Nuevos relatos publicados: 9

Fantasías de mi amigo Thom conmigo

  • 4
  • 9.477
  • 9,17 (29 Val.)
  • 5

Me llamas con la mente excitada, el corazón acelerado y tu vergotón erecto porque me soñaste desnuda; me aparezco ante ti recargada en la puerta del baño, con una bata transparente, negligé blanco y la mirada cargada de libido... así como tu fantasía lo desea. Te acercas y comienzas a desnudarme poco a poco mientras me besas suavemente por cada parte de mi cuerpo que vas dejando desnuda. Tus manos y tus dientes me arrancan lo que traigo y de a poco, chupas mis grandes tetas y mis pezones se pierden en tu boca como si fueras un bebé hambriento alternando entre uno y otro pecho por largo rato... mis pezones arden, gozan, explotan, son felices.

Bajas poco a poco por mi abdomen, beso a beso, hasta llegar a mis caderas quitando mis bragas con la boca, casi arrancándolas como perro rabioso; husmeas entre mis piernas para deleitarte con mi dulce y lujuriosa aroma de mujer que me estás provocando mientras acaricio tus cabellos y mis gemidos y ronroneos suben de volumen...  bajas hasta mis pies y me besas desde los tobillos hasta mis muslos, lamiendo, apenas rozándolos, acaricias estas mis firmes nalgas con tus manos apretando fuerte sacándome un gritito de dolor. 

Me volteas y das suaves palmadas a mis nalgas, pasando tus manos y tu boca ensalivada desde mi espalda baja hasta mis piernas... me tomas en tus brazos y me llevas al baño sentándome en la orilla del retrete y me abres de piernas; me comes la vagina desesperadamente, metes tu lengua, me succionas el clítoris... ooooohhhh, me tienes jadeando y respirando agitadamente, ya quiero verga... mi lujuria te lo suplica. Pero no.… abres la regadera y me llevas a ducharnos, tú detrás de mí, abrazándome fuerte y acariciando mis senos y bajando tus manos a mi vagina para que tus dedos largos y toscos hurguen en ella. Estás sobre-excitado y tu garrote necesita entrar en un hueco que lo presione y lo acaricie; me pides que te lo chupe y al inclinarme, me tomas por la cabeza obligándome a tragármelo todo mientras gimes y jadeas por el placer que te provoco, acaricias mi cabello, dejándome mamar con gran voracidad tu durísimo pene, tú rosas delicadamente mis oídos y terminas dándome un suave masaje en mis mejillas mientras disfrutamos que mis labios y mi lengua muevan con golosidad tú ya muy caliente y palpitante verga.

Me levantas, me besas mientras aprietas mis suaves y tersas nalgas para después apoyarme contra la pared, te agachas y tomas mis caderas para acomodar la cabeza de tu garrote en mi entrada vaginal y comienzas a metértelo, lenta pero contundentemente; mi mojadísima vagina recibe con gran placer tu muy deseado pedazote de carne... jadeo y respiro cada vez más descontroladamente. Nuestros cuerpos se queman y evaporan el agua que no alcanza a tocarnos, los vapores nos provocan más pasión y aumentas el ritmo de tus penetraciones y yo te abrazo hundiendo mis uñas en tu espalda; sin dejar de meter y sacar tu pene me das mordiscos en cuello y hombros, siento que la piel se me eriza y me sacas gritos de gran satisfacción. 

Ya sin mucho control, me atacas rabiosamente y me taladras a gran velocidad, penetrándome hasta lo más profundo de mi ser y estrujando mis pechos con tus manos; yo me siento extasiada casi por llegar al orgasmo, pero paras. Me sacas tu palo que está rojo casi morado y me dejas con espasmos y por desfallecer. Me llevas al retrete de nuevo y te sientas en él, pidiéndome que me suba y te monte, lo cual hago muy toscamente; yo solamente quiero sentirme llena de tu verga para completar mi orgasmo. Cabalgo locamente sobre tu palo como jineteando a un caballo salvaje, mis tetas rebotan, mis nalgas suben y bajan, tu vergotón entra y sale... y llega... ¡mmmggggaaaah! ¡papitoooogggg! mis piernas temblaban, mi cuerpo se estremece y bañé tu sexo y tus huevos con mis jugos calientes que salen a borbotones... qué gran satisfacción.

Pero tú no has terminado, te levantas conmigo en brazos y me bajas para que me arrodille; pones tu verga entre mis senos y me aplastas por la espalda mientras mueves tus caderas para masturbarte con mis tetas, yo me abrazo a ti y también te llega... grandes chorros de semen ardiendo me bañan el cuello, los hombros, las tetas, mientras de tu boca salen grandes alaridos de placer. Terminas de darme hasta la última gota y me levantas... me abrazas y nos besamos con gran pasión mientras desaparezco de tu fantasía, hasta que de nuevo me desees y me llames.

(9,17)