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Lugar perfecto

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“Uff que rico es respirar aire puro”, decía mi esposa en voz alta, “sí que rico” yo le contesté, “este bosque es realmente fabuloso” decía mi esposa mientras empezábamos a caminar.

“Sigamos amor necesito encontrar un lugar que cumpla con lo que yo quiero para este día en especial”, me decía mi esposa con una sonrisa muy picara.

Mi esposa se puso para ese día una blusa sin brassier y un short cortito que dejaba ver poco los labios de su vagina, (que rico), después de un rato de caminar por el bosque en busca de aquel lugar que yo desconocía, me dice mi esposa “por fin amor este es el lugar”.

El lugar era hermoso tenía una vista a un rio con árboles altos, fauna colorida y un aire que te invitaba a dormir. Le dije a mi esposa “ya era hora amor ya me estaba cansando, ahora que encontraste este lugar, que era lo especial amor”. Mi esposa me contesto, “este lugar es especial porque me vas a coger amor y te voy a sacar toda la leche y la naturaleza será solamente nuestro testigo de esta cogida”.

Mi esposa se alza la blusa y me deja ver sus grandes melones que pedían a gritos ser chupados, y sin pensarlo dos veces me los metí en mi boca y empecé a darle una mamada de tetas y pezones. Mi esposa solo gemía de placer mientras se iba quitando el short, le empiezo a sobar su panocha que ya lo tenía húmeda, me dice mi esposa al oído, “amor ya meteme tu verga que ya no aguanto más, quiero leche”. La senté en un pedazo de piedra y le abrí sus piernas y le fui dejando caer mi verga dura. Solo se escuchó un grito de placer y de hambre de verga de mi esposa, empecé a bombearla mientras con mis manos sobaba su delicioso culo y con mi boca les daba una suculenta mamada a sus melones.

Le saque mi verga y la empine apoyándose en un árbol le fui metiendo mi verga, le empecé a dar duro, le dije a mi esposa en el oído “amor ya me voy a venir”, mi esposa me respondió volteándose y metiéndose toda mi verga en su boca me empezó a dar una deliciosa mamada de verga y huevos. Después de unos segundos solo vi como su boca se llenaba de leche caliente y espesa, ufff que rico.

Mi esposa abrió su boca y me enseño que se había tragado hasta la última gota del líquido vital de su panocha. Nos bañamos en el rio y regresamos a casa.

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