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La mafia del metro (Episodio 2)

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El shock estaba presente en mí, y no me dejaba actuar con cordura, cada una de las ordenes que el hombre aquel demandaba las obedecía sin protestar, ordeno a sus criados que me desatasen, acataron la orden y acto seguido el hombre de gris me tomo del hombro y comento: "sabes, me recuerdas a mi cuando empecé, joven, iluso, ingenuo y sobre todo nada malicioso", abrió una puerta y una luz cegadora apareció, al aclarar la vista me di cuenta de una situación algo grotesca; en aquel cuarto ya hacían alrededor de 8 hombres, cada uno de ellos cogiendo descomunalmente a diversas jóvenes que ahí se encontraban, el hombre de gris me empujo con ambas manos y grito: "eeeh, uno nuevo, enseñémosle algo de lo que sabemos".

Cuando me levante uno de los criados de aquel hombre tomo una pequeña maleta y me la aventó agregando: "prepárate, ahí encontrad tus útiles", cuando abrí aquella maleta observe que en su interior guardaba- 3 cajas de condones- 1 celular desgastado- una llaves aparentemente de un auto y unos tres frascos de vidrios vacíos; no entendí lo que me trataban de "enseñar" pero el mismo hombre que me dio la maleta me grito desde el otro lado de la habitación, me acerque hacia aquel lugar y el solo expreso: "veamos lo que sabes hacer, aquí tenemos algo de utilería úsala", en el suelo había una joven tirada y por lo que parecía algo drogada, yo no accedí a sus mandatos y aquel hombre desenfundo un arma desde sus bolsillos de una chamarra que traía y me apunto con ella diciendo: "hazlo o la mayor parte de tus cabeza la recogeremos del suelo".

Sin más que hacer tuve que acatar la orden, me desabroche el pantalón y saque mi pene que a pesar de la situación comenzó a levantarse al observar a aquella joven con un yerno espectacular y desnudo, tome uno de los preservativos y me lo puse, y comencé a follar a aquella joven, puse las piernas de ella sobre mis hombros y comencé a chupar y jugar con mi lengua aquella vagina joven y lampiña, a pesar de estar drogada, comenzó a gemir en sueños, yo seguía con aquella práctica, y después de haber lubricado completamente la deliciosa vagina, puse la punta de mi miembro empecé a empujar hasta que quedo dentro completamente, y comencé con el mete saca, alrededor de 20 min, estuve realizando la misma acción, hasta que un estímulo me aviso que la corrida llegaba y saque lo más rápido que pude mi pene y de sacarme el preservativo con el fin de mojar a aquella joven con los chorros de semen que guardaba; de pronto un golpe en la cara vino sin previo aviso, el hombre agrego: "bien hecho, pero nadie te dijo que gastaras de más la utilería".

Los golpes cada vez se volvían costumbre, después de tanto jaloneo y maltrato por parte de aquel hombre, me llevo hasta el cuarto donde tuve el encuentro con el hombre de gris, ahí me esperaba una bella mujer, llevaba un vestido rojo largo con un escote que dejaba notar los voluminosos pechos que tenía y con una delgada raja desde la espalda hasta el comienzo del trasero firme que portaba, una mirada penetrante de tono azulado y una cabellera castaña y larga que rodaba aquel dichoso trasero; cuando llegamos hasta ella el hombre de gris apareció repentinamente y con voz firme y penetrante dijo: "eh veo que te han tratado bien, pero basta de charla, ella se llama Vanessa, será tu vigilante y tu asesora", al no terminar de comprender lo que el hombre explicaba solo pude exclamar:

"¡asesora y vigilante para qué demonios!", como de costumbre un golpe en el abdomen me hizo perder aire vital en aquel momento, y el hombre de gris con una risa en su rostro dijo: "por si aún no te queda claro estas en este negocio, lo que hiciste en el cuarto anterior considéralo un entrenamiento, ahora largo de aquí".

Salí junto con Vanessa de aquel lugar misterios, viajábamos en una camioneta roja polarizada y algo alta, ella concentrada en el manejo giro su cabeza ante mí y me dijo: "relajate que a partir de hoy tu vida cambia y esperemos que para bien"; después de un largo recorrido y una serie de direcciones llegamos a mi departamento, pero para mi sorpresa ella bajo del vehículo e ingreso conmigo hasta mi departamento, era la nueva huésped o quizá la nueva intriga.

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