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El cazador nocturno 1

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La primera vez que salí por una presa estaba nervioso, salí en mi coche a buscar a la indicada y por suerte no tarde mucho en encontrarla, llevaba tiempo que tenía ganas de tomar a una mujer en contra de su voluntad, esta historia fue hace unos años, la de mi primera presa.

Tenía todo listo, un trapo con cloroformo, una cuerda y demás juguetes para hacerla gemir como puta y hasta un lugar donde no nos molestarían, estaba ansioso y más cuando la vi por primera vez, piel morena clara, de estatura promedio, cara de chica inocente, de cuerpo voluptuoso, senos pequeños pero redondos, unas piernas largas y gruesas con un tremendo culo que me moría por azotar, estaba vestida con un pantalón entallado y una blusa blanca, llevaba audífonos puestos, como si el destino me la hubiera puesto en bandeja de plata.

Baje de mi auto, como un gato llegue sin que me notara, la sujete por la espalda, su culo se frotaba contra mi verga y con el trapo la deje inconsciente antes de que hiciera algo, rápidamente la subí a la cajuela no sin antes tocar su delicioso cuerpo, estaba muy editado que me apresure a llegar a mi lugar especial, ahí, estaba una cámara apuntando a una cama de metal, la desvestí, su aroma me intoxicó, al quitarle en brassier vi sus redondos y pequeños senos, con pezones pequeños que no pude dejar de jalar, le quite toda la ropa, su coño recién depilado era suave y estaba muy mojada, saque su identificación y se llamaba gabriela, de unos 20 años en ese entonces, coloque sus piernas detrás de su cabeza y las amarre para poder tener su coño y su culo con libertad, sus manos las amarre a su espalda, le tape los ojos y me comenzó la fiesta.

Primero lamí su coño, su sabor me agrado, mi lengua probo lo más profundo de su sexo, hasta que la perra se despertó, forcejeaba e imploro por su bien a lo que le conteste que se callara y que cooperara, con lágrimas me dijo que si, saque mi verga que estaba a reventar y se la di a tragar, los ruidos que produjo su boca me calentaron de más y no dure mucho hasta llenar su boca de semen el cual hice que tragara, saque varios juguetes de mi repertorio, pinzas para los pezones y su clítoris, un látigo para azotar su rico culo, un juguete anal y un vibrados muy potente.

Al ponerle los juguetes lloro y me decía que parara pero eso solo me excitaba aún más, con el látigo azote su exquisito cuerpo, con mucha fuerza deje su culo rojo y sus tetas también, tiraba de sus pezones y su clítoris, con el vibrador estimule su coño que era una fuente mientras ella gemía y se quejaba la muy puta, metí los dedos hasta tener el puño entero en su coño, por media hora mis juguetes cumplían mi sueño hasta que la chica se orino de placer, metí el juguete anal sin lubricar y metí mi verga en su concha, no tardo en amoldarse a mi verga, la cogí con fuerza y solo gemía como loca, le gritaba "te gusta puta, lo estas gozando" ella solo seguís gimiendo y gimiendo hasta que me volví a correr esta vez dentro de ella, pero seguís duro, saque el juguete de su ano y metí mi verga, su ano apretaba mi verga dándome mucho placer, sus nalgas bailaban al ritmo de mi cogida, por 30 minutos estuve en el cielo, hasta que me volví a correr, esta vez en su dulce cara, con mi mano esparcí mi leche por su rostro, por tres horas seguí cogiéndome sus hoyos hasta que quede fatigado.

Volvía a dormir la sin antes tomar unas fotografías, la vestí, me quede con su ropa interior y en su vientre le escribí con marcador permanente "eres mía y se dónde vives" la metí a la cajuela y la regrese de donde la había tomado, si bien no la volví a ver ella siempre será la primera, pero no fue la última.

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