Nuevos relatos publicados: 6

Tarde en el parque

  • 4
  • 11.510
  • 8,84 (49 Val.)
  • 4

Imagina que con cualquier excusa salimos a dar una vuelta y acabamos en un parque. Yo llevo puesta una falda larga y vaporosa. Nos sentamos a charlar en un banco. Como el tiempo apremia y las ganas son extremas me siento a horcajadas encima de ti. Coloco la falda de forma que nos cubra a ambos para que nadie se dé cuenta de que está pasando debajo. Miro que no haya nadie cerca nuestra y te desabrocho el pantalón. Saco tu polla de debajo, ya excitada por el morbo de la situación y por las ganas del encuentro.

Te sorprendes al ver que puedes rozarme el coño con ella libremente.

No llevo bragas debajo de la falda y no lo sabias.

Con un hábil movimiento y mientras los que están alrededor del banco no miran consigo meter tu polla dentro de mí.

Me reprimo para no soltar un gemido de placer al sentirla abrirse paso.

Esta caliente y yo estoy muy mojada.

El morbo de poder ser pillados me hace estar muy húmeda pero no lo suficiente, así que tienes que empujar con un poco más de fuerza para que entre hasta el fondo.

Ves que voy a gemir mientras empujas sin contemplaciones.

Llevas una de tus manos a mi boca para tapármela.

La gente de al lado mira extrañada.

Puedo leer en la mente de alguno que se imagina lo que está pasando entre nosotros. Ellos también se excitan al imaginarnos follando a su lado.

Yo sigo concentrada en ti y en la polla que tengo metida dentro.

Siento la necesidad de moverme y darnos ese placer que llevamos buscando desde que nos vimos.

Empiezo a moverme despacito. Veo en tu cara que te gusta y que quieres más.

De reojo veo gente muy cerca nuestra y tengo que parar para que no nos descubran.

Ellos se ponen a hablar a escasos centímetros de nosotros.

No sé si fue coincidencia o que sospechasen lo que pasa, pero parece que no se quieren ir.

Me pongo a hablar contigo con normalidad esperando que se vayan.

De vez en cuando hago un movimiento “nada intencionado” para recordarte que soy yo la que está encima de ti y que tengo tu polla atrapada en mi coño.

Das un respingo cada vez que hago eso, y ese reflejo hace que me invada otra oleada de placer.

Muerdo los labios conteniendo las ganas de gritar. Es más, de lo que puedo aguantar.

Disfrutar de tu polla, parar para que nadie se dé cuenta, y cuando ya me bajó la excitación tu cuerpo se mueve haciéndome regresar al estado de máximo placer.

No sé cuánto tiempo podré seguir jugando a este juego.

De repente en un movimiento noto que se sale la polla.

Mi reacción instantánea es llevar la mano bajo la falda. Me reprimes con una rápida mirada. Por delante nuestra pasa una pareja que yo no había visto porque estoy de espaldas.

El tiempo que permanece fuera se me hace eterno.

Me rozo con disimulo para que ninguno pierda el interés.

En un instante de soledad y para sorpresa de los dos consigo volver a meterla sin usar las manos.

Nunca me aburro de la sensación que noto cuando te abres paso dentro de mi coño estrecho.

La excitación es tan grande que me corro estrepitosamente sobre ti. Un escalofrío me atraviesa por completo.

Ahora es hora de hacerte correr a ti.

Te acerco al borde del banco. Paso mis piernas por detrás de tu espalda entrelazándolas.

Ya no hay forma de que se salga de nuevo.

Me muevo con suavidad, pero profundo.

Te encanta, lo sé.

Un par de movimientos más y me vuelvo a correr. Eres insaciable.

Sigo follándote silenciosamente.

De repente te acercas a mi oído. Me susurras que estás preparado.

Te pido que te corras dentro de mí.

Quiero que me invada la sensación de calor húmedo que me provoca tu lefa dentro de mi coño.

Me lo concedes. Te estremeces por completo.

Es hora de irse.

Nos levantamos y marchamos.

La gente de al lado del banco nos echa una rápida mirada.

Veo de refilón sonrisas maliciosas en su cara.

Yo sonrío también. He conseguido mi propósito. Pienso en cuál será nuestro próximo encuentro.

Seguimos avanzando y sé que todo esto no ha sido un simple relato porque noto la mezcla de tus fluidos y los míos resbalándome en cada paso por el interior de los muslos.

(8,84)