Nuevos relatos publicados: 7

Compañía en el trabajo

  • 2
  • 19.175
  • 7,79 (56 Val.)
  • 0

Después de trabajar, acompañándome mi preciosa Maty, le dije que tenía ganas de cogérmela en el hotel, el cual gustosa accedió. Nos dirigimos hacia un hotel y entramos, ya en el cuarto, nos desvestimos y juntos nos recostamos en la cama, ella boca abajo y yo encima de ella y ya con mi verga parada, se la encaje entre sus dos hermosas nalgas, y susurrándole al oído le dije que la quería mucho, que era una gran mujer, que me ofrecía mucho placer.

Mientras tanto discretamente le iba acomodando mi verga en su lindo culito, ya que esperaba una negativa que la penetrara por el culo, mas no dijo nada solo se concretaba a decir “mmg mmgj”, asintiendo mis palabras, en cuanto se la acomodé en su lindo hoyito, no dude en penetrarla y al momento de sumírsela se quejó de dolor, al cual yo sentí que la cabeza de mi verga ya la había penetrado por lo que me detuve diciéndole que aguantara, que no quería lastimarla, y así estuve un rato dentro sintiendo en todo momento sus lindas nalgas ya que yo estaba encima de ellas.

Así al oído le dije que la quiero que me gusta mucho. Después de un rato empecé a moverme y le pregunté que, si le dolía a lo que me contesta que no, que ya se había acostumbrado a mí, por lo que empecé a penetrarla poco a poco y despacio y ella empezó a gemir de placer y en cuanto la escuchaba gemir me excitaba y empecé a penetrarla por ese hoyito de su lindo trasero con tantas fuerzas y aun sin terminar se la saqué del culo, la puse en posición que le gusta ella encima de mí y empezó a moverse de arriba abajo, ahora la penetré por su panocha y pronto se corrió ella gimiendo y dejándose caer sobre mi pecho.

La levanté y la puse empinada mirando su lindo trasero, arremetí contra su panocha y la estuve penetrando mi verga gozaba de placer entrando y saliendo de su rica panocha haciéndola vibrar y cada arremetida ella pedía más, por lo que yo se la empujaba toda hasta el último centímetro y mis huevos pegaban y pegaban una y otra vez entre sus lindas piernas.

Después la acomode boca arriba y yo encima de ella y la penetre con fuerzas. Nuevamente besándola, diciéndole lo linda que es y ya no aguantando más me corrí y vacié mi leche dentro de su rica panocha....

Al terminar al oído le dije... “Es lo máximo, te amo”.

Maty, eres exquisita.

(7,79)