuello y boca, su perfume olía muy rico.

-¡Qué rico huele, señora!

-Qué bueno que te guste mi amor –contesto ella – También me lo puse solo para t.i

-En la fiesta todos hablaban de usted, de su cuerpo, de lo guapa que se ve –respondí –Hacen que uno se ponga celoso.

-Es verdad eso mi amor –dijo al momento de bajar sus manos hacia mi bragueta –recuerda que soy solo tuya mi amor.

Coloco ambas manos en mi entrepierna y empezó a frotarlas sobre el pantalón suavemente, se sentó sobre el excusado del baño.

-Vamos a darnos prisa mi amor, antes de que alguien llegue.

Bajo el cierre de mi pantalón, desabrocho mi cinturón y desabotono mi pantalón bajándolo hasta un poco arriba de las rodillas, mi pene quedo totalmente erecto frente su rostro.

-Esto es un pequeño adelanto de tu regalo –dijo al momento de besar levemente la punta de mi pene.

Rodio con pequeños besos la punta de mi pene, sus labios fueron bajando lentamente por todo mi falo y regresando a mi punta, donde empezó a ser succión en el glande de mí pene sin llegar a introducirlo por completo, succionaba un poco con sus con sus labios y remataba con un beso.

 Se detuvo colocando su nariz en la base inhalando fuertemente mientras ascendía hasta la punta de mi pene, inhalaba y exhalaba por todo lo largo de mi pene mientras lo frotaba contra su cara.

-Tú ya no eres un niño mi amor. –Dijo ella mientras inhalaba –Ahora hueles a hombre, mi hombre.

Volvió a aprisionar mi glande nuevamente con sus labios, tragándose poco a poco cada centímetro de mi tronco, solo movía su cabeza en un delicioso vaivén. Yo sujete levemente su cabello, mientras mi cadera realizaba cortos movimientos penetrándola por su boca.

Justo en ese momento somos interrumpidos por 2 mujeres que entraron al baño. Al escucharlas hablar pude reconocer la voz de Laura, me detuve y traté de separarme paro no hacer más ruido y fuéramos sorprendidos por su hija.

Pero la señora Sandra me abrazo con fuerza mis nalgas, quedando atrapado totalmente por su boca, no dejo de mamar, todo lo contrario, se empeñó en mamar con más ganas dando círculos con su lengua por toda mi verga.

Mis gemidos y los ruidos de su boca eran tan fuertes, que Laura y su amiga se dieron cuenta de lo que ocurría en el cubículo del baño.

-Parece que tiene una fiesta privada en el baño –dijo la amiga de Laura riendo.

-Alguien la está pasando muy bien –respondió Laura.

Ambas se soltaron riendo al mismo tiempo. Yo ya no tardaba en eyacular, y efectivamente no demore más en terminar de correrme en la boca de la señora.

-¡Ahhhh! -gemí mientras me corría en su boca.

Siendo interrumpidos nuevamente por Laura y su amiga, que comento antes de salir del baño.

-No te tragues eso amiga debe estar asqueroso -dijo Laura refiriéndose al semen, mientras salía riéndose del baño.

Lo que no sabe, es que la que se lo trago todo fue su propia madre, que, a cada disparo de leche dentro de su boca, apretaba con más fuerza sus labios para no dejar salir ninguna gota.

La señora Sandra me mira a los ojos y abre toda su boca, en señal de que se había tragado toda mi leche, ella volvió a darme un último gran lengüetazo desde mis bolas hasta la punta de mi pene terminando en un beso largo.

Me acomodo nuevamente mi pantalón, se levante del excusado y se dirigió al lavabo donde se limpió un poco la boca, regreso otra vez conmigo para abrazarme por el cuello dándome besos de piquito.

-Aún falta lo mejor mi amor -dijo al plantarme otro beso de piquito en mis labios –Terminado la fiesta nos vemos en mi casa.

Regresamos con normalidad a la fiesta y parece que nadie se percató de lo sucedido, la fiesta siguió con normalidad, la ceremonia y fiesta de graduación término a las 22:00, por qué solo hasta esa hora rentaron el salón.

Mis amigos y varios compañeros aun querían seguir celebrando y decidieron ir a la casa de un amigo para continuar, yo les dije a mis padres que me iría con ellos pidiéndoles permiso, lo cual accedieron sin problema y se marcharon del salón. Me reuní con el grupo y les comenté que no podía ir, obvio todo era mentira.

Laura se reúne con ellos, ya que su madre le había dado permiso. Buscando a la señora Sandra, observe que se dirigía al estacionamiento, mis compañeros en compañía de Laura se fueron del salón, mientras yo me dirigía al estacionamiento buscando a la señora Sandra, de inmediato escucho un susurro detrás de mí.

-Por aquí mi amor –dijo ella haciendo señales con su mano –Nos esperamos un ratito para que ellos se adelantes y luego nos vamos a mi casa.

Pasaron 10 minutos y nos subimos a su auto de camino a su casa, durante la mitad del camino tuve que esconderme para que no levantar sospechas, llegamos a su casa y rápidamente entremos para que nadie nos viera.

-Ya verás que regalito te tengo –dijo ella al besarme –ahora tómame por la cintura como si fuéramos novios.

-¿Novios? –pregunte sorprendido a su declaración.

-Si mi amor, esta noche, tú y yo somos novios – dijo al tomar mis manos colocándolas en su cintura –ya eres todo un hombre, mi hombre y yo soy tu mujer.

La tome por la cintura y fuimos así hasta la cocina, donde saco una botella de vino, 2 copas y nos fuimos a su recamara, en todo el trayecto esas nalgas se meneaban a cada paso.

-Señora, me encanta como se ve con ese vestido, ¡se ve usted preciosa!

Levante su brazo haciendo que se diera una vuelta ante mí, para poder admirarla de frente, de perfil y posterior.

-¿Te gusta?

-Claro que sí, usted esta preciosa señora –respondí emocionado.

- jajaja, es que me gusta ponerme bella para ti.

Me acerqué y la besé en un delirio de pasión, nuestras lenguas jugueteaban sin parar, después de besarnos abrí la botella llenado las copas y bebimos los dos.

-Bueno mi amor, quítatela la ropa y acuéstate en la cama –ordeno ella –Mientras yo me voy a cambiar.

Me quité por completo toda mi ropa y me acosté en la cama como lo pidió, pasaron 10 minutos cuando regreso puesta con baby doll de color rosa transparente, que dejaba ver libremente sus senos, y abajo tenía una pantaleta rosa también transparente, unas zapatillas rosas y un gran moño Color rojo adornando sus nalgas.

-¿Te gusta lo que ves mi amor?

-Me fascina señora, se ve fabulosa.

Me levante de la cama y la bese nuevamente en la boca, manoseándola completamente su cuerpo, mis manos llegaron hasta su moño preguntando por él.

-¿Y este moño señora?

-Es tu regalo mi amor, te estoy regalando mi culito.

Sus palabras me dejaron mudo, la besé en la boca lo más apasionadamente que pude, mis manos se dirigieron directamente a sus enormes nalgas apretándolas reclamando mi regalo.

-Este es un regalito muy especial para ti –dijo colocando sus brazos en mi cuello –Ni siquiera a mi ex marido le deje romperme el culito.

Escuchar que me dejaría romperle el culito puso mi verga tiesa, pero al saber que su culito era virgen hacia que mi verga se pusiera a mil.

-Mi amor, yo te amo, y por eso deseo hacerte este regalo.

Me dio un beso más y se puso a 4 patas sobre la parte final de la cama, acomodo su cabeza en la almohada quedando su culo en pompa, me pidió que sacara un bote de gel de su cómoda y la empezara a lubricar.

Me puse detrás de ella, me incline y deslice mi mano entre sus nalgas acariciándolas, sujete su pantaleta bajándola lentamente hasta sus rodillas, tenía un poco de vellos cubriendo su vagina. Se pare con mis manos sus nalgas observando el agujero de su culito estrecho y palpitante.

Tome el bote de gel, unté una gran cantidad en mi dedo y lo introduje en su agujero, con mi dedo empecé a todo su interior despacio sintiendo su calor, ella dio un pequeño salto al momento de introducirlo.

-Cuidado mi amor, hazlo despacio.

Volví a untar más gel, pero ahora con 2 dedos, comencé a rodear su ano, lo sentía bastante apretado, estaba muy excitado y el morbo de tener en mis dedos su culito, me hicieron intentar empujar.

-No mi amor, ve más despacio –dijo ella gritando.

De inmediato me detuve, tenía miedo de hacerle daño y se negara a continuar, ese culo era mi obsesión, tenía que ser paciente y cuidadoso para que fuese mío y gozar con él. Seguí un rato más dando círculos en su ano para que se dilatara más.

La señora Sandra empezó a emitir pequeños gemidos de placer, después ella misma llevo su mano a sus nalgas y las separo, dejándome actuar libremente. Volví a empujar mis dedos y esta vez logre meterlos más, empuje un poco más hasta casi metí todos los dedos.

-Que rico se siento mi amor –dijo ella gimiendo.

Comencé a sacar y meter mi dedo despacio, ella gemía y se retorcía en la cama, yo ya no podía más, necesitaba penetrarla, me levante de la cama y tome el lubricante.

- Porque me sacas los dedos mi amor?

-Es que ya no aguanto señora–dije el momento en que lubricaba toda mi verga –Tengo muchas ganas de cogérmela por ese Culazo.

Embarre por completo mi verga, desde la cabeza hasta mis bolas.

-Esta noche lo vas a tener mi amor -dijo ella.

Regrese a ponerme detrás de ella, volvió a separar las nalgas con sus manos, sujete mi verga colocándola en la entrada de su ano y empecé a empujar lentamente la punta de mi verga, al sentir el contacto la señora Sandra Se estremeció en la cama.

-Despacito, mi amor, dale despacito.

Empuje, pero no entro, seguí insistiendo, para ejercer más presión la sujeté de sus caderas y lentamente la punta consiguió entrar, la señora Sandra gimió soltando sus nalgas, aferrándose a la cabecera de la cama.

Empuje más mi verga comenzando a meterse despacio en su culo, mi verga se fue metiendo centímetro a centímetro dentro de ese apretado y virgen culo, sus gemidos fueron aumentando en frecuencia y ritmo.

Mi verga entro completamente hasta chocar sus nalgas con mis huevos, me sentía en la gloria, había logrado desvirgar el culo de la señora Sandra, algo que ni su ex marido logro hacer. Me quede quieto hasta que su culo se ajustara a mi verga.

-¿Esta toda adentro mi amor? –pregunto con voz entre cortada.

-Si señora, esta toda adentro respondí respirando profundo.

Mi verga se sentía abrazada por ese culo, sentía las contracciones del culo de la señora Sandra que hasta parecían querer separar mi verga del resto de mi cuerpo. Empecé a mover lentamente mis caderas, de adelante hacia atrás, mientras sus gemidos y gritos fueron aumentando.

Sacaba mi verga casi hasta la puntita, y volvía a meterlo todo, despacio, estrenando e inaugurando ese culo, que desde hoy sería solo mío. Poco a Poco se fue dilatando lo suficiente para entrar y salir sin dificultad, momento en que empecé a cogerme a la señora Sandra con más rapidez.

- Así amor, así cójame –dijo ella gritando - que rico siento mi amor, ¡que rico siento mi amor!

Podía ver sus enormes nalgas rebotando a cada embestida que le daba, la jalaba de su cintura para cogérmela con más fuerza, la imagen de su espalda y sus nalgas adornadas por el moño rojo, nalgueándola, manoseándolas y moviéndose a cada metida de verga, me volvieron loco en ese momento.

-¡Más duro amor más duro! –Suplicaba gritando –¡No me la saques, no me la saques, no me saques tu verga amor!

Era excitante ver a esa mujer madura empinada, disfrutando de una cogida por el culo, suplicando que le diera más duro, realmente la señora Sandra estaba disfrutando, me encanta ver como mi verga se perdía dentro de su ano, lo caliente y apretado que estaba y ver esas enormes carnes agitándose bajo mis manos.

-¡No pares mi amor! –dijo con voz jadeante –¡Dale, dale cógete a tu vieja!

Me incline hacia delante para poder apretar sus tetas que se bamboleaban al ritmo de mis arremetidas, coloque mis manos sobre las tetas estrujándolas con fuerza, sujete los tirantes del babydoll dejando libre sus enormes tetas.

Volví a apresar sus tetas, la fui levantando poco a poco sin dejar de bombear hasta que ambos quedamos en posición vertical sobre la cama, comencé a besar su cuello hasta llegar a su boca, donde no fundimos en un largo beso.

Su culo empezó a palpitar, mi verga y su esfínter palpitando sobre él lo que hacía que mi placer fuera enorme, ya estaba al borde de la eyaculación y se lo hice saber.

- ¡Me corro Señora, me corro! –grite yo desesperado.

-¡Córrete mi amor! – dijo apretando más su culo –Lléname de leche todo el culito amor.

Me corrí en su culo como nunca antes lo había hecho, chorro tras chorro saliendo de mi verga, dejándola bien llena de mi leche, seguí con leves movimientos hasta que al final dejé todo dentro de ella.

Saque mi verga de su culo y aun jalándomela, le deje restos de semen en ambas nalgas, Ella cayo desfallecida boca abajo y yo me tendí a un lado de ella. Ella se giró y me abrazo poniéndome sus senos en mi pecho.

-Ay mi amor, a ver si nadie nos escuchó coger.

Nos quedamos unos minutos abrazados recuperando fuerzas, la señora Sandra fue la primera en levantarse dirigiéndose al baño, entonces vi su ano bien abierto lleno de leche chorreando a cada paso, embarrando todo el piso de camino al baño.

-Me dejaste bien abierta, amor –dijo ella desde el baño.

Sonó el teléfono y fue a contestar; Era su hija Laura pidiendo permiso de llegar hasta mañana, ella le dijo que si, regreso a la cama con una toalla desechable, empezó a limpiar mi verga flácida.

-Bueno mi amor, tenemos toda la noche para nosotros solo –dijo tirando la toalla a la basura.

Se acuesta de nuevo en la cama, busca mi boca y empezamos a besarnos, en eso se acercó a mi oído y me susurro, “Métemela otra vez favor”, sin pensarlo más, me lance sobre ella acomodándola en 4 patas sobre la cama, coloque nuevamente mi pene en la entrada de su culito metiéndoselo hasta el fondo.

Toda la noche seguimos disfrutando, hasta que fuimos sorprendidos por un rayo de sol en la ventana, me corrí llenándole nuevamente el culo de leche y así de esa manera recibíamos el nuevo día. Quedamos desnudos y abrazados, la cama estaba desecha, la habitación olía a lujuria, pero sobre todo a su culo, nos levantamos de la cama, nos duchamos y me fui a mi casa.

Bueno amigos, gracias por leerme, estoy empezando y dando mi mayor esfuerzo en cada relato, espero seguir por aquí contando más historias dedicadas a esas bellas damas maduras.

(9,21)