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Fantasías de mi novio

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Es verano del 2017 y estamos iniciando agosto. Aún no puedo creer que ya acabé la universidad. Lo mejor de todo es que para celebrarlo vine con mi novia de viaje a España. Ambos somos de Ecuador, pero tengo familia allá. Ella es una mujer de esas que no puedes evitar regresar a ver si te la cruzas en la calle, es alta de 1,70 y con una figura que solo pensarla me quita el sueño. Sus senos son grandes, no caben en mi mano totalmente abierta. Sus labios son finos y dulces, encajan muy bien con su cara y sus ojos son miel que se derrite cuando sonríe. Su trasero es de esos que agachada hacen una manzana perfecta. Y sus piernas son largas. Su piel blanca y suave con un aroma que excita. Su cuerpo está moldeado con largas horas de natación que le han dado un cuerpo de sirena. Y lo más sexy de toda ella es su nombre. Vanessa.

Yo soy alto 1,83. De cabello corto y churros. Ojos cafés y mi pasión por las bicicletas me ha dado una figura que si me da mucha suerte en las discotecas.

Llegamos a España a mediados de julio. Lo que más ansias me daba era poder ver a Vanessa en la ropa ligera de verano que se acostumbra en España. Sé que sus curvas latinas lucirían mejor con esas ropas cortas muy generosas para la vista. Tan solo pensarlo en el avión de ida no podía con la excitación. Estuve muy atento a ver si lograba llevarla al baño y hacerle el amor mientras volamos, pero las azafatas vigilaban atentas todo el vuelo. Así que mientras pasaban la película aproveche. Con todo el gesto de amor deje que se acomode en mí y pusimos una peli de las que se podían ver. Nos cobijamos y sin pensarlo dos veces empecé a acariciar sus senos. Cuando me puso cara de sorpresa yo solo le di un beso en la boca y guiñando le pedí que disfrute la peli.

Jugué con sus senos y poco a poco esos pezones se pararon. Aventure mi mano debajo de su blusa y los toque hasta que soltó un leve gemido. Esa era la señal que estaba esperando. Con una sonrisa en la boca saque mi mano de ahí. Y regrese a ver a los demás pasajeros. Todos estaban muy atentos a su película y tuvimos la grandiosa suerte de que el tercer asiento de nuestra fila no estaba ocupado.

Sabiendo que Vanessa estaba ya excitada, aventure mi mano más abajo. Acaricie su vientre y busque el botón de su pantalón. Lo abrí y bajé hasta encontrar algo que sabía perfectamente estaba ahí. La entrada de su vagina mojada. Hice círculos con los dedos disfrutando de ese calor, enredando sus bellos que estaban crecidos y separando esos labios húmedos que se moría de ganas de que mi pene resbalé dentro de ellos.

Jugué así un rato hasta sentir el dedo totalmente mojado y ver la cara de Vanessa llena de placer. No pude evitar notar lo mucho que ella se estaba conteniendo para hacer algo ya que estábamos en mitad de un vuelo de 12 horas y rodeados de gente. Con solo la privacidad que te puede dar una fila de asientos.

Entonces metí mi dedo, totalmente lubricado en sus jugos, lo metí lo más profundo que pude mientras en la peli justo pasó una escena de acción. La combinación la hizo explotar y note en mi mano como soltó un pequeño chorro de su fluido mientras que a la par dio un salto y un gemido apagado. Yo también estaba muy excitado así que no pare de mover mi dentro de ella y sentir todo su placer. Vanessa me pidió que le penetre, pero en verdad no logramos hallar la manera de hacerlo. Y disfrutamos así un rato hasta que no pudo más y solo se paró y fue al baño.

Vino al cabo de un rato. Con una sonrisa muy picara para solo haberse masturbado. Por qué estaba muy seguro que solo fue al baño a acabar el trabajo. Yo también estaba a punto de explotar. Pero su sonrisa le delataba. Estaba planeando algo. Cuando llegó me dijo que me mueva a la ventana. Y yo como su buen esclavo me moví. Y puso play a la peli. Pero no la prestamos atención en lo más mínimo. Ella sacó el celular y me dijo que me tenía una sorpresa, entonces note que tenía un vaso en la mano. Me lo dio a tomar mientras me decía que ella necesita mi semen dentro de ella. Y me dejo su teléfono para ver lo que grabó. No necesitaba ver el vídeo para saber que lo estaba tomando era uno de sus squirts. Pero el vídeo lo confirmaba. Se había grabado mientras acababa, y había acabado en un vaso para que yo beba su orgasmo. Qué rico sentir ese sabor directo de su vagina en mi boca. Me tome una parte, y después de que ella me incite a acabarlo jugué con la otra parte y luego nos besamos. Fue uno de los besos más ricos que nadie me ha dado. Pero eso no le bastó. Ella no se sacia nunca cuando se trata de nuestro sexo. Me dijo de nuevo "necesito muy urgente tu semen dentro de mi" yo no sabía qué hacer ya que mi mente excitada solo podía imaginar llenar esa jugosa vagina hasta preñarla. Pero ella muy zorra se acomodó en mis piernas como si fuera a dormir.

Ya acomodada saco mi pene y se lo metió todo sin pensarlo a la boca y succiono con todas sus fuerzas. Lo soltaba y sin sacarlo de su boca jugaba con su lengua y daba pequeños mordiscos. Cualquiera que la viera juraría que estaba solo dormida. Pero yo sentía como su boca no me daba tregua y a pesar de no hacer el movimiento de arriba abajo se dio las formas de hacer todo cuanto pudo para sacar toda mi leche. Sé que hacerlo así la excito mucho a ella que también se masturbaba del placer de comerme tan públicamente. Cada tanto me dejaba chupar sus dedos. Al cabo de unos minutos el morbo pudo más conmigo y solté dentro de su boca 3 chorros de esperma que llenaron su boca. Se los tragó lentamente después de saborearlo. Se incorporó y me dio un beso que sabía a mi pene y así ambos con aliento al sexo del otro nos quedamos dormidos "viendo la película".

Durante el vuelo no pudimos jugar más. Pero no tuvo que pasar mucho tiempo para quitarnos las ganas. Al llegar al Barcelona nos tocó coger el tren que conecta del terminal 1 del aeropuerto al paseo de Gracia. Para luego ir a plaza Cataluña. Era ya de noche y a pesar de la temporada ya iniciada de verano no hubo mucha gente. Era un tren de dos pisos y fuimos en un vagón en lo alto. Entramos muy melosos al tren. Era la primera vez que Vanessa venía a España y ambos estábamos muy felices. Entre susurros nos decíamos cosas hots que haríamos en el viaje. Pero entre esas no habíamos pensando en la posibilidad de ir solos en el vagón del tren. Apenas sonó el pitido de la puerta le dije que no podía creerlo que iríamos solos. Ella sin dudarlo solo se paró en la ventana y me dejo su culo para que haga con él lo que quisiera. Abrí sus dos nalgas y empecé a lamer con todas mis ansias su ano y vagina. Siempre me ha impresionado como su ano tiene un sabor dulce. Y su vagina uno salado. Cuando como ambos mi boca explota de placer. Mientras la lubricaba con mi saliva el tren empezó a moverse. Qué excitante ver un anochecer de Barcelona en un tren mientras degustaba de mi novia. Delicioso.

Después de sentir que los labios de su vagina se soltaban y se abrían. Bajé mi pantalón y metí toda mi verga dentro de ella. La metí y saqué rápidamente. Eso era totalmente canal. Quitarnos las ganas que teníamos en el avión.

El tren paro en mitad de un campo. No se distinguía nada por la noche. Pero nos dio el tiempo para estar haciendo el amor así un buen rato. Hasta que sus fluidos empezaron a bajar por su pierna. Yo ya solo sentía como su vagina estaba llena de fluidos. Y entonces llegó su orgasmo. Mojo un poco el asiento y sentí como ella se escurría y su orgasmo mojaba mis testículos. Que hembra que moje así a su macho. Su orgasmo es tan único. Por qué moja todo a la vez que su vagina aprieta mi pene con todas sus fuerzas para sacarme todo mi semen. No habría ningún hombre que logre aguantar el eyacular cuando sientes una vagina tan mojada y estrecha. Y a la vez abierta tan profundamente, me da la sensación de que al acabar lleno su útero directamente. Ella no pudo evitar gritar y tuvo que taparse la boca para que no nos oigan del placer que fue para ella que llene su vagina de todo mi semen. Nuestro orgasmo fue muy delicioso. Me moví un poco más solo para mezclar nuestros fluidos y luego ambos nos tiramos cansado en los asientos. Pero ella aún con ganas de excitarme se sentó sin nada frente a mí con las piernas abiertas y mientras se tocaba los senos dejó que nuestros fluidos bajen lentamente por su vagina. Pero cuando noté cuanta crema había dentro de esa vagina no pude evitar la tentación de arrodillarme frente a mi novia y succionar todo para que ninguna gota manche el tren de aquella ciudad que tan bien nos recibió.

La limpié muy bien con mi boca y cuando yo hube acabado, Vanessa también limpio mi pene. El tren ya se movía y pronto nos tocó movernos por qué habíamos dejado toda esa parte salpicada y oliendo a sexo. Y la suerte de estar solos en el vagón se fue en la primera parada. Pero para entonces ya estábamos en lejos de la escena del crimen.

Llegamos a plaza Cataluña. Y como estábamos ligeros de maletas decidimos bajar por la rambla y tomar una cerveza en el primer bar que nos llamó la atención. Ahí no pudimos parar de hablar del viaje y de cuánto nos amamos. Para luego volver a tomar el tren a Sant Cugat donde nos darían posada unos familiares por un par de días antes de ir a Mallorca donde pasaríamos el verano.

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