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La Sorpresa

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Este relato que les voy a contar es real, me paso unos años atrás, justo en mi cumpleaños. 

El día de mi cumpleaños llego y con eso un regalo especial por parte de mi esposa. Les digo que mi esposa es una mujer morena, llenita de pechos de un tamaño considerado (acaben bien en mi boca), tiene unas nalgas normales ni tan grandes ni tan pequeñas, muy sexy y le gusta cumplir con mis fantasías sexuales. 

Ese día transcurría normal, llegué a mi trabajo y me puse a hacer mis labores, en la hora de la comida me habla mi esposa y me dice:

—Ya tengo listo tu regalo amor, no llegues tarde a casa. 

Esta llamada me dejo pensando el resto de la tarde, cual será mi regalo, salí de mi trabajo y me lancé rápido para mi casa, al llegar grité:

—Amor ya llegué.

En eso me contesta mi esposa:

—Sube al cuarto y ponte cómodo estoy preparando tu regalo. 

Pues subí y me puse como, en eso que sale mi esposa del baño desnuda, se acerca a mí, me da un beso y se voltea, se empina y con sus dos manos agarra sus nalgas y las habré mostrándome su culito y me dice:

—sete es tu regalo amor, feliz cumpleaños, (esta es la primera vez que le voy dar por el culito a mi esposa). 

Se levanta mi esposa y me dice:

—Pero antes de que abras tu regalo hay que limpiar bien esa verga, y yo sé cómo hacerlo.

Me baja mi bóxer y me piensa a dar una rica mamada de verga y de paso de huevos, después de una rica mamada me saco la primera leche, se la trago toda hasta la última gota. 

—Ahora si mi amor ya puedes abrir tu regalo.

Sin pensarlo dos veces la empiné y le puse la cabeza de mi verga en la entrada de su culito rosadito y estrecho que por primera vez va a probar mi verga, se la fui empujando despacio para que se vaya adaptando, ya estando toda dentro la empecé a bombear, mi esposa gritaba de placer y dolor, pero me pedía a gritos que no se la sacara que la quería rellena de leche. Agarrándola de sus hombros le fui dando más fuerte. 

Mi esposa hizo que me sentará en la cama y me dijo:

—Amor te voy a sacar la leche a puro sectores de verga.

Y dicho y hecho después de varios sentones de culo me saco la leche, mi mujer solo me decía dame toda tu leche caliente, rellename mi culo. 

Nos acostamos y mientras mi verga ya flácida salía de su culito, me decía:

—Te gustó la sorpresa amor.

Y yo le contesté con un apretón de nalgas. 

Espero les haya gustado mi relato.

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