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Mi primera MILF

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Esto sucedió hace unos días, yo me encontraba tranquilo en el gimnasio entonces me percaté de una mujer que no había visto antes. Medía aproximadamente 1.65, tenía unas tetas bastante grandes y culo de infarto, tenía puesto un sostén deportivo y un pantalón de mallas que resaltaba su culo. Me le quedé mirando hasta que ella se dio cuenta e inmediatamente me sentí avergonzado. Siempre he sido muy cauteloso a la hora de ver mujeres, pero con ella me descuidé. Ella solo sonrió y siguió con lo suyo. Minutos más tarde me di cuenta que ella me estaba mirando, con cada repetición que hacía ella parecía más interesada, mis músculos se flexionaban mientras ella lanzaba una mirada furtiva hacia mí, lo cual me sorprendió mucho, nunca había captado la atención de una mujer así. 

Al salir de las duchas de los hombres me encontré con ella y junté el coraje para hablar con ella. Ella respondió de manera positiva y hablamos, para mi sorpresa ella tenía 35 años y era madre soltera, su hijo, quién tenía apenas 7 años pasaba las mañanas con su padre lo que le permitía asistir al gimnasio. Al terminar la plática me despedí y quedo ahí. 

Al día siguiente la encontré de nuevo, en esta ocasión llevaba un short que lucía sus hermosas piernas y un top rosa. Al terminar el día esta se me acerca y me saluda. Conversamos por un rato y me invitó a tomar café a su casa. Aquello me sorprendió y me hizo imaginar miles de cosas. Llegamos a su casa y después de conversar sobre mi vida de estudiante en la universidad me preguntó sobre mi vida sexual. Yo teniendo apenas tres parejas sexuales no respondí de manera amplia, pero pareció bastarle. Mis ojos recorrían sus labios carnosos y sus hermosos senos. Una gota de sudor bajaba de su frente, su cabello recogido la hacía ver mucho más joven, dentro de mí rezaba por cogérmela, deseaba penetrarla con tantas ganas que mi excitación comenzaba a ser evidente, me imaginaba a mí mismo besando esos hermosos senos. Me echó una larga mirada para finalmente preguntarme. ¿Has tenido relaciones con una mujer mayor? Se puso de pie y camino hacia mí, enseguida supe que hacer, la tomé de la cintura y mis manos comenzaron a recorrer su cadera. Comenzamos a besarnos y yo estaba más que contento.

Metió su mano dentro de mi short y tocó mi pene ya erecto por encima del bóxer. Yo comencé a besar su cuello mientras quitaba su top. Sus senos eran perfectos. Unos hermosos copas C con pezones rosados. Mordí cada pezón para luego bajar a su abdomen. Tomé el short y lo deslicé descubriendo su ropa interior morada. Toqué su trasero y besé su estómago una vez más. Me senté en la silla y comenzó a hacerme un oral. Su boca desaparecía mi pene una y otra vez mientras se escuchaba el sonido de ella tragando, siguió con velocidad hasta sacarlo todo completamente húmedo. Nos levantamos y caminamos rumbo a su habitación.

La lancé a la cama y comencé a besar sus piernas hasta llegar a su vagina. Si bien el sexo oral no me gustaba mucho, tenía muchas ganas de comérmela entera.

Comencé a lamer y ella temblaba, seguí con rapidez, mi lengua entraba y salía y ella solo atinaba a gemir y a agarrar mi cabello. Conseguí un orgasmo y me levanté. Puse mi pene entre sus piernas, en la entrada de su sexo y lo metí con cuidado. A pesar de que no era muy largo (18cm) si era muy grueso. Al entrar ella solo dio un leve grito, comencé despacio a lo que ella gemía cada vez más fuerte. Seguí incrementando la velocidad y ella solo gemía más y más. Su rostro pasaba de expresión en expresión, sus ojos rodaban cada que la embestía, el colchón golpeaba la pared produciendo ruido. Seguí con fuerza, ella gritaba, su expresión representaba el éxtasis absoluto y yo disfrutaba profundamente el penetrarla.

Seguimos así por minutos, intentábamos diversas posiciones demostrándome lo flexible que era.  La puse de perrito y tomé su cola de caballo, comencé a tirar de ella mientras ella gemía, "Más duro. Por favor. Así dale." le di unas cuantas nalgadas al punto de dejarlas rojas, ella gritaba con más fuerza mientras yo embestía con todo lo que tenía, cuando alcanzo el orgasmo podía sentir su interior temblando. 

Finalmente se puso de rodillas y comenzó a chupar, se la tragaba entera y con ganas, podía sentir que me venía, pero no quería terminar. Entonces eyaculé dentro de su boca. Me miró y se los tragó. Tomamos una ducha y me llevó a mi casa, me dio un beso largo dándome a entender que aquello apenas comenzaba.

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