Hola amigos soy Patricio tengo 33, mi novia es Jenny, llevamos un tiempo como pareja disfrutamos mucho del sexo, pero en una forma normal, todo hasta que una tarde cuando paseábamos por el campo por un momento sentí necesidad de orinar a lo que exclame:
—¡quiero hacer pis!
Y ella dijo en broma…
—¿puedo ayudar?
A lo que yo sonreí y dije:
—¿le gustaría?
Pero solo quedó en una idea, pero quedó como tema de conversación en el camino. Al siguiente día mientras ella manejaba el auto, de repente condujimos por un camino oscuro y le pedí detuviese el auto para que yo bajara a hacer pis, entonces ella dijo:
—¿puedo ayudar?
Y entonces le dije que sí... estaba algo nervioso porque era algo que no había hecho jamás, ella tampoco, entonces al filo del oscuro camino ella se paró detrás de mí y con su mano ayudar a que yo saque mi pene para hacer pis, pero cuando me agarró estaba muy erecto y sabía que iba a ser difícil, pero tuve que relajarme y de a poco hacerlo, era excitante sentir como con su mano agarraba mi pene y jugaba con el grueso chorro, termine y moje su mano y me sentí algo mal por eso, pero ella solo dijo tranquilo, pero mi pene estaba mojado de pis y debía secarlo, y ella me dijo:
—¡espera! —y con su boca lamió mi pene y dijo— ¡ya está!
Quedé tan excitado que después de dejarle en casa casi tuve que masturbarme porque tenía las ganas intactas, pero no lo hice...
Desde entonces se convirtió en tema de conversación, hasta lo repetimos en otra ocasión, todo hasta que una noche fuimos a un motel porque nos traíamos muchas ganas, pero yo fui preparado porque sabía lo haríamos de nuevo, pero esta vez tenía más ideas en mi cabeza como el que sentiría hacer pis encima o dentro de ella, pero fue ella quien me sorprendió diciéndome que le gustaría experimentar el que yo orinara dentro de su vagina, esa noche después de acariciarnos y jugar un poco, ya desnudos en cama lo intenté, pero me resultaba difícil, pusimos una toalla en la cama para no mojar la cama, ella estaba tan mojada que casi goteaba, me concentre y así poco a poco fui soltando mi orina calientita en su vagina, estaba tan cargado que tenía mucha, me excitaba muchísimo ver como estaba muy mojada ella disfrutaba tanto de esta práctica que notaba en sus movimientos rogaba la penetre, cuando terminé no soporte más y deseaba penetrarla...
Ella siempre fue muy recatada en usar un lenguaje fuerte mientras tenemos sexo, pero de a poco fuimos incluyendo palabras mientras teníamos sexo, de esta manera para cuando estaba tan mojada le pedí me dijera lo que quiere, y ella tan excitada y mojada solo exclamó:
—¡Quiero culear!!
Escucharla fue tan rico que sin reparo introduje mi grueso pene en su pequeña vagina, de tal manera que pude sentir como la abría y ella gritaba de placer, fue tan placentero que al terminar acordamos que la próxima vez sin dudar yo orinaría dentro de su vagina, y no veo la próxima vez para hacerlo y así dejar mi siguiente relato...
Saludos amigos.