Nuevos relatos publicados: 7

Mi hija Samantha. Parte 1

  • 21
  • 32.230
  • 9,51 (55 Val.)
  • 6

Esta historia real, cuenta de un matrimonio que se separó por causas mías, le fui infiel a mi esposa con varias chicas del trabajo, es que ¿a quién no le gusta el sexo? Jajajaja continuo, por mi culpa este matrimonio se separó dejando 3 hijas de por medio. Soy el padre de esta familia, mi nombre y el de mi ex-esposa lo mantendré oculto, tuvimos 3 hijas muy hermosas y con buen cuerpo. Valeria la mayor tiene 23 años, alta, delgada, morena, y con unas tetas y un culo grandecitos, bien paraditos y duritos. Renata, chaparrita, blanquita, pocas tetas, pero unas piernas y un culo fenomenal, ella tiene 22. La última es Samantha, 19 años, color blanca, estatura mediana, tetoncita, pero esas caderas, piernas y nalgas vuelven loco a cualquier hombre. Les comento que en mi trabajo soy de los mejores y me dejan descansar hasta 4 días a la semana, pero chingándole machín los tres o cuatro días que me reporto, pero solo me gusta descansar los días que veo a mis hijas o también cuando me quedo de ver con ellas (Con Samantha).

Ellas venían a mi casa desde el viernes en la tarde-noche, porque el viernes es el último día que asisten a las clases, y se iban la noche del domingo porque el lunes a temprana hora tenían que asistir al colegio, mi ex-esposa se encargaba de llevarlas y recogerlas. Todos los viernes encargábamos comida y rentábamos películas para verlas en la casa, al siguiente día, o sea sábado por la mañana las llevaba a los torneos que participaban por parte del colegio, Valeria es porrista del equipo de futbol americano, Renata juega básquet, y Samantha futbol soccer, al final de sus labores siempre íbamos a comer a las alitas, muy ricas por cierto, así como mis hijas jajajaja, las tardes del sábado la pasábamos charlando sobre lo que hicieron en la semana, también hacían sus tareas, ese era su pase de salida para la noche, claro si es que tuvieran alguna fiesta, los domingos la pasábamos juntos, cada primer domingo de mes las llevaba de compras, íbamos a comer y al cine, como pueden ver esta vida que llevo es fabulosa gracias a ellas.

Cuando llegaban los viernes rápidamente iban a su cuarto a cambiarse de ropa, siempre se ponían pijama porque ese día no salían para nada, se ponían blusitas ligeras, a veces sin brassier y se les notaban sus pezoncitos, shorts muy cortitos, algunos holgados pero al momento de estirarse o agacharse se veían sus nalgas tan hermosas y redondas, también tenían otros apretaditos que me encantaba cuando se los ponían pues su rayita se marcaba, gracias los ejercicios que hacen en el gym del cole tienen muy buen cuerpo, sus piernas brillaban de lo bien depiladas que las tenían cosa que me cuesta pagarle al depilador láser pero vale la pena jaja y también se marcaban muy bien sus nalgas que me vuelven loco, siempre las veía, algunas veces se daban cuenta y solo reían y bromeaban con “Se te cae la babaaaa!!” o “Se te salen los ojos papi jaja” o a veces con algo más atrevido y solo cuando estaba solo con alguna de ellas me decían “Pídemelas y te las regalo papito” cuando decían esto me guiñaban un ojo y me daban un beso en la mejilla pegando todo su cuerpo a mí, todo esto me ponía muy excitado que en las noches estando solo en mi cuarto me pajeaba fuertemente pensando en lo ocurrido, no podía hacer nada más, no podía cogerme a mis propias hijas así que me conformaba viéndolas y pajeándome.

Cuando las llevaba a sus labores la única que vestía sexy era Valeria, pues era porrista llevaba una mini-falda tableada color blanco con azul y debajo un short blanco y un top color blanco con buen escote.

Siempre que salían de fiesta se ponían todo tipo de prenda que hiciera resaltar sus atributos, cuando ya estaban listas me pedían mi opinión, entraban a mi cuarto, o si estaba en la sala iban a preguntarme qué tal se veían, pero siempre era una por una, nunca llegaban al mismo tiempo y también siempre de las más grande a la menor, cabe resaltar que Renata era la única que no me pedía esto, se daban vuelta frente a mí, las tres se mantenían de espaldas y me decían si el culo resaltaba, rara vez les decía que no, cuando esto pasaba ellas me decían que les acomodara el vestido para que se viera muy sexy, estar frente a su culo me excitaba muchísimo, pero no podía hacer nada, solo una buena paja cuando no estuvieran, Valeria que es la única que tiene buenas tetas me pedía que le acomodara el escote, a veces le agarraba las tetas al momento de acomodarle el escote y esto también me ponía a full, ella solo sonreía y me decía:

Valeria: Papi, ¿te gusta cómo me veo?

Yo: Me encanta como te ves, ojalá pudiera tener tu edad para ser tu novio, pero solo me puedo conformar dándote mi opinión acerca de lo que te pones y acomodándote la parte de atrás del vestido y el escote jajajaja.

A veces me gustaba coquetear con ellas, cuando le dije esto ella me sonrió y con una mirada muy picara y mordiéndose sus labios me dijo.

Valeria: Ya sé, que mal, a mí también me gustaría que fueras mi novio, eres sexy y apuesto. (Mi trabajo requiere que tenga buena condición física y me ejercito en el gym, por eso tengo mi cuerpo sexy)

Yo: Bueno, ya vámonos que se les hace tarde.

Ella se puso frente a mí, me abrazo y al oído me dijo muy tiernamente “Te quiero papito, mucho” Y después me dio un tierno beso en la mejilla que pedía algo más, pero siempre pensando que son mis hijas no podía hacer nada.

Las lleve a la casa de su amigo donde tendrían una fiesta y les dije que pasaría por ellas a las 3 am. Yo me fui a la casa a tomarme una cerveza y pensar en Vale.

Se llegó la hora de ir por ellas, al momento que llegue las vi, pero Valeria venia algo tomada con el vestido un poco más arriba, casi se veía su vagina, sus nalgas se veían solo un poco, me excito mucho, me prendió verla así, subieron al carro y nos fuimos a la casa, llegando tuve que cargar a Valeria porque estaba muy tomada así que la lleve hasta su habitación y la deje en la cama.

Al siguiente día, o sea domingo Samantha fue hasta mi habitación y sin darme cuenta se metió debajo de la sabana que me cubría, tenía una erección fenomenal y apuesto que se dio cuenta, en los movimientos que hacia mientras dormía la abracé por detrás y le restregué todo mi paquete en sus nalgas, no sé si le gusto o le pareció muy atrevido, el chiste es que quedó congelada, yo me desperté pero fingí estar dormido y me di vuelta para así darle la espalda y no volviera a pasar, de rato como unos 5 minutos me despertó, aunque yo ya lo estaba y me dijo que Valeria estaba muy mala que si íbamos a salir de compras, le dije que lo preferible era quedarnos para estar al pendiente de Valeria y se vería mal si fuéramos sin ella, a lo que me contesta:

Samantha: Papi, pero es que tenía ganas de comprarme algo muy sexy.

Yo: ¿Que tan sexy? ¿Otro vestido?

Samantha: No, brassiers, cacheteros, tangas y lencería.

Yo: ¿Y para que quieres tangas y lencería?

Samantha: Ay papá pues para ponérmelas ¿para qué más?

Yo: ¿A quién quieres impresionar con eso? ¿Ya tienes novio?

Samantha: No, solo que mis amigas de la prepa tienen y se ven muy lindas, yo no me quiero quedar atrás, y no, no tengo novio, estoy esperando a alguien que de verdad me haga sentir mujer.

Eso me dejo en shock y de rato por una palmada que me dio en el cachete reaccione.

Samantha: Anda, mira si quieres me acompañas y tu elijes los que te gusten para mí, así me los puedo poner aquí en tu casa y no habrá problema, ¿si?

Yo: Esta bien, pero tendrá que ser otro día porque hoy nos tenemos que quedar en casa para cuidar de Valeria

Samantha: Ay muchas gracias papito, te quiero un montón.

Diciendo esto se subió arriba de mí, me abrazo poniéndome sus tetas pequeñas en mi cara, sus bellas nalgas en mi pene y dándome un beso muy caliente en la mejilla, se levantó y saltando de alegría se daba unos sentones en mi pene, casi me lo fractura, se quitó y rozo mi pene con su mano y solo dijo “ups” y con una mirada picara mordiéndose un dedo me volteo a ver mientras caminaba moviendo sus nalgas muy sensual hacia la puerta y se dio una nalgada para alcanzar a decir “Te espero en la cocina papito”.

Baje a la cocina y estaba preparando el desayuno, me senté y le veía sus nalgas, ella se inclinaba de más para que se vieran mucho mejor y eso me calentaba, de desayunar me dio quesadillas y huevos a la ranchera, me dijo que si quería cátsup y le dije que sí, fue por ella y regreso a la mesa y no sé si lo hizo a propósito el chiste es que dejo caer cátsup en mi short, justo sobre mi pene, rápidamente agarro una servilleta y empezó a limpiarme pero también me agarraba mi pene y movía su mano por todo mi pene, yo atónito deje que lo hiciera, después fui a cambiarme y no pude evitar hacerme una paja, ahora ya quería coger con ella, coger salvajemente, los cachondeos de ella hacia a mí ya me habían puesto muy hot así que decidí hacer un plan. Volví a bajar a desayunar y empezamos a platicar muy a gusto, pues Valeria estaba muy mala en su habitación y Renata solo se la pasaba hablando con su novio:

Yo: Oye hija, acerca de la ropa que quieres que te compre ¿cuándo puede ser?

Samantha: Pues lo más pronto posible papito.

Yo: Mira, es que, si vamos el día que salimos de compras tus hermanas tu y yo, ellas podrían pensar mal, pensaran que yo te metí esa idea de usar ese tipo de prendas.

Samantha: ¿Y tiene algo de malo usarlas?

Yo: No, solo que esas prendas se usan cuando la mujer ya está casada y le da como un “regalo” a su esposo, vamos, cuando van a tener sexo por así decirlo, es ropa muy atrevida que a cualquier hombre le abriría los ojos.

Samantha: ¿Y a ti te los abriría?

Volvió a hacer su mirada picarona y mordiéndose el dedo índice.

Yo: Pues tendría que ver cómo te ves primero, pero bueno, ya nos desviamos mucho, a lo que iba es que si te la compro no digas que fui yo, di que te la regalaron tus amigas porque eras la única que no tenía prendas de ese tipo.

Samantha: Muy bien papi, lo prometo, y si no lo cumplo me das unas nalgadas hasta que me queden muy rojas.

Otra vez su mirada picara y sonriente.

Yo: Ok ok, otra cosa, creo que para ir a comprarte eso sería un día entre semana a temprana hora, y solo tú y yo, así nadie se va a enterar.

Samantha: ¿Entonces me tengo que pintear la prepa?

Yo: Si.

Samantha: Ok, en la semana te mando mensaje papi.

Me da un beso muy cerca de mis labios y muy lento, al momento de esto se empina demasiado que en el reflejo de la estufa puedo ver ese lindo culito que ahora ya me lo quiero chingar sin importar que sea mi hija.

La tarde no fue como las de siempre, esta vez no la pasamos en la casa, Valeria dormida, Renata hablando con su novio, y Samantha chateando con sus amigas, me dejaron solo, pues jugué un buen rato al FIFA y call of duty.

Se llegó la hora de que partieran, Valeria salió primero, un poco mejor, le dije que si seguía mal me mandara mensaje para llevarla al médico y también que tenía permiso de mañana (Lunes) faltar a la escuela, después bajo Renata y solo le dije que se portase bien (Ella no es tan horny como sus hermanas), y después venia Samantha, se acercó, me abrazo y me dio un tierno beso en la mejilla, se paró de puntitas y alcancé a ver esas nalgas redonditas y duritas, y le recordé que me mandara mensaje el martes para ir el miércoles por sus cosas a temprana hora, cuando ya iba a salir le di una nalgada leve, ella sonrió y dijo “arráncate vaquero” (Me decían vaquero, norteño, o en ingles “cowboy” porque de joven era jinete y trabajaba en un rancho) lanzándome un beso y después volteándome a ver mi pene sacando su lengua y después mordiéndose un labio, estaba muy claro que yo le atraía mucho y es que mi cuerpo me hace ver muy muy sexy.

En cuanto cerré la puerta fui a mi habitación a hacerme una paja, no lo podía creer, ¡mi hija me excitaba más que mis compañeras del trabajo!!

Se llegó el martes, en la noche le mande mensaje y quedamos de vernos a 2 cuadras de su escuela para ir por las cosas.

Son las 7 de la mañana y la vi parada en una esquina con su falda cortita del cole, subió a la camioneta, al momento de sentarse se le subió mucho la falda, me empecé a excitar, pero decidí arrancar y empezamos a platicar:

Yo: Hola hija que guapa te ves.

Samantha: ¡Ay! Gracias papito me vestí para ti jajaja.

-Guiñándome su ojo y mandándome un beso. No cabe la menor duda que ella le fascinaba coquetearme y a mí ya me estaba gustando eso.

Yo: ¿Y ya sabes dónde está la tienda donde compraras las cosas?

Samantha: No, ¿bueno que tal si vamos al centro comercial de siempre y ahí vemos va?

Yo: Ok.

Llegamos como 7:30 al centro comercial, pero recordamos que abrían a las 9 en punto así que charlamos un poco:

Samantha: ¡Oye pa! ¿Y que sientes ahora que no estás con mama? Ya pasaron tres años y no te he visto ninguna chica, y ella ya lleva tres noviazgos en los que se queda a medias, ¿cuéntame va?

Yo: Pues mira, terminamos por la simple razón de que la engañe con compañeras del trabajo, fue con tres diferentes, pero en los hombres no nos da por tener otro noviazgo, sabemos que no hay el mismo amor de madre con la nueva chica que tengamos, así lo pienso yo, así que por esa razón no ando en busca de novia, en cambio, las mujeres buscan a alguien que las haga sentir lo hermosa que están, para no deprimirse y pensar que esa fue la causa de la separación, yo la engañe porque mis compañeras están buenas pero solo por eso, pero bien dicen que un buen culo y un par de tetas no te dan el cariño de una buena esposa.

Samantha: Ay y yo que estoy buena y tengo un buen corazón ¿qué?

Yo: Pues el que te tenga va a ser muy feliz.

Samantha: ¿Eres feliz?

Yo: Si ¿por qué?

Samantha: Pues dijiste que el que me tenga va a ser muy feliz y por el momento tú me tienes,¡ soy toda tuya!

Yo: Jajaja pues sí, si soy feliz, pero bueno, en lo que estábamos, aunque te contare que, si he salido en los últimos meses con compañeras del trabajo, pero no las quiero para novias.

Samantha: ¡Pues que bueno porque solo tú eres miooo!!

-Me abrazo y me beso en la mejilla.

Se llegó la hora de entrar, en cuanto acordamos de la buena platicadita ya eran las 9:20.

Entramos y empezamos a recorrer el centro comercial, en el segundo piso, de los locales más escondidos estaba una sex-shop y mi hija me dijo:

Samantha: ¡Mira papi ahí está la tienda! ¡Ven! Vamooooss!!

Me Jalo demasiado fuerte.

Yo: Oye, pero ya viste que dice sex-shop, o sea sex, en español es sexo, te digo que esas cosas son para gente grande, esos los usaba tu mama conmigo.

Samantha: Ay, pero ahora yo los voy a usar jaja.

Otra vez su mirada picara y su sonrisa encantadora que me hacía sentir algo en el estómago por parte de la excitación.

Entramos y lo primero que vimos fue un baby-doll blanco transparente, Samantha dijo “me gusta” sin pensar le dije “Pídelo”, seguimos caminando por la tienda y ella vio un conjunto de brassier y calzón de puta color negro con rojo, se le quedo mirando y le dije “Ese me gusta, llévatelo”. A mí ya me estaba entrando la calentura así que lo que me gustaba le decía que lo comprara. Seguíamos caminando por la tienda y en eso había dos trajes, uno de tigresa que es como una pijama entera muy pegada, en las nalgas tenía una cola y la parte de la espalda estaba desnuda hasta el cuello, formaba un tipo ovalo por toda la espalda, le pregunte “Te gusta?” y me responde “Si, pero este si es como de una puta, no?” y le digo “Pues nunca se lo he visto a nadie, seria genial verlo puesto en tu cuerpo, pero si no te agrada por lo que dices no te lo tienes que llevar a fuerzas” “Me lo llevo!, acuérdate que te dije que todo lo que te guste a ti yo me lo iba a llevar para ponérmelo frente a ti y me vieras”.

-Vuelve ese síntoma en la parte de mi estómago, ¡estoy seguro que es de tanta excitación!

Yo: Mira, hasta incluye tacones.

Eran unos tacones negros que le quedaban justo a ella, se vería perfecta con ese traje.

Samantha: ¡Pues con más razón me lo llevo!

Yo: ¿Cuantos conjuntos llevas?

Samantha: Tres, pero ya los demás son de muy puta así que mejor con esos.

En eso ya íbamos caminando para la caja, y estaba un traje tipo masoquista que es una tanga pequeña, brassier transparente con cierre en los pezones para sacarlos por ahí, collarín como los que le ponen a los perros, de esos que tienen picos, bozal de pelota roja y una correa de cuero, me le quede viendo y en eso escucho una voz:

Samantha: ¡Ay Papá! ¿A poco quieres que ese me ponga?

Yo: No, solo lo estaba viendo, ¡es que está muy exótico jaja no me imagino a nadie con eso puesto!

Samantha: ¡Pero para que te lo quieres imaginar si me lo vas a ver puesto! ¡Me lo llevo!

¡En ese momento sabía que cuando la viera con ese traje puesto me la iba a coger!!!

Yo: Oye, pero es muy atrevido, ese no te lo vas a poner cuando estés con tus amigas en alguna de sus casas.

Samantha: No, si todos me los voy a poner primero en tu casa y te los modelare y me vas a decir cuales me puedo llevar con ellas, este último solo me lo pondré cuando tú me lo pidas.

Guiñándome su ojo y mandándome un beso, sabía que ella ya quería que me la cogiera, ¡solo era cuestión de tener tiempo y puuum!! Me la iba a coger.

Pagamos todo y fuimos a desayunar, charlamos sobre cómo iba en la escuela y como es su relación con su mama.

Samantha: ¡Pues en la escuela voy muy bien pa! La verdad es que nos dices si no sacamos calificaciones altas se acaban los permisos si lo tengo muy en cuenta, voy muy bien, puros 10 y 9. En cuanto con mi mama pues no es la mejor relación, me llevo mucho mejor contigo, Valeria y yo nos llevamos mejor contigo, te preferimos mejor que a mama, solo Renata prefiere más a ella que a ti.

Terminamos de desayunar y fuimos a mi casa, llegamos como a las 11 y ella tomo sus cosas, fue a su cuarto y me dijo que la esperara en el mío, tardo como 10 minutos y es que se maquillo, peino, perfumo, y se pintó los labios, en cuanto abrió la puerta estaba ansioso por verla, entro y me quede con la boca abierta, pues entro a gatas y es que traía puesto el trajecito de leopardo con sus tacones negros, se fue a gatas hasta llegar a mí, se apoyó sobre mis rodillas y se paró muy sensualmente, decía “Grrrrr” se alejó poquito y se dio media vuelta, quedo de espaldas y me pregunto qué tal se veía:

Samantha: ¿Cómo me veo papi?

Yo: ¡Divina! ¡Hermosa! ¡Muy sensual!

Samantha: Me agrada que te guste, ¿y este si paso la prueba para llevármelo con mis amigas?

Yo: Si, si te lo puedes llevar, estaría perfecto para una fiesta de disfraces.

Samantha: Si yo también pensé lo mismo, bueno deja voy a probarme el que sigue.

-Se va caminando muy sexy agarrándose la cola del disfraz, se la levanta y se da una palmada en la nalga voltea y me die “Grrrr”. Pasan 3 minutos y llega con el otro. Se puso el conjunto negro con rojo y en su mano traía el blanco transparente. Se acerca a mí caminando sexy.

Samantha: ¿Qué tal?

Yo: Perfecto, te queda muy bien

Samantha: ¿Paso la prueba?

Yo: ¡Definitivamente! ¿Y ese otro no te gusto?

Samantha: Si, solo que pienso que en vez de haberlo escogido blanco hubiera estado bien que fuera negro para que combinara con este conjunto, ¿no crees?

Yo: Si, pero póntelo a ver como se te ve.

Samantha: Pero te digo que no me gusto, este es para ponérmelo sin ropa, como pijama, ¿no crees?

Yo: Pues como tú veas.

Samantha: Ok, espera.

Va y se cambia, regresa pasados 4 minutos, entra y ¡woooow!! ¡Pude ver su vagina que se transparentaba y sus tetas! ¡Ese pezón tan hermoso!!

Samantha: ¿Que tal se me ve papi?

Yo: Fenomenal, te queda muy bien mi amor, a ver date una vuelta.

Samantha: ¡Jajaja listo! ¿Y este paso la prueba?

Yo: Mmmmm pues, está muy bien, te lo puedes poner solo si te pones ropa interior, es que se transparenta todo mi amor.

Samantha: Ay, pero así se ve mejor, ¿no?

Yo: Si, pero no quiero que nadie vea tu cuerpo bebe.

Samantha: Bueno papi, solo me lo pondré cuando este en tu casa.

Yo: Me parece perfecto.

Samantha: Muy bien, deja voy por el ultimo.

Sentí un nudo en la garganta, sentí muy caliente el cuerpo, sabía lo  que venía, sabía que me la iba a coger en cuanto la viera! Regreso otra vez caminando a gatas, traía la correa en la boca y el bozal de pelota roja en la mano, este traje dejaba ver más su cuerpo, sencillamente me calentó mucho.

Samantha: A ver papi, ¿qué tal?

Yo: Muy bien Samantha, ¡te ves estupenda! Me encanta mucho.

Samantha: Ponme la correa.

Yo: Ok.

Samantha: ¿Y ahora qué hacemos?

Yo: No se hija.

Samantha: Juguemos a que soy tu perrita y me tienes que dar de comer ¿va?

Yo: Ok.

Samantha: Pues vamos a la cocina a que me alimentes.

Yo: ¿Te vas a ir a gatas?

Samantha: No sé, es cansado por las rodillas, mejor camino a gatas de aquí a la puerta de tu cuarto y después camino normal, entrando a la cocina me vuelvo a poner a gatas y listo.

Yo: Ok, Vamos.

Llegamos a la cocina. ¡Yo ya traía una calentura como el infierno!!

Samantha: Dame de comer.

Yo: Te daré salchicha, y de tomar lechita ¿sí?

Samantha: Si papito. (Me manda un beso)

Empezó a lamer la salchicha, pero gemía muy rico, eso me calentaba más, la leche se la puse en el suelo entonces cuando tomaba se empinaba muy rico, después tuve la idea de dársela desde el cartón.

Yo: Ten Samantha, más leche.

Samantha: ¿Ay te gusta que me chorreé?

Yo: ¡Me encanta!

Samantha: A mí me encantas tú, ¿por qué no cogemos papito?

Yo: Si perrita, ven, vamos a coger.

Fuimos a la sala, teníamos el objetivo en mente, coger, sin importar el incesto, me siento en el sofá, se sube a mí y se empieza a bajar los cierres del brassier, se los chupo mientras la agarro las nalgas, ella me agarra el pene y dice que quiere más salchicha y leche, le digo que tengo de una especial para ella, se baja y me quito el pantalón, empieza a mamar mi verga como loca, gimiendo, me la mamo por unos 10 minutos, le digo que me la quiero coger de perrito, se pone en cuatro, se quita el calzón, se abre lo más que puede y le meto mi verga fuerte, después le doy lento y cuando ella me pide a gritos que más mientras se golpea las nalgas le doy más fuerte, siento que me voy a venir y le digo, “Ya va a salir tu lechita mi amor, voltéate” se voltea y abre su boca, mi verga empieza a chorrear fuertemente, pensé que le iba a dar asco pero no, se tragó toda la leche y me la siguió mamando sin parar como por una hora, se la rifo. Terminamos muy cansados y me dice:

Samantha: ¡Ay papito que buena cogida me pegaste!

Yo: Y tú qué buena mamada me diste.

Samantha: Es la primera de muchas mi amor.

Yo: Uff bebe me encantas, ya te tienes que regresar a la escuela eh el fin de semana volvemos a coger ¿qué te parece?

Samantha: El fin y todos los días mi amor.

Yo: Bueno mi amor, vamos a tu escuela para que tu mama te recoja, llévate tus cosas y aquí te espero el viernes. (Le di un beso en la boca)

Ella se vistió y partimos rumbo a su colegio, llegamos justo a las 1:10 le dio mucho tiempo de arreglarse para o parecer que estuvo con un tigre jajaja.

Yo: Bueno mi amor, te espero el viernes, te llevas el blanco que se transparenta eeh.

Samantha: Claro papito, te amo, nos vemos el viernes vaquero, me quiero montar al semental que llevas dentro “Grrrr”

Y partió para su colegio, en la camioneta me la jale no lo voy a negar, llegue a casa y dormí muy bien, una buena cogida por parte de mi hija.

Continuará….

Pd: Les contare de lo que viví el fin de semana después de esto y más adelante las aventuras con Valeria en Acapulco.

¡GRACIAS!!

(9,51)