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Arte clásico

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- Y esta es mi última creación, la titulo: "Magna vergarum introducium in picola hendetum". Representa una culminación del arte vanguardista neo-clásico, en donde podemos claramente observar influencias del romanticismo gótico-flamígero del siglo XIV…

Mientras la hermosa pintora del nuevo arte erótico, la simplemente pero famosa "Marchu" comentaba con un aire doctoral su cuadro que impúdicamente mostraba a la concurrencia, no pude mas que recordar el encuentro que tuvimos en la galería de arte de la "Rue di Testiculi Forti", en Venencia, hace apenas dos años. En aquella ocasión "Marchu" aún no era "Marchu", es decir, su fama en el arte erótico-porno no había sobrepasado los límites de su natal Sudamérica, pero ahora…

-Es increíble- comentaba una reportera de la revista "Creme di machi", -como esta artista puede plasmar en forma tan convincente estas salvajes y explosivas escenas, tienen calidad casi fotográfica, si no fuesen tan exageradas las proporciones, podría jurar que los modelos son reales-

¡Vaya que si son reales!, pensé al escuchar este comentario y seguir caminando lentamente por los lujosos pasillos del palacio del Marqués de L´grand Pija (pronúnciese "Piya"), anfitrión en esta ocasión de la exposición de Marchu. Claro que no podía decir nada al respecto, porque en primer lugar, ¿quién iba a creerme? Y en segundo lugar, mi propia vida corría peligro. Marchu es además de hermosa y sensual, peligrosa.

-Oh, vamos, hemos llegado a una de mis "hijas" predilectas; "Hermética vergarum, semen non-incontenuta". Marchu disfrutaba plenamente con su profundo conocimiento de la técnica al comentar sus obras, los asistentes no podíamos menos que hacer exclamaciones de asombro, por muchas horas que tuviésemos los críticos de analizar centímetro a centímetro estos portentosos y fantásticos cuadros.

Hace dos años en la "Rue di Testiculi Forti", yo aún no sobresalía en el ámbito de la crítica artística y era simplemente una estudiante más de Arte. En esa pequeña pero elegante galería me encontraba absorta observando la magna obra de Vergonio y sus célebres esculturas "Lecta bucata" y "Testiculi di Júpiter", cuando escuche una voz sensual, oscura y a la vez clara como un cristal, con un aliento fresco y discreto que susurraba a mi oído:

-Vergonio nunca se imagino eso, sus modelos fueron criaturas reales.

Me di la vuelta rápidamente para rebatir tan audaz comentario, ¿cómo es posible que una criatura real tuviese esas proporciones en el sexo? ¡ Absurdo ¡ En esa época yo estaba aún muy atada a los convencionalismos de las proporciones del cuerpo, reglas establecidas por Vergonio, así que cualquier comentario que no respetase esa "sancta reglum" era, por definición, pura fantasía.

-Si existiese un ser con esos testículos y ese pene, seguramente sería un monstruo- Dije esto esperando ver a un mozalbete deseoso de sexo, de los que tanto abundan, pero me quede extasiada al ver los ojos y la sonrisa de pequeña vampira de Marcela.

-Si, tal vez un monstruo, querida- contesto sin desviar su mirada de mis labios, pero un monstruo divino, ¿no crees?

Ahora recuerdo esa y otras escenas que tuvimos antes de ser su crítica predilecta, su confesor, su escriba de su vida y obra. La crítica de arte especializada en Marchu y –con orgullo- su amiga.

-Pueden ver en esta obra: "Undum PIJA vanita culitatis" como re-nace el estilo de Vergonio, claro está que MI estilo es mas fuerte, mas decidido y mucho mas estimulante…

Cielos, en mi segundo libro sobre Marchu; "Putana tenías que ser", aclaro que esta actitud no significa una vanidad desmedida, sino mas bien, una seguridad de saberse especial para este arte tan difícil.

-Carito, debes de liberarte de todos los paradigmas que has aprendido sobre las pijas, existen en nuestro mundo seres dotados de capacidades súper especiales-

Mientras decía esto Marchu, acariciaba lentamente mi rajita por debajo de la mesa de un café privado conocido como "L’ orgasmon", aquella tarde en la decidí dedicar mi vida, mis fuerzas y mi talento a seguir el estudio del arte de Marchu.

-Pero esas pijas son monstruosas- le contestaba yo, y separando mis muslos tomaba su mano e introducía su dedo medio en mi rajita mojada. – En tus borradores puedo sentir chorros y chorros de leche sobre la modelo- ¿Eso es posible? ¿Tanta crema salir de un solo par de bolas?

-Querida, te falta tanto por conocer-

Marchu retiró su dedo medio de mi rajita y lo llevó a mis propios labios para que lo chupara entre sorbo y sorbo de café vienes.

–Esos son solo borradores. Deberías de conocer mi galería privada…

- Y por último, señores críticos, aquí está mi "opera prima" de este año, la titulo: "Vergarum magnificata lactea imposibilitas tragare".

Cuando Marchu descubrió en forma teatral la manta que cubría el cuadro de más de dos metros de alto en la última sala de la galería, como el premio esperado por toda la crítica especializada, todos dimos un grito de asombro. Incluso, el crítico japonés Minabo Taduro cayó al suelo desmayado de la impresión.

Esta obra, esta creación, nos ha causado a todos los críticos un gran desconcierto, al grado de catalogar ahora a Marchu como una de las artistas "malditas".

La textura, la fuerza casi palpable de las venas, el grado superlativo de las proporciones, todo de carácter casi mitológico nos impedía desprender la vista de esta escena. Pero lo que mas nos asombro, sedujo y enloqueció (recordemos los ensayos casi histéricos que a raíz de conocer esta obra realizó la editora de la revista "Vergara mundi", números que fueron prohibidos en varios países), fue la cantidad casi apocalíptica de semen que prácticamente goteaba del cuadro por todos lados.

Todos los presentes tragamos saliva incontable número de veces, nadie podía decir nada y nuestras mentes se encontraban embotadas admirando cada detalle, cada composición de luz, cada gesto, expresión y rictus de la orgiástica, degenerada y sublime composición que Marchu había realizado. Todos nos preguntábamos si tal pasaje de pesadilla y seducción podía re-crearse en la mente de Marchu con ese grado de precisión, lujuria y escándalo para plasmarlo con tal precisión.

Al alejarme unos cuantos pasos hacia atrás, la escena se volvió aún mas vívida, Cielos, esas VERRRRRRGAS enloquecidas, arrojando los chorros mas pringosos de leche, en cantidades dignas de un diluvio no son de este mundo. Las bolas grandes, gigantes, monstruosas, producto de una fantasía que ni diez Vergonios pudieran igualar, se salían del cuadro golpeando a todos los presentes con sus texturas hiper-reales.

¿Debo de aclarar que la exposición fue todo un éxito?

(8,00)